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¿Pizza de masa gruesa? Si es una sfincione, sí

¿Pizza de masa gruesa? Si es una sfincione, sí


Valoraciones: 18 Comentarios

¿Pizza de masa gruesa? Si es una sfincione, sí

Valoraciones: 18 Comentarios

Vaya por delante que nosotros somos de la cofradía de la masa fina. Es una confesión importante a la hora de hablar de una pizza que es todo lo contrario. ¿Por qué, entonces rompéis vuestro credo y os adentráis en las procelosas aguas de las masas gordas?

Porque hay una norma superior que prevalece sobre cualquier otra inclinación personal: si hay algo que en algún sitio lleven lustros haciendo sin variar la receta, por algo será.

Y así fue como aterrizamos en la sfincione, una aterrizar cómodo y suave porque, como digo, la masa es gruesa.

De entrada hay que decir que no tiene sentido comparar esta receta siciliana con otras pizzas. No. Abre tu mente, son cosas distintas. Para todo hay un momento. Si tienes un capricho de masa fina, obviamente, esta no es tu pizza, pero si te acercas a ella con la mente abierta y te dejas querer, la vas a disfrutar. Y tranquilo: es gruesa, sí, pero tampoco es un colchón de Ikea.

La clave está en hacerla como hay que hacerla. La harina lleva mezcla de semolina o trigo duro, que le da un sabor excelente. Entiendo que para la mayoría de los mortales hacerse con un trozo de caciocavallo artesanal no es tarea fácil. No te agobies, agénciate un buen queso castellano de leche cruda no demasiado curado e irás servido. 

Puestos a afinar, te recomendamos muy mucho que utilices unos tomates de calidad para la salsa. Nosotros utilizamos este pomodorino del Vesubio que va bárbaro, pero también hay alternativas.

Respeta los tiempos de fermentación y sigue los pasos, no te vas a arrepentir y entenderás por qué esta pizza sigue muy viva en el sur de Italia, Si no te gustan las anchoas, eso sí, tenemos un problema. Puedes sustituirlas por aceitunas negras, pero estarás siendo un hereje a tan bella tradición.

Horno Ooni con pala de regalo
receta de pizza de masa gruesa

¿Pizza de masa gruesa? Si es una sfincione, sí

Receta de masa de pizza esponjosa para quien prefiere las bases de pizza gruesas.
4.80 de 5 votos
Tiempo de preparación 35 min
Tiempo de cocción 20 min
Tiempo de reposo 4 h
Tiempo total 4 h 55 min
Plato Entrantes, Merienda
Cocina Italiana
Raciones 4 personas
Calorías 394 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Para la pizza

Elaboración paso a paso
 

  • Antes de nada, sobre todo si vas a emplear un sobre de levadura que lleve un tiempo abierto, comprueba que la levadura está activa. Basta con mezclar dos cucharadas de harina con tres de agua y un gramo de levadura. Si en diez minutos ves que sube, la levadura está activa. Si no, abre otro sobre. 
  • Calienta el agua en un cazo hasta que esté tibia. Ayudará a activar la fermentación. Mezcla todos los ingredientes en un bol y, cuando la harina absorba el líquido, amasa sobre la encimera cinco o seis minutos hasta obtener una masa lisa y que no se pegue.
  • Forma una bola y déjala reposar en un bol aceitado durante tres horas, hasta que doble holgadamente su volumen.
  • Ya puedes extenderla y no hace falta rodillo. Aceita un poco la base de la bandeja y extiende la masa por toda la superficie apretando con los dedos. Cubre la bandeja con un paño y déjala fermentar otra hora. 
  • Mientras, prepara la salsa. Pon en una sartén un poco de aceite, para darle un toque al aceite, cuando esté caliente, disuelve en él una anchoa. Basta con ponerla en la sartén y apretar con la cuchara de madera.
  • Agrega las cebollas picadas en trozos finos y deja que se pochen hasta que estén transparentes.
  • Ahora toca añadir el tomate. Nuestros excelentes pomodorinos vesubianos tienen piel, basta con que se la quites pellizcando uno a uno con los dedos. Yo prefiero echarlos con piel y pasar la salsa después por el chino. Escurre un poco el líquido, pero no hace falta que lo dejes seco. Al final, te sobrará una cuarta parte de la salsa, pero vale la pena hacerla toda y congelar lo que no uses. Agrega el azúcar y el orégano y en media hora tendrás una salsa de tomate fantástica. Si no vas a emplear anchoas, ponle un poco de sal. Y si vas a usar nuestra salsa de pizza ya hecha, lógicamente, obvia todo este paso.
  • Cuando la masa haya subido en la bandeja, después de la hora de reposo, reparte por toda su superficie trocitos de anchoas y trocitos de queso empujándolos con el dedo para que se hundan en la masa.
  • Agrega la salsa de tomate repartiéndola bien por toda la superficie con una cuchara.
  • Introduce en el horno precalentado a 210 grados, con calor por arriba y por abajo, sin ventilador y en la segunda altura contando desde abajo. Si tienes plancha Celsius, pon la bandeja directamente sobre la plancha.
  • Hornea 20 minutos. Sácala del horno y espolvorea un poco de pan rallado, el queso rallado, un pellizco generoso de orégano y un chorro de aceite de oliva. Déjala en el horno 10 minutos más y sirve. Verás.

Notas

Consejos para hacer sficione
Si no tienes semolina o harina de trigo duro, puedes hacer esta misma receta empleando solo harina panadera, no quedará igual, pero el resultado será parecido.
Si tu bandeja es pequeña o no quieres emplear toda la masa, no te preocupes, puedes guardar lo que te sobre en la nevera hasta dos o tres días y hasta ganará en sabor.

NUTRICIÓN

Calorías: 394kcalCarbohidratos: 30gProteina: 16gGrasa: 24gGrasa saturada: 11gGrasa polinsaturada: 1gGrasa monosaturada: 8gColesterol: 50mgSodio: 1304mgPotasio: 177mgFibra: 2gAzúcar: 7gVitamina A: 503IUVitamina C: 4mgCalcio: 374mgHierro: 1mg
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Conceptos básicos

Si congelas tu pan, descongélalo con cariño

Si congelas tu pan, descongélalo con cariño


Valoraciones: 14 Comentarios

Si congelas tu pan, descongélalo con cariño

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Hace unos días describíamos los resultados de un experimento sobre la conservación del pan a corto plazo. En nuestra opinión, lo mejor que puedes hacer con los panes que te curras el domingo, si te van a durar más allá del lunes, es congelarlos en las porciones que te vayas a comer cada día.

Lógicamente, como cualquier alimento, el pan en el congelador también tiene una vida limitada, pero no tendrás problema alguno para preservar un buen pan durante un par de semanas. Mételo en una bolsa de plástico, al congelador y listo. 

La cuestión ahora es si existe un método mejor que otro para descongelar el pan para que se parezca lo más posible a lo que salió de nuestro horno. 

Si lo que quieres es tener tostadas para tu desayuno, no te rompas la cabeza. Congela las rebanadas y directas a la tostadora.

Pero si quieres tener tus porciones de pan para consumir a lo largo del día, ese método no sirve.

La clave para la descongelación tiene mucho que ver con la clave para conservar el pan a corto plazo: impedir una evaporación rápida del agua que forma parte de la miga para que no se seque, y evitar también sellar el pan con plásticos que corten esa evaporación, porque al final reblandecen la corteza.

¿Cuándo tengo que sacar el pan del congelador?

Una porción de pan de 100 o 150 gramos se descongela a temperatura ambiente en poco más de dos horas. Justo al terminar el proceso de congelación el pan está en perfecto estado, lo dejes en plástico, o al aire en la encimera. Si tienes margen para calcular los tiempos, perfecto.

Pero todos solemos hacer lo mismo: sacamos el pan del congelador de noche para tenerlo listo por la mañana, es decir, lo dejamos fuera del frío durante ocho horas. Sácalo a última hora, justo antes de acostarte, para que no se empiece estropear tras el proceso de descongelación.

¿Lo dejo en la bolsa o mejor al aire?

Los hay que al sacarlo del congelador lo meten en la panera, los hay que lo dejan en el plástico en que lo congelaron, los hay que lo dejan a temperatura ambiente… No sé, habrá quien lo meta en la gatera o en la caja fuerte. Nosotros probamos a dejarlo en el plástico, al aire y a descongelarlo en una bolsa de papel. Los resultados no son terriblemente diferentes, pero el método que mejor funciona es pasar el pan de la bolsa de plástico en la que lo congelaste, a una bolsa de papel. La corteza queda mejor y la miga más húmeda que si lo dejas al aire. En todo caso, sácalo de la bolsa de plástico, principal enemigo de cualquier pan. 

¿Y si me olvidé de sacarlo del frío, puedo usar el microondas?

El microondas es para cualquier amante de la cocina un pérfido enemigo. Tampoco nos vamos a poner talibanes con ese trasto, porque si se emplea con moderación puede tener alguna utilidad. Para descongelar el pan no es lo más adecuado, pero si te vas a quedar sin desayuno, adelante. Aconsejamos que no utilices la posición que esa máquina trae para descongelar, la de menor potencia, porque lleva demasiado tiempo y porque el pan queda convertido en chicle. Hazlo a potencia media y probando tiempos en función del peso de tu pan. Mucho mejor quedarse corto que pasarse, así que empieza por un par de minutos y comprueba cómo evoluciona. En todo caso, si puedes evitar el microondas, no lo dudes. 

Amasadora Ankarsrum

¿Puedo descongelarlo en el horno?

El horno ayuda bastante, pero lógicamente le llevará más tiempo que al microondas. Si lo pones a temperatura muy elevada atajas algo, pero te quedará la corteza demasiado seca. Lo aconsejable es poner el horno a baja temperatura (50 o 60 grados) y esperar a que ese calor descongele el pan. Te hará falta paciencia, eso sí. Para una porción de 150 gramos, partiendo del horno frío, te puede llevar fácilmente media hora. Si la tienes, mejor esto que el microondas. 

¿Y si lo pongo en la parte baja de la nevera como el resto de alimentos congelados?

Pues perfecto. Y si va en una bolsa de papel, mejor. El problema de este método es que por la mañana necesitarás diez minutos para que el pan se atempere a temperatura ambiente y no esté frío. Si eres de los que sale de casa corriendo porque llegas tarde al cole con los niños, a lo mejor no es tu método. 

¿Hay grandes cambios en el pan entre un método y otro?

Medimos la pérdida de humedad en cada uno de los panes descongelados y, aunque pensábamos que los métodos más violentos (microondas y horno) implicarían una mayor evaporación, la verdad es que no fue así. Nuestro pan de 150 gramos dejado en la bolsa de papel se dejó cuatro gramos en el proceso, lo mismo que el más maltratado en el microondas. La clave no está, pues, en la pérdida de humedad, sino en la rapidez del proceso de evaporación: cuanto más rápido, peor para el pan.

¿Qué tal se conserva el pan una vez descongelado?

Si sale del horno o del microondas, mejor cómetelo cuanto antes, porque a las doce horas notarás claramente que le llegó la fecha de caducidad. Los métodos de descongelación más amables alargan su vida pero, en todo caso, el pan descongelado dura menos que aquél que no ha sido sometido a ese proceso. 

Entonces, ¿cuál es el método más apropiado?

En nuestra opinión, si eres de los que saca el pan de noche para tenerlo listo por la mañana, pásalo de la bolsa de plástico a una bolsa de papel y déjalo sobre la mesa o la encimera. Lo tendrás en perfecto estado por la mañana.  

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Pasta casera

Ñoquis de patata con gorgonzola y nueces

Ñoquis de patata con gorgonzola y nueces


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Ñoquis de patata con gorgonzola y nueces

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Aunque no son considerados pasta fresca, su historia hace que vayan siempre ligados a esta y por este motivo se incluyen en el curso de pasta fresca de Cursos con Miga, que en El Amasadero recomendamos sin dudarlo, donde no solo cocinan la receta, sino que también aportamos ideas acerca de otras salsas para un tipo de pasta y otros tipos de pasta (tanto comercial como casera) que van bien con cada salsa, porque no todos los tipos de pasta van de acuerdo con todas las salsas. Los ñoquis (gnocchi, en italiano) son uno de los platos más antiguos cuyo origen se pierde en el tiempo. Originariamente se hacían solo con harina (era común usar distintos tipos) y agua, como los actuales gnocchetti sardi.

Las primeras recetas escritas aparecen en la segunda mitad del siglo XVI, publicadas por Cristoforo Messisbugo y Bartolomeo Scappi, dos entre los más grandes cocineros del Renacimiento. Los “maccaroni detti gnocchi” de los que ellos hablan, son amasados con harina, pan rallado, agua hirviendo y huevos y después pasados por el reverso de un rallador. Se servían secos, sin salsa, solo con mantequilla, queso y especias (a veces incluso con algo de azúcar).

Este tipo de preparación se mantiene durante algunos siglos, hasta el inicio del siglo XX, con diferentes nombres y algunas variantes. La más común, es la que añade una buena dosis de queso y aumenta el número de yemas, formando así una mezcla parecida a la de los passatelli.

Aunque la patata era ya conocida a finales del Renacimiento, habrá que esperar hasta los años de carestía que rondan el 1764, cuando las harinas escaseaban, para encontrar recetarios en los que la patata sustituiría a una parte de harina para formar pan y pasta. Los primeros panes de patata no tuvieron éxito ya que, al ponerlos en el caldo, que era como mayormente se tomaban, se deshacían. Sin embargo, en la masa de gnocchi, la patata ligaba de maravilla. Al inicio del siglo XX, eran tantas las recetas que había ya de gnocchi que esta receta era solo una de las muchas variantes.

Las primeras recetas de gnocchi di patata, son las que incluyen este tubérculo como uno más de los ingredientes que se ponían en los llamados gnocchi all’acqua. Estos se hacían partiendo de una masa parecida a una bechamel espesa hecha con agua, mantequilla y harina a la que, una vez fría, se le añadían 3 yemas, una clara y parmigiano por cada libra (340 g) de harina usada. La masa resultante se extendía, dejándola de un dedo de grosor, y se cortaba y cocía. Eran gnocchi que en la cocción se hinchaban y resultaban muy esponjosos.

