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Napolitanas de chocolate

Napolitanas de chocolate


Valoraciones: 2 Comentarios

Napolitanas de chocolate

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Pain au… qué? Bueno, aquí la llamamos napolitana, pero si nos ponemos a discutir sobre el origen del bollo y el del nombre podemos entrar en un conflicto geopolítico que acabe mal. 

El hojaldre en sí tiene una larga historia que se remonta a la Edad Media en Europa. Sin embargo, las napolitanas de chocolate tal como las conocemos hoy en día, con su relleno de chocolate fundido, se popularizaron en la repostería francesa a lo largo del siglo XIX. Desde entonces, han sido apreciadas en todo el mundo como una delicia dulce y decadente.

El lugar de nacimiento de esta maravilla parece que está en Francia, aunque algunas fuentes apuntan a Austria, así que mejor no nos metemos en ese fregado y vamos a lo que nos interesa. 

La receta de hoy requiere de planificación, paciencia y algunos utensilios (en especial la laminadora) que pueden inclinar la balanza del fracaso al éxito en un pis pas. Es cierto que puedes hacer una masa hojaldrada sin laminadora, pero se convierte en un gran reto, sobre todo en días de calor en los que la mantequilla se comenzará a ablandar demasiado rápido y, las tan deseadas capas, se convertirán en un bollo abriochado nada crujiente.

Usar una laminadora te permitirá estirar y plegar la masa en solo unos segundos y, lo más importante, sin pasarle el calor de nuestras manos, y es que cualquier masa hojaldrada prefiere una habitación bien fría durante su preparación.

Verás que la receta indica varias veces reposar la masa en frío durante unas horas, y es un paso que no te puedes saltar si quieres asegurarte el éxito.

Ahora bien, olvida todo lo anterior y anímate a hacer esta receta porque no hay mayor satisfacción que hacer una pieza de bollería hojaldrada casera. Además, ésta es la base para hacer croissants, caracolas, y una infinidad de delicias más.

Receta de napolitanas de chocolate

Superhojaldaradas, supersabrosas, superviciosas
4.75 de 4 votos
Tiempo de preparación 12 h
Tiempo de cocción 25 min
Tiempo total de fermentación 2 h
Tiempo total 14 h 25 min
Plato Merienda, Postre
Cocina Austríaca, Francesa

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Elaboración paso a paso
 

  • Comienza la receta preparando la lámina de mantequilla para laminar el día antes. Para ello coloca la mantequilla de laminar en una bolsa de congelar cuadrada de unos 15 y estírala con un rodillo hasta que la mantequilla llene todo el cuadrado. Déjala reposar en la nevera toda la noche.
  • La masa también tienes que prepararla el día antes de querer formar tus napolitanas. Para ello pon todos los ingredientes de la masa excepto la mantequilla en el bol de la amasadora y comienza a amasar a velocidad media hasta que vaya cogiendo fuerza y al estirarla con la mano no se desgarre fácilmente. En la amasadora Ankarsrum usa el accesorio de rodillo y amasa durante unos 5 a 7 minutos.
    1-amasa_en_amasadora-napolitana
  • En este punto, agrega la mantequilla de la masa (no la de laminar) en trocitos. Sigue amasando durante otros 10 a 15 minutos, hasta que la masa vuelva a tener tenacidad.
  • Pon la masa en la mesa, termina de amasar a mano durante un minuto más. Envuélvela en film de plástico y llévala a la nevera inmediatamente.
    2-termina-de-amasar-en-encimera-napolitana-chocolate
  • Al día siguiente, saca la mantequilla para laminar de la nevera y, mientras que se ablanda un poco, usa el rodillo para preparar un rectángulo con la masa de 15 cm x 30 cm.
    3-haz-un-rectangulo-de-masa-napolitana-chocolate
  • Coloca la plancha de mantequilla en el centro del rectángulo.
    4-coloca-la-mantequilla-sobre-la-masa-napolitana-chocolate
  • Pliega un borde sobrante de masa sobre la mantequilla.
    5-dobla-una-mitad-sobre-si-misma-napolitana-chocolate
  • Pliega de nuevo el otro borde sobrante de la masa.
    6-dobla-la-otra-mitad-napolitana-chocolate
  • Pon un poco de harina en la laminadora y coloca tu sándwich de masa y mantequilla. Estírala bajando el grosor poco a poco hasta obtener un rectángulo de masa de 60 cm x 15 cm.
    7-coloca-la-masa-sobre-la-tabla-de-la-laminadora-napolitana-de-chocolate
  • Ahora tienes que hacer lo que se llama una "vuelta doble": pliega un poco menos de la mitad de la masa sobre sí misma.
    8-pliega-de-nuevo-la-masa7-coloca-la-masa-sobre-la-tabla-de-la-laminadora-napolitana-de-chocolate
  • Pliega el otro lado de la masa hasta que se toquen los bordes de los dos pliegues.
    9-pliega-de-nuevo7-coloca-la-masa-sobre-la-tabla-de-la-laminadora-napolitana-de-chocolate
  • Dobla la masa por la mitad. Ya tienes hecha tu vuelta doble.
    10-pliega-por-la-mitad.7-coloca-la-masa-sobre-la-tabla-de-la-laminadora-napolitana-de-chocolate
  • Envuelve con film transparente y deja en la nevera 2 horas.
  • Pasado este tiempo, vuelve a poner la masa en la laminadora, y estírala de nuevo bajando poco a poco el grosor hasta que tenga una longitud de 45 cm x 15 cm de ancho.
  • Ahora toca hacer una "vuelta sencilla": pliega un tercio de la masa sobre sí misma.
    11-pliega-un-tercio-la masa-napolitana-chocolate
  • Pliega el otro tercio sobre el pliegue anterior.
    12-pliega-un-tercio-la masa-napolitana-chocolate
  • Envuelve la masa de nuevo en film de plástico y déjala reposar en la nevera otras 2 horas o toda la noche.
  • Llegó la hora de estirar para formar ya las napolitanas. Para ello coloca la masa en la laminadora y estira de nuevo hasta que la masa tenga un grosor de 3 a 4 mm.
  • Para formar las napolitanas, corta rectángulos de 25 cm x 6 cm.
    13-corta-la-lamina-en-rectangulos-alargados11-pliega-un-tercio-la masa-napolitana-chocolate
  • Coloca en uno de los extremos cortos del rectángulo tus trocitos de chocolate formando una barra.
  • Comienza a envolver la masa y coloca otra tira de trocitos de chocolate.
  • Termina de enrollar la napolitana y ve poniéndolas en una bandeja con papel de horno con el doblez hacia abajo.
    17-rollo-final-napolitana-chocolate
  • Ahora toca dejarlas fermentar, para ello puedes usar una cámara de fermentación o hacerlo a temperatura ambiente. En cámara de fermentación, a 28 ºC tardarán unas 2 horas en duplicar su volumen. A menos temperatura tardarán algo más. No olvides taparlas con un plástico para que non se sequen.
  • Una vez hayan duplicado su volumen, píntalas con huevo batido y mételas en el horno precalentado a 170 ºC con aire o 190 ºC sin aire, calor arriba y abajo, durante unos 20 a 25 minutos, hasta que estén bien doradas.
    18-pinta-con-huevo-napolitana-chocolate
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Conceptos básicos

La mejor barra pasa por la sauna

La mejor barra pasa por la sauna


Valoraciones: 15 Comentarios

La mejor barra pasa por la sauna

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¿Cómo sería la barra de pan perfecta, digamos, la idea platónica de una barra de pan? En el Amasadero no estamos en tu cabeza para saber la imagen que se viene a tu mente, pero tenemos nuestras teorías. Y, sobre todo, conocemos las alquimias para traer esa abstracción, del mundo de las ideas al mundo de los mordiscos. Quien dice alquimias, dice técnicas y utensilios, porque para lo que hoy nos ocupa –conseguir una barra doradita, crujiente, de corteza fina y miga esponjosa– vamos a necesitar algo más que levadura, harina y sal: agua. Sí, agua, solo que esta vez, además de para la masa, la necesitaremos en forma de vapor, que es lo que convertirá nuestro pan en el pan ideal.

El vapor, durante los primeros compases de la cocción, hará que los almidones de nuestra masa gelatinicen y facilitará la reacción de Maillard, ya sabes, esa magia (con explicación científica) que logra que una triste zanahoria caramelice y se vuelva deliciosa cuando se asa, y responsable también del socarrat de la paella… Pues lo mismo con nuestra corteza, que, además, gracias al agua en suspensión dentro del horno, tardará más en formarse y quedará más delicada.

Pero, ¿cómo hacer del horno una sauna? Antes de ponerte a experimentar con algún método sueco para rociar piedras volcánicas en tu cocina, o, peor, a calentar chilindradas metálicas inmanejables y peligrosas, mejor echa un ojo al vaporizador Desh~Stoom, un cacharrito de piedra pequeño, cómodo de manipular y con  el espacio justo para el líquido, que nos evitará el riesgo de quemaduras severas y dejará las barras tersas, bronceadas y burbujeantes (esto último, dejamos que lo descubras con la primera hornada). 

