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Recetas de pan casero

Rock & roll en la cocina: panecillos con manga pastelera

Rock & roll en la cocina: panecillos con manga pastelera


Valoraciones: 2 Comentarios

Rock & roll en la cocina: panecillos con manga pastelera

Valoraciones: 2 Comentarios

Si los músicos no hubieran sido heterodoxos en algún momento no se habría inventado el rock & roll. Aviso antes de empezar porque los puristas del método, que en el mundo del pan somos legión, podrían llevarse las manos a la cabeza. ¡Cómo osa saltarse el formado tradicional y sustituirlo por una manga pastelera! ¡Cómo se atreve a tal herejía! ¡Qué panadero mete su masa en una manga como si fuera crema de repostería! Bueno, bueno. Calma. Sí, vamos a hacer un poco de rock & roll, pero como todo lo que hacemos aquí, tiene un motivo y una justificación. 

El motivo es ofrecer una alternativa viable a aquellas personas que no se manejan bien trabajando a mano con masas muy hidratadas. La justificación está en el resultado: están muy buenos. Porque al final, y en esto coincidiremos todos, lo sagrado es el pan, no el método: si el pan es bueno, el método sirve. 

Con una masa muy hidratada conseguirás hacer panes excepcionalmente ligeros, aéreos. Claro que más que amasar, cuando mezclas la misma cantidad (o casi) de agua que de harina panadera, chapoteas. Hay que ser un experto para trabajar a mano masas así, pero para todos los que no lo somos, tenemos algunas alternativas, y esta es una. 

Después de la primera fermentación, pasamos a una manga nuestra masa y formamos así las piezas sobre la bandeja del horno para la segunda fermentación. Nada de tocar, manipular, trasladar cosas imposibles… No hace falta mayor cuidado y te quedarán unos panecillos muy, muy resultones. Este método te servirá también para hacer grisines, los clásicos palitos, pero este no es el caso. Nuestros panecillos tienen más volumen y una miga breve y ligera. Están muy buenos solos, pero si los abres al medio y te haces unas pulguitas de queso con pepino o de salmón ahumado con rúcula y mantequilla, verás que sorpresa. Dale al rock & roll, que vale la pena.

Amasadora Ankarsrum
Panecillos de cristal con manga pastelera

Rock & roll en la cocina: panecillos con manga pastelera

Receta de pan de muy alta hidratación y con un formado muy curioso.
5 de 1 voto
Tiempo de preparación 30 min
Tiempo de cocción 25 min
Tiempo de reposo 2 h 55 min
Tiempo total 3 h 50 min
Plato Acompañamiento, Pan
Cocina Panadería casera
Raciones 10 panecillos
Calorías 96 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Elaboración paso a paso
 

  • Primero, como siempre, vale la pena comprobar si tu levadura (sobre todo si tienes algún sobre ya abierto) está bien activa. Para ello, mezclamos 2 cucharadas de harina y 3 de agua tibia con un gramo de levadura en un vaso. Lo dejamos en un lugar templado y si no sube después de 10 minutos es porque la levadura no sirve. Si es así (la levadura es un ser vivo y no es eterna) abre otro sobre y repite la prueba. 
  • Calienta un poco el agua en un cazo para que esté tibia, lo que ayudará a activar la fermentación.
  • Mezcla todos los ingredientes (salvo las semillas) en un bol y amasa como puedas. Puedes acabar sobre la encimera haciendo una especie de amasado francés. Tampoco te mates (es una masa muy líquida), ya sabes que el tiempo también amasa.
    Mezcla todos los ingredientes de la masa, excepto las semillas
  • Deja reposar 10 minutos y dale otro meneo.
  • Cubre el bol y déjalo reposar a temperatura ambiente unas dos horas, hasta que doble su tamaño.
    Espera a que haya aumentado de volumen
  • Transcurrido ese tiempo, ayúdate con la rasqueta para llenar la manga pastelera, en la que habrás puesto un boquilla ancha. Da igual la forma de la boquilla, porque al final el pan recuperará su forma natural en la segunda fermentación.
  • Dispón una hoja de papel de hornear sobre la bandeja del horno y dibuja barritas (no las juntes mucho para que no se peguen) con la manga. Ayúdate con una tijera para cortar la masa a la medida deseada: puedes hacer panecillos o barritas largas, como gustes.
    Haz barritas con la manga pastelera
  • Cubre los panecillos con otra bandeja de horno, del revés, y deja que la masa fermente aproximadamente 45 minutos, hasta que veas que han ganado volumen.
  • Una vez finalizada la fermentación, distribuye las semillas sobre la superficie de los panes.
    Cubre la masa con semillas
  • Introduce la bandeja en el horno, precalentado a 190 grados (calor arriba y abajo y sin ventilador), en la segunda altura contando desde abajo. En  unos 20 o 25 minutos, cuando estén bien dorados, los tendrás listos. A la rejilla de enfriar y a por ellos. 
    pan de cristal con manga pastelera

NUTRICIÓN

Calorías: 96kcalCarbohidratos: 15gProteina: 2gGrasa: 3gGrasa saturada: 0.4gGrasa polinsaturada: 0.3gGrasa monosaturada: 2gSodio: 156mgPotasio: 24mgFibra: 1gAzúcar: 0.1gVitamina C: 0.001mgCalcio: 4mgHierro: 1mg
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Panes planos Recetas verano

Un mito con un toque: chapatis con espelta

Un mito con un toque: chapatis con espelta


Valoraciones: 8 Comentarios

Un mito con un toque: chapatis con espelta

Valoraciones: 8 Comentarios

Hay algo fascinante en la elaboración de los chapatis. El proceso de cocción obliga a aplicar unos tiempos justos y precisos que convierten al panadero casi en un metrónomo, con unos movimientos que resultan hipnóticos. Pero sobre todo fascina la transformación a través del fuego: es impresionante ver cómo esa torta plana se hincha como un globo para volver a pasar después, ya fuera de la lumbre, de las tres a las dos dimensiones. 

Si no lo habéis probado, os lo recomiendo muy mucho, porque hay pocas transformaciones pánicas tan increíbles, y porque no hay ningún pan capaz de “subir” tan rápido como este: en tres o cuatro segundos lo tienes redondo, como si la vida pasara a cámara rápida.

Los chapati son unos de los panes más consumidos en el mundo, tradicionales de la India y de buena parte de Asia y algunas zonas de África. Hay mil versiones y no todas se rematan sobre la llama, aunque es una pena perderse ese espectáculo. 

Al hincharse con el calor, el chapati se separa en dos capas que, cuando se deshincha, ya no vuelven a pegarse, resultando un pan finísimo con la estructura de un saco de dormir (o de un globo sin aire). Puedes rellenarlo con cualquier curry de tu gusto, o comértelo a trozos, porque solo también está muy bueno, mérito del pan, pero sobre todo del ghee que lo pincela. 

Los chapati aceptan con alegría combinaciones de harinas, pero has de tener en cuenta unos cuantos aspectos clave antes de ponerte con ellos. De entrada, recuerda que necesitan gluten para crear esa membrana que se hincha sin romperse. Por eso las harinas con poco o nulo gluten no darán resultado salvo que vayan en una proporción muy pequeña. Además, las harinas integrales crean una malla más frágil, no por falta de gluten, sino porque los pequeños fragmentos de salvado actúan como cuchillas que “pinchan” las burbujas que genera el gluten. 

Por todos esos motivos nosotros empleamos harina panadera y le añadimos una pequeña cantidad de integral, en este caso de espelta, que les da un toque. 

Para que se hinchen bien, no los hagas muy grandes (cuanto mayores son, más peso tiene que mover el aire), que no pasen de 15 centímetros de diámetro. Déjalos bien finos con el rodillo (1 o 2 milímetros de grosor) y, sobre todo, ten cuidado con pliegues, arrugas y pellizcos en el proceso, porque si aparecen, no se hincharán. Tampoco es un drama si alguno falla.

Y dicho eso, no les tengas miedo. Son fáciles, se hacen rápido porque no requieren fermentación y no necesitas encender el horno. Una cosa más: fríos también están buenos, pero calentitos saben a gloria… 

Amasadora Ankarsrum

receta de chapatis con espelta

Un mito con un toque: chapatis con espelta

Receta de pan chapati indio sin levadura.

4.50 de 2 votos

Tiempo de preparación 15 min
Tiempo de cocción 2 min
Tiempo de reposo 40 min
Tiempo total 57 min

Plato Acompañamiento, Pan
Cocina India, Panadería casera

Raciones 10 chapati
Calorías 74 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes

  

Elaboración paso a paso

 

  • En esta receta es muy importante coordinar bien los tiempos del proceso, que son muy breves. Una vez que tienes los discos estirados, van aproximadamente un minuto a la sartén (30 segundos por cada lado), después al fuego (o a la vitrocerámica) cuatro o cinco segundos, y finalmente los apilas ya hechos pincelando con ghee la cara superior de cada chapati, lo que además de darles sabor, evitará que se peguen unos a otros. El ritmo es rápido, asumible por una sola persona, pero si no eres mañoso, no está de más que te echen una mano.
  • Si tienes ghee, adelante, si no lo tienes, clarifica un poco de mantequilla en un cazo: caliéntala al fuego y retira la espuma, el líquido y las impurezas que flotan en la superficie con una cuchara. Listo. (Si quieres un nivel pro, pásala también por una manga de tela para colarla)
  • Amasa los ingredientes, forma una bola y déjala reposar media hora en un bol cubierto. 
    masa de chapati
  • Divide la masa en pequeños fragmentos, algo más pequeños que una nuez. Forma bolitas con cada trozo y deja reposar sobre la encimera, cubiertos con un paño, otros diez minutos. 
    divide la masa en trozos y haz bolas
  • Enharina bien la superficie de trabajo y estira cada bolita hasta conseguir discos de unos 12-15 centímetros de diámetro. Para evitar que se peguen al rodillo, salpica también con harina la superficie de la masa. 
    Estira la masa con un rodillo hasta dejarla de 2 mm de grosor
  • Pon una sartén antiadherente a fuego alto. Al lado, y en paralelo, sitúa la rejilla sobre otro fuego de la vitrocerámica, que encenderás también con la temperatura al máximo. Si tienes cocina de gas, usa el mismo sistema. Si tienes inducción, necesitarás algún difusor de acero que puedas calentar al máximo, poniendo también la rejilla sobre él. 
  • Coge el primer disco y llévalo a la sartén. Cuando empiece a coger color (unos 30-40 segundos), dale la vuelta (otros 30 segundos). Es importante que no se queme por ningún sitio, porque entonces no se hinchará. 
    Pasa el disco de masa por una sarten caliente
  • Con unas pinzas, lleva el chapati directamente desde la sartén hasta la rejilla con el fuego al máximo. Verás como en cuatro o cinco segundos se hincha como un globo. Dale la vuelta otros tres o cuatro segundos. 
    Coloca sobre una rejilla
  • Saca el chapati del fuego y mételo en un recipiente con tapa para que no se enfríe (una olla sirve). Pincela la superficie con ghee. Repite el proceso y vete apilando los chapatis. A por ellos.
    Chapatis con espelta paso a paso

Notas

No te preocupes si no se hinchan todos. Unos te quedarán mejor que otros y algunos subirán solo por un lado o crearán dos burbujas. También están bueno, no te alarmes.

NUTRICIÓN

Calorías: 74kcalCarbohidratos: 15gProteina: 2gGrasa: 0.2gGrasa saturada: 0.03gGrasa polinsaturada: 0.1gGrasa monosaturada: 0.02gSodio: 79mgPotasio: 19mgFibra: 1gAzúcar: 0.05gCalcio: 3mgHierro: 1mg


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Masas dulces Repostería tradicional

Coca de San Juan, dulce verano

Coca de San Juan, dulce verano


Valoraciones: 8 Comentarios

Coca de San Juan, dulce verano

Valoraciones: 8 Comentarios

En nuestro viaje por el infinito repertorio de las cocinas de las abuelas, recalamos hoy en Cataluña para asomarnos a un clásico, la coca de San Juan. Será porque el invierno se hace largo, aquí somos muy de celebrar el solsticio, y la coca es la forma dulce que tienen los catalanes de darle la bienvenida al verano.

La coca es familia lejana del brioche y, como tal, pide harina de fuerza para levantar la arquitectura de mantequilla, azúcar y huevos. Forma parte de esa larga tradición familiar de repostería amable que se puede encontrar en tantos lugares de España con distintos nombres y cuya culminación, en Navidad, es el roscón de Reyes

No pretendemos aquí ser guardianes de las esencias. Como con tantas otras tradiciones, con la coca han surgido, con los años, muchas interpretaciones. Los puristas te dirán que cambies la mantequilla por manteca de cerdo (prueba sin miedo), y habrá defensores de los piñones y las frutas escarchadas en lugar de las almendras. No te amargues con los cánones, que los dulces están para no amargarse. Si te van los piñones, dale, si prefieres las almendras, para qué vas a renunciar a ellas. 

