Rock & roll en la cocina: panecillos con manga pastelera


Valoraciones:
Malo, como pan de plásticoRegular, como cruasán a la planchaNo está mal, como mi primer pan caseroBueno, como mi quinto pan casero¡Estupendo! Me acabo de comer la hogaza enterita
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2 Comentarios

Rock & roll en la cocina: panecillos con manga pastelera

Valoraciones:
Malo, como pan de plásticoRegular, como cruasán a la planchaNo está mal, como mi primer pan caseroBueno, como mi quinto pan casero¡Estupendo! Me acabo de comer la hogaza enterita
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Sobre esta receta

Si los músicos no hubieran sido heterodoxos en algún momento no se habría inventado el rock & roll. Aviso antes de empezar porque los puristas del método, que en el mundo del pan somos legión, podrían llevarse las manos a la cabeza. ¡Cómo osa saltarse el formado tradicional y sustituirlo por una manga pastelera! ¡Cómo se atreve a tal herejía! ¡Qué panadero mete su masa en una manga como si fuera crema de repostería! Bueno, bueno. Calma. Sí, vamos a hacer un poco de rock & roll, pero como todo lo que hacemos aquí, tiene un motivo y una justificación. 

El motivo es ofrecer una alternativa viable a aquellas personas que no se manejan bien trabajando a mano con masas muy hidratadas. La justificación está en el resultado: están muy buenos. Porque al final, y en esto coincidiremos todos, lo sagrado es el pan, no el método: si el pan es bueno, el método sirve. 

Con una masa muy hidratada conseguirás hacer panes excepcionalmente ligeros, aéreos. Claro que más que amasar, cuando mezclas la misma cantidad (o casi) de agua que de harina panadera, chapoteas. Hay que ser un experto para trabajar a mano masas así, pero para todos los que no lo somos, tenemos algunas alternativas, y esta es una. 

Después de la primera fermentación, pasamos a una manga nuestra masa y formamos así las piezas sobre la bandeja del horno para la segunda fermentación. Nada de tocar, manipular, trasladar cosas imposibles… No hace falta mayor cuidado y te quedarán unos panecillos muy, muy resultones. Este método te servirá también para hacer grisines, los clásicos palitos, pero este no es el caso. Nuestros panecillos tienen más volumen y una miga breve y ligera. Están muy buenos solos, pero si los abres al medio y te haces unas pulguitas de queso con pepino o de salmón ahumado con rúcula y mantequilla, verás que sorpresa. Dale al rock & roll, que vale la pena.

Qué voy a necesitar

Ingredientes para unos 10 panecillos

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  1. Primero, como siempre, vale la pena comprobar si tu levadura (sobre todo si tienes algún sobre ya abierto) está bien activa. Para ello, mezclamos 2 cucharadas de harina y 3 de agua tibia con un gramo de levadura en un vaso. Lo dejamos en un lugar templado y si no sube después de 10 minutos es porque la levadura no sirve. Si es así (la levadura es un ser vivo y no es eterna) abre otro sobre y repite la prueba. 
  2. Calienta un poco el agua en un cazo para que esté tibia, lo que ayudará a activar la fermentación.
  3. Mezcla todos los ingredientes (salvo las semillas) en un bol y amasa como puedas. Puedes acabar sobre la encimera haciendo una especie de amasado francés. Tampoco te mates (es una masa muy líquida), ya sabes que el tiempo también amasa.
    Mezcla todos los ingredientes de la masa, excepto las semillas
  4. Deja reposar 10 minutos y dale otro meneo.
  5. Cubre el bol y déjalo reposar a temperatura ambiente unas dos horas, hasta que doble su tamaño.
    Espera a que haya aumentado de volumen
  6. Transcurrido ese tiempo, ayúdate con la rasqueta para llenar la manga pastelera, en la que habrás puesto un boquilla ancha. Da igual la forma de la boquilla, porque al final el pan recuperará su forma natural en la segunda fermentación.
  7. Dispón una hoja de papel de hornear sobre la bandeja del horno y dibuja barritas (no las juntes mucho para que no se peguen) con la manga. Ayúdate con una tijera para cortar la masa a la medida deseada: puedes hacer panecillos o barritas largas, como gustes.
    Haz barritas con la manga pastelera
  8. Cubre los panecillos con otra bandeja de horno, del revés, y deja que la masa fermente aproximadamente 45 minutos, hasta que veas que han ganado volumen.
  9. Una vez finalizada la fermentación, distribuye las semillas sobre la superficie de los panes.
    Cubre la masa con semillas
  10. Introduce la bandeja en el horno, precalentado a 190 grados (calor arriba y abajo y sin ventilador), en la segunda altura contando desde abajo. En  unos 20 o 25 minutos, cuando estén bien dorados, los tendrás listos. A la rejilla de enfriar y a por ellos. 
pan de cristal con manga pastelera

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