Amasadora Ankarsrum

Barras de pan de corteza fina y crujiente

El truco está en conseguir vapor, mucho vapor. Te decimos cómo conseguirlo.
4.75 de 4 votos
Tiempo de preparación 4 h 45 min
Tiempo de cocción 30 min
Tiempo total de fermentación 3 h
Plato Acompañamiento, Pan
Cocina Panadería casera

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Elaboración paso a paso
 

  • En el bol de la amasadora echa el agua templada, la  levadura seca de panadero y mézclalos a velocidad suave durante 1 minuto. A continuación, añade la harina poco a poco y amasa durante dos minutos y cuando la harina y el agua estén bien mezcladas y déjalo reposar 30 minutos a modo de autolisis.
  • Pasado el tiempo de autolisis, añade la sal y amasa todo junto a velocidad media durante 10 minutos.
    Aspecto de la masa al sacarlo de la amasadora
  • Saca la masa del bol de la amasadora y dale un amasado rápido de unos segundos con las manos. Pon la masa de nuevo en el bol, previamente aceitado, cúbrelo con la tapa o un gorro de ducha y déjala fermentar 2 horas a temperatura ambiente.
  • Cuando haya pasado el tiempo de fermentación, divide la masa en 4 partes iguales y haz una bola con cada una de ellas.
    Divide la masa en cuatro partes
  • Seguidamente forma las barras: coge una de las piezas de masa y aplánala un poco con la palma de la mano.
  • A continuación pliega el tercio superior de la masa hacia el centro y presiona el borde con las yemas de los dedos.
    Pliega el tercio superior sobre sí misma
  • Gira la masa 180 grados y pliega otro tercio que ahora tendrás en la parte superior hacia el centro y presiona de nuevo el borde con los dedos para sellar.
    Gira 180 grados y pliega otro tercio
  • A continuación pliega la masa por la mitad dándole tensión y sella de nuevo los bordes con los dedos o las palmas de las manos.
    Pliega ahora por la mitad
  • Finalmente enrolla la masa con las palmas de ambas manos para alargarla y darle forma a las barras de manera que nos queden los bordes más finos que el centro.
    Amasa y alarga
  • Coloca las barras formadas en un papel de horno.
    Coloca las barras sobre papel de horno
  • Déjalas fermentar tapadas con un paño húmedo durante 1 hora a una temperatura ambiente de 22 ºC.
    Aspecto de las barras después de 1 hora fermentando
  • Precalienta el horno a 220 ºC durante 30 minutos, con la Desh~Stoom dentro del horno.
  • Cuando el horno esté caliente y antes de introducir las barras, agrega agua del tiempo a la Desh~Stoom.
    Vaporizador para horno Desh Stoom
  • A continuación greña las barras.
    Greña las barras
  • Coloca las barras en la solera del horno y hornea durante 10 minutos a 220 ºC con calor arriba y abajo.
    Coloca las barras en la solera
  • A continuación sube las barras para la rejilla y continua el horneado 20 minutos más.
    Sube las barras a las rejillas
  • Retíralas del horno y déjalas enfriar sobre una rejilla antes de cortarlas y disfrutarlas.
Corteza fina y crujiente
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Empanadas Recetas de panes tradicionales

Bola de liscos, el calzone de la Galicia interior

Bola de liscos, el calzone de la Galicia interior


Valoraciones: 6 Comentarios

Bola de liscos, el calzone de la Galicia interior

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La receta de hoy requiere glosario. Sí, porque si soltamos, a bocajarro, que venimos a preparar una bola de liscos, ¿cómo te quedas?  Así es como se conoce por la Terra Chá, en la zona interior de Lugo, a la empanada de la que queremos hablar. Pero recapitulemos. En gallego, una “bola” es un pan redondo bajo, lo que incluye a la empanada, en contraposición al “bolo”, que es un pan  también redondo, pero más alto, o un pastel. Y un “lisco”, así en genérico, sería una loncha aunque, para lo que nos ocupa, no cualquier loncha, no vayamos a adelantemos y ponernos a filetear berberechos o pulpos. La empanada de liscos lleva lonchas de panceta y, casi siempre, chorizo: los frutti di mare de la Galicia interior.

Ahora que está todo claro podemos meternos a amasar, con una última advertencia. Empanadas gallegas hay muchas, pero pocas se parecen a las que se ven por el mundo adelante, finas, aplanadas e insustanciales. Esta es justo lo contrario. Hecha con masa de pan (harina do país, levadura, agua tibia y sal), se estira en una única hoja, se rellena con las chacinas hasta la mitad y se dobla y cierra, formando una especie de empanadilla king size o calzone a la gallega, sin queso, ni tomate, ni nada más que cerdo con más cerdo y un poco de pimentón y cebolla. Solo queda ya hornear, papar y, si aún somos capaces de levantarnos de la mesa, liscar (que no es seguir comiendo liscos, sino marcharse a la carrera).

Bola de liscos lista

Bola de liscos

Receta de empanada gallega típica de las zonas de interior con relleno de tocino y cebolla.
3.80 de 10 votos
Tiempo de preparación 3 h
Tiempo de cocción 40 min
Tiempo total de fermentación 2 h
Plato Entrantes, Merienda, Plato principal
Cocina Gallega
Raciones 1 empanada grande

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Para la zaragallada (relleno)

  • 250 g cebollas chatas
  • 150 ml aceite de oliva suave
  • 1 cucharada pimentón dulce
  • 1 chorizo
  • 150 g tocino

Elaboración paso a paso
 

  • Pesa y mide todos los ingredientes de la receta. Para hacer la masa, echa el agua, la levadura seca de panadería y la harina gallega de fuerza en el bol de la amasadora. Amasa 5 minutos  a velocidad media y cuando los ingredientes estén integrados deja reposar la masa 15 minutos.
  • Después del reposo, agrégale de sal y amasa de nuevo a velocidad media 10 minutos. Obtendrás una masa lisa y resistente. Retírala de la amasadora, trabájala un poco con las manos y colócala en un bol ligeramente aceitado. Cúbrelo con un paño húmedo o un gorro de ducha y déjala fermentar a una temperatura de 21ºC durante 2 horas.
  • A continuación prepara el relleno de la empanada o zaragallada. Comienza cortando 250 g de cebolla chata y échala en una sartén con 150 ml de aceite de oliva suave. Pon la sartén a fuego medio, cocina la cebolla 30 minutos, hasta que esté transparente y agrégale una cucharada de pimentón dulce. Mezcla todo de manera uniforme, retira la sartén del fuego y deja que la cebolla se enfríe antes de utilizarla.
  • A parte, corta 1 chorizo y 150 g de panceta de cerdo o tocino en trozos menudos y resérvalo.
  • Una vez la masa haya fermentado y con el relleno ya atemperado, puedes comenzar a montar la empanada. Enciende el horno a 210 ºC con calor arriba y abajo, para que se vaya calentando poco a poco. 
  • A continuación grama la masa, para ello vuélcala en la mesa de trabajo y añádele 1 cucharada de aceite del relleno. Trabájala con las manos unos minutos hasta que se haya integrado el aceite y tengas una masa lisa, tenaz y con un ligero color dorado. Déjala reposar 10 minutos para que se relaje y puedas volver a trabajarla fácilmente. 
  • Enharina la mesa de trabajo, estira la masa con un rodillo hasta que tenga un diámetro de unos 45 cm aproximadamente y colócala encima de un papel de horno. De esta manera te resultará más fácil de manipular la empanada una vez formada. 
  • Con la ayuda de una espumadera escurre la cebolla y extiéndela de manera uniforme en la mitad de la masa, pero sin llegar a los bordes. 
  • A continuación, coloca encima de la cebolla el chorizo y la panceta que tienes cortados.
  • Dobla la masa por la mitad, tapando la empanada con la parte de la masa sin relleno, haciendo que te coincidan los bordes, de manera que te quede una empanadilla grande. 
  • Haz el repulgue y sella bien los bordes de la empanada, para que no se abra al hornearla. Para ello coge la masa que sobresale de abajo, sobreponla sobre la otra y presiónala para que quede bien sellada. Si no consigues hacer el repulgue con los dedos puedes ayudarte de un tenedor.
  • Una vez la empanada está cerrada, con la ayuda de un cuchillo o una cuchilla de greñar, haz unos cortes en la superficie, para que salga en vapor durante el horneado. 
  • Finalmente pincélala con el aceite que te ha sobrado del relleno y colócala en una bandeja de horno. 
  • Mete la empanada en el horno previamente calentado y hornéala a 210º C con calor arriba y abajo durante 35 o 40 minutos. El tiempo de horneado puede variar dependiendo de tu horno. La empanada estará lista cuando la superficie esté bien dorada y al mover ligeramente la bandeja, la empanada se deslice con facilidad por la superficie de esta..
  • Retira la empanada del horno y déjala atemperar en una rejilla antes de degustarla. 
Interior de la bola de liscos
Sobre Mónica Prego

Soy gallega de nacimiento y de corazón, y empezé a filtrear con la cocina al lado de mi abuela, amasando pan en la artesa. La artesa sigue allí, y mi pasión por las masas y los fogones ha ido creciendo. Hoy me dedico de manera profesional a la creación de contenido digital para marcas y medios Me gusta recuperar tradiciones, despertar recuerdos y emociones a través de mis recetas y mis fotos. Defiendo el consumo de cercanía, la calidad y la autenticidad del producto local.

Sobre Alba Barbadillo

Ni periodismo ni cocinismo: igual…bahh. La que escribe es Alba Barbadillo, redactora a la fuga y placera conversa en A Coruña. Desde, A Parva, la cantina del mercado de San Agustín, improvisa recetas veganas, perpetra bocatas improbables y escribe sobre comida, comunicación y lo que le pidan allá donde puede. Antes tenía un blog llamado Paso del Raxo y antes aún trabajó en El Ideal Gallego y a Nós Diario.

Amasadora Ankarsrum
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Masas dulces Repostería tradicional

Hot Cross Buns

Hot Cross Buns


Valoraciones: 14 Comentarios

Hot Cross Buns

Valoraciones: 14 Comentarios

Sabemos que las torrijas están muy ricas, que son imbatibles y que no hay Semana Santa sin ellas, que sí, que estamos de acuerdo, pero siempre está bien probar cositas nuevas, y tienes que confiar en nosotros con la receta de hoy. Ni es una americanada, ni una gochada, así que no pongas excusas estereotípicas y corre a por los ingredientes, porque te prometemos que te va a encantar. Está en nuestro top 3 de recetas para esta época, y eso es mucho. Se trata de unos bollos híper esponjosos hechos con una masa especiada y un relleno de pasas (sí, puedes cambiarlas por chocolate).