La coca es realmente un pan dulce, un pan que escora hacia la repostería no tanto por el azúcar como por la crema pastelera. Da unas meriendas excelentes y consistentes, y es también una buena invitada para los desayunos, porque no empalaga.

Su sabor es sencillo y sincero, y evidencia que procede de un mundo analógico y de cámara de carrete. Un mundo en el que el exotismo no era obligatorio y en el que el mejor exponente de la cocina de fusión era la tortilla, porque fusionaba huevos y patatas.

La coca forma parte de la colección de sabores honestos de la repostería popular, de esos sabores que no triunfarán entre los adoradores de lo sofisticado, pero que te llegarán al corazón, salvo que seas un leño, a nada que tengas un poco de sensibilidad y hayas tenido infancia en el siglo XX. 


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Receta de coca de san juan

Coca de San Juan, dulce verano

Receta tradicional de coca de San Juan de masa fermentada y crema pastelera.

4 de 7 votos

Tiempo de preparación 40 min
Tiempo de cocción 35 min
Tiempo de reposo 3 h 50 min
Tiempo total 5 h 5 min

Plato Merienda, Postre, Repostería
Cocina Catalana, Española

Raciones 1 coca grande
Calorías 3683 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes

  

Para la crema pastelera

Para la coca

Elaboración paso a paso

 

La crema pastelera

  • Si vas a aromatizar con vainilla (si no te gusta, no lo hagas), pon un cazo con la leche al fuego, agrega una cucharadita de extracto (o una vaina abierta al medio), lleva a ebullición, retira del fuego y reserva.
  • Dispón en un bol el resto de los ingredientes y mézclalos bien batiendo con unas varillas.
    Mezcla los ingredientes de la crema en un bol
  • Agrega la leche poco a poco sin dejar de batir.
    Añade la leche caliente poco a poco
  • Lleva el líquido resultante de nuevo al cazo y ponlo a fuego medio. Sigue mezclando, al fuego, con las varillas, hasta que la mezcla vaya espesando y cogiendo consistencia, lo que te llevará entre 5 y 10 minutos. 
    Aspecto de la crema pastelera
  • Pasa la crema a un cuenco y déjala enfriar cubierta con papel film. Cuando esté tibia, llévala a la nevera. Cuando enfríe estará lista para usar. 

La coca

  • Comprueba antes de nada, para evitar disgustos, que tu levadura está activa (sobre todo si vas a emplear un sobre abierto). Para eso basta con mezclar dos cucharadas de harina con tres de agua y un gramo de levadura. Si en diez minutos no subió, cambia de sobre de levadura. 
  • Mezcla todos los ingredientes en un bol, salvo la mantequilla. Si calientas la leche un poco en un cazo antes de usarla, ayudarás a activar antes la fermentación. Cuando la harina haya absorbido los líquidos, lleva la masa a la encimera y continúa amasando hasta conseguir una mezcla homogénea. 
  • Ahora añade la mantequilla (a temperatura ambiente) poco a poco, en dados, y amasa hasta que, de nuevo, se absorba.
    Añade la mantequilla a la masa de coca
  • Forma una bola y déjala fermentar en un bol aceitado y tapado durante dos horas y media. Si tu cocina es muy cálida, puede ser antes, si es fría o los ingredientes estaban fríos, algo más.
    Coloca la masa en un bol aceitado
  • Sabrás que está lista cuando haya doblado su volumen.
    La masa deberá doblar su volumen
  • Dispón la masa sobre una hoja de papel de hornear. Estírala con un rodillo hasta lograr una lámina algo menor que la bandeja del horno, y de un centímetro de grosor. 
  • Con una cuchilla de panadero o un cuchillo bien afilado, traza sobre la superficie la clásica malla. Deja reposar media hora cubierta con un paño.
  • Con la manga pastelera, y siguiendo las líneas de los cortes, dibuja la malla.
    Coloca la crema pastelera sobre los cortes de la masa de coca de san juan
  • Deja reposar otra media hora. Para evitar que la masa se seque, cúbrela, pero ten cuidado porque con el paño puedes chafar la crema pastelera. Yo la tapo con una bandeja de horno del revés. 
  • Toca decorar. Nosotros utilizamos almendras enteras porque nos gustan mucho, pero puedes salpicar también con almendra laminada o, siguiendo la tradición, con piñones (solos o con frutas escarchadas).
    Coloca las almendras en el centro de los rombos
  • Llévala al horno, precalentado a 190 grados con calor por arriba y por abajo (sin ventilador), y sitúala en la segunda altura contando desde abajo. En 30-35 minutos, cuando adquiera un color bien dorado, estará lista. Déjala enfriar sobre una rejilla y a por ella.
    Como hacer coca de san juan

NUTRICIÓN

Calorías: 3683kcalCarbohidratos: 570gProteina: 93gGrasa: 114gGrasa saturada: 62gGrasa polinsaturada: 10gGrasa monosaturada: 32gGrasa Transgénica: 3gColesterol: 1118mgSodio: 4431mgPotasio: 1492mgFibra: 17gAzúcar: 170gVitamina A: 4090IUVitamina C: 0.03mgCalcio: 715mgHierro: 27mg


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Recetas Recetas de pan para horarios de oficina

Hogaza exprés de centeno blanco y lino dorado

Hogaza exprés de centeno blanco y lino dorado


Valoraciones: 33 Comentarios

Hogaza exprés de centeno blanco y lino dorado

Valoraciones: 33 Comentarios

A estas alturas no vamos a discutir sobre un hecho: el prefermento y la masa madre aportan una profundidad de sabor que los panes de fermentación directa no tienen. ¿Significa esto que tengamos que condenar ese tipo de fermentación al ostracismo, al exilio, a la nada? ¿Tan terribles son los panes a base de levadura? A ver. En general el sabor mejora con prefermentos o masas madre. Pero en la vida lo mejor es enemigo de lo bueno, y entre tener y no tener yo elijo tener.

También en la fermentación directa hay grandes panes. Algunos incluso excelentes en función del fin al que vayan destinados. Pongo un ejemplo: si cae en mis manos un jamonazo de Huelva, por citar un caso, lo último que quiero es ponerle semillas o sabores intensos. Me vale un pan leve, es más, necesito un pan leve y discreto. El pan, a veces, es un líder, cabeza del pelotón, pero otras muchas lo que buscas es un buen gregario que acompañe como debe. Pues eso. Además, si quieres agregar semillas y que destaquen, no las eclipses con sabores intensos, emplea la fermentación directa y tendrás excelentes resultados.

Hay, además, otra razón. Imagínate que un día a las doce de la mañana te emperras en que quieres hacer una hogaza para agasajar a la familia a mediodía. ¿Cómo diablos haces? ¿Prefieres dejarlos sin pan? ¿Decirles que se vuelvan a sus casas y regresen mañana porque no tienes la masa madre activa? Sí, también es posible, pero yo te aconsejo que busques una alternativa.

En el mundo de las fermentaciones rápidas el centeno es el rey. Y el centeno blanco es un gran compañero de viaje para el trigo. Es más. Si te emocionas viendo subir un pan como un cohete Soyuz, si lloras de alegría ante las greñas hiperbólicas, añade a tus panes harina blanca de centeno. Aporta un sabor propio que enriquece los panes y les da un toque más frutal. En la variedad está el gusto. Si además le añades unas semillas de lino dorado, rico en vitaminas B y ácidos omega 3, pues ganas en salud y en sabores.
Te va a quedar un pan espectacular y sabroso, que además te aguanta bien un par de días y, sobre todo, que desde la nada hasta la mesa te habrá llevado poco más de dos horas y media. Imbatible, ¿no?

Amasadora Ankarsrum

pan de centeno receta

Hogaza exprés de centeno blanco y lino dorado

Receta rápida de un pan nutritivo y sabroso que no sabe a hierba seca.

4.84 de 6 votos

Tiempo de preparación 20 min
Tiempo de cocción 50 min
Tiempo de reposo 1 h 55 min
Tiempo total 3 h 5 min

Plato Acompañamiento, Pan
Cocina Panadería casera

Raciones 1 pan de algo menos de un kilo
Calorías 1811 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes

  

Elaboración paso a paso

 

  • Antes de empezar es importante que comprobemos, sobre todo si vamos a emplear un sobre que ya tenemos abierto, que nuestra levadura seca esté activa. Para ello mezclamos 2 cucharadas de harina y 3 de agua tibia y lo mezclamos con un gramo de levadura. Lo dejamos en un lugar templado y si no sube después de 10 minutos es porque la levadura no sirve. Si es así (la levadura es un ser vivo y no es eterna) abre otro sobre y repite la prueba.
  • Mezcla todos los ingredientes en un bol y amasa sobre la mesa cuando se absorban los líquidos. Emplea agua tibia, calentada en un cazo, porque ayudará a activar la fermentación. Verás que es una masa agradecida. En tres o cuatro minutos está lista. Déjala reposar 10 minutos en el bol, y repite amasado. Con eso llega.
    la masa es fácil de trabajar
  • Introduce la bola de masa en el bol, cúbrelo con un paño y déjalo fermentar a temperatura ambiente una hora o algo más. Dependerá del calor de tu cocina, pero verás que esta masa dobla de volumen muy rápido. Si hace frío tal vez tengas que aguardar hora y media.
  • Lleva de nuevo la masa a la mesa y dale forma de torpedo evitando en el formado que se pierda todo el gas. Se trata de darle forma, no de aplastarla.
  • Enharina bien el banetón forrado con harina de centeno blanco y dispón en él la masa, con los pliegues hacia arriba. Cubre con un paño y déjalo fermentar entre 30 y 45 minutos más.
    Coloca la masa en un banetón bien enharinado
  • Cuando haya subido un poco (no hace falta que vuelva a doblar), estará listo.
  • Dale la vuelta con un movimiento rápido sobre una pala de horno enharinada. Con una cuchilla de panadero o un cuchillo bien afilado hazle un corte profundo de un extremo al otro.
    Dale la vuelta sobre una pala de horno
  • Introduce la hogaza en el horno precalentado a 200 grados, en la segunda altura contando desde abajo, con calor arriba y abajo y sin ventilador. En 50-55 minutos estará listo. Si ves que se tuesta en exceso, bájale un poco la temperatura en el tramo final del horneado.
  • Sácalo con la pala y déjalo enfriar en una rejilla antes de hincarle el diente.

Notas

Por supuesto, también puedes hacer este pan con prefermento: mezcla 100 gramos de harina panadera con 60 de agua y un gramo de levadura y deja esa mesa 12 horas en la nevera antes de usarla. Resta esas cantidades de los ingredientes de la receta (es decir, te quedarán 250 gramos de panadera y 300 de agua) y añádele el prefermento con un par de gramos de levadura seca. Así de fácil.

Lógicamente, también puedes hacerlo con masa madre. Busca las equivalencias en nuestra calculadora de masa madre.

NUTRICIÓN

Calorías: 1811kcalCarbohidratos: 382gProteina: 54gGrasa: 6gGrasa saturada: 1gGrasa polinsaturada: 2gGrasa monosaturada: 1gSodio: 3518mgPotasio: 974mgFibra: 28gAzúcar: 3gVitamina C: 0.01mgCalcio: 103mgHierro: 20mg


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Desayunos Masas dulces Repostería tradicional

Marchando una de clásicos: magdalenas

Marchando una de clásicos: magdalenas


Valoraciones: 13 Comentarios

Marchando una de clásicos: magdalenas

Valoraciones: 13 Comentarios

Los clásicos de la repostería se parecen a los del rock & roll en que en ambos proliferan las versiones. Las magdalenas entran en esa selecta lista de recetas reinterpretadas sin descanso. Tantas vueltas les han dado con el paso de los años que hasta les han cambiado el nombre. Ahora las llaman muffins. Bueno, sin pasarse, aquí las seguiremos llamando magdalenas. 

Es más, las famosas cápsulas de papel también son un añadido posterior porque, como es normal, nacieron sin papelitos. Pero eso es lo de menos. Vamos al meollo. Hay magdalenas estilo Jimmy Hendrix, y las hay estilo Enrique Iglesias. Las hay más heavy y las hay más pop. Las hay con relleno, las hay de toda la vida, con azúcar en la cima y sin ella, con mantequilla a dolor, sin mantequilla alguna, con aceite de girasol, con aceite de oliva

A quien guste de melodías más suaves les irá bien un aceite suave y mantequilla a medias. Sé que hay clásicos marchosos que las hacen solo con oliva virgen extra bien potente. Yo, afrancesado, abrazo las que llevan exclusivamente mantequilla, sin aceites de ningún tipo. 

Aquí nos gusta también espolvorearlas con azúcar antes de hornearlas. El azúcar crea esa película dorada y crujiente que está de vicio. Es cierto que, al caramelizarse, el azúcar se convierte en una barrera que a veces dificulta la expansión de la masa, pero si no te importa que de vez en cuando aparezca un chorretón lateral (la masa busca su camino al expandirse) es muy recomendable hacerlas así. 

Las magdalenas tienen, además de su sabor, una inmensa ventaja: se hacen en dos patadas y sin ningún esfuerzo, siempre y cuando tengas unas varillas eléctricas. Si vas a frecuentar la repostería, por favor, hazte con unas, porque batir a mano será muy artesanal, pero no aporta nada más que agujetas.