Durante algunas decenas de años más, gnocchi di patata se preparaban con muchos otros ingredientes como yemas, nata, perejil, ajo, ricotta y manteca de ternera.

Pellegrino Artusi en su libro “La scienza in cucina e l’arte di mangiar bene” (1891), nos cuenta dos versiones de ñoquis de patata. La primera con patatas cocidas, amasadas junto con pechuga de pollo picada, parmigiano, yemas, harina y nuez moscada. La otra, sin embargo, mucho más simple, donde se hacen solo con patata y harina. Esta versión minimalista, destinada a tener un gran éxito, aperecía ya en 1871 bajo el nombre de “gnocchi alla marchigiana”. Pero en 1908, el primer recetario de cocina tradicional italiana ya los incluye como una especialidad de la ciudad de Bolonia, mientras que el “Talismano della felicità” de 1927, habla de este como de un plato típico de las trattorie romane donde lo sirven los jueves, de ahí el dicho “Giovedì gnocchi, Venerdì pesce (o anche “ceci e baccalà”), Sabato trippa”.

Receta de ñoquis caseros con gorgonzola y nueces

Ñoquis de patata con gorgonzola y nueces

Receta de ñoquis de patata con la salsa clásica de queso y nueces

4 de 1 voto

Tiempo de preparación 30 min
Tiempo de cocción 5 min
Tiempo total 35 min

Plato Plato principal
Cocina Italiana

Raciones 4 personas
Calorías 472 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

  • 1 pasapurés
  • 1 tabla especia para pasta
  • 1 tablilla riga gnocchi

Ingredientes

  

Para la salsa

  • 200 g queso gorgonzola
  • 100 ml leche
  • 80 g parmesano rallado
  • 20 nueces ecológicas El Amasadero

Elaboración paso a paso

 

  • Poner a cocer las patatas en una cacerola con agua. Comprobar que están hechas pinchándolas.
  • Sacarlas del agua, pelarlas y triturarlas con un pasapurés. Poner la patata sobre la tabla especial para pasta y añadir un poco de sal y la harina poco a poco. Dicen que para que el amasado sea perfecto, se debe hacer con la patata muy caliente y con la menor cantidad de harina posible, para que no queden duros.
    Mezclar la harina y la patata para hacer la masa de ñoquis
  • Una vez la patata y la harina quedan bien integradas, amasar, pero solo un minuto. 
    No amases mucho la masa de ñoquis
  • Hacer bastoncillos del tamaño de nuestro meñique, sobre unos 7 mm de diámetro, poner por encima un poco de harina.
    Haz bastoncillos con la masa
  • Cortarlos en paralelo en pequeños nudos (gnocchi) de un cm. Volver a añadir harina para que el corte no quede húmedo.
    Corta en trozos y echa un poco de harina para que no se peguen los ñoquis
  • Pon un ñoqui sobre la tablilla y, con el dedo pulgar que lo cubra, presionar ligeramente de forma que no quede aplastado, sino con forma cóncava por un lado y rallada por el otro. Muy importante es que la presión ejercida sea siempre la misma para que todos sean del mismo grosor y luego cuezan todos por igual.
    Pasa el ñoqui por la tabla con ranuras
  • Si no tienes tablilla riga gnocchi, puedes intentar darle forma con un tenedor.
  • Poner agua a hervir para cocer gnocchi, la suficiente para que puedan flotar sin dificultad, mejor ancha y baja.
  • En una sartén poner el gorgonzola al fuego junto con la leche. Dejar que el queso se derrita creándose una crema. Añadir después el parmigiano si queremos un sabor más intenso y dejar que la mezcla cueza durante unos minutos.
  • Se pueden también antes sofreír unas tiras de jamón tierno para enriquecer aún más el plato.
  • Poner a cocer gnocchi y, cuando floten, contar un minuto y sacar sobre la salsa. Si son muchos, mejor cocer por tandas.
  • Dejar que cuezan en la salsa un par de minutos sin darles vueltas, solo remover un poco con golpes con el mango de la sartén.
  • Picar en un mortero un poco las nueces o dejarlas enteras, como se prefiera.
  • Servir cuidadosamente con las nueces peladas por encima.
    Ñoquis de patata paso a paso

Notas

Hay infinidad de maneras de cocinar gnocchi, te dejo unas cuantas:

-Gnocchi di patate con pesto genovese
-Gnocchi di patate con pomodoro fresco e basilico (con tomate y albahaca)
-Gnocchi di patate al forno con bietole (con acelgas)
-Gnocchi di patate con sugo di zucca (con crema de calabaza)
-Gnocchi di patate con burro i salvia (con mantequilla y salvia)
-Gnocchi di patate con crema di zucchini e menta (con crema de calabacín y menta)

También puedes combinar la salsa de queso gorgonzola con distintos tipos de pasta fresca o comercial. Va muy bien con pasta corta y pequeña, como le trofie, con pasta corta gruesa como los paccheri, penne, rigatoni, etc, y con pasta larga como spaghetti, o la pasta de la familia de las bavette.

A mi particular y especialmente me gusta mucho combinar esta salsa con pasta hecha con harina de castañas (1/3 de harina de castañas y 2/3 de harina 00) tanto en formato largo, como por ejemplo fettuccine, como en corto, por ejemplo, garganelli o farfalle. Seguro que te animas también tú a probarla.

NUTRICIÓN

Calorías: 472kcalCarbohidratos: 44gProteina: 24gGrasa: 22gGrasa saturada: 13gGrasa polinsaturada: 1gGrasa monosaturada: 7gColesterol: 51mgSodio: 1001mgPotasio: 729mgFibra: 4gAzúcar: 1gVitamina A: 541IUVitamina C: 25mgCalcio: 523mgHierro: 3mg

Categorías
Recetas Recetas de panes tradicionales Recetas tradicionales de Andalucía

Los clásicos son clásicos por algo: teleras cordobesas

Los clásicos son clásicos por algo: teleras cordobesas


Valoraciones: 26 Comentarios

Los clásicos son clásicos por algo: teleras cordobesas

Valoraciones: 26 Comentarios

¿Pero por qué no hay una primera fermentación en bloque? ¿Pero por qué se greña nada más formado? ¿Por qué le pegan semejantes tajos? ¿Por qué hay que matarse con el rodillo? No lo sé. Ni idea. Pero así hacen las cosas los panaderos para hacer las célebres teleras cordobesas. Como el resultado es excelente, seguimos los pasos que marca la tradición. Que si llevan tantos años haciéndolas así, por algo es. 

La telera se hace con muy poca agua, con un porcentaje panadero del 45%, es decir, 45 gramos de agua por cada 100 de harina. Esto significa que para amasar será necesario que te quites la chaqueta, te subas las mangas y abras la ventana. Porque vas a sudar. 

Sorprende de estos panes cordobeses, muy conocidos por ser los indicados para la elaboración del salmorejo, su forma. ¿Recuerdas la serpiente que se comía el elefante en El Principito? Pues es más o menos eso lo que has de hacer en el formado. 

Sorprenden también los cortes que, más que greñas, parecen un intento de descuartizamiento. 

Si estás acostumbrado a hacer pan de una manera, este se hace de otra bien distinta, porque fermenta formado y porque, en medio del proceso, hay que darle la vuelta. ¿Con qué fin? Otro misterio.

Lo cierto es que el resultado es un pan excelente, de miga prieta pero ligera, con un sabor intenso y unas rebanadas soberbias para soportar un aceite igualmente andaluz con unas escamas de sal. Soberbio es también su aspecto, con dos tajos que se convierten en greñas divinas: un bellezón. Te cansarás de aplicar rodillo, sí, pero piensa que así te ahorras una tarde de gimnasio. Para reponer fuerzas ya aprovechas la maravilla que sale del horno. 

Amasadora Ankarsrum

Receta de telera cordobesa

Los clásicos son clásicos por algo: teleras cordobesas

Receta de pan tradicional de Córdoba de miga muy blanca y masa bregada.

5 de 2 votos

Tiempo de preparación 20 min
Tiempo de cocción 45 min
Tiempo de reposo 1 h 55 min
Tiempo total 3 h

Plato Acompañamiento, Pan
Cocina Andaluza, Española

Raciones 1 telera de unos 750 gramos
Calorías 1833 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes

  

Para la masa

Elaboración paso a paso

 

  • Antes de empezar comprobamos que nuestra levadura está activa (sobre todo si vas a emplear un sobre que lleve un tiempo abierto). Para ello, mezclamos dos cucharadas de harina, tres de agua y un gramo de levadura, lo mezclamos bien y lo dejamos en un lugar templado. Si en diez minutos no sube, abre otro sobre de levadura. 
  • Mezclamos los ingredientes del prefermento amasando sobre la mesa. Hacemos una bola y la dejamos, en un tazón cubierto, en la nevera. La sacaremos del frigorífico una hora antes de utilizarla.
  • Mezclamos los ingredientes en un bol, empleando agua tibia (la calentamos un poco en un cazo) para ayudar a activar la fermentación. Cuando el líquido se haya absorbido, lleva la masa a la mesa y trabaja con las manos. 
  • Verás que es una masa dura por la escasa hidratación, por eso vamos a emplear un rodillo para “refinar” la masa, que no es otra cosa que amasar, pero a rodillo. Estira la masa con el rodillo hasta que quede una lámina de aproximadamente un dedo de grosor, dóblala sobre sí misma y vuelve a estirar. Tendrás que repetir el proceso unos diez minutos. Verás que al final tendrás una masa con una textura tersa y sedosa. 
    Amasamos con el rodillo de cocina
  • Forma una bola arrastrando con las dos manos sobre la encimera totalmente limpia de harina. Déjala reposar cinco minutos cubierta con un paño. 
  • Ahora toca darle forma. Queremos conseguir una especie de rombo con dos esferas en los extremos. O la serpiente con el elefante engullido de El Principito. Para ello daremos forma con las dos manos actuando como si trabajáramos plastilina hasta obtener el aspecto buscado.
    Damos forma de rombo o como la serpiente de El Principito
  • Pasamos nuestra masa al paño de lino. Al tener tan poca hidratación no es necesario que enharines el paño, pero si prefieres asegurarte de que no se pega, no pasa nada si salpicas un poco de panadera. Deja reposar la masa, cubierta con el propio paño, 20 minutos. 
  • Es el momento de hacer la greña, que más que greña son dos tajos profundos y paralelos. Sin miedo: hay que llegar bien a fondo.
    Haz dos cortes profundos
  • Cubre la masa tal y como la tienes y déjala fermentar entre 50 minutos y una hora. Si hace frío en tu cocina, un poquito más. 
  • Verás que ha crecido mucho y que los cortes se han rellenado y tienen un aspecto excelente. 
    La masa habrá aumentado mucho de tamaño
  • Pues ahora dale la vuelta, dejando los cortes hacia abajo, cúbrela de nuevo y deja fermentar otros 30-45 minutos.
  • Precalienta el horno a 200 grados con calor arriba y abajo sin ventilador. Lleva al pan (con pala o a mano, porque es fácil de manipular), de nuevo con los cortes hacia arriba, a la Celsius, situada en la segunda altura contando desde abajo. Si no tienes plancha Celsius, en la bandeja, que también tendrá que estar precalentada y dentro del horno. 
  • Cuécelo durante 45-50 minutos, hasta que coja color. Con una pala o unos guantes llévalo a una rejilla para dejarlo enfriar. Ya tienes tu telera cordobesa. 
    Deja enfriar el pan sobre una rejilla

NUTRICIÓN

Calorías: 1833kcalCarbohidratos: 383gProteina: 53gGrasa: 5gGrasa saturada: 1gGrasa polinsaturada: 2gGrasa monosaturada: 1gSodio: 3124mgPotasio: 574mgFibra: 15gAzúcar: 1gVitamina C: 0.01mgCalcio: 85mgHierro: 23mg

Amasadora Ankarsrum

Categorías
Habláis vosotr@s

Cookies amor de madre de Inés Pérez

Cookies amor de madre de Inés Pérez


Valoraciones: 7 Comentarios

Cookies amor de madre de Inés Pérez

Valoraciones: 7 Comentarios

Mi nombre es Inés, y empecé en esto de la repostería porque la cocina «generalista» se me daba un poco regular, aunque con los años (y la llegada de las niñas), afortunadamente he ido remontando 🙂 Con todo, la repostería ha estado ahí como fiel compañera de viaje, y tabla de salvación en los momentos más duros del confinamiento, cosa que le estaré eternamente agradecida.

A la receta que os mando le tengo un cariño especial, porque fui probando pacientemente hasta dar con una receta resultona, que con muy poco esfuerzo puedes sorprender muy gratamente tanto a la familia para el desayuno, como a las visitas más «puestas» (como dicen en Málaga). Me encanta la combinación de la mantequilla con las nueces. Es un amor al primer mordisco que una vez que empiezas, no puedes parar, y a mí personalmente me gusta esa textura esponjosa sin ser arenosa de la masa que resulta de esta alquimia amorosa a la par que mantecosa 🙂 La receta empezó como un reto personal cuando me convertí en madre, cuando me di cuenta con horror que no tenía ninguna receta de esas que iba a trascender mi existencia, esa por la que los miembros de tu familia te encumbran a ese particular paseo de la fama familiar gastronómico (ejemplo, los borrachuelos antológicos de mi padre, como buen malagueño de pro, o las rosquillas legendarias de la abuela de mi chico, Pilar), con receta secreta incluida, que puedes pasar de madres/padres a hijas/hijos. Así pues me puse manos a la obra, y a base de prueba y error nació está receta que mis hijas (y vosotros) heredáis el día de hoy. Por eso digo que los hijos sacan lo mejor de nosotros mismos. También lo peor, pero esa es otra historia :). ¡¡Que aproveche!!

Cookies amor de madre

Cookies amor de madre de Inés Pérez

Estas deliciosas galletas combinan la textura suave de la harina de avena con el crujiente de las nueces, creando un equilibrio perfecto de sabores y nutrientes.