Sobre el lugar de origen de estos bollos, parece que todas las fuentes coinciden en que es Inglaterra, aunque cuando vamos a las fechas comienzan las discrepancias. Hay algunas fuentes que lo datan en el siglo XII y otras que dicen que su nacimiento está en el siglo XIV en la ciudad de Saint Albans, donde un monje cristiano desarrolló la receta de los “bollos de Albans” que, más tarde, terminaron evolucionando en lo que hoy conocemos como hot cross buns.

Sea cual sea su lugar y siglo de origen, lo que está claro es que una vez que los hagas por primera vez, tu cocina se impregnará de un olor tan característico que automáticamente se convertirá en una nueva tradición. Año tras año volverás a hacerlos, y lo sabes, así que hazle hueco en la agenda al lado de las torrijas.

Amasadora Ankarsrum
Receta de hot cross buns

Hot Cross Buns

Receta de estos bollos tradicionales ingleses de masa enriquecida y especiada .
5 de 11 votos
Tiempo de preparación 5 h 40 min
Tiempo de cocción 20 min
Tiempo total de fermentación 4 h 30 min
Plato Postre
Cocina Inglesa

Ingredientes
  

Para decorar

Elaboración paso a paso
 

  • La noche antes de hacer la masa, pon las pasas en un bol, cúbrelas con agua y tápalo con un film o un paño. Déjalas hidratar toda la noche.
  • Al día siguiente retira el agua de las pasas con un colador y resérvalas.
  • Para hacer la masa, agrega al bol de la amasadora todos los ingredientes excepto la mantequilla y las pasas.
  • Comienza a amasar a velocidad media hasta que quede una masa firme y suave. Puedes ir parando cada varios minutos y tirar de la masa. Estará lista cuando esté un poco tenaz.
  • En este punto agrega la mantequilla en trocitos, un poco ablandada, y sigue amasando durante 5 minutos.
    agrega la mantequilla
  • Una vez esté la mantequilla bien integrada agregamos las pasas y mezclamos solo unos segundos. Terminamos de amasar a mano.
    Termina de amasar a mano
  • Pon la masa en un bol grande engrasado con mantequilla o aceite. Cubre con un film o un paño.
    Tapa el bol con un gorro
  • Deja fermentar hasta que doble su volumen a temperatura ambiente durante unas 2 horas y media.
    Dejar fermentar hasta que doble su volumen
  • Cuando haya doblado su volumen, vuelca sobre la encimera ligeramente enharinada y desgasifica ligeramente apretando con las manos.
    Desgasifica la masa de hot cross buns
  • Divide la masa en 16 porciones de unos 70 gramos.
    Divide la masa en porciones de 70 gramos
  • Haz bolas con cada porción de masa.
    Dale forma de bola
  • Coloca en una bandeja de horno.
    Coloca las bolas en una bandeja de horno
  • Cubre con un paño y deja que crezcan hasta que hayan casi doblado su volumen durante, aproximadamente, 2 horas.
  • Pinta las bolas con huevo batido.
    Pinta con huevo batido
  • Prepara la pasta para la cruz mezclando bien la harina, azúcar glas y agua. Mete la mezcla en una manga pastelera y decora los bollos dibujando una cruz, como se ve en las fotos.
    Haz un cruz
  • Mete la bandeja al horno precalentado a 180 ºC sin aire, calor arriba y abajo. Cuécelos durante unos 15-20 minutos hasta que estén bien doraditos.
  • Mientras se están cociendo, mezcla en un bol pequeño mermelada de albaricoque o melocotón con un poco de agua caliente.
  • Al sacarlos del horno pinta los bollos con la mezcla de mermelada y deja que se enfríen antes de consumir, si puedes.
Categorías
Repostería tradicional

Pan de torrijas

Pan de torrijas


Valoraciones: 12 Comentarios

Pan de torrijas

Valoraciones: 12 Comentarios

Para la receta de hoy, traemos dos versiones, ambas igual de lícitas, funcionales y defendibles ante cualquier tribunal de la Santa Inquisición Panadera, ahora que enfilamos la Semana ídem: una para principiantes, amantes de la cocina de aprovechamiento o gente vaga en general, y otra un poco más ilustrada, para quien tenga un pelín más de tiempo, maña y ganas y/o quiera demostrar su habilidad con las masas.

Vamos con la corta. Coge los restos de la barra de ayer o, mejor, anteayer y córtalos en rebanadas un poco gruesas. ¡Enhorabuena! Ya tienes listo un pan para torrijas clásico, acorde con la tradición y sin riesgo de tener que asumir la cristiana culpa si el resultado final del dulce no es óptimo.

Amasadora Ankarsrum

Si, como suponemos, perteneces al segundo grupo, te adelantamos que, salvo por la leche, la preparación no dista demasiado de la de un pan “a secas”, con la salvedad de que este está pensado para que pueda usarse también “a mojadas”. El meollo está en conseguir una miga prieta y con consistencia, que absorba bien la leche endulzada y aromatizada durante el remojo, pero que no pierda su estructura, para no derivar en una torrija blandurria que se desmadeje al intentar comerla. Para eso, mejor optar por la primera versión, con pan de baguette precocinada o pan de molde industrial, y ahorrarse unas cuantas horas (y, de paso, el postre).

La otra particularidad de este pan ad hoc está en la corteza, que pincelaremos con huevo batido justo antes de meter nuestra hogaza al horno, para conseguir un acabado fino y sin excesiva dureza, de manera que el contraste final de texturas no arruine nuestra torrija. Sería un pecado.

Receta de pan de torrijas

Pan de torrijas

Receta para un pan que aguante bien el remojo de leche y que evite que se nos deshagan las torrijas
4.54 de 13 votos
Plato Pan
Cocina Española

Elaboración paso a paso
 

  • Disuelve 5 g de levadura seca en 290 g de leche tibia
  • Vuelca 500 g de harina candeal en la cubeta de la amasadora junto con 7 g de sal y mézclalos durante unos segundos.
  • A continuación, añade la leche con la levadura  y amasa a velocidad media durante  6 minutos, hasta obtener una masa homogénea y que se despegue de las paredes del bol de la amasadora.
  • Vuelca la masa en la superficie de trabajo y amásala con las manos durante unos minutos para alisarla. Déjala reposar 5 minutos.
  • A continuación vamos a plegar la masa para que esté mucho más lisa y manejable. Estírala con el rodillo hasta tener un rectángulo.
    Estira la masa con un rodillo
  • Pliégala un tercio de la masa sobre sí misma.
  • Y pliega el otro tercio de nuevo como si fuera un tríptico.
    Pliega el otro tercio
  • Estírala de nuevo y pliégala de la misma forma 2 veces más.
  • Después de hacerle los pliegues, bolea de nuevo la masa, colócala en un bol y déjala reposar 30 minutos tapada con un gorro para masas.
  • A continuación forma la hogaza, para ello, estira un poco la masa y dale forma de cilindro, aportando toda la tensión que puedas. Intenta que sea lo más uniforme posible tanto en el centro como en los extremos.
    Intentar formar un cilindro.
  • Coloca la barra en una bandeja de horno forrada con papel, y déjala fermentar tapada durante 2 horas y media en un lugar cálido, a aproximadamente 25ºC.
  • Precalienta el horno a 200ºC con calor arriba y abajo. Después de que haya pasado el tiempo de fermentación, la barra habrá doblado su volumen y estará lista para hornear.
  • Utilizando una cuchilla de greñar, haz cortes transversales en el pan del grosor de las rebanadas para las torrijas.
    Haz cortes del grosor de las rebanadas
  • Pincela el pan con huevo batido.
    Pincela con huevo batido.
  • Hornéalo a 200 ºC durante 30 minutos, evitando que la corteza nos quede demasiado dura.
    Hornea durante 30 minutos
Categorías
Masa madre Pan sin amasado

Pan de masa madre sin amasado

Pan de masa madre sin amasado


Valoraciones: 3 Comentarios

Pan de masa madre sin amasado

Valoraciones: 3 Comentarios

¡Atención, intrépido panarra o proyecto de panarra! Hoy nos embarcamos en una odisea culinaria sin precedentes, donde el poder de la masa madre y la ausencia de amasado se unen en una travesía gastronómica que desafiará tus prejuicios panaderos.

Imagina un mundo donde el estrés del amasado es solo un recuerdo lejano y la masa madre es tu mejor amiga. Sí, amigos y amigas, en esta aventura no necesitaremos ni amasadora, ni músculos de acero ni tampoco horas de trabajo extenuante. Aquí, en nuestro santuario de la cocina, hoy la regla es simple: ¡no amasar! Solo te llevará 20 minutos de trabajo efectivo. Esto no incluye los reposos, que es una receta fácil, pero tampoco te pases. 

Pero no te equivoques, aunque el proceso sea simple, la recompensa es monumental. Te espera un festín de pan crujiente por fuera, esponjoso y gelatinoso por dentro, y un aroma que hará que hasta el panadero más curtido se sienta como un niño en una tienda de chucherías.

¡Es hora de convertir tu cocina en una fábrica de pan de masa madre casero sin estrés ni drama! Olvídate de los ejercicios de fuerza con la masa y prepárate para un viaje culinario donde la única lucha será resistir la tentación de comer todo el pan antes de que se enfríe.