Amasadora Ankarsrum

magdalenas caseras receta

Marchando una de clásicos: magdalenas

Receta de magdalenas caseras, tiernas y jugosas y con un sabor mucho más fresco y agradable que las magdalenas industriales.

4.25 de 8 votos

Tiempo de preparación 15 min
Tiempo de cocción 25 min
Tiempo de reposo 50 min
Tiempo total 1 h 30 min

Plato Desayuno, Merienda, Postre
Cocina Española

Raciones 12 magdalenas grandes
Calorías 245 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes

  

Elaboración paso a paso

 

  • Bate en un bol los huevos con el azúcar y la ralladura de limón hasta conseguir una mezcla espumosa. Con 5 minutos con la batidora de varillas o un robot de cocina, llega. Si vas a mano, te harán falta 15 minutos y alguna energía. 
  • Sigue batiendo al tiempo que añades la mantequilla (previamente derretida en un cazo o en el microondas) y la leche. Otros 3 minutos.
  • Añade la harina, la sal y la levadura química. Bate suavemente unos minutos más hasta conseguir una mezcla cremosa y homogénea.
    consistencia de la masa de magdalenas caseras
  • Deja reposar la masa en un bol cubierto en la nevera entre 45 y 60 minutos. 
  • Prepara los moldes sobre una bandeja de horno, dejando espacio entre ellos para evitar que se peguen. Pon una cápsula de papel dentro de cada molde de silicona, o en los huecos del molde metálico. Sin un soporte, las cápsulas de papel, solas, se expanden durante el horneado y no guardan la forma.
  • Con un cucharón, una jarra o una manga pastelera (el cucharón va perfecto), vete rellenando cada una de las cápsulas. No las llenes hasta arriba, pero sí hasta las cuatro quintas partes.
    Rellena los moldes con la masa usando un cucharón
  • Si buscas una forma perfecta, ya está, no espolverees con azúcar. Si te gusta ese toque del azúcar caramelizado (a nosotros sí), espolvorea con un poco de azúcar la parte superior. Si te pasas de azúcar, actuará como una barrera y la masa crecerá por donde pueda, generando algún que otro chorretón. Da igual, están muy buenos. 
  • Introduce la bandeja en el horno, precalentado a 200 grados, a media altura con calor arriba y abajo y sin ventilador. En 20 o 25 minutos estarán listas.
  • Sácalas de los moldes de silicona o metal cuando puedas y déjalas enfriar sobre una rejilla.

NUTRICIÓN

Calorías: 245kcalCarbohidratos: 27gProteina: 4gGrasa: 14gGrasa saturada: 8gGrasa polinsaturada: 1gGrasa monosaturada: 4gGrasa Transgénica: 0.5gColesterol: 87mgSodio: 216mgPotasio: 56mgFibra: 1gAzúcar: 13gVitamina A: 455IUVitamina C: 1mgCalcio: 16mgHierro: 1mg


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Se conservarán perfectamente varios días en una bolsa de plástico bien cerrada.

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Masas dulces

Bollicaos caseros que todo el mundo querrá probar

Bollicaos caseros que todo el mundo querrá probar


Valoraciones: 24 Comentarios

Bollicaos caseros que todo el mundo querrá probar

Valoraciones: 24 Comentarios

De pequeña, los bocadillos de mi madre nunca llevaban aceite. Siempre eran de mantequilla con jamón cocido, mantequilla con salchichón, mantequilla con chorizo… 

A mí me encantaba porque, no sé si coincidiréis conmigo, el pan con mantequilla es una bendición, la octava maravilla si habláramos de arte. Y si encima el pan está calentito y la mantequilla se derrite… ya es para chuparse los dedos. 

Aún así, como todo hijo de vecino, de vez en cuando también pedía mi ración de bollería industrial. Las cañas de chocolate eran mis favoritas, pero los bollicaos también me chiflaban. 

Con los años, por esa extraña costumbre de que maduramos, refinamos nuestro paladar y aprendemos a alimentarnos mejor, y habitualmente, dejar de lado la bollería industrial, por ejemplo.

Pero, seamos realistas, un dulce no amarga a nadie y, menos aún, si es casero. Aunque he reconocido que no como bollería industrial, sí que tengo un par de panaderías cerca de casa donde hacen donuts, cañas y palmeras caseras que son de otro planeta. Y, de vez en cuando, se me antojan para merendar.  

Sin embargo, los bollicaos siempre suelen ser industriales, no recuerdo haberlos visto en panaderías. Y precisamente por eso decidí ponerme manos a la obra para hacer unos bollicaos caseros con chocolate. 

¿El resultado? Dejad que me confiese: el primero que probé aún estaba calentito ^^ Hay que dejarlos enfriar pero olían taaaaaaan bien que no pude resistirme. 

Amasadora Ankarsrum

receta de bollicao casero

Bollicaos caseros que todo el mundo querrá probar

Receta de bollos rellenos de chocolate. Todo el sabor, pero sin los conservantes, mejorantes y potenciadores de sabores de la repostería industrial.

4.78 de 9 votos

Tiempo de preparación 45 min
Tiempo de cocción 30 min
Tiempo de reposo 3 h 4 min
Tiempo total 4 h 19 min

Plato Merienda, Repostería
Cocina Internacional

Raciones 10 bollicaos
Calorías 241 kcal

Ingredientes

  

Elaboración paso a paso

 

  • Verter en un bol la leche templada y mezclar con la levadura seca. Ponemos la harina mezclada con un poco de sal en un bol, haciendo forma de volcán. En el centro del volcán incorporamos la leche con la levadura y el huevo batido, el azúcar y la vainilla. Empezamos a amasar y cuando sea una masa uniforme, añadimos la mantequilla en cuadraditos y a temperatura ambiente.
  • Ponemos en una mesa de trabajo, sin enharinar. Empezamos a masar, es pegajosa. Después de 10 minutos, empezará a coger textura y será más fácil de amasar. En total, amasar durante 20-25 minutos, dejando reposar cada poco durante 2 minutos. 
  • Metemos la masa en un bol engrasado y dejamos fermentar hasta que doble su volumen, una hora y media o dos. Dejarla reposar en un lugar cálido, como dentro del horno o el microondas. 
  • La masa habrá doblado su tamaño. La sacamos del bol con cuidado y la golpeamos suavemente para eliminar el aire de su interior. Dividimos la masa en 10 porciones, de unos 80 gramos. Formamos bolas y lo ponemos en una bandeja con papel de horno. Dejamos reposar la masa 15 o 20 minutos en el interior del horno o el microondas.
  • Con cada porción hacemos un rectángulo de 15×15, incorporamos dos cucharadas de crema de cacao. Enrollamos hasta formar un rulo y sellamos los bordes para que no se salga la crema. 
  • Volvemos a colocarlos sobre el papel de horno y los dejamos fermentar nuevamente unos 45 minutos. 
  • Precalentamos el horno a 180º. Pincelamos los bollos con leche y los horneamos durante unos 20-30 minutos, dependerá del horno y la potencia que tenga. Si se doran mucho, puedes hornearlos a 175 y ponerles por encima papel de aluminio. 
  • Retirar del horno y ponerlos sobre una rejilla para que se enfríen. ¡Desprenden un aroma irresistible!

Notas

Consejos para hacer bollicaos caseros

También se pueden rellenar con mermelada o crema de chocolate blanco o incluso no rellenarlos y comerlos solo o untarlos en el momento de comer. En mi caso, dos de ellos probé a hacerlos con crema de cacahuete pero al enfriarse quedaba demasiado dura.

La esencia de vainilla es opcional y los bollicaos se pueden pincelar con leche o con huevo. 

Al ser bollería casera, sin conservantes, etc al segundo o tercer día la masa empieza a estar un poco más dura así que reparte con amigos y familiares o, si lo prefieres, puedes congelar. Sino, bien mojados en leche se ablandan un poco y están buenísimos.

NUTRICIÓN

Calorías: 241kcalCarbohidratos: 40gProteina: 7gGrasa: 6gGrasa saturada: 3gGrasa polinsaturada: 1gGrasa monosaturada: 2gGrasa Transgénica: 0.2gColesterol: 46mgSodio: 93mgPotasio: 102mgFibra: 1gAzúcar: 5gVitamina A: 210IUVitamina C: 0.001mgCalcio: 42mgHierro: 2mg


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Categorías
Pizzas Recetas

¿Pizza de masa gruesa? Si es una sfincione, sí

¿Pizza de masa gruesa? Si es una sfincione, sí


Valoraciones: 18 Comentarios

¿Pizza de masa gruesa? Si es una sfincione, sí

Valoraciones: 18 Comentarios

Vaya por delante que nosotros somos de la cofradía de la masa fina. Es una confesión importante a la hora de hablar de una pizza que es todo lo contrario. ¿Por qué, entonces rompéis vuestro credo y os adentráis en las procelosas aguas de las masas gordas?

Porque hay una norma superior que prevalece sobre cualquier otra inclinación personal: si hay algo que en algún sitio lleven lustros haciendo sin variar la receta, por algo será.

Y así fue como aterrizamos en la sfincione, una aterrizar cómodo y suave porque, como digo, la masa es gruesa.

De entrada hay que decir que no tiene sentido comparar esta receta siciliana con otras pizzas. No. Abre tu mente, son cosas distintas. Para todo hay un momento. Si tienes un capricho de masa fina, obviamente, esta no es tu pizza, pero si te acercas a ella con la mente abierta y te dejas querer, la vas a disfrutar. Y tranquilo: es gruesa, sí, pero tampoco es un colchón de Ikea.

La clave está en hacerla como hay que hacerla. La harina lleva mezcla de semolina o trigo duro, que le da un sabor excelente. Entiendo que para la mayoría de los mortales hacerse con un trozo de caciocavallo artesanal no es tarea fácil. No te agobies, agénciate un buen queso castellano de leche cruda no demasiado curado e irás servido. 

Puestos a afinar, te recomendamos muy mucho que utilices unos tomates de calidad para la salsa. Nosotros utilizamos este pomodorino del Vesubio que va bárbaro, pero también hay alternativas.

Respeta los tiempos de fermentación y sigue los pasos, no te vas a arrepentir y entenderás por qué esta pizza sigue muy viva en el sur de Italia, Si no te gustan las anchoas, eso sí, tenemos un problema. Puedes sustituirlas por aceitunas negras, pero estarás siendo un hereje a tan bella tradición.

Horno Ooni con pala de regalo

receta de pizza de masa gruesa

¿Pizza de masa gruesa? Si es una sfincione, sí

Receta de masa de pizza esponjosa para quien prefiere las bases de pizza gruesas.

4.84 de 6 votos

Tiempo de preparación 35 min
Tiempo de cocción 20 min
Tiempo de reposo 4 h
Tiempo total 4 h 55 min

Plato Entrantes, Merienda
Cocina Italiana

Raciones 4 personas
Calorías 394 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes

  

Para la pizza

Elaboración paso a paso

 

  • Antes de nada, sobre todo si vas a emplear un sobre de levadura que lleve un tiempo abierto, comprueba que la levadura está activa. Basta con mezclar dos cucharadas de harina con tres de agua y un gramo de levadura. Si en diez minutos ves que sube, la levadura está activa. Si no, abre otro sobre. 
  • Calienta el agua en un cazo hasta que esté tibia. Ayudará a activar la fermentación. Mezcla todos los ingredientes en un bol y, cuando la harina absorba el líquido, amasa sobre la encimera cinco o seis minutos hasta obtener una masa lisa y que no se pegue.
  • Forma una bola y déjala reposar en un bol aceitado durante tres horas, hasta que doble holgadamente su volumen.
  • Ya puedes extenderla y no hace falta rodillo. Aceita un poco la base de la bandeja y extiende la masa por toda la superficie apretando con los dedos. Cubre la bandeja con un paño y déjala fermentar otra hora. 
  • Mientras, prepara la salsa. Pon en una sartén un poco de aceite, para darle un toque al aceite, cuando esté caliente, disuelve en él una anchoa. Basta con ponerla en la sartén y apretar con la cuchara de madera.
  • Agrega las cebollas picadas en trozos finos y deja que se pochen hasta que estén transparentes.
  • Ahora toca añadir el tomate. Nuestros excelentes pomodorinos vesubianos tienen piel, basta con que se la quites pellizcando uno a uno con los dedos. Yo prefiero echarlos con piel y pasar la salsa después por el chino. Escurre un poco el líquido, pero no hace falta que lo dejes seco. Al final, te sobrará una cuarta parte de la salsa, pero vale la pena hacerla toda y congelar lo que no uses. Agrega el azúcar y el orégano y en media hora tendrás una salsa de tomate fantástica. Si no vas a emplear anchoas, ponle un poco de sal. Y si vas a usar nuestra salsa de pizza ya hecha, lógicamente, obvia todo este paso.
  • Cuando la masa haya subido en la bandeja, después de la hora de reposo, reparte por toda su superficie trocitos de anchoas y trocitos de queso empujándolos con el dedo para que se hundan en la masa.
  • Agrega la salsa de tomate repartiéndola bien por toda la superficie con una cuchara.
  • Introduce en el horno precalentado a 210 grados, con calor por arriba y por abajo, sin ventilador y en la segunda altura contando desde abajo. Si tienes plancha Celsius, pon la bandeja directamente sobre la plancha.
  • Hornea 20 minutos. Sácala del horno y espolvorea un poco de pan rallado, el queso rallado, un pellizco generoso de orégano y un chorro de aceite de oliva. Déjala en el horno 10 minutos más y sirve. Verás.