4.25 de 4 votos

Tiempo de preparación 30 min
Tiempo de cocción 20 min
Tiempo total 50 min

Plato Desayuno, Merienda, Postre
Cocina Americana

Raciones 24 cookies pequeñas
Calorías 50 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

  • 1 amasadora o en su defecto, unas manos con ganas de marcha.
  • 1 bol (si usáis el robot amasador, pues el bol del «robot»)
  • 1 mortero (opcional pero muy recomendable para machacar las nueces)
  • 1 tazón pequeño para reservar las nueces.
  • 1 bandeja de horno

Ingredientes

  

  • 86 g harina de repostería El Amasadero
  • 66 g harina integral de centeno ecológico El Amasadero
  • 33 g harina de avena integral ecológica El Amasadero
  • 60 g mantequilla a temperatura ambiente. Suelo usar mantequilla con sal. Si preferís no abusar de la sal, usa sin sal y le echas una pizca para potenciar el dulzor.
  • 30 g azúcar moreno Sí, habéis leído bien. Tengo que decir en mi defensa que no me gustan nada las cosas dulzonas, y suelo quitarle de media un 30-40% del azúcar a las recetas de repostería en general, con lo cual para el resto de los mortales se puede ajustar a unos 50-60 gramos.
  • 1 huevo entero campero L o XL. Si no, recomiendo un huevo mediano y un poquito más. Para poner un ejemplo, en mis tres hornadas añado cuatro huevos medianos.
  • 10 g polvos de hornear (levadura tipo Royal) (Para las tres hornadas utilizo dos sobres)
  • 30 g nueces ecológicas o al gusto. Esto es opcional, pero diría que si prescindís de ellas, no sabéis lo que os perdéis.
  • pepitas de chocolate  al gusto (unos 50, o algo más). Como uso de chocolate con leche, eso ya le da bastante dulzor. Aseguraos que son de chocolate de buena calidad, que ya que nos venimos arriba con unas cookies molonas, tenemos que darle cierto empaque 🙂

Elaboración paso a paso

 

  • Machaca las nueces en un mortero, pero no te pases con el machaque, solo lo justo para que se noten en las cookies ya hechas. Reserva en un bol pequeño.
  • Echa los ingredientes líquidos en el bol grande (o en el bol del robot amasador), es decir, la mantequilla y el huevo.
  • Justo después introduce el resto de ingredientes sólidos, junto con las nueces y las pepitas. Suelo poner la levadura en último lugar.
  • Mezcla con las manos en el bol o con el robot amasador a velocidad baja-media hasta que se quede una masa esponjosa y firme. La verdad es que es un gustazo hacer galletas con esta masa porque no se desmiga ni está pegajosa. Si ves en la masa que está falta de puntitos marrones, anímate a echar un poco más. Tus cookies, y tu familia te lo agradecerán.
  • Enciende el horno a 200°C aproximadamente con calor arriba y abajo y ve formando a mano las cookies en una bandeja con papel de horno por encima.
  • Una vez que llegue el horno a 200°C, baja a 190°C e introduce la bandeja con las cookies. Deja en el horno unos 20 minutos. Recomiendo que no os paséis de los 20 porque las pepitas se pueden socarrar.
  • Deja enfriar las cookies en una rejilla y échate un cantecito mientras te tomas las cookies con un cafelillo o un vaso de leche para saborearlas en todo su esplendor.

Notas

El chocolate en repostería es el equivalente al vino en la cocina. Un vino regulero le puede bajar muchos enteros a una carne fabulosa que habías comprado con toda tu ilusión a tu carnicero de confianza. Con el chocolate pasa lo mismo. Compra unas pepitas de chocolate de buena calidad y las cookies pasarán de buenas a «pero qué rico está esto, ¿no?» en cero coma.

Respecto al tema del mortero para las nueces: es interesante que queden los trozos pequeños pero bien visibles, para darle un punto crujiente a la cookie. Con las manos lo he hecho también pero toma mucho más tiempo y los trozos quedan demasiado grandes para mi gusto. El mortero para eso es lo mejor (mucho mejor que un rallador).

Si te entra el sentimiento de culpa por echar mantequilla… Pues piensa que ésta es una buena inversión calórica. Me explico: puestos a pecar, pues mejor pecar con fundamento, jajajajaja.

Respecto al robot amasador: hasta estas pasadas Navidades no tuve la gran suerte de recibir por parte de papá Noel y los Reyes un robot amasador (los joint ventures para eso están). Tengo que decir que para esta masa el uso del robot es una gozada, pero bueno, fui tirando durante años de trabajo manual, y ni tan mal oyes.

Estas cookies pueden aceptar variantes en los parámetros de frutos secos que siempre son interesantes: unas almendras o unas avellanas tostadas podrían ir bien, pero tengo debilidad por las nueces. ¿Será el Omega-3?

Si tienes el «mono-gocho» que te está dando el peñazo al grito de «dame más chocolateeeee, vengaaaaaa, vaaaaa», prueba a echarle un par de cucharadas de cacao puro en polvo a la masa, o mejor, hacer una hornada 50/50 (50% de la hornada con la masa tal cual, 50% con cacao). El cacao sin embargo tiene como contrapartida que el gusto de mantequilla estará un poco más apagado, pero oye, una cosa por otra 🙂

Si lo integral no te apasiona, pues ponle todo harina de repostería, aunque con la harina de centeno le da un punto rústico muy chulo, y la cookie te queda muy sabrosa (y qué narices, lo integral siempre te quita un poco el cargo de conciencia al hecho de estar comiendo tanta cookie, jajajajaja).

Pues con esto entraréis por la puerta grande en vuestro paseo de la fama familiar gastronómico, con recuerdos imborrables de desayunos en familia que se anclarán en la pituitaria de vuestr@s hij@s y parientes, allí donde se alojan esas natillas, arroces con leche y esas tartas de manzana que os teletransportan a vuestra más tierna infancia en un momento, que al fin y al cabo para eso sirve la cocina, para unirnos a todos, generaciones pasadas, presentes y futuras, un poquito más. Pues ya con esto garantizáis un más que digno relevo 🙂

NUTRICIÓN

Calorías: 50kcalCarbohidratos: 6gProteina: 1gGrasa: 2gGrasa saturada: 1gGrasa polinsaturada: 0.1gGrasa monosaturada: 1gGrasa Transgénica: 0.1gColesterol: 12mgSodio: 19mgPotasio: 22mgFibra: 1gAzúcar: 1gVitamina A: 72IUVitamina C: 0.001mgCalcio: 3mgHierro: 0.3mg

Categorías
Desayunos frutas de sartén

Churros clásicos: la receta definitiva

Churros clásicos: la receta definitiva


Valoraciones: 33 Comentarios

Churros clásicos: la receta definitiva

Valoraciones: 33 Comentarios

Pocas cosas hay más sencillas de hacer que los churros. Cuando se saben hacer, claro. El problema es que antes hay que llegar a ese punto. Llevo días saltando de fritanga en fritanga, de tópico en tópico y de fracaso en fracaso. Nada nuevo: es lo que nos pasa a todos los que nos afanamos en aprender algo en esto de las masas. Después de pasar por la sartén muchas docenas de churros (¿por qué solo los churros y los huevos se cuentan por docenas?) creo haber encontrado una fórmula de la que estar razonablemente orgulloso. Todos, claro, hubo que probarlos. Y sí, puedo constatar que estas dos arrobas de más que ciñen mi talle, algo tienen que ver con la masa frita. 

Empecemos por desmontar mitos: 

1. Si no los haces con harina de fuerza, explotan. Falso. Los he hecho con todo tipo de harinas. La que mejor queda, la panadera

2. Ponte un traje de artificiero porque estallan constantemente. Falso también. Estallan si quedan burbujas de aire en la masa, pero empleando una simple y eficaz churrera nunca tendrás ese problema. 

3. Fríe solo en aceite de girasol. Pues ni se te ocurra: si quieres que te salgan bien de verdad, emplea aceite de oliva suave.

Hay más, pero esos son los más repetidos, sobre todo los relacionados con explosiones. A ver, ten cuidado, sí, pero es harina, no dinamita.

Para hacer un buen churro lo que necesitas es la proporción justa de agua y harina, la temperatura de aceite (de oliva) óptima, y algún que otro truco para que el interior quede suave y cremoso y el exterior, crujiente. Los nuestros son sencillos y eficaces: añadir a la masa una cantidad minúscula de bicarbonato y mantequilla. 

Para llegar a tales conclusiones me he puesto, sí, como una bola. Creo que el sacrificio ha valido la pena. Honestamente, están gloriosos. Sabiendo todo esto y siguiendo los pasos de esta receta, en poco más de media hora, a nada que te des un poco de maña, los tendrás amasados, fritos y en el plato. 

En el mundo de los churros y las porras hay muchas variantes regionales y maestros a lo largo y ancho de España. No vamos a decir aquí si unas son mejores que otras, pero sí podemos asegurar que si te casas con esta versión, tendrás un feliz matrimonio. ¡Hala! A freír churros.

Churros, receta casera

Churros clásicos: la receta definitiva

La receta definitiva de churros caseros con consejos para que no exploten. Aprende cómo hacer churros crujientes y dorados desde cero con nuestra guía infalible. Perfecta para principiantes y amantes de los churros, nuestra receta te permitirá disfrutar de esta clásica merienda en casa.

4.78 de 9 votos

Tiempo de preparación 15 min
Tiempo de cocción 3 min
Tiempo de reposo 20 min
Tiempo total 38 min

Plato Desayuno, Merienda
Cocina Española, Portuguesa

Raciones 20 churros
Calorías 57 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

  • 1 cazo grande
  • 1 cuchara de madera
  • 1 santén honda
  • papel de cocina
  • pinzas o tenedores
  • 1 churrera

Ingredientes

  

Elaboración paso a paso

 

  • En un cazo, calienta el agua al fuego, con la sal, el bicarbonato y la mantequilla. Cuando empiece a hervir, añade toda la harina y retira inmediatamente del fuego. 
  • Dentro del cazo, empieza a mezclar la masa con la cuchara de madera hasta conseguir una textura homogénea.
    Remueve con cuchara de madera
  • Cuando se haya enfriado lo suficiente para que puedas manipularla, lleva la masa a la mesa y acaba de amasar a mano. Un par de minutos son suficientes.
    trabaja la masa sobre la mesa
  • Cubre la bola con un paño y déjala reposar 20 minutos. 
    Haz un bola, cubre con un paño y deja reposar 20 minutos
  • Divide la masa en dos partes iguales. Coge una de ellas y dale forma de cilindro con la mano. Así entrará fácilmente en la churrera. 
  • Abre la churrera, cárgala y tápala. Recuerda que para que funcione es necesario que la parte dentada de la varilla quede mirando hacia el mango.
    Carga la churrera con la masa
  • Pon una sartén a fuego vivo con una buena cantidad de aceite: los churros tienen que flotar.
  • Para saber si el aceite está bien caliente, echa una bolita de masa en la sartén, en cuanto flote y comience a espumear, estará listo. Es importante que el aceite esté bien caliente para que el churro mantenga la forma y para que no quede aceitoso.
  • Con la churrera puedes ir echando, uno a uno, los churros en la sartén. Si no te sientes seguro, forma los churros sobre una hoja de papel de hornear, rectos, en forma de gota o en espiral, como más te guste. Cógelos con la mano y llévalos a la sartén. 
  • El aceite no tiene que llegar a humear, si ves que gana demasiada temperatura, bájale un punto a la cocina. Con unas pinzas o un par de tenedores, dale vueltas a los churros para que se frían bien por todas sus caras. Cuando estén bien dorados, sácalos a un plato con papel absorbente.
    Fríe los churros en abundante aceite
  • En cuanto puedas tocarlos sin quemarte, a por ellos. Rocíalos generosamente con azúcar, sumérgelos en chocolate o en café con leche, o así, solos. Prueba y ya dirás si tengo o no razón.

Notas

Aunque hacerlos es muy fácil y puedes prepararlos en media hora, vale la pena, ya que estás metido en harina, hacer más de los que vas a comer. Una vez fritos, mételos en una bolsa y congélalos (siempre sin azúcar). Para descongelarlos, pasa directamente los churros del congelador al horno, precalentado a 220 grados. En siete u ocho minutos estarán igual que recién hechos.

NUTRICIÓN

Calorías: 57kcalCarbohidratos: 11gProteina: 2gGrasa: 0.4gGrasa saturada: 0.2gGrasa polinsaturada: 0.1gGrasa monosaturada: 0.1gGrasa Transgénica: 0.01gColesterol: 1mgSodio: 87mgPotasio: 16mgFibra: 0.4gAzúcar: 0.04gVitamina A: 7IUCalcio: 3mgHierro: 1mg
Categorías
Masas dulces Repostería tradicional

Galletas de Normandía para merendar como una marquesa

Galletas de Normandía para merendar como una marquesa


Valoraciones: 8 Comentarios

Galletas de Normandía para merendar como una marquesa

Valoraciones: 8 Comentarios

Dicen que el desayuno es la comida más importante del día. Y razón no les falta a los expertos, pero especialmente cuando eres más joven, la hora de la merienda es casi un festín. Y para muestra, un botón. 

¿Qué es lo primero que hacen los niños cuando salen a media tarde corriendo de las aulas? Merendar. Un bocadillo, una fruta, algo de bollería… o, quizás mejor, unas buenas galletas de Normandía. Como hacía yo en el verano de 2006. 

Aquel estío pasé un par de semanas de intercambio en la Bretaña francesa, para ser exactos, en Saint-Maló. Y allí, además de descubrir unas playas preciosas y enamorarme de la mantequilla que los franceses usaban para cocinar, descubrí les sablés. En español se las conoce como Sablé o galletas bretonas, galletas de Normandía, galletas de la bretaña francesa, … 

Fueron dos semanas cortas, pero intensas, y las galletas de Normandía se convirtieron en mi salvación. No me acostumbraba del todo a los bocadillos de huevo duro que me preparaban para comer, tampoco a los horarios (desayunar a las 7, comer a las 13h, cenar a las 19h…) Así que la hora de la merienda, se convirtió en mi “momento zen” del día.

Sentada, con mi vaso de leche y mis galletitas, en el jardín trasero de la casa donde me alojaba mientras disfrutaba del solecito, me sentía una marquesa recuperando energía para salir a recorrer las calles y aprovechar los últimos rayos del día. Por cierto, al parecer, la primera vez que se habla de este tipo de galletas francesas fue en las cartas que la marquesa de Sévigné escribía a su hija. Estas galletas las servía François Vatel (inventor de la crema chantilly) en el salón de Luis II.  