Amasadora Ankarsrum

Pan de masa madre sin amasado

Un pan en donde solo pliegas la masa, pero con buen volumen y forma.
4.80 de 10 votos
Tiempo de preparación 20 min
Tiempo de cocción 45 min
Plato Pan
Cocina Panadería casera
Raciones 1 hogaza grande

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Elaboración paso a paso
 

  • Como en todas las recetas con masa madre, es importante que te planifiques y tengas tu masa madre bien activa antes de empezar. Recuerda que a una temperatura aproximada de 24 – 26 ºC deberá duplicar en 3 a 4 horas. Si es así, tu masa madre está en forma para esta receta.
  • Mezcla las harinas y el agua en el bol con la ayuda de una cuchara hasta que no quede harina suelta. No hace falta que amases. Tapa el bol y deja la mezcla reposar una hora. Esto facilitará el posterior desarrollo del gluten.
  • Cuando la masa madre esté en su punto óptimo agrega todos los ingredientes en el bol: la masa madre, la sal y la mezcla anterior de agua y harina.
    Mezcla todos los ingredientes
  • Comienza a mezclar con una cuchara de madera grande hasta que te cueste trabajo seguir mezclando.
    Mezcla con una cuchara de madera
  • En este momento pasa a las manos, usa una mano para sujetar el bol y la otra humedécela y ve dando pequeños pliegues a la masa: estira un trozo de masa desde el exterior… 
    Estira un trozo de masa
  • …y llévala hacia el centro.
    Pliega hacia el centro
  • Sigue haciendo estos pliegues durante un par de minutos, hasta que la masa esté homogénea, tápala con un gorro de ducha y déjala reposar 1 hora.
  • Pasado este primer reposo, vuelve a humedecerte una mano y da otra tanda de estiramientos y pliegues durante un minuto. Tápala y dale otro reposo de 1 hora.
  • Ya han pasado dos horas, y toca repetir el paso anterior. Vuelve a taparla y déjala una hora más.
  • Ya van 3 horas, si la temperatura ambiente es de 25 ºC o más, llegó la hora de formar la hogaza. Si hace más frío, haz otra tanda de estiramientos y pliegues y déjala reposar una hora más.
  • Para formar la hogaza pon un poco de harina en la mesa y, con la ayuda de una rasqueta flexible, vuelca la masa del bol a la mesa.
    Vuelca sobre la encimera
  • Con delicadeza, ve estirando el exterior de la masa…
    Dale forma a la masa
  • …y llevándola hacia el centro. Ve girando la masa repitiendo este paso, hasta que termines de formar una bola de masa.
    Lleva hacia el centro
  • Enharina el banneton y pon la masa en él, con la parte lisa hacia abajo (tocando la harina).
  • Tapa el banneton con un gorro de ducha y llévalo a la nevera durante toda la noche. En la nevera puedes dejar la masa hasta 24 horas.
  • Al día siguiente, una hora antes de cocer el pan, tienes que precalentar el horno. Si usas la Celsius y el vaporizador Desh~Stoom, ponlos en una rejilla de horno en el nivel más bajo y enciende el horno a 240 ºC, calor arriba y abajo sin ventilador. Precaliéntalos durante una hora.
  • Una vez está el horno precalentado, llegó la hora de la verdad. Saca el banneton de la nevera. Corta un trozo de papel de horno y vuelca la masa sobre el papel.
  • Haz el corte que prefieras en la masa con la ayuda de la cuchilla de pan.
    Corta la corteza
  • Si usas la plancha Celsius y el vaporizador, pasa la masa con el papel a la Celsius y echa un poco de agua sobre el vaporizador, para crear vapor
    Echa agua en el vaporizador Desh~Stoom
  • Deja el horno a 240 ºC durante 15 minutos y, pasado este tiempo, baja la temperatura a 220 ºC.
  • Termina de cocer la hogaza hasta que esté bien, bien dorada, durante unos 45 minutos.
  • Cuando esté lista, apaga el horno, deja la puerta entre abierta y deja la hogaza dentro durante 10 minutos más.
  • Pasado este tiempo ya puedes sacar la hogaza y dejarla enfriar sobre una rejilla.
  • Te recomendamos que no la cortes hasta que esté a temperatura ambiente.
  • Si no la consumes entera en el mismo día, puedes cortarla en rebanadas, meterla en una bolsa de plástico hermética y congelarla directamente.

Notas

Para garantizar el éxito de esta receta te proponemos hacer la primera fermentación en bloque a temperatura en una cámara de fermentación y la segunda fermentación en el banetón en la nevera, durante toda la noche. 
Al ser una receta que únicamente usa masa madre natural y nada de levadura de pan, es importante tener en cuenta las temperaturas. Idealmente, todos los pasos y tiempos están pensados para una temperatura de unos 26 ºC, por lo que si tienes cámara de fermentación te será fácil de controlar. Si no es tu caso, no te preocupes, simplemente ten en cuenta que a menor temperatura ambiente, más largos serán los tiempos. Puedes compensar esto con la temperatura del agua. Si hace mucho frío en tu casa, usa agua a 30 ºC, no más. Y si hace mucho calor, usa agua fría.
Categorías
frutas de sartén Repostería tradicional

Crespillos de borraja, de Manuel Vizcarro

Crespillos de borraja, de Manuel Vizcarro


Valoraciones: 6 Comentarios

Crespillos de borraja, de Manuel Vizcarro

Valoraciones: 6 Comentarios

En Aragón nos gustan las borrajas. Con el ternasco es nuestro producto de más reconocida calidad y está ligado a nuestra identidad. Las borrajas son ásperas por fuera y delicadas por dentro; con una buena técnica culinaria se convierte en un alimento noble y eso es una de nuestra virtudes regionales. Nos gustan tanto las borrajas y los crespillos que tenemos hasta una cofradía gastronómica con sede en Zaragoza (Cofradia de la borraja) para poner en valor a nuestra sencilla verdura.

El crespillo es una “fruta de sartén” de la familia de las masas fritas. Hay tantas recetas diferentes como lugares o casas en nuestro territorio. Se diferencian en la harina utilizada, en el unto necesario para freír y en los cocimientos previos de los aromas, pero el rasgo común a todas ellas es que siempre se utiliza la hoja de la borraja, aunque nuestro chef más arcano Juan de Altamiras, en su recetario del año 1745, usara los tallos.

Cuando hablas con la gente sobre los crespillos se acuerdan de sus abuelas, de sus tías, de sus madres; la mayoría acaba evocando la juerga en casa del pueblo para la fiesta mayor con la legión familiar hambrienta venida desde lejos. Es un ejemplo de cocina grupal y de desperdicio cero, ya que habitualmente solo se utilizan los tallos de la verdura como plato principal y las hojas acaban en la basura, pero con esta receta se reciclan.

Los postres tradicionales de nuestro país siempre tienen una historia detrás, se hacen por algo y para algo. En las comarcas del Somontano y Sobrarbe, el crespillo se convirtió desde hace mucho en una ofrenda.

El 25 de marzo se celebra el día de la Encarnación por el que la Virgen María quedó encinta de su hijo Jesús que nacería nueve meses más tarde. Sobre esas fechas invernales se acaban de cosechar las aceitunas de los olivares del Somontano. La tradición aunó esos dos momentos de concepción y los crespillos se convirtieron en esta zona de Huesca en una liturgia fecundativa, o tal vez se trate de un rito pagano primigenio cristianizado, no lo sabemos. Sí que conocemos con seguridad que el 25 de marzo se freían en las casas labriegas del Somontano abundantes crespillos y con el aceite sobrante se ungían las primeras yemas de los olivares, con la creencia de que se doblarían las aceitunas que luego irían a la almazara para obtener el aceite. Incluso el mismo postre parece “preñado”, ya que la tierna hoja de borraja se ve rodeada de crujiente rebozado.

Este 17 de marzo en la Plaza del Mercado de Barbastro se celebra la “Fiesta del Crespillo”, una conmemoración popular y de reencuentro. Si estás por la zona te recomiendo que pases y disfrutes regándolo con un tinto bueno del Somontano.

A lo largo de mi vida he comido muchas borrajas: borrajas hervidas con patatas, borrajas refritas con ajo, borrajas con jamón, borrajas en caldo de almejas, borrajas en tempura con aire de mejillón… Como el amigo de Forrest Gump con las gambas, podría estar tres días hablando de viandas con borrajas pero me centraré en la receta que hace que mi hijo pequeño siempre pronuncie esta memorable frase mientras se relame los dedos con restos de azúcar:

– “Papá, ¡así es como más me gusta la verdura!”

Nos ha jodido el chaval.

receta de crespillos aragoneses

Crespillos de borraja

La mejor forma de hacer que los niños coman verdura
5 de 7 votos
Tiempo de preparación 1 h
Plato Postre
Cocina Española

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

  • 1 cazo
  • 1 bol
  • 1 varillas de cocina
  • 1 espumadera
  • papel absorbente