Notas

Consejos para hacer sficione

Si no tienes semolina o harina de trigo duro, puedes hacer esta misma receta empleando solo harina panadera, no quedará igual, pero el resultado será parecido.

Si tu bandeja es pequeña o no quieres emplear toda la masa, no te preocupes, puedes guardar lo que te sobre en la nevera hasta dos o tres días y hasta ganará en sabor.

NUTRICIÓN

Calorías: 394kcalCarbohidratos: 30gProteina: 16gGrasa: 24gGrasa saturada: 11gGrasa polinsaturada: 1gGrasa monosaturada: 8gColesterol: 50mgSodio: 1304mgPotasio: 177mgFibra: 2gAzúcar: 7gVitamina A: 503IUVitamina C: 4mgCalcio: 374mgHierro: 1mg


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Categorías
Conceptos básicos

Si congelas tu pan, descongélalo con cariño

Si congelas tu pan, descongélalo con cariño


Valoraciones: 14 Comentarios

Si congelas tu pan, descongélalo con cariño

Valoraciones: 14 Comentarios

Hace unos días describíamos los resultados de un experimento sobre la conservación del pan a corto plazo. En nuestra opinión, lo mejor que puedes hacer con los panes que te curras el domingo, si te van a durar más allá del lunes, es congelarlos en las porciones que te vayas a comer cada día.

Lógicamente, como cualquier alimento, el pan en el congelador también tiene una vida limitada, pero no tendrás problema alguno para preservar un buen pan durante un par de semanas. Mételo en una bolsa de plástico, al congelador y listo. 

La cuestión ahora es si existe un método mejor que otro para descongelar el pan para que se parezca lo más posible a lo que salió de nuestro horno. 

Si lo que quieres es tener tostadas para tu desayuno, no te rompas la cabeza. Congela las rebanadas y directas a la tostadora.

Pero si quieres tener tus porciones de pan para consumir a lo largo del día, ese método no sirve.

La clave para la descongelación tiene mucho que ver con la clave para conservar el pan a corto plazo: impedir una evaporación rápida del agua que forma parte de la miga para que no se seque, y evitar también sellar el pan con plásticos que corten esa evaporación, porque al final reblandecen la corteza.

¿Cuándo tengo que sacar el pan del congelador?

Una porción de pan de 100 o 150 gramos se descongela a temperatura ambiente en poco más de dos horas. Justo al terminar el proceso de congelación el pan está en perfecto estado, lo dejes en plástico, o al aire en la encimera. Si tienes margen para calcular los tiempos, perfecto.

Pero todos solemos hacer lo mismo: sacamos el pan del congelador de noche para tenerlo listo por la mañana, es decir, lo dejamos fuera del frío durante ocho horas. Sácalo a última hora, justo antes de acostarte, para que no se empiece estropear tras el proceso de descongelación.

¿Lo dejo en la bolsa o mejor al aire?

Los hay que al sacarlo del congelador lo meten en la panera, los hay que lo dejan en el plástico en que lo congelaron, los hay que lo dejan a temperatura ambiente… No sé, habrá quien lo meta en la gatera o en la caja fuerte. Nosotros probamos a dejarlo en el plástico, al aire y a descongelarlo en una bolsa de papel. Los resultados no son terriblemente diferentes, pero el método que mejor funciona es pasar el pan de la bolsa de plástico en la que lo congelaste, a una bolsa de papel. La corteza queda mejor y la miga más húmeda que si lo dejas al aire. En todo caso, sácalo de la bolsa de plástico, principal enemigo de cualquier pan. 

¿Y si me olvidé de sacarlo del frío, puedo usar el microondas?

El microondas es para cualquier amante de la cocina un pérfido enemigo. Tampoco nos vamos a poner talibanes con ese trasto, porque si se emplea con moderación puede tener alguna utilidad. Para descongelar el pan no es lo más adecuado, pero si te vas a quedar sin desayuno, adelante. Aconsejamos que no utilices la posición que esa máquina trae para descongelar, la de menor potencia, porque lleva demasiado tiempo y porque el pan queda convertido en chicle. Hazlo a potencia media y probando tiempos en función del peso de tu pan. Mucho mejor quedarse corto que pasarse, así que empieza por un par de minutos y comprueba cómo evoluciona. En todo caso, si puedes evitar el microondas, no lo dudes. 

Amasadora Ankarsrum

¿Puedo descongelarlo en el horno?

El horno ayuda bastante, pero lógicamente le llevará más tiempo que al microondas. Si lo pones a temperatura muy elevada atajas algo, pero te quedará la corteza demasiado seca. Lo aconsejable es poner el horno a baja temperatura (50 o 60 grados) y esperar a que ese calor descongele el pan. Te hará falta paciencia, eso sí. Para una porción de 150 gramos, partiendo del horno frío, te puede llevar fácilmente media hora. Si la tienes, mejor esto que el microondas. 

¿Y si lo pongo en la parte baja de la nevera como el resto de alimentos congelados?

Pues perfecto. Y si va en una bolsa de papel, mejor. El problema de este método es que por la mañana necesitarás diez minutos para que el pan se atempere a temperatura ambiente y no esté frío. Si eres de los que sale de casa corriendo porque llegas tarde al cole con los niños, a lo mejor no es tu método. 

¿Hay grandes cambios en el pan entre un método y otro?

Medimos la pérdida de humedad en cada uno de los panes descongelados y, aunque pensábamos que los métodos más violentos (microondas y horno) implicarían una mayor evaporación, la verdad es que no fue así. Nuestro pan de 150 gramos dejado en la bolsa de papel se dejó cuatro gramos en el proceso, lo mismo que el más maltratado en el microondas. La clave no está, pues, en la pérdida de humedad, sino en la rapidez del proceso de evaporación: cuanto más rápido, peor para el pan.


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¿Qué tal se conserva el pan una vez descongelado?

Si sale del horno o del microondas, mejor cómetelo cuanto antes, porque a las doce horas notarás claramente que le llegó la fecha de caducidad. Los métodos de descongelación más amables alargan su vida pero, en todo caso, el pan descongelado dura menos que aquél que no ha sido sometido a ese proceso. 

Entonces, ¿cuál es el método más apropiado?

En nuestra opinión, si eres de los que saca el pan de noche para tenerlo listo por la mañana, pásalo de la bolsa de plástico a una bolsa de papel y déjalo sobre la mesa o la encimera. Lo tendrás en perfecto estado por la mañana.  


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Pasta casera

Ñoquis de patata con gorgonzola y nueces

Ñoquis de patata con gorgonzola y nueces


Valoraciones: 0 Comentarios

Ñoquis de patata con gorgonzola y nueces

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Aunque no son considerados pasta fresca, su historia hace que vayan siempre ligados a esta y por este motivo se incluyen en el curso de pasta fresca de Cursos con Miga, que en El Amasadero recomendamos sin dudarlo, donde no solo cocinan la receta, sino que también aportamos ideas acerca de otras salsas para un tipo de pasta y otros tipos de pasta (tanto comercial como casera) que van bien con cada salsa, porque no todos los tipos de pasta van de acuerdo con todas las salsas. Los ñoquis (gnocchi, en italiano) son uno de los platos más antiguos cuyo origen se pierde en el tiempo. Originariamente se hacían solo con harina (era común usar distintos tipos) y agua, como los actuales gnocchetti sardi.

Las primeras recetas escritas aparecen en la segunda mitad del siglo XVI, publicadas por Cristoforo Messisbugo y Bartolomeo Scappi, dos entre los más grandes cocineros del Renacimiento. Los “maccaroni detti gnocchi” de los que ellos hablan, son amasados con harina, pan rallado, agua hirviendo y huevos y después pasados por el reverso de un rallador. Se servían secos, sin salsa, solo con mantequilla, queso y especias (a veces incluso con algo de azúcar).

Este tipo de preparación se mantiene durante algunos siglos, hasta el inicio del siglo XX, con diferentes nombres y algunas variantes. La más común, es la que añade una buena dosis de queso y aumenta el número de yemas, formando así una mezcla parecida a la de los passatelli.

Aunque la patata era ya conocida a finales del Renacimiento, habrá que esperar hasta los años de carestía que rondan el 1764, cuando las harinas escaseaban, para encontrar recetarios en los que la patata sustituiría a una parte de harina para formar pan y pasta. Los primeros panes de patata no tuvieron éxito ya que, al ponerlos en el caldo, que era como mayormente se tomaban, se deshacían. Sin embargo, en la masa de gnocchi, la patata ligaba de maravilla. Al inicio del siglo XX, eran tantas las recetas que había ya de gnocchi que esta receta era solo una de las muchas variantes.

Las primeras recetas de gnocchi di patata, son las que incluyen este tubérculo como uno más de los ingredientes que se ponían en los llamados gnocchi all’acqua. Estos se hacían partiendo de una masa parecida a una bechamel espesa hecha con agua, mantequilla y harina a la que, una vez fría, se le añadían 3 yemas, una clara y parmigiano por cada libra (340 g) de harina usada. La masa resultante se extendía, dejándola de un dedo de grosor, y se cortaba y cocía. Eran gnocchi que en la cocción se hinchaban y resultaban muy esponjosos.

Durante algunas decenas de años más, gnocchi di patata se preparaban con muchos otros ingredientes como yemas, nata, perejil, ajo, ricotta y manteca de ternera.

Pellegrino Artusi en su libro “La scienza in cucina e l’arte di mangiar bene” (1891), nos cuenta dos versiones de ñoquis de patata. La primera con patatas cocidas, amasadas junto con pechuga de pollo picada, parmigiano, yemas, harina y nuez moscada. La otra, sin embargo, mucho más simple, donde se hacen solo con patata y harina. Esta versión minimalista, destinada a tener un gran éxito, aperecía ya en 1871 bajo el nombre de “gnocchi alla marchigiana”. Pero en 1908, el primer recetario de cocina tradicional italiana ya los incluye como una especialidad de la ciudad de Bolonia, mientras que el “Talismano della felicità” de 1927, habla de este como de un plato típico de las trattorie romane donde lo sirven los jueves, de ahí el dicho “Giovedì gnocchi, Venerdì pesce (o anche “ceci e baccalà”), Sabato trippa”.


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Receta de ñoquis caseros con gorgonzola y nueces

Ñoquis de patata con gorgonzola y nueces

Receta de ñoquis de patata con la salsa clásica de queso y nueces

4 de 1 voto

Tiempo de preparación 30 min
Tiempo de cocción 5 min
Tiempo total 35 min

Plato Plato principal
Cocina Italiana

Raciones 4 personas
Calorías 472 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

  • 1 pasapurés
  • 1 tabla especia para pasta
  • 1 tablilla riga gnocchi

Ingredientes

  

Para la salsa

  • 200 g queso gorgonzola
  • 100 ml leche
  • 80 g parmesano rallado
  • 20 nueces ecológicas El Amasadero

Elaboración paso a paso

 

  • Poner a cocer las patatas en una cacerola con agua. Comprobar que están hechas pinchándolas.
  • Sacarlas del agua, pelarlas y triturarlas con un pasapurés. Poner la patata sobre la tabla especial para pasta y añadir un poco de sal y la harina poco a poco. Dicen que para que el amasado sea perfecto, se debe hacer con la patata muy caliente y con la menor cantidad de harina posible, para que no queden duros.
    Mezclar la harina y la patata para hacer la masa de ñoquis
  • Una vez la patata y la harina quedan bien integradas, amasar, pero solo un minuto. 
    No amases mucho la masa de ñoquis
  • Hacer bastoncillos del tamaño de nuestro meñique, sobre unos 7 mm de diámetro, poner por encima un poco de harina.
    Haz bastoncillos con la masa
  • Cortarlos en paralelo en pequeños nudos (gnocchi) de un cm. Volver a añadir harina para que el corte no quede húmedo.
    Corta en trozos y echa un poco de harina para que no se peguen los ñoquis
  • Pon un ñoqui sobre la tablilla y, con el dedo pulgar que lo cubra, presionar ligeramente de forma que no quede aplastado, sino con forma cóncava por un lado y rallada por el otro. Muy importante es que la presión ejercida sea siempre la misma para que todos sean del mismo grosor y luego cuezan todos por igual.
    Pasa el ñoqui por la tabla con ranuras
  • Si no tienes tablilla riga gnocchi, puedes intentar darle forma con un tenedor.
  • Poner agua a hervir para cocer gnocchi, la suficiente para que puedan flotar sin dificultad, mejor ancha y baja.
  • En una sartén poner el gorgonzola al fuego junto con la leche. Dejar que el queso se derrita creándose una crema. Añadir después el parmigiano si queremos un sabor más intenso y dejar que la mezcla cueza durante unos minutos.
  • Se pueden también antes sofreír unas tiras de jamón tierno para enriquecer aún más el plato.
  • Poner a cocer gnocchi y, cuando floten, contar un minuto y sacar sobre la salsa. Si son muchos, mejor cocer por tandas.
  • Dejar que cuezan en la salsa un par de minutos sin darles vueltas, solo remover un poco con golpes con el mango de la sartén.
  • Picar en un mortero un poco las nueces o dejarlas enteras, como se prefiera.
  • Servir cuidadosamente con las nueces peladas por encima.
    Ñoquis de patata paso a paso

Notas

Hay infinidad de maneras de cocinar gnocchi, te dejo unas cuantas:

-Gnocchi di patate con pesto genovese
-Gnocchi di patate con pomodoro fresco e basilico (con tomate y albahaca)
-Gnocchi di patate al forno con bietole (con acelgas)
-Gnocchi di patate con sugo di zucca (con crema de calabaza)
-Gnocchi di patate con burro i salvia (con mantequilla y salvia)
-Gnocchi di patate con crema di zucchini e menta (con crema de calabacín y menta)

También puedes combinar la salsa de queso gorgonzola con distintos tipos de pasta fresca o comercial. Va muy bien con pasta corta y pequeña, como le trofie, con pasta corta gruesa como los paccheri, penne, rigatoni, etc, y con pasta larga como spaghetti, o la pasta de la familia de las bavette.