Lo que aprendí de francés aquel verano, por desgracia, ya está más que olvidado, pero de vez en cuando me gusta rememorar el sabor de esas galletas de Normandía, especialmente ahora que las tardes son más largas y el buen tiempo anima a convertir la merienda en un momento de calma y relax antes de continuar el día. 

receta de galletas bretonas de mantequilla

Sablés: galletas de mantequilla caseras

Receta tradicional francesa de galletas de mantequilla. Estos sablés crujientes y dorados de textura delicada hacen de estas galletas un verdadero deleite para acompañar un té o café.

5 de 2 votos

Tiempo de preparación 20 min
Tiempo de cocción 20 min
Tiempo total 40 min

Plato Desayuno, Merienda, Postre
Cocina Francesa

Raciones 30 galletas
Calorías 1480 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes

  

  • 320 g harina de repostería El Amasadero
  • 175 g mantequilla
  • 125 g azúcar de caña mascobado ecológico
  • 1 cucharadita flor de sal
  • 1 cucharadita canela de Ceilán en polvo El Amasadero
  • 1 huevos enteros
  • 1 yemas de huevo

Elaboración paso a paso

 

  • Mezcla en un bol la harina, el azúcar, la sal y la canela. Incorpora también la mantequilla, a temperatura ambiente, en porciones pequeñas y mezcla a mano hasta obtener una masa arenosa.
    mezcla hasta obtener una textura arenosa
  • Incorpora un huevo y una yema (guarda la clara sobrante para el final) y sigue trabajando en la masa con la yema de los dedos hasta lograr una masa integrada (unos 10 minutos), compacta, pero un pelín pegajosa.
    Añade el huevo a la masa
  • Haz una bola con la masa, métela dentro del bol, tapa con papel film y déjala reposar en el frigorífico durante una hora.
    Haz un bola, guarda en film transparente y mete en la nevera durante una hora
  • Es hora de enharinar la mesa de trabajo para estirar la masa con la ayuda de un rodillo y dejarla bien finita.
  • Antes de seguir con las galletas, precalienta el horno, calor arriba y abajo, a 160 grados y cubre la bandeja del horno con papel de hornear.
  • Con la ayuda de un cortador de galletas (del tamaño que prefieras), corta la masa y ves poniendo las galletas encima de la bandeja del horno. Deja al menos una separación de un par de dedos entre galletas.
    Corta la masa con un cortagalletas
  • Con la clara de huevo que nos ha sobrado, pintamos con cuidado las galletas justo antes de hornearlas durante unos 20 minutos, dependerá del horno.
  • Tras el horneado, deja enfriar las galletas sobre una rejilla. 

Notas

La canela se puede incorporar al principio o bien espolvorear con cuidado antes de pintar las galletas con clara de huevo. Se puede sustituir la canela por aroma de vainilla, aunque en ese caso, habría que incorporarla en la masa al principio de la receta. 

Es recomendable pasar ligeramente el cortador de la galleta por harina antes de cortar para evitar que la masa se pegue. 

A mí me salieron unas 30 galletas de tamaño pequeño-mediano que horneé en diferentes tandas. Si también haces diferentes hornadas, deja la masa dentro del frigorífico entre cada hornada para que se mantenga fría. Así será más fácil trabajarla y no se deformarán las galletas. Otra opción es hacer una bola con la masa sobrante y congelarla para otro día. 

NUTRICIÓN

Calorías: 1480kcalCarbohidratos: 186gProteina: 21gGrasa: 77gGrasa saturada: 47gGrasa polinsaturada: 4gGrasa monosaturada: 20gGrasa Transgénica: 3gColesterol: 367mgSodio: 795mgPotasio: 255mgFibra: 5gAzúcar: 63gVitamina A: 2437IUVitamina C: 0.02mgCalcio: 74mgHierro: 8mg

Categorías
Conceptos básicos Trucos y consejos

¿Cuál es el mejor método para conservar el pan? (a corto plazo)

¿Cuál es el mejor método para conservar el pan? (a corto plazo)


Valoraciones: 30 Comentarios

¿Cuál es el mejor método para conservar el pan? (a corto plazo)

Valoraciones: 30 Comentarios

Entre los dogmas de fe incuestionables figuran los relativos a la conservación del pan. Nuestras abuelas empleaban una bolsa de tela (cosida por ellas mismas) y nuestros padres se pasaron a la panera. No sabemos qué motivó esa variación, como no sabemos muy bien qué pasó entre el holoceno y el pleistoceno. Lo cierto es que, cambios, los hubo. 

Con el pan imperan las creencias del momento. Para unos era bolsa, para otros, panera o cajón. Pero lo cierto es que sí hubo grandes avances en la civilización que bien podrían llevarnos a una reflexión. En El Amasadero nos la hemos hecho y aquí os dejamos nuestros resultados.

Lo primero que tenemos que aclarar para ponernos en contexto, es que no vamos a hablar en esta entrada del mejor método de conservación del pan a largo plazo, la congelación. Ese tendrá otra entrada para establecer la forma más eficaz de descongelarlo.

Aquí lo que nos planteamos es qué hacemos con ese trozo del pan del día que después de cenar nos sobra y que, seguramente, nos comeremos mañana. Y si estiramos el chicle, pasado, pero no más allá, porque aunque hay panes que aguantan, no vale la pena apurarlos.

El pan respira, es una de sus características propias. Más que respirar, transpira. En el control de esa transpiración, que no es otra cosa que la evaporación del agua que queda en la miga, está la clave de su conservación. 

El peor enemigo del pan es la bolsa de plástico. Lo es porque el pan está compuesto de corteza y miga, la corteza es, al fin y al cabo, una galleta seca, y la miga, la parte húmeda. Si lo sellamos con plástico, el vapor atrapado reblandece la corteza en poco tiempo. Además, cortando la transpiración, aceleramos la aparición de moho por las condiciones de elevada humedad. 

La clave para conservar el pan está en encontrar un sistema que permita a la corteza mantenerse firme y crujiente (lo más posible, claro) y que al mismo tiempo no acabe con la humedad de la miga. Es decir, un método que permita al agua salir pero no hacerlo demasiado rápido ni demasiado lentamente. ¿Es posible? Aquí analizamos cuatro opciones. 

El método consistió en emplear cuatro partes iguales de la misma barra artesana para explorar otros tantos sistemas diferentes, analizando su evolución de 24 horas en 24 horas hasta llegar a los siete días. 

Probamos la panera, probamos la bolsa de tela y la de papel. Y añadimos uno más y bastante menos común, la nevera. Si sirve para otros alimentos, ¿por qué no para el pan? Vale, todos sabemos que el frigorífico reseca enseguida los alimentos, y que por eso hay que guardarlos envueltos. En plástico ya sabemos que no podíamos hacerlo, así que lo hicimos metiendo el pan en una bolsa de papel. 

Amasadora Ankarsrum

Un día después

Los cuatro panes son perfectamente utilizables, pero ya hay notables diferencias y, sobre todo, una sorpresa. El pan de la panera ya tiene la corteza blanda, aunque no reblandecida. En las dos bolsas, quizás algo más en la de papel, se mantiene más consistente. Pero si hay un pan que sorprende es el de la nevera: la corteza está exactamente igual de crujiente que el primer día y la miga está en buenas condiciones. Punto para la nevera.

Conservacion del pan: dia 1

Segundo día. 

El trozo de la nevera sigue con la corteza crujiente, tirando ya a dura de más, pero muy digna. La miga, sin embargo, pierde humedad y ya parece seca. Si hacemos espeleología con el dedo nos damos cuenta de que esa sequedad es superficial: más al centro sigue estando aceptable. La tela y el papel prácticamente empatan, aunque se nota algo más seco el pan en papel: corteza consistente en ambos y miga tirando a seca. Todos son utilizables, sobre todo si prescindimos de las partes más expuestas. Por su parte, la miga de la panera está en mejores condiciones que el resto, pero la corteza está mucho más blanda. Puestos a elegir, nos quedamos con la tela o la nevera prescindiendo de la capa exterior de miga.

Segundo día. Conservacion del pan

Tercer día.

Empiezan a cambiar las cosas. El pan de la nevera cruje aún, sí, pero para buscar algo tierno hay que profundizar un buen trecho. En la bolsa de tela hay algo más de vida que en la de papel, pero en los dos casos nos acercamos al pan duro y seco. Aunque en la panera la corteza ha sucumbido y se ha vuelto chiclosa, es el pan allí guardado es el más utilizable. Punto para la panera.

4º dia de la conservación del pan

Cuarto día.

La nevera muestra su clara tendencia a petrificar el pan. Aún conserva un corazoncito blando, pero hay mucho que buscar. En la tela y el papel hay que tener, realmente, mucha hambre para intentarlo. En la tela va algo mejor la cosa y aún se percibe que la miga es miga, y no un nanax. En la panera afloran los primeros puntos de moho y los aromas de pan revenido, pero puesto en una emergencia, se podría todavía salvar alguna rebanada que acabara en el tostador. Punto de nuevo para la panera. 

Quinto día. 

Si llegar al cuarto día ya no tenía mucho sentido, ahora menos. El pan de la nevera cruje, sí, pero si se llama crujir a lo que hace la leña seca al romperse. Curiosamente, y pese a que por el frigorífico han desfilado estos días pescados, cefalópodos y hasta quesos potentes, no se le ha pegado aroma alguno. Con los trozos de las dos bolsas es difícil escoger el más duro, tal vez el del papel. En la panera el moho avanza pero miga, hay.

Sexto día. 

Se masca la tragedia. Si el de la nevera está como una piedra, los de las bolsas están como ladrillos. Si mueres de hambre podrías comerte aún el de la panera, quitando el mocho, que avanza lujuriante. Quien sabe, el aroma a hongo igual acaba triunfando en la alta gastronomía. 

Séptimo día: cata y epílogo. 

El pan de la nevera cruje, sí, pero hace falta estar robusto y apretar con las dos manos. Si no es el caso, saltarle encima con botas de montaña también funciona. Es posible comer pequeños trozos con textura de piedra volcánica. Curiosamente, todavía sabe algo a pan, más que los de las bolsas de tela y papel, que casi hay que partir con alicate, y que no solo están secos, sino que también huelen a moho, aunque no se vea. El de la panera tiene ya cierto aroma a bayeta de bar, aunque duro no está. Si tienes granja, es el momento de derivarlo a las gallinas.

Conclusión. Es mejor que no estires tus panes una semana. Cómetelos antes. Los métodos de conservación al margen del congelador son útiles dos, o como mucho tres días. ¿Cuál es el mejor? Depende del tiempo que se vayan a conservar. 

Si tengo un hermoso pan crujiente y sé que lo que me sobra hoy me lo voy a comer mañana, no dudaría en meterlo en la nevera dentro de una bolsa de papel. Con diez minutos a temperatura ambiente se atempera y estará prácticamente igual que el día anterior. 

Si vamos a estirar nuestro pan otro día más, la nevera mantendrá la corteza, sí, pero será a costa de secar visiblemente la miga. Si vas a hacer tostadas, mejor en la panera, si lo vas a comer tal cual, la bolsa de tela tal vez se lleve la palma. 

Desde el tercer día no hay discusión, vence la panera, que mantiene el pan comestible hasta que aflora el moho. De todas maneras, si tienes pensado guardar tu pan más de tres días, ¿por qué no lo congelas?

Comentarios:

Este experimento se realizó con una barra artesana hecha con prefermento. La conservación varía también dependiendo de los ingredientes. Los panes de masa madre se pueden estirar algo más, y también suelen durar más las hogazas de mayor volumen, que tardan más en perder su humedad. Los panes integrales también tienen una vejez más llevadera.

Categorías
Recetas

Masa de pizza con harina integral de espelta apta para italianos… ¡y tutto il mondo!

Masa de pizza con harina integral de espelta apta para italianos… ¡y tutto il mondo!


Valoraciones: 7 Comentarios

Masa de pizza con harina integral de espelta apta para italianos… ¡y tutto il mondo!

Valoraciones: 7 Comentarios

Para los niños. Para los adultos. Para los veganos y para los carnívoros. Para flacos y gordos. Para invierno y verano. Para comer o para cenar. Desde Italia, por y para los italianos, hasta cualquier rincón del globo terráqueo porque es famosa en el mundo entero… 

La pizza es para todos. 

Y cuando algo es tan popular… pasa lo que pasa. Que cada uno la versiona y personaliza a su gusto y a su manera. Con más o menos acierto, todo hay que decirlo… porque estando yo en la India me encontré con la palabra “pizza” en la carta de un restaurante y, creedme, de pizza no tenía ni la pe

Sí que contiene la letra P la harina que he utilizado para hacer esta receta. Se trata de la harina integral de espelta. Hace unas semanas ya me pasé por aquí con un bizcocho de espelta y… ¿Qué queréis que os diga? Le estoy cogiendo el gusto a cocinar con la escanda y… tenía que probarlo con el plato estrella para el fin de semana, una noche de viernes o una cena con amigos.

He de reconocer que, hasta ahora, siempre he hecho masa de pizza casera con la harina especial para pizzas. Desde que la descubrí hace unos años, en mi horno no entra otra masa. ¡Hasta hoy! Y más que contenta estoy con el resultado de esta masa de pizza con harina integral de espelta así que… ¡Benvenuto a casa! 

Horno Ooni con pala de regalo

Receta de masa de pizza de espelta

Masa de pizza con harina integral de espelta apta para italianos… ¡y tutto il mondo!

Receta de base de pizza con harina integral de espelta. Más nutritiva y saludable que las bases de pizza a base de harinas refinadas.