Ingredientes
  

Para el cocimiento

Para la masa

Elaboración paso a paso
 

  • Lo primero preparamos el cocimiento. Pesamos el agua e incorporamos los anises y la cáscara de limón. Lo llevamos a ebullición y lo reservamos fuera del fuego para que infusione y se enfríe. Esto se puede hacer de un día para otro.
    cuece los aromas
  • Limpiamos y lavamos las hojas de las borrajas, dejándolas en un escurridor mientras preparamos el resto. Para esta cantidad de masa selecciono entre 40 y 50 hojas, lo que vienen a ser dos matas de borrajas (pido disculpas a los “panarras” metódicos por la falta de precisión). Si nunca has hecho esta receta es normal tener dudas sobre los pelillos de las hojas, da como reparo, los palpas y se erizan los pelos del cogote y piensas “esto se me va a quedar en la tráquea”, es lógico. No te culpo pero confía, porque con la cocción los pelillos desaparecen milagrosamente.
  • Pesamos los ingredientes de la masa y los reservamos. 
  • Colamos el cocimiento y medimos 80 gramos. Fregamos y limpiamos el cazo utilizado para el cocimiento, porque nos servirá para freír.
  • Batimos los huevos con el azúcar en el bol hasta que blanqueen, con vigor, aporta ahora el pizco de sal.
    bate los huevos vigorosamente
  • Incorporamos la mitad de la harina y todos los polvos de hornear, tamizando poco a poco y removiendo constantemente.
  • Vertemos el cocimiento entero y un poco de leche, mezclamos con brío y abrimos las fosas nasales para excitarnos un poco con el aroma de los cítricos y el anís.
  • Vamos incorporando la harina y la leche por tandas intentando que no se creen grumos como si fuera una bechamel. El resultado final debe ser una masa fluida pero no líquida. Es probable que según donde vivas no sea necesaria aportar a la mezcla toda la leche.
    Incorpora la leche
  • Descansa, ya está la mitad de la faena hecha. Tienes en un cuenco las hojas de borraja, en otro bol la masa, las pinzas para sumergir las hojas en la masa y pasarlas al aceite hirviendo, el cazo lleno de unto para freír, la espumadera para sacar los crespillos crujientes del cazo y por fin el plato con papel absorbente para dejarlos descansar. Comprueba que lo tienes todo y ¡a por ellos!
    misenplas
  • Coloca en el fuego a potencia media-alta el cazo con una dosis generosa de aceite de oliva, controla que no llegue al punto de humo. Una vez caliente pasa al siguiente paso.
  • Coge con la pinza una hoja de borraja, moja muy bien en la masa, levanta la hoja y deja un segundo que caiga lo sobrante al bol y ahora al aceite. Fríe hasta que veas el crespillo moreno, como esos famosos al final del verano de Ibiza. Dale la vuelta para que se dore por los dos lados.
    Dora los crespillos
  • Saca con la espumadera el crespillo y déjalo en el plato con papel absorbente. 
  • Continúa la fritura de manera constante, porque esto lleva un ratico de trabajo.Cuando los tengas todos fritos, pásalos a una fuente de servir y espolvorea con azúcar blanquilla por encima.
  • Cómete uno y recoloca el resto para que no se vea el hueco.
  • Como todas las frituras, a partir de la media hora empieza a perder gracia, pero no sabor.
  • Repite el paso 14.
    receta de crespillos aragoneses
Categorías
Pan sin amasado Recetas de pan casero

Pan de soda irlandés

Pan de soda irlandés


Valoraciones: 19 Comentarios

Pan de soda irlandés

Valoraciones: 19 Comentarios

Toca hacer pan irlandés de soda. ¡Qué cruz! La única, la que lleva esta hogaza en su parte superior, que, más allá de supersticiones –se dice que en sus orígenes se dibujaba para alejar al diablo del hogar– sirve para hacer llegar el calor a la parte central del bollo y que quede bien cocido.

Ninguna más. Porque hablamos de un pan que no necesita amasar ni fermentar, y que, para más inri –dale con la cruz– consigue, en la hora escasa que tardarás en tenerlo listo, un sabor levemente dulce que recuerda al del pretzel. Entonces, ¿de qué nos quejábamos?

A lo mejor de su historia, que es, en realidad, bastante trágica. Porque su gloria, tanto en su Irlanda natal como en Estados Unidos, deriva de una tremenda hambruna: la que asoló la isla británica (entonces lo era) en la década de 1840 a causa de una plaga que acabó con la cosecha de patata y diezmó la población en más de un 20%. 

Pero como no hay mal que por bien no venga, ese preciso contexto fue el que popularizó esta receta rápida y barata, basada en un descubrimiento que, solo un par de décadas antes, había liberado a la industria panadera de los tiempos eternos de la levadura: la reacción entre el bicarbonato y el ácido clorhídrico (después sustituído por el mucho menos peligroso ácido láctico del suero de leche), que crea diminutas burbujas que esponjan la masa sin necesidad de leudado. Mejor si se hace con harinas flojas, como la de repostería, que tienen menos gluten y son menos reacias a ese proceso de aireado. 

Así que, moraleja, si queremos adentrarnos en el mundo panarra sin que nos crucifiquen, soda al pan (y guindas al pavo).

Receta de pan de soda semi integral
Amasadora Ankarsrum
Receta de pan de soda semi integral

Pan de soda irlandés

La receta de pan más sencilla del mundo que no necesita ni amasado ni fermentado.
5 de 13 votos
Tiempo de preparación 50 min
Plato Acompañamiento, Pan
Cocina Irlandesa
Raciones 1 hogaza de 750 g

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Elaboración paso a paso
 

  • Mezcla 250 ml de leche entera con dos cucharadas de zumo de limón y deja reposar la mezcla 10 minutos.
    Echa limón en la leche y deja reposar 10 minutos
  • Precalienta el horno a 220 ºC, con calor arriba y abajo.
  • Echa las harinas en un bol o en la cubeta de la amasadora junto con el bicarbonato y mézclalo todo unos segundos. 
  • A continuación añade 8 g de sal y la leche con zumo de limón y mezcla todo hasta obtener una pasta homogénea. No trabajes mucho la masa, simplemente mezcla e integra los ingredientes. Tendrás una masa un poco pegajosa, es normal.
  • Vuélcala en la superficie de trabajo, previamente enharinada y trabájala un par de minutos más.
  • Dale forma redondeada, aportándole la máxima tensión que puedas y cuando la tengas coloca la hogaza en una bandeja de horno forrada con papel.
    Haz una bola de masa
  • Con una cuchilla de greñar o un cuchillo afilado, hazle un corte en forma de cruz en el centro del pan. 
    Haz un corte en forma de cruz
  • Mete la bandeja en el horno precalentado y cuece el pan durante 40 minutos a 210 ºC con calor arriba y abajo. 
  • Cuando haya pasado el tiempo y esté bien dorado, retira el pan para una rejilla y déjalo enfriar antes de cortarlo y disfrutarlo. 

Notas

Este pan, al no fermentar, se conserva tierno poco tiempo. Hay que comerlo al poco tiempo de hacerlo.
Sobre Mónica Prego

Soy gallega de nacimiento y de corazón, y empezé a filtrear con la cocina al lado de mi abuela, amasando pan en la artesa. La artesa sigue allí, y mi pasión por las masas y los fogones ha ido creciendo. Hoy me dedico de manera profesional a la creación de contenido digital para marcas y medios Me gusta recuperar tradiciones, despertar recuerdos y emociones a través de mis recetas y mis fotos. Defiendo el consumo de cercanía, la calidad y la autenticidad del producto local.

Sobre Alba Barbadillo

Ni periodismo ni cocinismo: igual…bahh. La que escribe es Alba Barbadillo, redactora a la fuga y placera conversa en A Coruña. Desde, A Parva, la cantina del mercado de San Agustín, improvisa recetas veganas, perpetra bocatas improbables y escribe sobre comida, comunicación y lo que le pidan allá donde puede. Antes tenía un blog llamado Paso del Raxo y antes aún trabajó en El Ideal Gallego y a Nós Diario.

Categorías
Masas hojaldradas Repostería tradicional

El cruasán de Ana, por Manuel Vizcarro

El cruasán de Ana, por Manuel Vizcarro


Valoraciones: 16 Comentarios

El cruasán de Ana, por Manuel Vizcarro

Valoraciones: 16 Comentarios

Sobre su ataúd, mi tía Ana Mari quiere que haya un cruasán gigante y desea que al final de sus exequias la honremos comiéndonoslo entre la familia y los allegados. Mi tía tiene un romance perpetuo con la masa fermentada hojaldrada desde hace muchos años, pero posee una razón vital para ello.

Hace poco, almorzando en un velador con mi tribu, alguien de más o menos mi edad se acercó a nuestra mesa con una sonrisa en la cara y mirando a mi tía, le preguntó:

— ¿Usted es doña Ana?

— Sí, nene —mi tía llama nene o nena a toda persona más joven que ella—.

—Soy Miguel García…

—Sí. Claro que me acuerdo de ti —le interrumpió—. ¿Qué tal está tu madre Consuelo?

Ana María fue la segunda en nacer de un total de diez hermanos. En 1959 salió de su casa de Huesca para ejercer como maestra nacional. Era alta, morena y guapa, tenía 19 años, había estudiado magisterio por vocación, pero también por necesidad. Durante el viaje hasta su primer destino en el norte pirenaico recuerda subir a un destartalado coche de línea, cabalgar en una mula (el Blablacar antiguo), casi naufragar a bordo de una barca para cruzar el bravo río Ara y por fin llegar caminando, bajo un cielo que amenazaba ventisca, a Ayerbe de Broto en el Sobrepuerto oscense, un pequeño núcleo de mi provincia amarilla.

El año siguiente ejerció en Gabás, al norte de la Ribagorza y el curso posterior lo pasó en Saravillo, el pueblo del mítico cura Mosén Bruno Fierro, donde recuerda quedarse aislada varios meses durante un invierno muy crudo. Evidentemente eran clases con pocos alumnos, en donde mi tía podía desarrollar su labor docente centrándose mucho en cada niña o niño.

Fueron pasando los años, los destinos, su casamiento y los embarazos hasta que consiguió puesto definitivo en Monzón, con tres hijos en las manos y cuarenta alumnos por clase. Allí se convirtió en doña Ana y dio a luz a tres hijos más. Sí, mi tía es madre de seis personas geniales.
Vivía al lado del colegio, salía de trabajar y subía a casa y allí empezaba otra jornada laboral: hacer la merienda para seis críos, poner lavadoras, limpiar, empezar a fregar, educar a sus hijos, cocinar la cena, seguir poniendo lavadoras, recoger, planchar, ordenar, preparar las clases del día siguiente —ya que según ella “en una clase de cuarenta niños, el que va un poco flojo sufre mucho”—. Y cuando acababa con la pila de platos, cuando todos dormían, cuando el silencio era profundo, sobre la una y media de la madrugada, Ana Mari se hacía un café con leche, se comía un cruasán y aquello le sabía a gloria bendita. Y así lo hizo todas las noches durante muchos años: era su momento, una de sus anclas para no reblar, para no ceder ante la vida, un amante en forma de media luna.