A mi particular y especialmente me gusta mucho combinar esta salsa con pasta hecha con harina de castañas (1/3 de harina de castañas y 2/3 de harina 00) tanto en formato largo, como por ejemplo fettuccine, como en corto, por ejemplo, garganelli o farfalle. Seguro que te animas también tú a probarla.

NUTRICIÓN

Calorías: 472kcalCarbohidratos: 44gProteina: 24gGrasa: 22gGrasa saturada: 13gGrasa polinsaturada: 1gGrasa monosaturada: 7gColesterol: 51mgSodio: 1001mgPotasio: 729mgFibra: 4gAzúcar: 1gVitamina A: 541IUVitamina C: 25mgCalcio: 523mgHierro: 3mg


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Categorías
Recetas Recetas de panes tradicionales Recetas tradicionales de Andalucía

Los clásicos son clásicos por algo: teleras cordobesas

Los clásicos son clásicos por algo: teleras cordobesas


Valoraciones: 26 Comentarios

Los clásicos son clásicos por algo: teleras cordobesas

Valoraciones: 26 Comentarios

¿Pero por qué no hay una primera fermentación en bloque? ¿Pero por qué se greña nada más formado? ¿Por qué le pegan semejantes tajos? ¿Por qué hay que matarse con el rodillo? No lo sé. Ni idea. Pero así hacen las cosas los panaderos para hacer las célebres teleras cordobesas. Como el resultado es excelente, seguimos los pasos que marca la tradición. Que si llevan tantos años haciéndolas así, por algo es. 

La telera se hace con muy poca agua, con un porcentaje panadero del 45%, es decir, 45 gramos de agua por cada 100 de harina. Esto significa que para amasar será necesario que te quites la chaqueta, te subas las mangas y abras la ventana. Porque vas a sudar. 

Sorprende de estos panes cordobeses, muy conocidos por ser los indicados para la elaboración del salmorejo, su forma. ¿Recuerdas la serpiente que se comía el elefante en El Principito? Pues es más o menos eso lo que has de hacer en el formado. 

Sorprenden también los cortes que, más que greñas, parecen un intento de descuartizamiento. 

Si estás acostumbrado a hacer pan de una manera, este se hace de otra bien distinta, porque fermenta formado y porque, en medio del proceso, hay que darle la vuelta. ¿Con qué fin? Otro misterio.

Lo cierto es que el resultado es un pan excelente, de miga prieta pero ligera, con un sabor intenso y unas rebanadas soberbias para soportar un aceite igualmente andaluz con unas escamas de sal. Soberbio es también su aspecto, con dos tajos que se convierten en greñas divinas: un bellezón. Te cansarás de aplicar rodillo, sí, pero piensa que así te ahorras una tarde de gimnasio. Para reponer fuerzas ya aprovechas la maravilla que sale del horno. 

Amasadora Ankarsrum

Receta de telera cordobesa

Los clásicos son clásicos por algo: teleras cordobesas

Receta de pan tradicional de Córdoba de miga muy blanca y masa bregada.

5 de 2 votos

Tiempo de preparación 20 min
Tiempo de cocción 45 min
Tiempo de reposo 1 h 55 min
Tiempo total 3 h

Plato Acompañamiento, Pan
Cocina Andaluza, Española

Raciones 1 telera de unos 750 gramos
Calorías 1833 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes

  

Para la masa

Elaboración paso a paso

 

  • Antes de empezar comprobamos que nuestra levadura está activa (sobre todo si vas a emplear un sobre que lleve un tiempo abierto). Para ello, mezclamos dos cucharadas de harina, tres de agua y un gramo de levadura, lo mezclamos bien y lo dejamos en un lugar templado. Si en diez minutos no sube, abre otro sobre de levadura. 
  • Mezclamos los ingredientes del prefermento amasando sobre la mesa. Hacemos una bola y la dejamos, en un tazón cubierto, en la nevera. La sacaremos del frigorífico una hora antes de utilizarla.
  • Mezclamos los ingredientes en un bol, empleando agua tibia (la calentamos un poco en un cazo) para ayudar a activar la fermentación. Cuando el líquido se haya absorbido, lleva la masa a la mesa y trabaja con las manos. 
  • Verás que es una masa dura por la escasa hidratación, por eso vamos a emplear un rodillo para “refinar” la masa, que no es otra cosa que amasar, pero a rodillo. Estira la masa con el rodillo hasta que quede una lámina de aproximadamente un dedo de grosor, dóblala sobre sí misma y vuelve a estirar. Tendrás que repetir el proceso unos diez minutos. Verás que al final tendrás una masa con una textura tersa y sedosa. 
    Amasamos con el rodillo de cocina
  • Forma una bola arrastrando con las dos manos sobre la encimera totalmente limpia de harina. Déjala reposar cinco minutos cubierta con un paño. 
  • Ahora toca darle forma. Queremos conseguir una especie de rombo con dos esferas en los extremos. O la serpiente con el elefante engullido de El Principito. Para ello daremos forma con las dos manos actuando como si trabajáramos plastilina hasta obtener el aspecto buscado.
    Damos forma de rombo o como la serpiente de El Principito
  • Pasamos nuestra masa al paño de lino. Al tener tan poca hidratación no es necesario que enharines el paño, pero si prefieres asegurarte de que no se pega, no pasa nada si salpicas un poco de panadera. Deja reposar la masa, cubierta con el propio paño, 20 minutos. 
  • Es el momento de hacer la greña, que más que greña son dos tajos profundos y paralelos. Sin miedo: hay que llegar bien a fondo.
    Haz dos cortes profundos
  • Cubre la masa tal y como la tienes y déjala fermentar entre 50 minutos y una hora. Si hace frío en tu cocina, un poquito más. 
  • Verás que ha crecido mucho y que los cortes se han rellenado y tienen un aspecto excelente. 
    La masa habrá aumentado mucho de tamaño
  • Pues ahora dale la vuelta, dejando los cortes hacia abajo, cúbrela de nuevo y deja fermentar otros 30-45 minutos.
  • Precalienta el horno a 200 grados con calor arriba y abajo sin ventilador. Lleva al pan (con pala o a mano, porque es fácil de manipular), de nuevo con los cortes hacia arriba, a la Celsius, situada en la segunda altura contando desde abajo. Si no tienes plancha Celsius, en la bandeja, que también tendrá que estar precalentada y dentro del horno. 
  • Cuécelo durante 45-50 minutos, hasta que coja color. Con una pala o unos guantes llévalo a una rejilla para dejarlo enfriar. Ya tienes tu telera cordobesa. 
    Deja enfriar el pan sobre una rejilla

NUTRICIÓN

Calorías: 1833kcalCarbohidratos: 383gProteina: 53gGrasa: 5gGrasa saturada: 1gGrasa polinsaturada: 2gGrasa monosaturada: 1gSodio: 3124mgPotasio: 574mgFibra: 15gAzúcar: 1gVitamina C: 0.01mgCalcio: 85mgHierro: 23mg

Amasadora Ankarsrum

Categorías
Habláis vosotr@s

Cookies amor de madre de Inés Pérez

Cookies amor de madre de Inés Pérez


Valoraciones: 7 Comentarios

Cookies amor de madre de Inés Pérez

Valoraciones: 7 Comentarios

Mi nombre es Inés, y empecé en esto de la repostería porque la cocina «generalista» se me daba un poco regular, aunque con los años (y la llegada de las niñas), afortunadamente he ido remontando 🙂 Con todo, la repostería ha estado ahí como fiel compañera de viaje, y tabla de salvación en los momentos más duros del confinamiento, cosa que le estaré eternamente agradecida.

A la receta que os mando le tengo un cariño especial, porque fui probando pacientemente hasta dar con una receta resultona, que con muy poco esfuerzo puedes sorprender muy gratamente tanto a la familia para el desayuno, como a las visitas más «puestas» (como dicen en Málaga). Me encanta la combinación de la mantequilla con las nueces. Es un amor al primer mordisco que una vez que empiezas, no puedes parar, y a mí personalmente me gusta esa textura esponjosa sin ser arenosa de la masa que resulta de esta alquimia amorosa a la par que mantecosa 🙂 La receta empezó como un reto personal cuando me convertí en madre, cuando me di cuenta con horror que no tenía ninguna receta de esas que iba a trascender mi existencia, esa por la que los miembros de tu familia te encumbran a ese particular paseo de la fama familiar gastronómico (ejemplo, los borrachuelos antológicos de mi padre, como buen malagueño de pro, o las rosquillas legendarias de la abuela de mi chico, Pilar), con receta secreta incluida, que puedes pasar de madres/padres a hijas/hijos. Así pues me puse manos a la obra, y a base de prueba y error nació está receta que mis hijas (y vosotros) heredáis el día de hoy. Por eso digo que los hijos sacan lo mejor de nosotros mismos. También lo peor, pero esa es otra historia :). ¡¡Que aproveche!!


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Cookies amor de madre

Cookies amor de madre de Inés Pérez

Estas deliciosas galletas combinan la textura suave de la harina de avena con el crujiente de las nueces, creando un equilibrio perfecto de sabores y nutrientes.

4.25 de 4 votos

Tiempo de preparación 30 min
Tiempo de cocción 20 min
Tiempo total 50 min

Plato Desayuno, Merienda, Postre
Cocina Americana

Raciones 24 cookies pequeñas
Calorías 50 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

  • 1 amasadora o en su defecto, unas manos con ganas de marcha.
  • 1 bol (si usáis el robot amasador, pues el bol del «robot»)
  • 1 mortero (opcional pero muy recomendable para machacar las nueces)
  • 1 tazón pequeño para reservar las nueces.
  • 1 bandeja de horno

Ingredientes

  

  • 86 g harina de repostería El Amasadero
  • 66 g harina integral de centeno ecológico El Amasadero
  • 33 g harina de avena integral ecológica El Amasadero
  • 60 g mantequilla a temperatura ambiente. Suelo usar mantequilla con sal. Si preferís no abusar de la sal, usa sin sal y le echas una pizca para potenciar el dulzor.
  • 30 g azúcar moreno Sí, habéis leído bien. Tengo que decir en mi defensa que no me gustan nada las cosas dulzonas, y suelo quitarle de media un 30-40% del azúcar a las recetas de repostería en general, con lo cual para el resto de los mortales se puede ajustar a unos 50-60 gramos.
  • 1 huevo entero campero L o XL. Si no, recomiendo un huevo mediano y un poquito más. Para poner un ejemplo, en mis tres hornadas añado cuatro huevos medianos.
  • 10 g polvos de hornear (levadura tipo Royal) (Para las tres hornadas utilizo dos sobres)
  • 30 g nueces ecológicas o al gusto. Esto es opcional, pero diría que si prescindís de ellas, no sabéis lo que os perdéis.
  • pepitas de chocolate  al gusto (unos 50, o algo más). Como uso de chocolate con leche, eso ya le da bastante dulzor. Aseguraos que son de chocolate de buena calidad, que ya que nos venimos arriba con unas cookies molonas, tenemos que darle cierto empaque 🙂

Elaboración paso a paso

 

  • Machaca las nueces en un mortero, pero no te pases con el machaque, solo lo justo para que se noten en las cookies ya hechas. Reserva en un bol pequeño.
  • Echa los ingredientes líquidos en el bol grande (o en el bol del robot amasador), es decir, la mantequilla y el huevo.
  • Justo después introduce el resto de ingredientes sólidos, junto con las nueces y las pepitas. Suelo poner la levadura en último lugar.
  • Mezcla con las manos en el bol o con el robot amasador a velocidad baja-media hasta que se quede una masa esponjosa y firme. La verdad es que es un gustazo hacer galletas con esta masa porque no se desmiga ni está pegajosa. Si ves en la masa que está falta de puntitos marrones, anímate a echar un poco más. Tus cookies, y tu familia te lo agradecerán.
  • Enciende el horno a 200°C aproximadamente con calor arriba y abajo y ve formando a mano las cookies en una bandeja con papel de horno por encima.
  • Una vez que llegue el horno a 200°C, baja a 190°C e introduce la bandeja con las cookies. Deja en el horno unos 20 minutos. Recomiendo que no os paséis de los 20 porque las pepitas se pueden socarrar.
  • Deja enfriar las cookies en una rejilla y échate un cantecito mientras te tomas las cookies con un cafelillo o un vaso de leche para saborearlas en todo su esplendor.

