Sobre esta receta
Los pancakes (o panqueques, o tortitas) pueden ser una de las recetas más universales. Los niños de medio mundo, y muchos mayores, se pirran por ellos. Seguro que su sabor tiene mucho que ver con ese éxito, pero también otro hecho relevante: no hay cosa más fácil y rápida de preparar en la cocina. En el mundo del pan, los pancakes son los reyes de la velocidad, y no solo de ella, sino también de la ausencia de método, porque te van a salir bien prácticamente de cualquier manera.
Me explico. Yo suelo seguir unos pasos (primero bates mucho los huevos, después añades la leche y la mantequilla…) como en cualquier otra receta. Pues bien, mi hijo pequeño, a sus 7 años, ha comprobado experimentalmente que le quedan igual si lo mezcla todo sin orden ni concierto. Ha demostrado también que lo mismo da afanarse con las varillas que remover de mala manera con una cuchara, lo que de paso me hace reflexionar sobre los muchos esfuerzos que hacemos los adultos y que seguramente podríamos ahorrarnos…
No hay mejor forma de introducir a los niños en el mundo de la harina que los pancakes. Se vuelven locos con ellos. Además, no manchas mucho y en media hora tienes sobre la mesa un desayuno de domingo de campeonato. Los puedes rematar con frutas (arándanos, frambuesas…), con ese clásico maple syrup, con unas cucharadas de miel o, a lo británico, untándolos con mantequilla cuando todavía están calientes. Cada uno a su gusto. No conozco a nadie a quien no le gusten. Además, no hay pereza capaz de justificar no hacerlos. Ni pereza ni falta de maña, porque no se necesita pericia alguna y el más burro pardo los borda. Solo una cosa, cómetelos calientes, porque fríos no son lo mismo.
Qué voy a necesitar
- Una balanza
- Una sartén antiadherente
- Una espátula para darles la vuelta
- Un bol
- Unas varillas
- Un cucharón sopero o una jarra
Ingredientes para una docena de pancakes
- 200 gramos de harina de repostería El Amasadero
- 300 gramos de leche entera
- 2 huevos
- 40 gramos de mantequilla derretida
- 30 gramos de azúcar
- 2 gramos de levadura de repostería tipo Royal
- 2 gramos de sal
- Bate bien en un bol los huevos y añade la leche sin dejar de batir. Agrega el resto de los ingredientes y sigue aplicando las varillas hasta obtener una crema homogénea. Deja reposar 15 minutos.
- Calienta una sartén al fuego y engrásala con uno poco de mantequilla. Solo tendrás que hacerlo con el primer pancake.
- Cuando haya cogido temperatura (sin humear, no hay que pasarse) vierte en el centro medio cucharón de masa (o directamente con una jarra si te resulta más sencillo). Ella sola formará un disco que empezará a solidificarse con el calor. Procura que la sartén esté siempre caliente, pero no al máximo: al 7 o 7,5 en una escala de nueve llega para mantener la temperatura.
- En un minuto o minuto y medio verás que la superficie se llena de burbujas.
- Levanta un poco por un lado con una espátula y comprueba que el pancake se haya dorado bien. Dale la vuelta y aguarda otro minuto.
- Al plato y a por el siguiente. Y listo. No tiene más misterio.
COMENTARIOS
Es normal que el primero que haces no quede perfecto. Seguramente la sartén no ha alcanzado la temperatura suficiente. El segundo te quedará mejor.
Si te gustan los pancakes más gruesos, añade a la receta 50 gramos más de harina, se expandirán menos en la sartén y tendrán un poco más de volumen.
Yo se las hago a mi madre y a mi nieto para merendar, les encantan. Un saludo.
Realmente muy sencillo y ciertamente gustan a todos.