Cuando hago croissants le llevó un par a mi tía. Es el mejor regalo que le puedo hacer. La última vez nada más verlos me dijo:

—Sobrino…—mi tía utiliza mucho el parentesco como sustantivo— me voy a comer uno ya mismo con un café con leche…

Nos pusimos a charlar un rato, hablamos de la enseñanza de aquellos años, de la vida, de nuestra extensa familia. Le pregunté si le gustó su oficio y me dijo que le encantó ser maestra y que prefería convivir con los niños a soportar a los adultos.

En la despedida le dije:

—Tía, el otro cruasán… como ya lleva hecho un par de días, tuéstalo un poco para que reviva que volverá a crujir y todo.

—¡Muy bien, sobrino! Además, recién tostado, le pondré un trozo gordo de mantequilla para que se funda, ¡qué bueno!

Mi tía Ana Mari es un monumento de fortaleza, trabajo y bondad, aunque ella dice que no ha sido tan buena…

receta de cruasán

Cruasán con laminadora manual

La parte más difícil de hacer croissants es el laminado de la masa. Pon atención en este proceso.
4.91 de 21 votos
Plato Postre, Repostería
Cocina Francesa
Raciones 8 cruasanes

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Elaboración paso a paso
 

  • Mise in place (paso fundamental). Saca tu balanza y pesa todos los ingredientes de la receta. Como puedes observar hay 250 gramos de mantequilla en total: 50 son para la masa que deben estar a temperatura ambiente o pomada; con los otros 200 gramos vamos a hacer un bloque cuadrado de 18 centímetros por 18 centímetros. Yo lo hago dentro de una bolsa de congelación que tienen esas medidas, me ayuda a que todo el cuadrado tenga el mismo espesor, también se pude hacer en papel de horno. Reservamos este cuadrado grasiento en la nevera.
    Haz un cuadrado con la mantequilla
  • Separa 75 gramos de harina, 75 gramos de leche y 1 gramo de levadura de los ingredientes totales.
  • En un bol vas a hacer un poolish con los ingredientes separados en el punto anterior. Déjalo al menos durante cuatro horas a temperatura ambiente. Sería bueno, pero no imprescindible que llegará a triplicar su volumen.
  • Saca la laminadora (o, en su defecto, el rodillo) al balcón de tu casa… Sí, sí, al balcón: da igual lo que piense Trini o Fatoumata, y mucho menos el pesado del Quinto B; necesitas que mañana todo esté frío y por eso la temperatura ambiente fuera de tu casa es idónea. Siempre que no sea bajo cero.
  • Mezcla el poolish con el resto de ingredientes de la masa, no es necesario amasar demasiado ya que no es conveniente desarrollar mucho el gluten; tu masa tiene un maratón por delante, poco a poco se irá haciendo una masa cohesionada y lisa. Habrás conseguido una masa muy dura, no agregues más líquido, acabará siendo dúctil tras el reposo y laminado. Tapa el bol y que tu masa duerma en tu venerada heladera durante toda la noche (8 horas o más).
  • Mise in place (muy meticuloso). Quita la calefacción de la cocina, abre las ventanas una hora antes de hacer la receta ¿Es exagerado? Tal vez, pero el resultado merece la pena. Si tienes un sitio exterior y ese día no hace viento, pues oye, ni tan mal, porque evidentemente puedes laminar allí. ¿Esto se puede hacer en un balcón? Recuerda cuando en la pandemia te hiciste un balneario-spa y tomabas daiquiris saludando a Trini: ahora puedes laminar, por supuesto.
  • Prepara la laminadora o rodillo, pulverizador de agua, brocha, termómetro, cuenco con harina para espolvorear, papel film o plástico para cubrir la masa, bandeja para dejar que las piezas fermenten y luego hornearlas. Es fundamental que todos los utensilios estén a mano y visibles.
  • Saca la masa de la nevera y el bloque de mantequilla.
  • Baja con un rodillo la masa poco a poco hasta que puedas ponerla en la laminadora. Empieza a laminar hasta obtener un rectángulo de 36 centímetros por 18 centímetros. Espolvorea un poco de harina para facilitarte la tarea. Comprueba la temperatura del bloque de mantequilla. Si está a 10 grados, retira con la brocha la harina seca que te ha ayudado a laminar y pon encima el bloque de mantequilla cubrirá la mitad de la masa.
    coloca sobre la masa
  • Envuelve con masa la mantequilla. Hemos creado un plastón.
    Envuelve la mantequilla con la masa
  • Hay que trabajar con brío pero sin locura. Comprueba la temperatura (recuerda: entre 10 y 14 grados), corta el plastón con un cuchillo afilado por la masa doblada.
    Corta la masa para hacer un cuadrado
  • Comienza el trabajo en la laminadora bajando pistón a pistón hasta llegar a un centímetro y medio de espesor. En ese momento espolvorea más harina y dale la vuelta al plastón, mide la temperatura de la masa (sí… otra vez) porque con el meneo habrá subido la temperatura, sigue laminando (si la masa está por debajo de 14 grados; si fuera mayor introduce en el congelador unos minutos), levanta la masa cada poco tiempo de la superficie hasta que tengas una lámina de un centímetro de espesor alargada, estrecha y fría. Este proceso es el más complicado: calma y frío y todo irá bien. Haz los cortes que creas pertinentes para que la masa sea recta en todos sus lados.
    Ajusta el grosor de la laminadora
  • Retira la harina seca que pudiera haber en la masa con un pincel. Salpica con agua toda la superficie con el spray: un ligero rocío, nada de lluvia gruesa. Pliega la primera parte del tríptico. Retira harina seca de la parte que estás viendo ahora y pliega cerrando el tríptico con la otra parte: acabas de realizar el famoso pliegue sencillo. Cubre con el plástico y a la nevera al menos una hora, pueden llegar a ser dos.
    Pliega como un trípico
  • Saca el plastón de la nevera, comprueba la temperatura y efectúa los pasos 11 y 12. Has efectuado el segundo pliegue sencillo.
  • Deja reposando la masa en la nevera al menos durante dos horas. Ahora estira el plastón hasta obtener un cuadrilátero de 30 centímetros por 40 centímetros.
    Estira la masa
  • En los lados largos marca cada ocho centímetros y realiza un corte con un cortapizzas o cuchillo afiliado; te saldrán cuatro rectángulos de 8 por 30 y ahora corta en triángulos. Con estas cantidades salen 8 cruasanes hermosos. En este momento hay que recordar que tu nevera es tu amiga, y la harina de fuerza también, ya que los triángulos aguantan cortados y cubiertos de plástico sin problema durante dos días o más.
    Corta triángulos de 8 cm de base
  • Formado. Estiramos el triángulo con la intención de que sea más regular.
    Estiramos el triángulo para hacerlo más regular
  • Pegamos la punta a la encimera.
    Pega la punta a la encimera
  • Hacemos una muesca en la mitad de la base del croissant.
    Haz una muesca en la base del triángulo
  • Abrimos la base y enrollamos sin presionar demasiado.
    Enrolllamos la masa
  • Fermentación final. Las piezas deben tener suficiente espacio para crecer, ferméntalos durante dos horas a 26 grados, o más tiempo con temperatura menor. El punto óptimo fermentativo del croissant es visual, no temporal. Para ello coge la bandeja con los cruasanes y muévela como si tuvieras una bandeja de flanes o gelatinas, ¿se tambalean como si estuvieran bailando y te da la impresión de que están mullidos? Pues ese es el momento de precalentar el horno a 175 grados con ventilador. Reserva la bandeja con los cruasanes en la nevera mientras llegamos a la temperatura de cocción.
    guarda los croissants en la nevera
  • Si quieres pintar con huevo es el momento. Cuídate de no mojar los pliegues de mantequilla. Solo debes colorear las partes de masa.
  • Cocción. Durante doce minutos coceremos a 175 grados con ventilador para después subir la temperatura a 190 grados con ventilador durante ocho minutos. A partir del minuto quince controla el tostado.
    Hornea hasta que estén dorados
  • Sácalos a una rejilla. Durante cuatro horas serán espectaculares, a las doce horas seguirán excelsos, al día siguiente empezarán a perder gracia. Entonces recuerda lo que me enseñó un pedazo de mujer: tuéstalos y, aún calientes, posa una nuez de mantequilla y que salga el sol por donde quiera.

Notas

Para cualquier masa los dos ingredientes más importantes son el tiempo y la temperatura. Esto es un hecho panarra incuestionable. En las masas laminadas también, pero esta vez el concepto de la temperatura no nos lleva visualmente a las Canarias, más bien nos lleva al Pirineo, porque para laminar necesitamos todo este frío y que la temperatura ambiente sea baja. Si ocurre esto, el resultado final es más satisfactorio. No nos engañemos, hacer cruasanes lleva curro, pero siendo metódicos y fríos llevaremos nuestro barco a buen puerto.
¿Eso significa que no puedo hacer cruasanes en verano? Pues claro que sí, te saldrán buenísimos ¡seguro!, pero las condiciones son más difíciles de controlar y el resultado será peor… aunque ganará de sobras a los cruasanes industriales empaquetados individualmente en plástico.
Otro de los aspectos más importantes en las masas laminadas es entender que la mantequilla es como un pez en un acuario, necesita un rango de temperaturas para poder ser feliz. Si intentas laminar con la mantequilla fría se romperá, si la mantequilla está demasiado blanda llorará y se desparramará por fuera, por eso es bueno tener un termómetro de masas, ya sea de pincho o rayos, y trabajar con la mantequilla cuando se encuentre entre 10 y 14 grados.
El trabajo debe ser rápido, decidido y valiente pero no nervioso, ni loco. Para no zozobrar en la receta la mise in place debe ser concienzuda y, sobre todo, entender que no puedes estar haciendo una paella a la vez o tendiendo la ropa. Disfruta del tiempo de cocinar y alaba a tu nevera como si fuera un tótem de la isla de Pascua porque va a ser tu gran amiga.
Sobadora de masas
Categorías
Masa madre Recetas Recetas de pan de molde

Pan de molde de masa madre

Pan de molde de masa madre


Valoraciones: 19 Comentarios

Pan de molde de masa madre

Valoraciones: 19 Comentarios

Reconócelo, en tu lista de la compra del súper más de una vez se ha colado una línea de “pan Bimbo”. Y, si has caído, no te sientas mal. Nos ha pasado a todos, y es humano querer cenar un sándwich mixto de vez en cuando. Eso sí, tenemos que hacer algo para evitar que vuelvas a caer, porque hacer un pan de molde brutal, sano, y que además te dure en buen estado varios días es más fácil de lo que crees.