Notas

El chocolate en repostería es el equivalente al vino en la cocina. Un vino regulero le puede bajar muchos enteros a una carne fabulosa que habías comprado con toda tu ilusión a tu carnicero de confianza. Con el chocolate pasa lo mismo. Compra unas pepitas de chocolate de buena calidad y las cookies pasarán de buenas a «pero qué rico está esto, ¿no?» en cero coma.

Respecto al tema del mortero para las nueces: es interesante que queden los trozos pequeños pero bien visibles, para darle un punto crujiente a la cookie. Con las manos lo he hecho también pero toma mucho más tiempo y los trozos quedan demasiado grandes para mi gusto. El mortero para eso es lo mejor (mucho mejor que un rallador).

Si te entra el sentimiento de culpa por echar mantequilla… Pues piensa que ésta es una buena inversión calórica. Me explico: puestos a pecar, pues mejor pecar con fundamento, jajajajaja.

Respecto al robot amasador: hasta estas pasadas Navidades no tuve la gran suerte de recibir por parte de papá Noel y los Reyes un robot amasador (los joint ventures para eso están). Tengo que decir que para esta masa el uso del robot es una gozada, pero bueno, fui tirando durante años de trabajo manual, y ni tan mal oyes.

Estas cookies pueden aceptar variantes en los parámetros de frutos secos que siempre son interesantes: unas almendras o unas avellanas tostadas podrían ir bien, pero tengo debilidad por las nueces. ¿Será el Omega-3?

Si tienes el «mono-gocho» que te está dando el peñazo al grito de «dame más chocolateeeee, vengaaaaaa, vaaaaa», prueba a echarle un par de cucharadas de cacao puro en polvo a la masa, o mejor, hacer una hornada 50/50 (50% de la hornada con la masa tal cual, 50% con cacao). El cacao sin embargo tiene como contrapartida que el gusto de mantequilla estará un poco más apagado, pero oye, una cosa por otra 🙂

Si lo integral no te apasiona, pues ponle todo harina de repostería, aunque con la harina de centeno le da un punto rústico muy chulo, y la cookie te queda muy sabrosa (y qué narices, lo integral siempre te quita un poco el cargo de conciencia al hecho de estar comiendo tanta cookie, jajajajaja).

Pues con esto entraréis por la puerta grande en vuestro paseo de la fama familiar gastronómico, con recuerdos imborrables de desayunos en familia que se anclarán en la pituitaria de vuestr@s hij@s y parientes, allí donde se alojan esas natillas, arroces con leche y esas tartas de manzana que os teletransportan a vuestra más tierna infancia en un momento, que al fin y al cabo para eso sirve la cocina, para unirnos a todos, generaciones pasadas, presentes y futuras, un poquito más. Pues ya con esto garantizáis un más que digno relevo 🙂

NUTRICIÓN

Calorías: 50kcalCarbohidratos: 6gProteina: 1gGrasa: 2gGrasa saturada: 1gGrasa polinsaturada: 0.1gGrasa monosaturada: 1gGrasa Transgénica: 0.1gColesterol: 12mgSodio: 19mgPotasio: 22mgFibra: 1gAzúcar: 1gVitamina A: 72IUVitamina C: 0.001mgCalcio: 3mgHierro: 0.3mg


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Categorías
Desayunos frutas de sartén

Churros clásicos: la receta definitiva

Churros clásicos: la receta definitiva


Valoraciones: 33 Comentarios

Churros clásicos: la receta definitiva

Valoraciones: 33 Comentarios

Pocas cosas hay más sencillas de hacer que los churros. Cuando se saben hacer, claro. El problema es que antes hay que llegar a ese punto. Llevo días saltando de fritanga en fritanga, de tópico en tópico y de fracaso en fracaso. Nada nuevo: es lo que nos pasa a todos los que nos afanamos en aprender algo en esto de las masas. Después de pasar por la sartén muchas docenas de churros (¿por qué solo los churros y los huevos se cuentan por docenas?) creo haber encontrado una fórmula de la que estar razonablemente orgulloso. Todos, claro, hubo que probarlos. Y sí, puedo constatar que estas dos arrobas de más que ciñen mi talle, algo tienen que ver con la masa frita. 

Empecemos por desmontar mitos: 

1. Si no los haces con harina de fuerza, explotan. Falso. Los he hecho con todo tipo de harinas. La que mejor queda, la panadera

2. Ponte un traje de artificiero porque estallan constantemente. Falso también. Estallan si quedan burbujas de aire en la masa, pero empleando una simple y eficaz churrera nunca tendrás ese problema. 

3. Fríe solo en aceite de girasol. Pues ni se te ocurra: si quieres que te salgan bien de verdad, emplea aceite de oliva suave.

Hay más, pero esos son los más repetidos, sobre todo los relacionados con explosiones. A ver, ten cuidado, sí, pero es harina, no dinamita.

Para hacer un buen churro lo que necesitas es la proporción justa de agua y harina, la temperatura de aceite (de oliva) óptima, y algún que otro truco para que el interior quede suave y cremoso y el exterior, crujiente. Los nuestros son sencillos y eficaces: añadir a la masa una cantidad minúscula de bicarbonato y mantequilla. 

Para llegar a tales conclusiones me he puesto, sí, como una bola. Creo que el sacrificio ha valido la pena. Honestamente, están gloriosos. Sabiendo todo esto y siguiendo los pasos de esta receta, en poco más de media hora, a nada que te des un poco de maña, los tendrás amasados, fritos y en el plato. 

En el mundo de los churros y las porras hay muchas variantes regionales y maestros a lo largo y ancho de España. No vamos a decir aquí si unas son mejores que otras, pero sí podemos asegurar que si te casas con esta versión, tendrás un feliz matrimonio. ¡Hala! A freír churros.

Churros, receta casera

Churros clásicos: la receta definitiva

La receta definitiva de churros caseros con consejos para que no exploten. Aprende cómo hacer churros crujientes y dorados desde cero con nuestra guía infalible. Perfecta para principiantes y amantes de los churros, nuestra receta te permitirá disfrutar de esta clásica merienda en casa.

4.50 de 10 votos

Tiempo de preparación 15 min
Tiempo de cocción 3 min
Tiempo de reposo 20 min
Tiempo total 38 min

Plato Desayuno, Merienda
Cocina Española, Portuguesa

Raciones 20 churros
Calorías 57 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

  • 1 cazo grande
  • 1 cuchara de madera
  • 1 santén honda
  • papel de cocina
  • pinzas o tenedores
  • 1 churrera

Ingredientes

  

Elaboración paso a paso

 

  • En un cazo, calienta el agua al fuego, con la sal, el bicarbonato y la mantequilla. Cuando empiece a hervir, añade toda la harina y retira inmediatamente del fuego. 
  • Dentro del cazo, empieza a mezclar la masa con la cuchara de madera hasta conseguir una textura homogénea.
    Remueve con cuchara de madera
  • Cuando se haya enfriado lo suficiente para que puedas manipularla, lleva la masa a la mesa y acaba de amasar a mano. Un par de minutos son suficientes.
    trabaja la masa sobre la mesa
  • Cubre la bola con un paño y déjala reposar 20 minutos. 
    Haz un bola, cubre con un paño y deja reposar 20 minutos
  • Divide la masa en dos partes iguales. Coge una de ellas y dale forma de cilindro con la mano. Así entrará fácilmente en la churrera. 
  • Abre la churrera, cárgala y tápala. Recuerda que para que funcione es necesario que la parte dentada de la varilla quede mirando hacia el mango.
    Carga la churrera con la masa
  • Pon una sartén a fuego vivo con una buena cantidad de aceite: los churros tienen que flotar.
  • Para saber si el aceite está bien caliente, echa una bolita de masa en la sartén, en cuanto flote y comience a espumear, estará listo. Es importante que el aceite esté bien caliente para que el churro mantenga la forma y para que no quede aceitoso.
  • Con la churrera puedes ir echando, uno a uno, los churros en la sartén. Si no te sientes seguro, forma los churros sobre una hoja de papel de hornear, rectos, en forma de gota o en espiral, como más te guste. Cógelos con la mano y llévalos a la sartén. 
  • El aceite no tiene que llegar a humear, si ves que gana demasiada temperatura, bájale un punto a la cocina. Con unas pinzas o un par de tenedores, dale vueltas a los churros para que se frían bien por todas sus caras. Cuando estén bien dorados, sácalos a un plato con papel absorbente.
    Fríe los churros en abundante aceite
  • En cuanto puedas tocarlos sin quemarte, a por ellos. Rocíalos generosamente con azúcar, sumérgelos en chocolate o en café con leche, o así, solos. Prueba y ya dirás si tengo o no razón.

Notas

Aunque hacerlos es muy fácil y puedes prepararlos en media hora, vale la pena, ya que estás metido en harina, hacer más de los que vas a comer. Una vez fritos, mételos en una bolsa y congélalos (siempre sin azúcar). Para descongelarlos, pasa directamente los churros del congelador al horno, precalentado a 220 grados. En siete u ocho minutos estarán igual que recién hechos.

NUTRICIÓN

Calorías: 57kcalCarbohidratos: 11gProteina: 2gGrasa: 0.4gGrasa saturada: 0.2gGrasa polinsaturada: 0.1gGrasa monosaturada: 0.1gGrasa Transgénica: 0.01gColesterol: 1mgSodio: 87mgPotasio: 16mgFibra: 0.4gAzúcar: 0.04gVitamina A: 7IUCalcio: 3mgHierro: 1mg
Categorías
Masas dulces Repostería tradicional

Galletas de Normandía para merendar como una marquesa

Galletas de Normandía para merendar como una marquesa


Valoraciones: 8 Comentarios

Galletas de Normandía para merendar como una marquesa

Valoraciones: 8 Comentarios

Dicen que el desayuno es la comida más importante del día. Y razón no les falta a los expertos, pero especialmente cuando eres más joven, la hora de la merienda es casi un festín. Y para muestra, un botón. 

¿Qué es lo primero que hacen los niños cuando salen a media tarde corriendo de las aulas? Merendar. Un bocadillo, una fruta, algo de bollería… o, quizás mejor, unas buenas galletas de Normandía. Como hacía yo en el verano de 2006. 

Aquel estío pasé un par de semanas de intercambio en la Bretaña francesa, para ser exactos, en Saint-Maló. Y allí, además de descubrir unas playas preciosas y enamorarme de la mantequilla que los franceses usaban para cocinar, descubrí les sablés. En español se las conoce como Sablé o galletas bretonas, galletas de Normandía, galletas de la bretaña francesa, … 

Fueron dos semanas cortas, pero intensas, y las galletas de Normandía se convirtieron en mi salvación. No me acostumbraba del todo a los bocadillos de huevo duro que me preparaban para comer, tampoco a los horarios (desayunar a las 7, comer a las 13h, cenar a las 19h…) Así que la hora de la merienda, se convirtió en mi “momento zen” del día.

Sentada, con mi vaso de leche y mis galletitas, en el jardín trasero de la casa donde me alojaba mientras disfrutaba del solecito, me sentía una marquesa recuperando energía para salir a recorrer las calles y aprovechar los últimos rayos del día. Por cierto, al parecer, la primera vez que se habla de este tipo de galletas francesas fue en las cartas que la marquesa de Sévigné escribía a su hija. Estas galletas las servía François Vatel (inventor de la crema chantilly) en el salón de Luis II.  

Lo que aprendí de francés aquel verano, por desgracia, ya está más que olvidado, pero de vez en cuando me gusta rememorar el sabor de esas galletas de Normandía, especialmente ahora que las tardes son más largas y el buen tiempo anima a convertir la merienda en un momento de calma y relax antes de continuar el día. 


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receta de galletas bretonas de mantequilla

Sablés: galletas de mantequilla caseras

Receta tradicional francesa de galletas de mantequilla. Estos sablés crujientes y dorados de textura delicada hacen de estas galletas un verdadero deleite para acompañar un té o café.