3.44 de 16 votos

Tiempo de preparación 15 min
Tiempo de cocción 20 min
Tiempo de reposo 1 h 30 min
Tiempo total 2 h 5 min

Plato Plato principal
Cocina Italiana

Raciones 2 bases
Calorías 802 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes

  

Elaboración paso a paso

 

  • Pon los 400 g de harina integral de espelta en un bol grande. 
  • Añade la levadura y la sal, mezcla y crea un “volcán”, es decir, haz un agujero en el centro. 
  • Añade la mitad del agua en el agujero y mezcla con las manos un poco (si lo prefieres, puedes usar una pala de madera para mezclar). 
  • Añade el resto del agua poco a poco, sin dejar de remover e integrando bien la harina con el agua.
  • Espolvorea la mesa con un poco de harina y pasa la masa del bol a la superficie de trabajo. 
  • Amasa durante unos 10 minutos. Para amasar lo que suelo hacer es coger un pellizco de la parte superior, estirar con cuidado hasta el centro de la masa y aplastar suavemente. Después muevo la masa en el sentido de las agujas del reloj y repito la operación: cojo un pellizco de la parte superior, estiro hasta el centro, aplasto suavemente, muevo en el sentido de las agujas del reloj. Ya sabes: coger, estirar, aplastar y mover. Así unos 8 o 10 minutos, hasta que veas que obtienes una masa un poco pegajosa, pero firme. 
  • Haz una bola con la masa e introdúcela nuevamente en el bol. Tapa con un paño limpio y deja reposar a temperatura ambiente aproximadamente una hora y media o dos. Verás que la masa dobla su tamaño. 
  • Si es necesario, vuelve a espolvorear la mesa de trabajo con un poco de harina. Divide la masa en 2 o 3 porciones en función de si te gusta una pizza más gruesa o más fina. Yo la he dividido en dos y una la he congelado para otra ocasión. 
  • Aplana la masa un poco con las manos y después utiliza un rodillo de madera hasta conseguir el grosor y forma que desees. 
  • ¡Es hora de hornear! Precalienta el horno a 180º arriba y abajo mientras preparas la pizza. Añade un poco de tomate en la base, esparce los ingredientes y hornea la pizza durante unos 20 minutos (el tiempo total dependerá de tu horno, pero cuando veas que la base está dorada y los ingredientes hechos, puedes sacarla). 

Notas

Lo de dar forma completamente circular a la masa no es mi punto fuerte, pero a Jesús Marquina pongo por testigo (sí, el mejor pizzero del mundo es español) de que esta pizza con harina integral de espelta ha quedado rica, sabrosa… ¡y para repetir! 

¿Qué ingredientes le hubieras puesto tú? ¿Eres de los que hace la vista gorda con la piña en la pizza o eres de la vieja escuela italiana y por ahí no pasas ni muerto? 

OBSERVACIONES

  1. Si no tienes un molde o pala para pizza, mi truco para pasarla directamente a la bandeja del horno más fácilmente es usar papel de horno. Después de amasarla un par de veces con el rodillo, pongo un poco de harina y la masa sobre papel de horno y acabo de amasar directamente encima del papel. 
  2. La pizza de esta receta la he hecho con manzana y cebolla caramelizada en la sartén (usando dos cucharadas soperas de azúcar de caña Panela ecológico) por lo que no necesitaba mucha cocción en el horno. Por eso, primero he horneado la pizza sola durante 10 minutos a 180º arriba y abajo y después he añadido la manzana y la cebolla y la he vuelto a meter otros 10 minutos. De esta forma los ingredientes no se asan demasiado y la pizza queda en el punto perfecto. 

NUTRICIÓN

Calorías: 802kcalCarbohidratos: 147gProteina: 27gGrasa: 7gGrasa saturada: 0.01gGrasa monosaturada: 0.02gSodio: 110mgPotasio: 5mgFibra: 27gCalcio: 4mgHierro: 10mg

Categorías
Recetas

Quiche de puerros y panceta, monumento de masa quebrada

Quiche de puerros y panceta, monumento de masa quebrada


Valoraciones: 2 Comentarios

Quiche de puerros y panceta, monumento de masa quebrada

Valoraciones: 2 Comentarios

Si hay una receta que ha sido sistemáticamente traicionada (que no interpretada) en medio mundo, es el famoso quiche lorraine. O mejor la (y no el) quiche, porque el nombre es femenino, al menos según el diccionario de Oxford que recoge el término. Dicho nombre, por cierto, no se ha incorporado todavía al Diccionario de la Real Academia Española. Animo a sus académicos a probar la quiche, verás que rápido entra por mucho que existan otros términos equivalentes.

Digo que la han traicionado mil veces porque existe una marcada tendencia a convertir la quiche lorraine en una especie de pizza gruesa, de tal modo que al final se consigue una suerte de Frankenstein de la gastronomía, porque el resultado no es ni quiche, ni pizza. Lo único seguro sobre esa variación de la mítica receta francesa es que sirve como dieta de engorde.

La lorraine original es una tarta salada que se hace con nata, huevos y panceta. Punto. Es decir, no lleva ni gruyere, ni emmental, ni ningún otro queso. Ni nuez moscada. Tampoco lleva puerros. Entiendo que el mismo que inventó lo de cargarla de queso, sintiéndose culpable por la montaña de calorías extra, intentó expiar su culpa añadiendo unos inocentes puerros. 

Bromas aparte, lo cierto es que no hay que ser talibán a la hora de seguir las tradiciones. No pasa nada por variar y probar. Es más, no pasa nada por añadirle queso a las masas. 

Lo que ocurre con el queso es que hay que tener un especial cuidado con él. La quiche lorraine tiene un sabor muy peculiar (excelso) gracias a la mezcla de huevos y nata. En ese contexto brilla la panceta. El puerro, si se lo pones, aparece inconfundible con su sabor. Si a esos ingredientes le sumas queso, el puerro palidece y la delicadeza del relleno se pierde, consiguiendo, además, una tarta mucho más pesada.

Todo esto que he dicho va sobre el relleno, pero la masa es igual de importante. Si de verdad quieres hacer una tarta con masa quebrada, no compres las láminas en el súper. Hazlas. Si la gente supiera lo fácil que es, jamás volvería a comprarla.

La masa quebrada admite muchas variaciones, según sea para preparaciones dulces o saladas. Y dentro de cada una de esas variantes, existen subvariantes. El denominador común a todas ellas es la presencia de mantequilla en una elevada proporción. Hay quien amasa con un poco de agua y hay quien prefiere ponerle un huevo. Hay quien le añade un poco de azúcar para darle color, y quien lo evita, hay quien agrega harina de almendra en preparaciones dulces para darle un toque…

Aquí nos quedamos con un básico que no te fallará jamás: harina, mantequilla y huevo. Solo con eso tienes garantizada una galleta fantástica. Si culminas la faena con el relleno de una lorraine, aligerado con puerros, miel sobre hojuelas. 

La masa no tiene ninguna ciencia. Se amasa en un par de minutos y la única clave que tienes que tener en cuenta, es que necesita un reposo de una hora antes de estirarla, y otro de al menos media hora tras enmoldarla. No es por capricho, es para evitar que se retraiga en el horno cuando la cueces. 

Si te sobra masa, prepara más tartaletas, hornéalas y guárdalas en una caja. Al igual que las galletas, se conservan varios días sin problemas y podrás rellenarlas más adelante con lo que quieras. 

Receta de quiche lorraine

Quiche lorreine tradicional (¡sin queso!)

Receta tradicional de quiché lorraine. El uso de harina floja de repostería te asegura una base fina y crujiente.

5 de 3 votos

Tiempo de preparación 30 min
Tiempo de cocción 45 min
Tiempo de reposo 1 h
Tiempo total 2 h 15 min

Plato Aperitivo, Brunch, Entrantes, Tentempié
Cocina Francesa

Raciones 1 quiche mediana (25 centímetros de diámetro)
Calorías 3952 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes

  

Para la masa

Para el relleno

  • 4 puerros pequeños (o dos grandes)
  • 150 g panceta
  • 300 g nata
  • 3 huevos enteros
  • 3 g sal (ten cuidado, si la panceta está los suficientemente salada, reduce o evita añadir más sal)
  • 2 g pimienta negra molida El Amasadero
  • 2 g nuez moscada El Amasadero

Elaboración paso a paso

 

  • Con la mantequilla a temperatura ambiente, mezclamos todos los ingredientes en un bol y amasamos brevemente hasta conseguir una masa homogénea. Empleamos harina de repostería, y no panadera, porque queremos una masa que mantenga la forma que le damos, y cuanto más gluten, más difícil resulta. Por eso la repostera, que es una harina más floja, con menos gluten.
    Mezcla sin amasar - Masa quebrada
  • Cuando tengamos nuestra bola de masa, la introducimos en un cuenco tapado y la dejamos reposar una hora en la nevera.
  • Enharinamos la mesa para evitar que se pegue la masa y estiramos con el rodillo hasta obtener un círculo de unos 35 centímetros de diámetro.
    Estira la masa sobre la encimera ligeramente enharinada
  • Toca mover esa masa al molde. La mejor forma de hacerlo es enrollándola en el propio rodillo, y desenrollándola después sobre el molde. 
    Coloca la masa sobre el molde
  • Con los dedos vamos ajustando la masa al molde sin estirarla, ajustándola a las holguras.
    Aprieta la masa quebrada
  • Cuando la tengamos, cortaremos los sobrantes. Se puede hacer con el propio rodillo, pero nos parece más cómodo emplear una espátula o una rasqueta metálica. Basta con pasarla sobre el borde del molde para que nos quede perfecto.
    recortala masa sobrante con una espátula
  • Con un tenedor, hacemos agujeros por todo el fondo. Evitarán que la masa se combe.
    Pincha la masa con un tenedor para que no se combe al hornear
  • Metemos el molde en la nevera, en una bolsa o cubierto con papel film, entre media hora y una hora. No pasa nada porque se quede tiempo de más. Eso ayudará a relajar el poco gluten de la harina y así evitar que la masa se retraiga durante el horneado.
  • Para hacer cualquier tarta con masa quebrada es necesario hornear la masa previamente a ponerle el relleno. Si no lo hiciéramos, la masa se humedecería con el relleno y quedaría muy blanda, sin hacer. 
  • Para evitar posibles deformaciones de nuestra base, ponemos una hoja de papel de hornearsobre la masa y la rellenamos con las bolas de cerámica, que mantendrán, con su peso, la base en su sitio. Si no tienes bolas de cerámica puedes emplear garbanzos secos, pero son más efectivas las bolitas y las puedes reutilizar eternamente. Además, a diferencia de las legumbres, no aportarán aroma alguno.
  • Introduce la masa así preparada (con las bolas dentro) en el horno, en la segunda altura contando desde abajo, sin ventilador, y con calor solo por abajo, a 190 grados. Hornea unos 15 minutos, hasta que veas que la masa empieza a tomar calor y ganar firmeza.
  • Retira y desmolda cuando puedas. Deja enfriar sobre una rejilla. Si no vas a emplear la masa hoy, puedes guardarla así en una bolsa hasta cuando la necesites. 
    Deja enfriar la masa sobre una rejilla
  • Mientras enfría, nos ponemos con el relleno. En una sartén saltea los puerros en rodajas finas. Cuando empiecen a estar blandos, agrega la panceta en lascas y deja que se dore también. 
    Rehoga la panceta con los puerros
  • En un cuenco, bate tres huevos y añádeles la nata, la sal (si es necesaria) y las especias. Agrega esta mezcla a la sartén y remueve con una cuchara de madera hasta que el líquido empiece a ganar densidad. Dos o tres minutos a fuego medio suelen ser suficientes. Que quede cremoso, no cuajado.
    Cocina ligeramente la mezcla hasta que quede cremosa
  • Aunque podrías hacer todo lo que resta sin molde, te recomiendo que vuelvas a meter la masa en el molde para evitar roturas y accidentes. Rellena con la mezcla la base de tu tarta. 
  • Introdúcela en el horno a 200 grados, en la segunda altura contando desde abajo y con calor por arriba y por abajo, sin ventilador. Déjala 30 minutos. Los últimos cinco minutos, sube la bandeja a media altura para que se dore un poco más la parte superior. 
  • Listo. Caliente es un escándalo pero, si te sobra, consérvala en la nevera y comprobarás que fría también está de muerte.
    quiche lorraine con puerros receta paso a paso

Notas

Si te resulta difícil enrollar la masa en el rodillo o te impone respeto, no te preocupes, estira las láminas con el rodillo sobre papel de hornear y después solo tendrás que cogerlas con el papel, darles la vuelta sobre el molde y despegar la hoja.

Si quieres hacer la quiche lorraine tradicional, basta con no añadirle puerros ni especias y subir un poco más la cantidad de panceta. 

Si hicimos la de puerros, es porque nos gusta mucho. Anímate a hacer variaciones. Con espinacas, con setas…

NUTRICIÓN

Calorías: 3952kcalCarbohidratos: 259gProteina: 82gGrasa: 290gGrasa saturada: 160gGrasa polinsaturada: 23gGrasa monosaturada: 86gGrasa Transgénica: 4gColesterol: 1361mgSodio: 4918mgPotasio: 1797mgFibra: 14gAzúcar: 29gVitamina A: 14487IUVitamina C: 45mgCalcio: 596mgHierro: 23mg

quiche lorraine con puerros receta paso a paso

Categorías
Habláis vosotr@s Recetas de pan integral

Pan con tang zhong de María del Mar Murcia

Pan con tang zhong de María del Mar Murcia


Valoraciones: 15 Comentarios

Pan con tang zhong de María del Mar Murcia

Valoraciones: 15 Comentarios

Mi nombre es Maria del Mar y llevo ya unos años haciendo mi propio pan. Todo empezó un día que entré al supermercado Lidl y de casualidad me encontré con la última panificadora que quedaba en oferta. Yo nunca había elaborado mi propio pan, ni siquiera había pensado en intentarlo pero algo me llevó a comprala. 

Al principio hice algunos panes siguiendo el recetario que venía el en interior pero poco a poco empecé a buscar por internet  como hacer panes integrales con centeno. Por desgracia en Cartagena, mi ciudad natal, era dificil encontrar harina de centeno integral, pero una compañera de clase de alemán, que es estupenda cocinera, me habló  maravillas de las harinas “El Amasadero” y me decidí a comprarlas por internet….y hasta la fecha. 

Despues de algún curso de pan, de leer bastante sobre el tema y de que se me rompiera la panificadora,  comencé a amasar a mano, a crear  y  cuidar de mi propia masa madre (que ya tiene una edad…) y finalmente me quedé con una receta de pan de masa madre, usando mezcla de harina de centeno y de trigo que no suelo cambiar. Y es que aunque me gusta la cocina realmente no tengo demasiada buena mano, así que intento no innovar mucho.