No tengas prejuicios con el nombre y pienses que con este pan tus sándwiches a partir de ahora van a dejar de ser suaves y esponjosos. Estamos acostumbrados a usar la masa madre en hogazas grandes con corteza dura, miga gelatinosa semi integral y agujeros por todas partes, pero la pobre masa madre sirve para mucho más, y es que tiene infinitas posibilidades.

Este pan de molde de masa madre es increíblemente suave, esponjoso y subirá tus sándwiches de nivel en un abrir y cerrar de ojos. La masa madre le aporta mejor conservación, mejor textura y, por supuesto, un sabor de otro mundo.

Amasadora Ankarsrum

Esta receta está dimensionada para hacer 1 pan de molde grande pero en la amasadora Ankarsrum puedes hacer fácilmente el triple de masa (2,55 kg). Además, en un horno doméstico convencional caben hasta 3 panes de este tamaño, por lo que de una sentada puedes hacer pan para toda la familia y toda la semana.

Receta de pan de molde
Receta de pan de molde de masa madre

Pan de molde de masa madre

Pásate el pan bimbo por el forro de los entrepanes
4.67 de 18 votos
Tiempo de preparación 35 min
Tiempo de cocción 35 min
Tiempo total de fermentación 4 h
Tiempo total 5 h 10 min
Plato Pan
Cocina Internacional
Raciones 1 pan de molde de 1 kg

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Elaboración paso a paso
 

  • Para comenzar con la receta necesitas que tu masa madre esté bien activa. Refréscala con igual cantidad de masa madre, harina y agua y, si la tienes a 26-28ºC, deberá duplicar su volumen tras 3-4 horas. Para esto nosotros usamos la cámara de fermentación, así tenemos un control total. Si no la tienes, no pasa nada, simplemente recuerda que a menor temperatura, más tiempo tardará en subir. Recuerda usar un recipiente lo suficientemente grande como para que la madre pueda, duplicar o incluso triplicar su volumen.
    Refresca bien la masa madre
  • En el bol de la amasadora pon todos los ingredientes a la vez, incluyendo la mantequilla (al ser poca cantidad, se puede añadir desde el principio del amasado). 
  • Comienza a amasar a velocidad media (si usas una Ankarsrum, velocidad 3 y con rodillo) hasta que el gluten de la masa esté desarrollado. En nuestro caso tardó unos 15 minutos en estar a punto. Puedes ir parando de vez en cuando y tirar de la masa, verás que conforme avance el amasado la masa se irá haciendo más tenaz y tendrá más resistencia.
    Amasa durante 15 minutos
  • Cuando esté lista pásala a la mesa, termina de amasarla a mano durante unos segundos y forma una bola.
    Termina de amasar a mano
  • Pasa la masa a un bol grande y tápalo con un paño, con un gorro de ducha o con un film.
  • Deja que la masa duplique su volumen en el bol en una zona cálida de la casa. En nuestro caso, en la cámara de fermentación a 26 ºC tardó 2 horas en duplicar. Si tu casa está un poco más fría, puede tardar un poco más.
  • Ahora pasamos al formado del pan, para ello pon un poco de harina sobre la mesa de trabajo y vuelca la masa.
  • Pon un poco más de harina encima de la masa y aplástala bien por todas partes para desgasificar y eliminar las burbujas grandes. Esto hará que la miga quede esponjosa y homogénea, sin huecos grandes que pueden hacer colapsar a nuestro pan.
    Desgasifica la masa
  • Forma un rectángulo con la masa.
    Forma un rectángulo con la masa
  • Pliéga un tercio de la masa sobre sí misma.
    Pliega un tercio de la masa sobre sí misma
  • Pliega el otro tercio de la masa. Obtendrás un rectángulo del ancho aproximado al del molde.
    Pliega de nuevo sobre sí misma
  • Luego enróllala formando un cilindro de masa, como se ve en las fotos.
    Enrolla la masa poco a poco
  • Colócalo dentro del molde.
    Coloca en el molde
  • Tapa con un gorro de ducha, film transparente o paño.
    Tapa con un gorro de ducha
  • Llegó la hora de la 2ª fermentación. Coloca de nuevo el molde en una zona cálida o en la cámara de fermentación y espera hasta que la parte más alta de la masa comience a sobresalir del molde. En nuestro caso, a 26 ºC, tardó 2 horas.
  • Un poco antes de que llegue este momento precalienta el horno a 190 ºC con ventilador o 210 ºC sin ventilador, calor arriba y abajo.
  • Antes de meter el pan en el horno, si quieres conseguir una corteza dorada, puedes pintarlo con un poco de leche o con huevo batido, pero esto es totalmente opcional.
    Pinta la superficie
  • Mete el molde en el horno, con la rejilla en la posición central o un poco más baja, para que cuando crezca el pan no se acerque demasiado a la resistencia superior del horno. Cuecelo durante unos 35 minutos, hasta que esté bien dorado. Si tienes un termómetro digital puedes medir la temperatura interior, el pan estará listo cuando llegue a 94-95ºC en el centro.
  • Una vez bien cocido, sacamos el molde del horno y lo colocamos sobre una rejilla. Desmoldamos inmediatamente y dejamos enfriar completamente antes de consumir o conservar.
    Colocamos sobre una rejilla
  • Al ser un pan de masa madre, durará perfectamente unos días, pero nosotros preferimos congelarlo. Para ello lo cortamos en rebanadas una vez esté frío y lo metemos en una bolsa hermética de plástico. Para desayunar metemos una rebanada congelada directamente del congelador a la tostadora, y quedará como recién hecho.
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Masas hojaldradas Panes planos

Mala-qué? Malawah, otro pan plano hojaldrado

Mala-qué? Malawah, otro pan plano hojaldrado


Valoraciones: 4 Comentarios

Mala-qué? Malawah, otro pan plano hojaldrado

Valoraciones: 4 Comentarios

Malawah, malawaj, malawach, khubz mulawah, mulawah o rashush. No, no te está jugando una mala pasada el traductor web de Google, tampoco revises si realmente estás en la web de El Amasadero o si, accidentalmente, has cambiado involuntariamente de rumbo. Todas estas palabras que quizás nunca hayas visto antes se refieren a lo mismo, y no es más que el objeto de la receta de hoy.

Este pan plano sin fermentación de origen yemení (no confundir con el malawah somalí, que es una especie de pancake dulce) que llegó a Israel de la mano de los judíos yemeníes, es un conglomerado de capas de fina masa alternadas con mantequilla, ghee (mantequilla clarificada) o aceite, formando una especie de disco hojaldrado muy crujiente, que se suele rellenar de semillas de nigella o comino negro pero que, por “comodidad”, rellenamos de sésamo, aunque son semillas con sabores totalmente diferentes. Si quieres currártelo de verdad, busca la nigella, y nunca querrás que falte de tu despensa.

Si eres un aventurero de los panes exóticos, quizás te recuerde al famoso “scallion pancake” o pan plano de ajo tierno chino, y es que la técnica de formado es exactamente la misma, y el efecto de hojaldrado, también. También comparten este concepto de pan plano compuesto de capas de masa alternadas con algún tipo de grasa el paratha indio y el rghaif o msemenn típico del norte de África.

Si no tienes la cena preparada, te apetece un pan plano y no tienes la paciencia o tiempo suficiente para esperar las dos fermentaciones que la mayoría de las opciones de esta categoría requieren, remángate y no dejes que el nombre te eche para atrás, porque ésta es tu receta. Menos de una hora desde que abres la bolsa de harina hasta que tienes el primer bocado en la boca. Es imbatible.