5 de 2 votos

Tiempo de preparación 20 min
Tiempo de cocción 20 min
Tiempo total 40 min

Plato Desayuno, Merienda, Postre
Cocina Francesa

Raciones 30 galletas
Calorías 1480 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes

  

  • 320 g harina de repostería El Amasadero
  • 175 g mantequilla
  • 125 g azúcar de caña mascobado ecológico
  • 1 cucharadita flor de sal
  • 1 cucharadita canela de Ceilán en polvo El Amasadero
  • 1 huevos enteros
  • 1 yemas de huevo

Elaboración paso a paso

 

  • Mezcla en un bol la harina, el azúcar, la sal y la canela. Incorpora también la mantequilla, a temperatura ambiente, en porciones pequeñas y mezcla a mano hasta obtener una masa arenosa.
    mezcla hasta obtener una textura arenosa
  • Incorpora un huevo y una yema (guarda la clara sobrante para el final) y sigue trabajando en la masa con la yema de los dedos hasta lograr una masa integrada (unos 10 minutos), compacta, pero un pelín pegajosa.
    Añade el huevo a la masa
  • Haz una bola con la masa, métela dentro del bol, tapa con papel film y déjala reposar en el frigorífico durante una hora.
    Haz un bola, guarda en film transparente y mete en la nevera durante una hora
  • Es hora de enharinar la mesa de trabajo para estirar la masa con la ayuda de un rodillo y dejarla bien finita.
  • Antes de seguir con las galletas, precalienta el horno, calor arriba y abajo, a 160 grados y cubre la bandeja del horno con papel de hornear.
  • Con la ayuda de un cortador de galletas (del tamaño que prefieras), corta la masa y ves poniendo las galletas encima de la bandeja del horno. Deja al menos una separación de un par de dedos entre galletas.
    Corta la masa con un cortagalletas
  • Con la clara de huevo que nos ha sobrado, pintamos con cuidado las galletas justo antes de hornearlas durante unos 20 minutos, dependerá del horno.
  • Tras el horneado, deja enfriar las galletas sobre una rejilla. 

Notas

La canela se puede incorporar al principio o bien espolvorear con cuidado antes de pintar las galletas con clara de huevo. Se puede sustituir la canela por aroma de vainilla, aunque en ese caso, habría que incorporarla en la masa al principio de la receta. 

Es recomendable pasar ligeramente el cortador de la galleta por harina antes de cortar para evitar que la masa se pegue. 

A mí me salieron unas 30 galletas de tamaño pequeño-mediano que horneé en diferentes tandas. Si también haces diferentes hornadas, deja la masa dentro del frigorífico entre cada hornada para que se mantenga fría. Así será más fácil trabajarla y no se deformarán las galletas. Otra opción es hacer una bola con la masa sobrante y congelarla para otro día. 

NUTRICIÓN

Calorías: 1480kcalCarbohidratos: 186gProteina: 21gGrasa: 77gGrasa saturada: 47gGrasa polinsaturada: 4gGrasa monosaturada: 20gGrasa Transgénica: 3gColesterol: 367mgSodio: 795mgPotasio: 255mgFibra: 5gAzúcar: 63gVitamina A: 2437IUVitamina C: 0.02mgCalcio: 74mgHierro: 8mg


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Categorías
Conceptos básicos Trucos y consejos

¿Cuál es el mejor método para conservar el pan? (a corto plazo)

¿Cuál es el mejor método para conservar el pan? (a corto plazo)


Valoraciones: 30 Comentarios

¿Cuál es el mejor método para conservar el pan? (a corto plazo)

Valoraciones: 30 Comentarios

Entre los dogmas de fe incuestionables figuran los relativos a la conservación del pan. Nuestras abuelas empleaban una bolsa de tela (cosida por ellas mismas) y nuestros padres se pasaron a la panera. No sabemos qué motivó esa variación, como no sabemos muy bien qué pasó entre el holoceno y el pleistoceno. Lo cierto es que, cambios, los hubo. 

Con el pan imperan las creencias del momento. Para unos era bolsa, para otros, panera o cajón. Pero lo cierto es que sí hubo grandes avances en la civilización que bien podrían llevarnos a una reflexión. En El Amasadero nos la hemos hecho y aquí os dejamos nuestros resultados.

Lo primero que tenemos que aclarar para ponernos en contexto, es que no vamos a hablar en esta entrada del mejor método de conservación a largo plazo, la congelación. Ese tendrá otra entrada para establecer la forma más eficaz de descongelar el pan.

Aquí lo que nos planteamos es qué hacemos con ese trozo del pan del día que después de cenar nos sobra y que, seguramente, nos comeremos mañana. Y si estiramos el chicle, pasado, pero no más allá, porque aunque hay panes que aguantan, no vale la pena apurarlos.

El pan respira, es una de sus características propias. Más que respirar, transpira. En el control de esa transpiración, que no es otra cosa que la evaporación del agua que queda en la miga, está la clave de su conservación. 

El peor enemigo del pan es la bolsa de plástico. Lo es porque el pan está compuesto de corteza y miga, la corteza es, al fin y al cabo, una galleta seca, y la miga, la parte húmeda. Si lo sellamos con plástico, el vapor atrapado reblandece la corteza en poco tiempo. Además, cortando la transpiración, aceleramos la aparición de moho por las condiciones de elevada humedad. 

La clave para conservar el pan está en encontrar un sistema que permita a la corteza mantenerse firme y crujiente (lo más posible, claro) y que al mismo tiempo no acabe con la humedad de la miga. Es decir, un método que permita al agua salir pero no hacerlo demasiado rápido ni demasiado lentamente. ¿Es posible? Aquí analizamos cuatro opciones. 

El método consistió en emplear cuatro partes iguales de la misma barra artesana para explorar otros tantos sistemas diferentes, analizando su evolución de 24 horas en 24 horas hasta llegar a los siete días. 

Probamos la panera, probamos la bolsa de tela y la de papel. Y añadimos uno más y bastante menos común, la nevera. Si sirve para otros alimentos, ¿por qué no para el pan? Vale, todos sabemos que el frigorífico reseca enseguida los alimentos, y que por eso hay que guardarlos envueltos. En plástico ya sabemos que no podíamos hacerlo, así que lo hicimos metiendo el pan en una bolsa de papel. 

Amasadora Ankarsrum

Un día después

Los cuatro panes son perfectamente utilizables, pero ya hay notables diferencias y, sobre todo, una sorpresa. El pan de la panera ya tiene la corteza blanda, aunque no reblandecida. En las dos bolsas, quizás algo más en la de papel, se mantiene más consistente. Pero si hay un pan que sorprende es el de la nevera: la corteza está exactamente igual de crujiente que el primer día y la miga está en buenas condiciones. Punto para la nevera.

Conservacion del pan: dia 1

Segundo día. 

El trozo de la nevera sigue con la corteza crujiente, tirando ya a dura de más, pero muy digna. La miga, sin embargo, pierde humedad y ya parece seca. Si hacemos espeleología con el dedo nos damos cuenta de que esa sequedad es superficial: más al centro sigue estando aceptable. La tela y el papel prácticamente empatan, aunque se nota algo más seco el pan en papel: corteza consistente en ambos y miga tirando a seca. Todos son utilizables, sobre todo si prescindimos de las partes más expuestas. Por su parte, la miga de la panera está en mejores condiciones que el resto, pero la corteza está mucho más blanda. Puestos a elegir, nos quedamos con la tela o la nevera prescindiendo de la capa exterior de miga.

Segundo día. Conservacion del pan

Tercer día.

Empiezan a cambiar las cosas. El pan de la nevera cruje aún, sí, pero para buscar algo tierno hay que profundizar un buen trecho. En la bolsa de tela hay algo más de vida que en la de papel, pero en los dos casos nos acercamos al pan duro y seco. Aunque en la panera la corteza ha sucumbido y se ha vuelto chiclosa, es el pan allí guardado es el más utilizable. Punto para la panera.

4º dia de la conservación del pan

Cuarto día.

La nevera muestra su clara tendencia a petrificar el pan. Aún conserva un corazoncito blando, pero hay mucho que buscar. En la tela y el papel hay que tener, realmente, mucha hambre para intentarlo. En la tela va algo mejor la cosa y aún se percibe que la miga es miga, y no un nanax. En la panera afloran los primeros puntos de moho y los aromas de pan revenido, pero puesto en una emergencia, se podría todavía salvar alguna rebanada que acabara en el tostador. Punto de nuevo para la panera. 

Quinto día. 

Si llegar al cuarto día ya no tenía mucho sentido, ahora menos. El pan de la nevera cruje, sí, pero si se llama crujir a lo que hace la leña seca al romperse. Curiosamente, y pese a que por el frigorífico han desfilado estos días pescados, cefalópodos y hasta quesos potentes, no se le ha pegado aroma alguno. Con los trozos de las dos bolsas es difícil escoger el más duro, tal vez el del papel. En la panera el moho avanza pero miga, hay.

Sexto día. 

Se masca la tragedia. Si el de la nevera está como una piedra, los de las bolsas están como ladrillos. Si mueres de hambre podrías comerte aún el de la panera, quitando el mocho, que avanza lujuriante. Quien sabe, el aroma a hongo igual acaba triunfando en la alta gastronomía. 

Séptimo día: cata y epílogo. 

El pan de la nevera cruje, sí, pero hace falta estar robusto y apretar con las dos manos. Si no es el caso, saltarle encima con botas de montaña también funciona. Es posible comer pequeños trozos con textura de piedra volcánica. Curiosamente, todavía sabe algo a pan, más que los de las bolsas de tela y papel, que casi hay que partir con alicate, y que no solo están secos, sino que también huelen a moho, aunque no se vea. El de la panera tiene ya cierto aroma a bayeta de bar, aunque duro no está. Si tienes granja, es el momento de derivarlo a las gallinas.

Conclusión. Es mejor que no estires tus panes una semana. Cómetelos antes. Los métodos de conservación al margen del congelador son útiles dos, o como mucho tres días. ¿Cuál es el mejor? Depende del tiempo que se vayan a conservar. 

Si tengo un hermoso pan crujiente y sé que lo que me sobra hoy me lo voy a comer mañana, no dudaría en meterlo en la nevera dentro de una bolsa de papel. Con diez minutos a temperatura ambiente se atempera y estará prácticamente igual que el día anterior. 

Si vamos a estirar nuestro pan otro día más, la nevera mantendrá la corteza, sí, pero será a costa de secar visiblemente la miga. Si vas a hacer tostadas, mejor en la panera, si lo vas a comer tal cual, la bolsa de tela tal vez se lleve la palma. 

Desde el tercer día no hay discusión, vence la panera, que mantiene el pan comestible hasta que aflora el moho. De todas maneras, si tienes pensado guardar tu pan más de tres días, ¿por qué no lo congelas?

Comentarios:

Este experimento se realizó con una barra artesana hecha con prefermento. La conservación varía también dependiendo de los ingredientes. Los panes de masa madre se pueden estirar algo más, y también suelen durar más las hogazas de mayor volumen, que tardan más en perder su humedad. Los panes integrales también tienen una vejez más llevadera.

Categorías
Recetas

Masa de pizza con harina integral de espelta apta para italianos… ¡y tutto il mondo!

Masa de pizza con harina integral de espelta apta para italianos… ¡y tutto il mondo!


Valoraciones: 7 Comentarios

Masa de pizza con harina integral de espelta apta para italianos… ¡y tutto il mondo!

Valoraciones: 7 Comentarios

Para los niños. Para los adultos. Para los veganos y para los carnívoros. Para flacos y gordos. Para invierno y verano. Para comer o para cenar. Desde Italia, por y para los italianos, hasta cualquier rincón del globo terráqueo porque es famosa en el mundo entero… 

La pizza es para todos. 

Y cuando algo es tan popular… pasa lo que pasa. Que cada uno la versiona y personaliza a su gusto y a su manera. Con más o menos acierto, todo hay que decirlo… porque estando yo en la India me encontré con la palabra “pizza” en la carta de un restaurante y, creedme, de pizza no tenía ni la pe

Sí que contiene la letra P la harina que he utilizado para hacer esta receta. Se trata de la harina integral de espelta. Hace unas semanas ya me pasé por aquí con un bizcocho de espelta y… ¿Qué queréis que os diga? Le estoy cogiendo el gusto a cocinar con la escanda y… tenía que probarlo con el plato estrella para el fin de semana, una noche de viernes o una cena con amigos.

He de reconocer que, hasta ahora, siempre he hecho masa de pizza casera con la harina especial para pizzas. Desde que la descubrí hace unos años, en mi horno no entra otra masa. ¡Hasta hoy! Y más que contenta estoy con el resultado de esta masa de pizza con harina integral de espelta así que… ¡Benvenuto a casa! 

Horno Ooni con pala de regalo

Receta de masa de pizza de espelta

Masa de pizza con harina integral de espelta apta para italianos… ¡y tutto il mondo!

Receta de base de pizza con harina integral de espelta. Más nutritiva y saludable que las bases de pizza a base de harinas refinadas.