Sin embargo el otro día leí la receta de pan de leche de Hokkaido y quedé maravillada, tenía que probar ese pan, así que lo hice y claro, no podía dejar de cortar rebanadas, una tras otra……pero el pan es dulce y a mi me encanta desayunar salado, una buena tostada de pan integral con un buen aceite de oliva, aguacate restregado, sal y tomate…..una delicia!!

En fin, que le pregunté a Rodrigo si se podía usar el tang zhong con pan salado y aunque me advirtió que el tang zhong sale perfecto para el trío “leche, mantequilla y azúcar”, me animó a probar, total ¿quá puede salir mal? Pues eso, ¡¡manos a la obra!!

Alteré un poco mi receta de siempre y la verdad que ese día hice el pan dulce (esta vez para mis padres) y el pan salado, cuyo resultado me ha encantado, así que dejo la receta por si le apetece probar a alguien.

Pan integral con tang zhon

Pan con tang zhong de María del Mar Murcia

Receta de pan de molde inspirada en el pan japonés de leche

5 de 2 votos

Tiempo de preparación 40 min
Tiempo de cocción 45 min
Tiempo de reposo 1 h
Tiempo total 2 h 25 min

Plato Acompañamiento, Pan
Cocina Panadería casera

Raciones 1 pan de 1 kg
Calorías 2125 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes

  

Para el tang zhon:

Elaboración paso a paso

 

  • El día de antes, por la mañana saco la masa madre de la nevera, retiro un poco de la misma y añado unos 70 gramos de harina integral de centeno y 70 gramos. de agua, remuevo bien para tenerla a punto para el día siguiente.
  • Por la noche, preparo el tang zhong poniendo la leche y la harina y sin dejar de remover y a fuego flojo, hasta que espese como si fuera bechamel (como en la receta del pan de leche Hokkaido). Lo guardo en el frigorífico envuelto en papel film.
  • Al dia siguiente caliento un poquito el agua en un cazo y añado la miel, la masa madre, la levadura y el tang zhong. Remuevo para que todo se disuelva bien en el agua.
  • Por otro lado en un bol grande, añado las harinas, la sal y las semillas; lo remuevo  y ya poco a poco voy vertiendo el líquido y amasando con la mano para que se mezcle bien todo. Normalmente tapo el bol con un gorro de ducha o con film transparente y un trapo por encima y dejo reposar unos 20 minutos.
  • Tras ese tiempo, aceito la encimera y me pongo a amasar el pan a conciencia, la masa es bastante pegajosa (me costó mucho amasar).
  • Después de 10-15 minutos de amasado, pongo la masa otra vez en el bol y dejo reposar entre 20-30 minutos. Esto lo repito un par de veces, hasta que se note que la masa se vuelve más manejable. 
  • Hecho todo esto, lo meto en el molde, pintándolo con aceite por arriba para evitar que se seque y lo dejo que fermente. 
  • Cuando la masa ha doblado su volumen más o menos, precaliento el horno a 180 grados con un recipiente con agua en su interior, calor arriba y abajo. Los dos panes se hornearon durante unos 45 minutos, los últimos 15 minutos con calor solo abajo.

Notas

Quedaron estupendos los dos, uno de regalo y el otro para mi (el salado), la textura de la miga me gusta más que la del pan que suelo hacer y el sabor también muy bueno, sin duda lo repetiré quizás intentando aumentar la cantidad de masa madre y de harina de centeno.

NUTRICIÓN

Calorías: 2125kcalCarbohidratos: 445gProteina: 61gGrasa: 10gGrasa saturada: 3gGrasa polinsaturada: 3gGrasa monosaturada: 2gColesterol: 15mgSodio: 5504mgPotasio: 1058mgFibra: 24gAzúcar: 45gVitamina A: 209IUVitamina C: 0.2mgCalcio: 262mgHierro: 23mg

Categorías
Recetas Recetas de panes tradicionales Recetas tradicionales de Andalucía

¿Aplastamos un reloj de arena? Pan cateto

¿Aplastamos un reloj de arena? Pan cateto


Valoraciones: 8 Comentarios

¿Aplastamos un reloj de arena? Pan cateto

Valoraciones: 8 Comentarios

Si Charles Bronson o, por huir de la serie B, el primer Clint Eastwood (el de Harry el sucio) fueran cereales, podrían decir “yo soy un trigo duro, muy duro”. En la forma de descargar las balas del revólver bien se ve que Eastwood tiene el endospermo de acero, no menos pétreo que Bronson que, si os fijáis, tiene una manera de abatir a sus rivales que más parece que los está plegando para hacer hojaldre con ellos. 

Si se enteran de que los estoy comparando con el Triticum durum (un vegetal al fin y al cabo) más me vale correr para no acabar convertido en harina… Voy parando, que me paso de frenada. 

La harina recia o de trigo duro es un producto sobre el que se han escrito abundantes disparates. Entre ellos figura en un lugar destacado la entrada en la Wikipedia dedicada a la harina de fuerza, harina que, dice allí, procede del trigo duro. Puede que “fuerza” y “dureza” tengan una afinidad semántica, pero ninguna en lo tocante al cereal. El trigo duro se llama así no por Charles Bronson, sino porque el Triticum durum es una variedad distinta del trigo común (Triticum aestivum o Triticum vulgare) y porque, en efecto, el grano es más duro, pero trigo es al fin y al cabo. Produce una harina de poca fuerza (más o menos 100W, entre la repostera y la panadera) por lo que hay algún genio que la considera poco apta para la panificación. Nada más lejos de la realidad. Lógicamente, no conseguirás un pan etéreo de gran alveolatura, pero a cambio tendrás unos panes que desprenden un aroma fantástico ya desde el amasado, un pan con un sabor intenso y muy adecuado para hacerse unas tostadas con aceite y tomate, o con cualquier cosa que se te ocurra, porque esa miga prieta impedirá que te pringues los dedos con el aceite que se fuga por los agujeros… Además, viene cargadito de vitaminas (sobre todo del grupo B) y de minerales. El aroma del trigo duro lo percibes y lo disfrutas desde que abres la bolsa. 

El pan cateto y, en general, los panes elaborados con trigo duro, forman parte de la tradición gastronómica andaluza y de algunos otros puntos del sur de España. Más allá no son muy conocidos, y es una pena, porque tienen virtudes sobradas para merecer una visita. O varias.

El pan cateto malagueño tiene, además, una hermosa peculiaridad. La masa se divide en dos bolas, unidas por un fino istmo, tal cual un reloj de arena, y esas dos partes se aplastan una sobre otra en el formado para conseguir un curioso y hermoso efecto hamburguesa. Esa original forma tiene como utilidad permitir a la junta funcionar a modo de greña sin que el pan se rompa por ningún otro sitio.

El trigo duro se emplea habitualmente para elaborar pasta, pero es una lástima no darle una oportunidad con el pan. El que traemos aquí es 100% harina recia y está de muerte. Pero si quieres más volumen prueba a mezclarlo con otras harinas. El plus de aroma y sabor que aporta la harina recia no te lo quitará nadie. 

Amasadora Ankarsrum

Receta de pan cateto con harina de trigo duro

¿Aplastamos un reloj de arena? Pan cateto

Receta de esta hogaza tradicional andaluza de harina de trigo duro

5 de 2 votos

Tiempo de preparación 40 min
Tiempo de cocción 45 min
Tiempo de reposo 16 h 15 min
Tiempo total 17 h 40 min

Plato Acompañamiento, Pan
Cocina Andaluza, Española, Panadería casera

Raciones 1 pan de aproximadamente un kilo
Calorías 2270 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes

  

Para la masa

Elaboración paso a paso

 

  • La noche antes de hacer el pan (si lo vamos a hacer por la mañana), preparamos el prefermento. Antes de empezar es importante que comprobemos, sobre todo si vamos a emplear un sobre que ya tenemos abierto, que nuestra levadura seca esté activa. Para ello retiramos 2 cucharadas de harina y 3 de agua del prefermento y lo mezclamos con el gramo de levadura. Lo dejamos en un lugar templado y si no sube después de 10 minutos es porque la levadura no sirve. Si es así (la levadura es un ser vivo y no es eterna) abre otro sobre y repite la prueba.
  • Una vez haya subido la mezcla anterior, añádela al resto de harina y agua del prefermento y mezcla bien, dejando la pequeña bola de masa en un recipiente cerrado y en la nevera. Una hora antes de emplearla la sacamos del frigorífico para que atempere. 
  • Al día siguiente (12 horas después de hacer el prefermento), mezcla todos los ingredientes en un bol empleando agua tibia (caliéntala un poco en un cazo) para activar la fermentación. Amasa un par de minutos, deja reposar 10 minutos y vuelve a amasar. Repite este proceso dos veces más.
  • Mete la bola de masa en el bol y déjala fermentar durante 1 hora y 45 minutos (hasta que suba visiblemente de tamaño) a temperatura ambiente y con el bol cubierto.
  • Dispón la masa sobre la mesa y trabájala un poco para quitar el gas (sin estrujarla del todo). Con el canto de la mano, vete separando la bola de masa en dos mitades más o menos iguales, hasta conseguir una forma similar a un reloj de arena. 
    Separa dos trozos de masa con el canto de la mano
  • Pon una de las bolas sobra la otra y aplana con las manos hasta conseguir una especie de torta de dos alturas. 
    Coloca una torta de masa sobre la otra
  • Envuélvela en un paño enharinado y deja fermentar 2 horas más. 
  • Introdúcela en el horno sobre la plancha Celsius (o en una bandeja si no tienes plancha) en la segunda altura contando desde abajo, con calor arriba y abajo, sin ventilador, y a 210 grados. Si empleas la plancha acuérdate de precalentar el horno al menos durante media hora. 
  • Para generar vapor al principio de la cocción, echa dos cubitos de hielo sobre la Celsius o sobre la placa base. 
  • Deja cocer unos 45 minutos, hasta que el pan esté bien dorado. Si te gusta una corteza gruesa, déjalo 10 minutos más bajando la temperatura a 180 grados.
  • Retíralo del horno y deja enfriar sobre una rejilla. Listo.

Notas

Este pan también puedes hacerlo con masa madre. En el prefermento, sustituye el gramo de levadura por 10 gramos de tu masa madre. Tendrás que prolongar un poco los tiempos de fermentación para que el pan gane volumen.

NUTRICIÓN

Calorías: 2270kcalCarbohidratos: 475gProteina: 66gGrasa: 6gGrasa saturada: 1gGrasa polinsaturada: 3gGrasa monosaturada: 1gSodio: 3912mgPotasio: 702mgFibra: 18gAzúcar: 2gVitamina C: 0.01mgCalcio: 110mgHierro: 29mg

Categorías
Masas dulces

Bizcocho de espelta y crema de limón

Bizcocho de espelta y crema de limón


Valoraciones: 2 Comentarios

Bizcocho de espelta y crema de limón

Valoraciones: 2 Comentarios

Si la vida te da limones, haz limonada. Eres más feo que el Fary comiendo limones… O Henry Stephen cantando “mi limón, mi limonero, entero me gusta más”. El limón es protagonista de estas letras y actor secundario en nuestra receta de hoy: bizcocho de espelta con crema de limón. 

Este cítrico viene a ser un poco como la vida, cuando se pone ácida hay que huir de lo común y buscar alternativas para que sepa mejor. En esta receta nos salimos del camino tradicional para hacer bizcochos y tartas con harina de repostería y nos decantamos por la harina blanca de espelta ecológica

La espelta es una variedad del trigo por lo que, aún siendo diferente a la harina blanca de trigo, se comporta de forma similar en relación con la fermentación, la esponjosidad, etc. A este bizcocho de yogur y limón, la espelta le aportará sabrosura y un tenue aroma a cereal, además de una textura diferente a la de las harinas comúnmente utilizadas en la repostería. Nos encontraremos con una masa algo más densa y compacta, ya que no crece tanto, pero igual de rica y con un toque de limón muy fresco. 

Aunque la pregunta del millón respecto a la espelta está relacionada con la digestión. ¿Es un bizcocho de espelta menos “pesado” que uno de trigo? No existe evidencia científica sobre si una u otra harina es más fácil de digerir. Sin embargo, bien es cierto que para muchas personas la espelta les resulta más digestiva y ligera que el trigo (y yo soy una de ellas).

Este bizcocho de espelta combina a la perfección con el aroma cítrico del limón, lo que le convierte en el acompañante ideal para desayunar o merendar con Henry Stephen de banda sonora. 

Receta bizcocho espelta

Receta de bizcocho con harina de espelta

Bizcocho casero con harina de espelta y relleno de crema de limón

5 de 4 votos

Tiempo de preparación 45 min
Tiempo de cocción 40 min
Tiempo total 1 h 25 min

Plato Desayuno, Merienda, Postre
Cocina Creativa

Raciones 1 bizcocho
Calorías 5091 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes

  

Para el bizcocho

Para la crema de limón

  • 4 huevos enteros
  • 250 g azúcar
  • 1 ralladura de un limón grande
  • 120 g mantequilla a temperatura ambiente
  • 180 g zumo de limon

Elaboración paso a paso

 

Bizcocho

  • Engrasa un molde con mantequilla y un poco de harina. Pon a precalentar el horno a 180º, con calor arriba y abajo. 
  • Pon los huevos en un bol con el azúcar y mezcla con las varillas hasta que quede bien integrado. 
  • Incorpora poco a poco, y sin dejar de batir, el aceite de girasol y el yogur de limón.
  • Ralla un limón y tamiza la harina. Incorpora ambos ingredientes a la mezcla anterior junto con la levadura, añade una cucharada de canela en polvo y 3 o 4 gotas de esencia de vainilla y bate hasta obtener una mezcla integrada. 
  • Vierte la masa en el molde previamente engrasado con mantequilla. Colócalo a media altura en la rejilla del horno durante 35-40 minutos.
  • Antes de desmoldarlo, deja que se enfríe unos 10 minutos dentro del molde. Después déjalo enfriar colocándolo encima de una rejilla. 
  • Mientras se enfría, prepara la crema de limón. 

Crema de limón

  • Mezcla todos los ingredientes en un cazo o bol de cristal que luego puedas poner al baño maría. 
  • Bate los ingredientes hasta que estén bien incorporados. 
  • Pon una olla o cazo más grande con agua a fuego medio-bajo y cocina al baño María. Es importante que el agua no hierva en ningún momento y remover constantemente la crema. 
  • Poco a poco la crema de limón irá cogiendo consistencia. Puedes cocinarlo más o menos si quieres una crema más o menos dura, aunque ten en cuenta que cuando se enfríe también se espesará. 

Para montar el bizcocho con la crema de limón

  • Una vez que el bizcocho y la crema de limón estén fríos, corta el bizcocho por la mitad transversalmente usando un cuchillo largo de sierra
  • Extiende la mitad de la crema de limón por el bizcocho. 
  • Coloca la otra parte del bizcocho encima y baña el exterior con el resto de la crema de limón (si lo prefieres, puedes utilizar toda la crema únicamente para el interior). 

Notas

  1. Puedes sustituir el limón por naranja y hacer un bizcocho de naranja y yogur con crema de naranja. 
  2. Si utilizas toda la crema para el interior del bizcocho, puedes decorar la parte superior con azúcar glas. 
  3. La harina de espelta contiene gluten por lo que no es apta para celíacos. 

NUTRICIÓN

Calorías: 5091kcalCarbohidratos: 655gProteina: 95gGrasa: 250gGrasa saturada: 85gGrasa polinsaturada: 16gGrasa monosaturada: 125gGrasa Transgénica: 4gColesterol: 1895mgSodio: 1415mgPotasio: 1016mgFibra: 38gAzúcar: 457gVitamina A: 5395IUVitamina C: 85mgCalcio: 318mgHierro: 20mg

Categorías
Conceptos básicos Masas congelables Masas hojaldradas

No tengas miedo: el hojaldre es más fácil de lo que parece

No tengas miedo: el hojaldre es más fácil de lo que parece


Valoraciones: 16 Comentarios

No tengas miedo: el hojaldre es más fácil de lo que parece

Valoraciones: 16 Comentarios

Si hay algo que produzca horror, pavor, pánico, miedo cerval y terror (todo junto) al aprendiz de panadero, ese algo es el hojaldre. Se lo mira con un respeto excesivo, como si en vez de aplicar una receta hubiera que interpretar el oráculo de Delfos. Entiendo que así fuera en los países cálidos antes de la invención de la nevera, pero no ahora. Si nunca has probado a hacerlo, deja atrás tus miedos.

Lo único que tienes que tener en cuenta, si tienes perro, es que éste dejará de ser tu mejor amigo, porque desde ahora lo será tu frigorífico. Si no tienes perro, no sufrirás por dejar su amor en un segundo plano. No sé, igual tengo que cuestionarme qué estoy haciendo con mi vida para enfocar la amistad hacia una nevera. Sigo.

Al hojaldre hay que tratarlo igual que a un paciente con fiebre: al menor síntoma de recalentamiento, aplicamos frío. Es decir, a la nevera. Lo más difícil del hojaldre es conseguir liberar un estante del frigo para poner la bandeja con el plastón (que así se llama esta masa), pero una vez que eliminas latas de anchoas abiertas, pepinillos, yogures, cervezas y túperes olvidados para despejar ese espacio, el trabajo está hecho.

No es cierto que lleve mucho tiempo hacerlo. El proceso, sí, es largo, pero si cronometras el tiempo real de trabajo, verás que no es muy diferente al de otras masas. Es verdad que cada par de pliegues que le das a la masa tienes que dejarla enfriar al menos media hora, pero en los tiempos el hojaldre también es agradecido: no tienes que estar pendiente del reloj, porque puedes plegar a la media hora o dos horas más tarde, da igual. Es más, si te lías o te aburres, puedes empezar hoy y rematar mañana.

Tendrás una masa que nada tiene que ver con la venden en el súper, con un sabor fantástico a base de mantequilla y sal, una masa que te aguanta sin problemas cuatro días en la nevera y que, además, se puede congelar sin perder cualidades. ¿Quién da más?

El hojaldre se hace de distintas maneras y con distintas proporciones. Hay quien añade algo de azúcar cuando es para masas dulces, hay quien envuelve la mantequilla de una manera y quien lo hace de otra, y hay quien añade mantequilla a la harina (nosotros) y quien no (otros). Aquí nos gusta así y con un puntito salado. Si la sal no es lo tuyo, baja el gramaje.

Y no te obsesiones con los pliegues. Para conseguir un hojaldre de película basta con doblarlo seis veces. Es cierto que hay reposteros que lo pliegan más para obtener unas capas más finas, pero más allá de la sexta doblez es muy fácil cagarla, porque es muy probable que algunas capas acaben cediendo y la mantequilla se desplace a donde no debe. Así que tranquilo: no por doblar más eres más profesional.

Aquí, de regalo, dos receta: una de palmeritas y otra de empanada, pero con el hojaldre puedes hacer mucho más. Bases para tartas, tartaletas, milhojas, pasteles salados, volovanes… Dale sin miedo. Esto engancha.

Receta de hojaldre casero

Masa de hojaldre no fermentada

Receta de hojaldre para palmeritas y milhojas. Se diferencia de la masa hojaldrada para croissants porque usa harina de poca fuera y no se fermenta con levadura.

4.67 de 3 votos

Tiempo de preparación 35 min
1 h 30 min
Tiempo total 2 h 5 min

Plato Merienda, Postre, Repostería
Cocina Internacional

Raciones 1 700 gramos de hojaldre
Calorías 3353 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes

  

Elaboración paso a paso

 

  • Mezcla la harina, la mantequilla fundida, el agua y la sal y amasa hasta obtener una masa de pan con una textura suave. Déjala reposar en un bol tapado durante una hora, para que el gluten se relaje (aquí no hay fermentación). Ese reposo será en frío, en la nevera (en ese hueco que has conseguido hacer en un estante).
  • Coge 250 gramos de mantequilla (los paquetes habituales que se venden en el súper tienen ese peso, lo que facilita el trabajo) y mételos entre dos hojas de papel de hornear. Aplana con el rodillo hasta conseguir un rectángulo de aproximadamente 20 x 14 centímetros. Refrigéralo también.
    Aplana la mantequilla entre dos hojas de papel de hornear
  • Saca la masa de la nevera y disponla sobre la mesa levemente enharinada. Con un cuchillo bien afilado hazle una cruz profunda a la bola. Servirá para marcar las guías del estirado.
    Haz un corte en forma de cruz
  • Con el rodillo, y partiendo del centro, estira cada uno de los cuartos que has marcado en la masa, hasta conseguir algo parecido a una flor. El centro ha de quedar más grueso, porque cada una de las cuatro partes que has estirado se superpondrán cuando envuelvas la mantequilla, y necesitamos un grosor parecido arriba y abajo.
    Estira los cuartos de masa
  • El centro debe quedar más grueso
  • Pon el rectángulo de mantequilla en el centro y envuélvelo doblando sobre él cada uno de los pétalos de la flor que has hecho, hasta obtener un paquete de mantequilla bien envuelto en masa.
    Coloca la mantequilla en el centro de la masa de hojaldre
  • Dobla un pétalo sobre la mantequilla
  • Dobla de nuevo sobre la mantequilla
  • Si has hecho esto en poco tiempo (digamos 10 minutos) o en tu cocina hace frío, podrás seguir, pero si notas que la masa está blanda y que la mantequilla pierde consistencia, mete media hora el plastón en la nevera cubierto con papel film. Mientras esperas, puedes comerte los pepinillos que has sacado del frigorífico para despejar el estante.
  • Enharina la mesa y pon el plastón sobre ella. Ahora toca trabajar con el rodillo. Partiendo del centro, estira hacia cada uno de los lados el plastón hasta obtener un rectángulo que triplique la longitud inicial. 
    Estira la la masa de hojaldre en forma de rectángulo
  • Dóblala igual que un tríptico. Ten cuidado con los excesos de harina. Si al plegar ves que se pegó mucha harina de la mesa a la masa, límpiala con un pincel.La presencia excesiva de harina dificulta que las capas se peguen y puede crear huecos durante el horneado.
    Dobla la masa como si fuera un tríptico
  • La masa de hojaldre debe quedar plegada
  • Gira 90 grados el plastón plegado y vuelve a repetir el proceso de estirado y doblado. Al rematar, pon la masa en la bandeja, cúbrela con papel film y métela de nuevo al menos media hora en la nevera. Ahora a por las anchoas y, si es hora, una cervecita.
  • Con lo que has hecho hasta ahora llevas dos dobleces o pliegues. Para completar el hojaldre tendrás que repetir los pasos 7, 8 y 9 dos veces más, con la correspondiente refrigeración entre cada una, hasta sumar seis dobleces. Piensa que en cada pliegue el número de capas de mantequilla y masa se multiplica por tres. No son mil hojas, pero casi.
  • Pues ya tienes tu hojaldre. Ahora solo te queda estirarlo con el rodillo hasta obtener las láminas que necesites.

Notas

Si vives en Siberia o en Laponia olvídate de la nevera, puedes hacerlo todo del tirón. En lugares con climas no polares, en invierno resulta más fácil. Ayuda también airear la cocina y apagar la calefacción. En verano no es imposible, pero tendrás que ser rápido y tirar de nevera con más frecuencia.

Para que el hojaldre crezca y alcance cierto volumen es necesario un porcentaje de gluten adecuado que cree una malla entre capa y capa de mantequilla. Nuestra harina repostera va muy bien para conseguir un excelente y fino hojaldre que se deshace en capas. Pero ten en cuenta que no es lo mismo una milhoja que un volován. En la milhoja no queremos que el hojaldre gane volumen, en el volován sí. Si te gusta un hojaldre algo más etéreo y que gane volumen, emplea harina panadera, porque la mayor cantidad de gluten crea mallas más firmes entre capas que facilitan una mayor expansión cuando se genera vapor durante la cocción.

NUTRICIÓN

Calorías: 3353kcalCarbohidratos: 267gProteina: 39gGrasa: 239gGrasa saturada: 150gGrasa polinsaturada: 10gGrasa monosaturada: 61gGrasa Transgénica: 10gColesterol: 624mgSodio: 6532mgPotasio: 445mgFibra: 9gAzúcar: 1gVitamina A: 7247IUCalcio: 130mgHierro: 16mg

Aquí probamos a hacer palmeritas. Está tirado. Coge un rectángulo de masa, espolvorea con azúcar y vete doblando desde los lados más largos hacia el centro tiras de dos dedos de ancho. Cada vez que dobles, espolvorea generosamente con azúcar la superficie.
Estira la masa de hojaldre y espolvorea con azúcar

Al final, junta las dos mitades con cuidado para crear un cilindro y corta en rodajas de medio centímetro con un cuchillo bien afilado. Dispón cada una de esas rodajas sobre una bandeja de horno con papel de hornear. Ayúdate con las manos para darles forma.

Hornea a 190-200 grados durante 20 minutos a media altura y con calor por arriba y por abajo (sin ventilador). Cuando estén doradas, dales la vuelta y hornea 5 minutos más. Listo. Irresistibles.

Receta de palmeras de hojaldre caseras

Cómo congelar y descongelar hojaldre

El hojaldre se conserva muy bien hasta cuatro días en la nevera. También admite con solvencia la congelación. Vale la pena hacer de más y congelarlo. Se congela en láminas ya estiradas con el rodillo. Extiéndelas sobre papel de hornear enharinado, espolvorea con más harina la superficie y enróllalo. Envuelve el cilindro en papel film y al congelador.

Estira la masa de hojaldre sobre papel de horno

Enrolla el hojaldre y envuelve con film transparente
La empanada que ves aquí está preparada con hojaldre congelado. Pásalo del congelador a la nevera 8 horas antes de usarlo y podrás desenrollarlo y utilizarlo para lo que quieras. Esta empanada está hecha de bacon y queso brie y mi hija daba palmas con las orejas al probarla. Yo también. No te olvides de agujerear con un tenedor toda la superficie antes de usarlo para que mantenga la forma en el horno y no se combe.
Empanada de queso y bacon con hojaldre receta casera

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Habláis vosotr@s

Receta de pan Brioche tradicional (larga fermentación) de Laura Maza

Receta de pan Brioche tradicional (larga fermentación) de Laura Maza


Valoraciones: 20 Comentarios

Receta de pan Brioche tradicional (larga fermentación) de Laura Maza

Valoraciones: 20 Comentarios

Hace un par de años, cuando no nos ponían pegas en la movilidad, en uno de mis viajes por Francia pude ver un cartel junto a la carretera que indicaba que en el siguiente pueblo de la ruta, de cuyo nombre no puedo acordarme, se vendía el auténtico pan brioche.

Desde entonces, siempre he tenido la duda de si realmente era el auténtico pan brioche o no, ya que según cuentan, el origen de este bollo se remonta al siglo XI, en Normandía, y ciertas fuentes atribuyen a los vikingos la receta, ya que en esta época, Normandía estaba ocupada por los vikingos y éstos, que tenían acceso a cantidades de ganado vacuno, eran grandes consumidores de lácteos como la mantequilla, que les aportaba un exceso de calorías para afrontar sus peleas para ocupar otros territorios, teniendo así ventaja física sobre su oponentes en las batallas.

Aunque no fué hasta 1404 cuando apareció por primera vez escrita la palabra escrita “brioche” en un libro de recetas normando, y de ahí en adelante fué a pasar a ser conocida por todo el pueblo en el siglo XVI.

Posteriormente, la palabra “brioche” pasó a ser popularmente famosa, debido a que en el S. XVIII, Maria Antonieta de Austria, a principios de la hambruna de la Revolución Francesa, dijo refiriéndose al pueblo en una revuelta originada por la falta de pan; “Si no tienen más pan, ¡que coman brioche!”. Obviamente, este tipo de bollo solo se lo podía permitir la realeza.