3.44 de 16 votos

Tiempo de preparación 15 min
Tiempo de cocción 20 min
Tiempo de reposo 1 h 30 min
Tiempo total 2 h 5 min

Plato Plato principal
Cocina Italiana

Raciones 2 bases
Calorías 802 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes

  

Elaboración paso a paso

 

  • Pon los 400 g de harina integral de espelta en un bol grande. 
  • Añade la levadura y la sal, mezcla y crea un “volcán”, es decir, haz un agujero en el centro. 
  • Añade la mitad del agua en el agujero y mezcla con las manos un poco (si lo prefieres, puedes usar una pala de madera para mezclar). 
  • Añade el resto del agua poco a poco, sin dejar de remover e integrando bien la harina con el agua.
  • Espolvorea la mesa con un poco de harina y pasa la masa del bol a la superficie de trabajo. 
  • Amasa durante unos 10 minutos. Para amasar lo que suelo hacer es coger un pellizco de la parte superior, estirar con cuidado hasta el centro de la masa y aplastar suavemente. Después muevo la masa en el sentido de las agujas del reloj y repito la operación: cojo un pellizco de la parte superior, estiro hasta el centro, aplasto suavemente, muevo en el sentido de las agujas del reloj. Ya sabes: coger, estirar, aplastar y mover. Así unos 8 o 10 minutos, hasta que veas que obtienes una masa un poco pegajosa, pero firme. 
  • Haz una bola con la masa e introdúcela nuevamente en el bol. Tapa con un paño limpio y deja reposar a temperatura ambiente aproximadamente una hora y media o dos. Verás que la masa dobla su tamaño. 
  • Si es necesario, vuelve a espolvorear la mesa de trabajo con un poco de harina. Divide la masa en 2 o 3 porciones en función de si te gusta una pizza más gruesa o más fina. Yo la he dividido en dos y una la he congelado para otra ocasión. 
  • Aplana la masa un poco con las manos y después utiliza un rodillo de madera hasta conseguir el grosor y forma que desees. 
  • ¡Es hora de hornear! Precalienta el horno a 180º arriba y abajo mientras preparas la pizza. Añade un poco de tomate en la base, esparce los ingredientes y hornea la pizza durante unos 20 minutos (el tiempo total dependerá de tu horno, pero cuando veas que la base está dorada y los ingredientes hechos, puedes sacarla). 

Notas

Lo de dar forma completamente circular a la masa no es mi punto fuerte, pero a Jesús Marquina pongo por testigo (sí, el mejor pizzero del mundo es español) de que esta pizza con harina integral de espelta ha quedado rica, sabrosa… ¡y para repetir! 

¿Qué ingredientes le hubieras puesto tú? ¿Eres de los que hace la vista gorda con la piña en la pizza o eres de la vieja escuela italiana y por ahí no pasas ni muerto? 

OBSERVACIONES

  1. Si no tienes un molde o pala para pizza, mi truco para pasarla directamente a la bandeja del horno más fácilmente es usar papel de horno. Después de amasarla un par de veces con el rodillo, pongo un poco de harina y la masa sobre papel de horno y acabo de amasar directamente encima del papel. 
  2. La pizza de esta receta la he hecho con manzana y cebolla caramelizada en la sartén (usando dos cucharadas soperas de azúcar de caña Panela ecológico) por lo que no necesitaba mucha cocción en el horno. Por eso, primero he horneado la pizza sola durante 10 minutos a 180º arriba y abajo y después he añadido la manzana y la cebolla y la he vuelto a meter otros 10 minutos. De esta forma los ingredientes no se asan demasiado y la pizza queda en el punto perfecto. 

NUTRICIÓN

Calorías: 802kcalCarbohidratos: 147gProteina: 27gGrasa: 7gGrasa saturada: 0.01gGrasa monosaturada: 0.02gSodio: 110mgPotasio: 5mgFibra: 27gCalcio: 4mgHierro: 10mg


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Recetas

Quiche de puerros y panceta, monumento de masa quebrada

Quiche de puerros y panceta, monumento de masa quebrada


Valoraciones: 2 Comentarios

Quiche de puerros y panceta, monumento de masa quebrada

Valoraciones: 2 Comentarios

Si hay una receta que ha sido sistemáticamente traicionada (que no interpretada) en medio mundo, es el famoso quiche lorraine. O mejor la (y no el) quiche, porque el nombre es femenino, al menos según el diccionario de Oxford que recoge el término. Dicho nombre, por cierto, no se ha incorporado todavía al Diccionario de la Real Academia Española. Animo a sus académicos a probar la quiche, verás que rápido entra por mucho que existan otros términos equivalentes.

Digo que la han traicionado mil veces porque existe una marcada tendencia a convertir la quiche lorraine en una especie de pizza gruesa, de tal modo que al final se consigue una suerte de Frankenstein de la gastronomía, porque el resultado no es ni quiche, ni pizza. Lo único seguro sobre esa variación de la mítica receta francesa es que sirve como dieta de engorde.

La lorraine original es una tarta salada que se hace con nata, huevos y panceta. Punto. Es decir, no lleva ni gruyere, ni emmental, ni ningún otro queso. Ni nuez moscada. Tampoco lleva puerros. Entiendo que el mismo que inventó lo de cargarla de queso, sintiéndose culpable por la montaña de calorías extra, intentó expiar su culpa añadiendo unos inocentes puerros. 

Bromas aparte, lo cierto es que no hay que ser talibán a la hora de seguir las tradiciones. No pasa nada por variar y probar. Es más, no pasa nada por añadirle queso a las masas. 

Lo que ocurre con el queso es que hay que tener un especial cuidado con él. La quiche lorraine tiene un sabor muy peculiar (excelso) gracias a la mezcla de huevos y nata. En ese contexto brilla la panceta. El puerro, si se lo pones, aparece inconfundible con su sabor. Si a esos ingredientes le sumas queso, el puerro palidece y la delicadeza del relleno se pierde, consiguiendo, además, una tarta mucho más pesada.

Todo esto que he dicho va sobre el relleno, pero la masa es igual de importante. Si de verdad quieres hacer una tarta con masa quebrada, no compres las láminas en el súper. Hazlas. Si la gente supiera lo fácil que es, jamás volvería a comprarla.

La masa quebrada admite muchas variaciones, según sea para preparaciones dulces o saladas. Y dentro de cada una de esas variantes, existen subvariantes. El denominador común a todas ellas es la presencia de mantequilla en una elevada proporción. Hay quien amasa con un poco de agua y hay quien prefiere ponerle un huevo. Hay quien le añade un poco de azúcar para darle color, y quien lo evita, hay quien agrega harina de almendra en preparaciones dulces para darle un toque…

Aquí nos quedamos con un básico que no te fallará jamás: harina, mantequilla y huevo. Solo con eso tienes garantizada una galleta fantástica. Si culminas la faena con el relleno de una lorraine, aligerado con puerros, miel sobre hojuelas. 

La masa no tiene ninguna ciencia. Se amasa en un par de minutos y la única clave que tienes que tener en cuenta, es que necesita un reposo de una hora antes de estirarla, y otro de al menos media hora tras enmoldarla. No es por capricho, es para evitar que se retraiga en el horno cuando la cueces. 

Si te sobra masa, prepara más tartaletas, hornéalas y guárdalas en una caja. Al igual que las galletas, se conservan varios días sin problemas y podrás rellenarlas más adelante con lo que quieras. 


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Receta de quiche lorraine

Quiche lorreine tradicional (¡sin queso!)

Receta tradicional de quiché lorraine. El uso de harina floja de repostería te asegura una base fina y crujiente.

5 de 4 votos

Tiempo de preparación 30 min
Tiempo de cocción 45 min
Tiempo de reposo 1 h
Tiempo total 2 h 15 min

Plato Aperitivo, Brunch, Entrantes, Tentempié
Cocina Francesa

Raciones 1 quiche mediana (25 centímetros de diámetro)
Calorías 3952 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes

  

Para la masa

Para el relleno

  • 4 puerros pequeños (o dos grandes)
  • 150 g panceta
  • 300 g nata
  • 3 huevos enteros
  • 3 g sal (ten cuidado, si la panceta está los suficientemente salada, reduce o evita añadir más sal)
  • 2 g pimienta negra molida El Amasadero
  • 2 g nuez moscada El Amasadero

Elaboración paso a paso

 

  • Con la mantequilla a temperatura ambiente, mezclamos todos los ingredientes en un bol y amasamos brevemente hasta conseguir una masa homogénea. Empleamos harina de repostería, y no panadera, porque queremos una masa que mantenga la forma que le damos, y cuanto más gluten, más difícil resulta. Por eso la repostera, que es una harina más floja, con menos gluten.
    Mezcla sin amasar - Masa quebrada
  • Cuando tengamos nuestra bola de masa, la introducimos en un cuenco tapado y la dejamos reposar una hora en la nevera.
  • Enharinamos la mesa para evitar que se pegue la masa y estiramos con el rodillo hasta obtener un círculo de unos 35 centímetros de diámetro.
    Estira la masa sobre la encimera ligeramente enharinada
  • Toca mover esa masa al molde. La mejor forma de hacerlo es enrollándola en el propio rodillo, y desenrollándola después sobre el molde. 
    Coloca la masa sobre el molde
  • Con los dedos vamos ajustando la masa al molde sin estirarla, ajustándola a las holguras.
    Aprieta la masa quebrada
  • Cuando la tengamos, cortaremos los sobrantes. Se puede hacer con el propio rodillo, pero nos parece más cómodo emplear una espátula o una rasqueta metálica. Basta con pasarla sobre el borde del molde para que nos quede perfecto.
    recortala masa sobrante con una espátula
  • Con un tenedor, hacemos agujeros por todo el fondo. Evitarán que la masa se combe.
    Pincha la masa con un tenedor para que no se combe al hornear
  • Metemos el molde en la nevera, en una bolsa o cubierto con papel film, entre media hora y una hora. No pasa nada porque se quede tiempo de más. Eso ayudará a relajar el poco gluten de la harina y así evitar que la masa se retraiga durante el horneado.
  • Para hacer cualquier tarta con masa quebrada es necesario hornear la masa previamente a ponerle el relleno. Si no lo hiciéramos, la masa se humedecería con el relleno y quedaría muy blanda, sin hacer. 
  • Para evitar posibles deformaciones de nuestra base, ponemos una hoja de papel de hornearsobre la masa y la rellenamos con las bolas de cerámica, que mantendrán, con su peso, la base en su sitio. Si no tienes bolas de cerámica puedes emplear garbanzos secos, pero son más efectivas las bolitas y las puedes reutilizar eternamente. Además, a diferencia de las legumbres, no aportarán aroma alguno.
  • Introduce la masa así preparada (con las bolas dentro) en el horno, en la segunda altura contando desde abajo, sin ventilador, y con calor solo por abajo, a 190 grados. Hornea unos 15 minutos, hasta que veas que la masa empieza a tomar calor y ganar firmeza.
  • Retira y desmolda cuando puedas. Deja enfriar sobre una rejilla. Si no vas a emplear la masa hoy, puedes guardarla así en una bolsa hasta cuando la necesites. 
    Deja enfriar la masa sobre una rejilla
  • Mientras enfría, nos ponemos con el relleno. En una sartén saltea los puerros en rodajas finas. Cuando empiecen a estar blandos, agrega la panceta en lascas y deja que se dore también. 
    Rehoga la panceta con los puerros
  • En un cuenco, bate tres huevos y añádeles la nata, la sal (si es necesaria) y las especias. Agrega esta mezcla a la sartén y remueve con una cuchara de madera hasta que el líquido empiece a ganar densidad. Dos o tres minutos a fuego medio suelen ser suficientes. Que quede cremoso, no cuajado.
    Cocina ligeramente la mezcla hasta que quede cremosa
  • Aunque podrías hacer todo lo que resta sin molde, te recomiendo que vuelvas a meter la masa en el molde para evitar roturas y accidentes. Rellena con la mezcla la base de tu tarta. 
  • Introdúcela en el horno a 200 grados, en la segunda altura contando desde abajo y con calor por arriba y por abajo, sin ventilador. Déjala 30 minutos. Los últimos cinco minutos, sube la bandeja a media altura para que se dore un poco más la parte superior. 
  • Listo. Caliente es un escándalo pero, si te sobra, consérvala en la nevera y comprobarás que fría también está de muerte.
    quiche lorraine con puerros receta paso a paso

Notas

Si te resulta difícil enrollar la masa en el rodillo o te impone respeto, no te preocupes, estira las láminas con el rodillo sobre papel de hornear y después solo tendrás que cogerlas con el papel, darles la vuelta sobre el molde y despegar la hoja.

Si quieres hacer la quiche lorraine tradicional, basta con no añadirle puerros ni especias y subir un poco más la cantidad de panceta. 

Si hicimos la de puerros, es porque nos gusta mucho. Anímate a hacer variaciones. Con espinacas, con setas…

NUTRICIÓN

Calorías: 3952kcalCarbohidratos: 259gProteina: 82gGrasa: 290gGrasa saturada: 160gGrasa polinsaturada: 23gGrasa monosaturada: 86gGrasa Transgénica: 4gColesterol: 1361mgSodio: 4918mgPotasio: 1797mgFibra: 14gAzúcar: 29gVitamina A: 14487IUVitamina C: 45mgCalcio: 596mgHierro: 23mg

quiche lorraine con puerros receta paso a paso


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