La receta tradicional “de los antiguos reinantes y pudientes” lleva una gran cantidad de mantequilla, hasta poder ser la mitad del peso del total de la harina, o sea, si tenemos un kilo de harina, le corresponderían 500gr de mantequilla, por lo que la masa se vuelve muy pesada y difícil de trabajar, por lo que tiene un largo amasado. Por eso, creen que la etimología del nombre de este esponjoso pan deriva de la palabra “brier”, una palabra del antiguo dialecto anglo-normando que significa amasar.

La receta que suelo realizar normalmente sería la correspondiente a la de la “clase media” de aquellos tiempos, ya que no tiene tanta mantequilla como la receta de las altas clases de entonces (que en el s. XV debía ser cara, y no estaba al alcance de todos los bolsillos). Hay otras recetas que llevan menos mantequilla aun, por lo que el brioche se vuelve más parecido a un pan, que a un bollo dulce. Aun así, es una masa pesada por lo que yo utilizo amasadora, si bien se puede realizar el amasado a mano, esto puede llevarte hasta una hora y media de trabajo, y aunque parece una receta muy larga de hacer, os aseguro que los resultados merecen la pena, y no tiene nada que ver con otras recetas mas sencillas de hacer.

En la elaboración utilizo harina de fuerza (W360), pero no me di cuenta que la acabé con una anterior receta, así que en su defecto, hasta hacer nuevo pedido, he utilizado la harina para pizza de gran fuerza (W400) con la que igualmente ha salido genial la receta.

Amasadora Ankarsrum

Receta de brioche de laura maza

Receta de brioche tradicional (larga fermentación) de Laura Maza

Brioche jugosos de harina de fuerza. La harina de fuerza es la mejor para este tipo de preparaciones con mantequilla, huevos y azúcar.

4.28 de 11 votos

Tiempo de preparación 15 min
Tiempo de cocción 35 min
Tiempo de reposo 12 h
Tiempo total 12 h 50 min

Plato Acompañamiento, Pan
Cocina Francesa

Raciones 2 brioches
Calorías 1894 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes

  

Elaboración paso a paso

 

  • Templamos la leche en un cazo sin llegar a calentar demasiado y diluimos la levadura removiendo hasta su disolución.
  • En el bol echamos la harina, el azúcar, los huevos y la leche con la levadura, y mezclamos. Si amasamos en amasadora, utilizaremos el accesorio del gancho (rabo de cerdo).
  • Después de unos 3 minutos de amasado en máquina, o cuando estén los ingredientes casi integrados, se le añade la sal y seguimos amasando hasta que que todos los ingredientes estén bien homogéneos.
  • Cuando la masa esté bien formada (unos 5-6 minutos de amasado total en amasadora en velocidad lenta), añadimos la mantequilla fría previamente partida en dados y seguimos amasando.
  • La masa se volverá pegajosa y muy difícil de trabajar hasta que la mantequilla sea absorbida por completo. Es por eso que yo dejo periodos de descanso entre amasados: 10 minutos de amasado y 10 de descanso. Dependiendo de la temperatura ambiente (preferiblemente aconsejo no sobrepasar los 20 grados de temperatura) el amasado llevará mas o menos tiempo. Para esta vez, me ha llevado 3 series de 10 minutos de amasado y 10 de descanso. A mano fácilmente puede llevar 1 hora y media o 2 de amasado con descansos.
  • Cuando la masa se empiece a afinar y volverse suave y brillante de aspecto (veremos que ya no se pega al bol) haremos la prueba para ver si está en su punto, cogiendo un trocito de masa para estirarla como una sábana con dos dedos de cada mano. Si rompe uniforme haciendo un círculo central, entonces está es su punto. Si se desgarra, habría que seguir amasando.
  • Una vez lista, la pasamos ayudándonos de una rasqueta, a un bol o tupper grande, engrasados, y tapamos con film transparente o con la tapa, para llevar a la nevera para fermentar en frío.
  • Dejamos fermentar en nevera durante unas 10 horas (o durante la noche para seguir al día siguiente con la elaboración). No dobla su tamaño, asi que no os preocupéis si no crece demasiado.
  • Tras la fermentación en frío, preparamos una zona de trabajo para la masa y cortamos 6 piezas de unos 150/160 g aproximadamente. Todas las piezas deben pesar lo más similar posible. Con la masa sobrante, se pueden hacer 2 cosas; A. aprovecharlo para hacer bolas de masa vieja para otras elaboraciones (es lo que yo hago) B. meter en el horno en otro molde pequeño y hacer otro bollo.
  • Forramos los moldes con el papel de hornear, previamente engrasado, y ponemos en los dos moldes rectangulares las bolas, 3 bolas por molde, separadas entre si y las paredes del molde.
  • Precalentamos el horno a unos 40 grados. Metemos nuestros moldes con las bolas de masa y apagamos el horno, para hacer una segunda fermentación, esta vez en templado, que puede llevarnos 2 o 3 horas. Si tenéis horno con opción fermentación ponedlo a 30 grados, que os mantendrá la temperatura, pero como los hornos normales no tienen esta opción, tendremos que controlar que el horno no se enfríe demasiado, encendiéndolo si fuera necesario, hasta alcanzar los 30 grados, con cuidado de no superar esta temperatura
  • Cuando las bolas hayan doblado el tamaño, y hayan formado una sola pieza, las sacaremos para pintar con el huevo batido la superficie de los dos brioches, y precalentamos el horno a 180º.
  • Metemos los moldes en la parte baja del horno (pero no en el suelo) y dejaremos que se vayan dorando. Una vez que nuestros panes tengan un color dorado taparemos con un papel de aluminio la superficie, para que no se nos queme la corteza.
  • El horneado completo nos llevará 30/35 minutos, y al igual que el bizcocho, a los 30 minutos podéis pincharlo para comprobar si mancha el cuchillo. Si aún mancha, dejarlo 5 minutos más y repetir la operación de pincharlo. Si no mancha, ya podéis sacarlo. Se dejan enfriar en el mismo molde sobre una rejilla y una vez fríos, estarán listos para sacar y ser degustados y disfrutados.

NUTRICIÓN

Calorías: 1894kcalCarbohidratos: 244gProteina: 42gGrasa: 83gGrasa saturada: 48gGrasa polinsaturada: 6gGrasa monosaturada: 22gGrasa Transgénica: 3gColesterol: 595mgSodio: 2270mgPotasio: 508mgFibra: 8gAzúcar: 52gVitamina A: 2760IUVitamina C: 0.01mgCalcio: 154mgHierro: 14mg

Categorías
frutas de sartén Recetas tradicionales de Andalucía Semana Santa

El secreto mejor guardado del mundo: los borrachuelos de Alhaurín

El secreto mejor guardado del mundo: los borrachuelos de Alhaurín


Valoraciones: 11 Comentarios

El secreto mejor guardado del mundo: los borrachuelos de Alhaurín

Valoraciones: 11 Comentarios

Quienes disfrutamos de las cosas de comer llevamos en la memoria una antología personal de los momentos de placer. No es que guardemos la cuenta por escrito de nuestros mitos gastronómicos, es que ya forman parte de nosotros. A nada que nos estrujemos la memoria podremos escribir una historia bien hilvanada de nuestras vidas en torno a restaurantes, casas de abuelas y pastelerías. Si recordamos las cosas buenas, seguro que nos da para un libro, pero si aplicamos el filtro de la excelencia, nos quedamos con una o dos docenas de sabores. 

Los sabores van llegando a nuestras vidas un poco por casualidad. La infancia la jalonan las abuelas y sus cocinas y la vida adulta los lugares que uno visita. No olvidaré los dulces de huevo de la Confeitaria Nacional de Lisboa, ni los cruasanes que probé en San Sebastián, ni la Sacher que repetí en una pastelería austriaca en Londres. Tampoco los borrachuelos y los roscos del Rubio de Alhaurín el Grande, la patria de El Amasadero, en Málaga. 

Como toda gran alegría, aparece cuando no la esperas. “Tienes que probar esto”. Pues vale, pero no tengo ni hambre. ¿Hambre? Yo, hereje, pensaba que el anís era ese líquido de las botellas de rascar en día de fiesta, y descubrí de golpe que la matalahúga era otra cosa. Fue como ver la luz. He probado desde entonces muchas cosas con anís verde, pero ninguna hecha con tanta maestría como las masas de los borrachuelos del Rubio. Por si no soy suficientemente claro: son una obra maestra. Nadie que pruebe por vez primera la combinación de sésamo y matalahúga puede quedar indiferente, y si tiene la suerte de caer en Alhaurín, menos. 

Desde entonces me ronda el deseo de conseguir la receta del maestro, de emularlo en su sabiduría. Lo que pasa es que los grandes de la repostería tradicional son algo así como los maestros del kung-fu: no por mucho estudiar sus movimientos consigue uno hacer sus llaves. Los aprendices pensamos que todo se mide. Los maestros saben que no, porque han llegado a ese momento Matrix en que ya no necesitan báscula ni receta. La que vas a ver aquí está de llorar de buena. Algunas claves me ha dado el Rubio para lograr que estos borrachuelos sean cinturón negro. De lo mejor que puedes hacer en casa. Confieso, eso sí, que como los suyos no son. Toca pasar por Alhaurín para catar esa delicia. Si no te queda a mano (mala suerte), esto es lo más parecido que podrás lograr. Si hay un dulce de Semana Santa para poner en un altar, es este. Y además, si te sobra masa, de regalo te puedes hacer unos pestiños. Imbatible.

Amasadora Ankarsrum

Receta de borrachuelos de El Rubio alhaurín el grande

El secreto mejor guardado del mundo: los borrachuelos de Alhaurín

Receta tradicional de nuestro pueblo, con matalahúga, sésamo y vino seco.

5 de 5 votos

Tiempo de preparación 20 min
Tiempo de cocción 1 min
Tiempo de reposo 1 h
Tiempo total 1 h 21 min

Plato Merienda, Postre
Cocina Andaluza, Española, Mediterránea

Raciones 50 borrachuelos
Calorías 89 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes

  

  • 570 g harina de repostería El Amasadero
  • 165 g aceite de girasol (y otro medio litro para freír)
  • 165 g vino blanco seco de Montilla (si no lo encuentras, puedes emplear Jerez, pero lo suyo es Montilla-Moriles)
  • 50 g manteca de cerdo
  • 50 g semillas de sésamo ecológico El Amasadero
  • 35 g anís verde ecológico (matalahúga) El Amasadero
  • 15 g canela de Ceilán en polvo El Amasadero
  • 30 g azúcar
  • 1 lata cabello de ángel (la que prefieras)

Elaboración paso a paso

 

  • Calienta la manteca en la sartén. Cuando empiece a hervir, apaga el fuego y añade el sésamo y la matalahúga. Con el calor, el sésamo se tostará y el anís soltará todos sus aromas. Reservamos.
  • En un bol mezclamos el resto de ingredientes (salvo el cabello de ángel) y vamos mezclando. Cuando la manteca esté templada, la añadimos también y acabamos de amasar sobre la mesa. Verás que es una masa fácil de trabajar, agradecida.
    La masa de los borrachuelos es fácil de trabajar
  • Dejamos reposar la masa durante una hora en un bol cubierto para que la harina absorba bien todos los líquidos. 
  • Pasado ese tiempo iremos cogiendo pellizcos de masa de unos 20 gramos y haciendo bolitas con ellos.
    Coge pellizos de masa de unos 20 gramos cada uno
  • Los extendemos sobre la mesa con un rodillo hasta conseguir una forma elíptica. Han de quedar finos, pero no como el papel, porque no queremos que se rompan. Si ves que se pegan mucho, enharina ligeramente la mesa, pero ten cuidado porque con un exceso de harina será más difícil lograr después que se sellen correctamente.
  • Muchos borrachuelos presentan una superficie acanalada. Se puede conseguir con un rodillo especial o imitarla pasando un tenedor por uno de los lados. 
    Marcamos la masa con un tenedor
  • Deja la parte acanalada hacia el exterior y, en el otro lado, dispón en el centro una cucharilla de cabello de ángel.
    Pon una cucharadita en el centro
  • Séllalos igual que una empanadilla. Para que los bordes no se abran basta con apretar con los dedos, no es necesario emplear un tenedor. Pero a tu gusto. 
    PLiega la masa de los borrachuelos como si fuera una empanadilla
  • Fríelos en una sartén honda o en un cazo con aceite abundante. Han de quedar cubiertos. El aceite ha de estar caliente, pero no al máximo. De 0 a 10, en el 8. Deja que los borrachuelos se doren bien un rato por cada lado, aproximadamente medio minuto, aunque más que el tiempo, importa el color. Cuando estén bien dorados, llévalos a una fuente con papel de cocina para absorber el exceso de aceite. 
    Fríe los borrachuelos en abundante aceite caliente
  • En cuanto hayan enfriado un poco cógelos con los dedos y rebózalos en azúcar. Listos. Calientes, fríos, templados, hoy, mañana o pasado. Cuando quieras. Te va a costar parar. 
    Reboza los borrachuelos en azucar

Notas

Si te sobra masa o te aburres de hacer borrachuelos, aprovecha la masa y haz pestiños, que están también de muerte: son pequeños cuadrados a los que juntamos dos esquinas en el centro antes de pasarlos por la sartén. 

Si en vez de sésamo crudo tienes sésamo tostado, no lo añadas a la manteca caliente porque se te quemará. En ese caso puedes agregarlo directamente a la masa. También da grandes resultados pasar el sésamo tostado y la matalahúga por un molinillo o robot para molerlos bien y añadirlos así a la masa. 

Si guardas los borrachuelos en cajas se conservarán sin problema una semana. Dudo que te duren tanto. 

Si nos visitas en Alhaurín el Grande, haz una parada en El Rubio y llévate una caja de roscos, borrachuelos y bollos de aceite.

Panadería El Rubio
Avenida Blas Infante, 4
29120  Alhaurín El Grande
Teléfono:  +34  952 49 10 64

NUTRICIÓN

Calorías: 89kcalCarbohidratos: 10gProteina: 1gGrasa: 5gGrasa saturada: 1gGrasa polinsaturada: 0.4gGrasa monosaturada: 3gGrasa Transgénica: 0.03gColesterol: 2mgSodio: 7mgPotasio: 21mgFibra: 1gAzúcar: 1gVitamina A: 26IUVitamina C: 0.01mgCalcio: 15mgHierro: 1mg