Amasadora Ankarsrum

Mala-qué? Malawah, otro pan plano hojaldrado

Pan plano yemení de finas capas crujientes de preparación simple y rápida.
5 de 5 votos
Tiempo de preparación 1 h
Plato Pan
Cocina Judía, Yemení
Raciones 2 panes

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Elaboración paso a paso
 

  • Empieza la receta aproximadamente una hora antes de querer comerte estos deliciosos panes planos. Comienza echando los ingredientes de la masa a un bol grande y comienza a mezclar con una cuchara hasta que se absorba toda la harina.
  • Vuelca la masa a la encimera de la cocina y sigue amasando a mano. Ésta es una masa bastante seca así que notarás al amasar que en un punto comienza a desgarrarse. En este punto tapa la masa con el bol y déjala reposar 10 minutos.
  • Después del reposo verás que la masa se deja amasar sin desgarrarse. Termina de amasar hasta que la masa esté lisa. Puedes dar un reposo más si es necesario.
  • Divide la masa en dos porciones iguales, tápalas con un plástico o con un bol y deja que reposen media horita. Esto hará que la masa se relaje y sea mucho más extensible.
  • Y esto es todo con la masa, no lleva levadura, por lo que no tiene fermentación, así que llegó la hora de formar los malawah. Para ello, unta la encimera de la cocina con aceite de oliva o mantequilla derretida, pon una de las bolas de masa y comienza a estirarla poco a poco con las manos o con un rodillo.
  • Cuando la masa esté muy extendida, sigue estirando cogiendo la masa por las esquinas y tirando suavemente hacia afuera.
  • Ahora pon un chorrito de aceite de oliva o mantequilla por toda la masa.
  • Espolvorea con semillas de sésamo
  • Comienza a enrollar la masa desde el lado más alejado a ti, poco a poco, hasta enrollarla por completo. Ahora tendrás un cilindro o churro considerablemente largo.
  • Enrolla ahora el churro como si fuera un caracol y aplástalo con un rodillo o con la mano hasta que tenga un diámetro de unos 25 cm.
  • Repite los pasos 5 a 10 con la otra bola de masa.
  • Calienta la sartén a fuego medio-alto, sin aceite, y cuando esté bien caliente pon uno de los malawah. (justo antes puedes darle una última estiradita con rodillo, si se ha encogido).
  • Cocínalo de 30 a 40 segundos y ve dándole vueltas hasta que esté bien, bien dorado. Es importante este punto, y es que hay que asegurarse de que está bien cocinado.
Sobre la autora y el autor de esta receta Somos Irene e Iván, costarricense y español, asentados ahora en Málaga tras haber dado vueltas por varios puntos de la geografía. Allá por 2010 creamos nuestro blog gastronómico pimientadulce.com y 10 años más tarde, creamos la escuela online PimientaDulce School. Nos encanta cocinar, las manualidades, la fotografía, hacer pan, café, la caligrafía,... aunque sin duda lo que más disfrutamos es comer bien, probar nuevos restaurantes y hacer turismo gastronómico allá donde vayamos. En nuestra cuenta de Instagram @pimientadulceblog compartimos lo que más nos gusta, nuestra pasión por fotografía, por la comida y, en especial, por las masas y el café de especialidad.
Categorías
Recetas

Bialys, el debate con/sin cebolla neoyorquino

Bialys, el debate con/sin cebolla neoyorquino


Valoraciones: 6 Comentarios

Bialys, el debate con/sin cebolla neoyorquino

Valoraciones: 6 Comentarios

¿Con cebolla o sin cebolla? La pregunta, que por estas latitudes nos lleva irremisiblemente a escoger bando en cuestión de tortillas, sirve en otras partes del mundo para dividir a la población entre quienes eligen bagels en su desayuno de fin de semana y quienes optan por los bialys.

Hablamos, en ambos casos, de panecillos redondos que tienen su origen en la gastronomía judía de Europa central y que viven hoy una segunda o tercera juventud en las amplias avenidas de Manhattan. Allí llegaron hace 150 años y allí consolidaron su fama desigual: los bagels, como la quintaesencia del brunch allende los mares; mientras, los bialys se mantienen como una de esas rarezas que, al igual que sus hermanos, definen el carácter neoyorkino, tan marcado por el complejo de superioridad de megalópolis como por la nostalgia de su memoria migrante. 

Pero vayamos a las diferencias, puesto que los parecidos son muchos. La cebolla, decíamos, es uno de los rasgos distintivos del bialy, en forma de schmear, una especie de compota de cebolla caramelizada que sirve de relleno para la zona central del bollo. Además, al contrario del bagel, la masa de este no necesita hervirse antes de entrar al horno. El resultado es un panecillo más esponjoso, más blanco y más plano, que en lugar de agujero en medio tiene un valle, donde va la cebolla, con o sin semillas de amapola. Pero, como el bagel, también se puede abrir y rellenar, recién hecho o previo paso por la plancha, untado con mantequilla o queso crema, con salmón, pastrami o con cualquier encurtido que nos haga sentirnos una más en el Lower East Side.

Amasadora Ankarsrum

Bialys

¿Eres sin cebolla o con cebolla? Si eres con, pasa de bagels y hazte unos bialys
4.75 de 4 votos
Plato Pan
Cocina Americana
Raciones 12 panecillos

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Para el relleno

  • 2 cebollas
  • 30 ml aceite de oliva suave
  • 15 g semillas de amapola ecológicas
  • 1 cucharada de pan rallado
  • 1 pizca de sal

Elaboración paso a paso
 

  • Pon todos los ingredientes, menos la sal y 50 ml de agua, en la cubeta de la amasadora y trabaja la masa unos 2 minutos, hasta que estén integrados. Déjala reposar 20 minutos a modo de autolisis.
  • A continuación, añade la sal con el agua reservada, y trabaja de nuevo la masa a velocidad media unos 8 minutos, hasta que se separe de las paredes del bol.
  • Cuando termine el amasado, pasa la masa a un bol previamente aceitado y tápala con un paño. Déjala fermentar en un lugar cálido, a unos 22-23ºC durante 1 hora, hasta que duplique su tamaño. 
  • Pasado el tiempo de fermentación, desgasifica la masa, vuélcala en la superficie de trabajo y dividirla en porciones de unos 60 g cada una.
    divide en porciones de 60 gramos
  • Bolea cada porción de masa, dándole un poco de tensión y déjalas reposar de nuevo 10 minutos, tapadas, para que se relaje la masa. 
  • Mientras, forra una bandeja de horno con papel y espolvorea con un poco de semolina.
  • A continuación, colócala las bolas de masa en la bandeja de horno, y con las manos aplástalas un poco.
    Aplasta con las manos
  • Cúbrelas con un paño y déjalas fermentar de nuevo 1 hora en un lugar cálido, a 22-23ºC.
    Deja fermentar
  • Mientras la masa fermenta, prepara el relleno de cebolla. Para ello pela y pica 2 cebollas en trozos pequeños. Calienta 30 ml de aceite de oliva en una sartén, añade la cebolla picada y póchala a fuego medio durante unos 20 minutos, hasta que esté transparente.
  • Apártala del fuego y añádele 2 cucharadas de semillas de amapola, 1 cucharada de pan rallado y 1 pizca de sal. Mézclalo bien para que se integre y resérvalo para que atempere un poco hasta el momento de utilizarlo.
    Mezcla el relleno
  • Enciende el horno a 220ºC para que se vaya calentando mientras terminamos de preparar los bialys, que ya tendremos fermentados. 
  • Presiona con los dedos cada bola de masa para hacer un hueco.
    Haz un hueco en la masa presionando con los dedos
  • Coloca una cucharada del relleno de cebolla y semillas de amapola. Repite el mismo proceso con todos los byalis.
    Rellena con la mezcla de cebolla y amapola
  • Mete la bandeja en el horno con calor arriba y abajo y hornea durante unos 15 minutos.
  • Cuando estén dorados, retíralos para una rejilla enfriadora. 
    Deja enfriar en una rejilla
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Conceptos básicos

Dudas panarras, volumen I

Dudas panarras, volumen I


Valoraciones: 17 Comentarios

Dudas panarras, volumen I

Valoraciones: 17 Comentarios

Imagínate que no sabes conducir y que antes de ponerte al volante quieres un poco de base teórica. Te bajas el manual Performance Driving Illustrated que explica cómo escoger la trayectoria más rápida en las curvas y permanecer en «la zona» con técnicas de visualización del circuito para ganar milésimas de segundo en las maniobras de frenado, trazado y aceleración. Una vez leído y completado con varios vídeos de Youtube, te subes a un deportivo de 400 caballos y arracancas.

Imagínate ahora que quieres hacer pan y te lees el Hamelman de cabo a rabo, consultas unos foros, webs de aquí y allá y unos cuantos vídeos. Luego preparas una masa madre, mezclas harinas, haces autolisis y fermentas en frío. Tras varias horas, metes una masa en el horno, sacas un ladrillo y te preguntas qué puede haber salido mal (te lo digo yo: te has estrellado).

Hace unas semanas enviamos un cuestionario para que la gente dejara sus dudas. Las hay muy razonables y específicas, pero cuando leemos tantos testimonios de gente que hace prefermento, mezcla harinas, pliega, fermenta en frío, crea vapor en el horno y solo obtiene una torta, el diagnóstico está claro: se empieza por lo difícil.

Es completamente normal porque no paramos de recibir vídeos de auténticas virguerías que queremos reproducir en nuestras casas, pero para conseguirlo necesitamos práctica, paciencia y empezar por lo fácil. No existen atajos. Así que seremos claros y directos: si quieres conseguir esos panes maravillosos que ves en Instagram, comienza por lo básico.

Hoy hablaremos sobre el problema más común de todos: el pan sin volumen. Hay muchas causas posibles y casi todas tienen que ver con querer rizar el rizo estando calvo.

¿Por qué mi pan me queda plano?

Causa probable nº1: masa demasiado blanda

Varias personas nos dicen que usan hidrataciones de más del 70 %. Las masas con tal cantidad de agua son muy blandas y requieren destreza y tener los tiempos de fermentación muy controlados para conseguir volumen en el pan.

Solución: si tus masas son de este tipo, blandas y pegajosas, baja la cantidad de agua hasta el 60 % – 62 %. Será mucho más fácil conseguir un buen volumen (y de regalo conseguirás una greña más bonita).

Causa probable nº2: segunda fermentación en frío

Si la masa fermenta durante demasiado tiempo, el pan no sube. Esto es fácil que pase si haces la segunda fermentación en la nevera. A nosotros no nos gusta demasiado porque la masa no suele tener tiempo suficiente para enfriarse y retardar el leudado. De la nevera sale una masa flácida, pasada de fermentación y sin fuerza que no subirá en el horno.

Solución: haz la segunda fermentación, la que se hace después de darle forma al pan, fuera de la nevera y en un lugar a unos 22ºC durante 1 1/2 a 2 horas.

Causa probable nº3: demasiada harina integral

Los panes con mucha cantidad de harina integral son densos y hay que ser un panarra excelente para conseguir volumen con estas harinas.

Solución: rebaja la cantidad de harina integral hasta el 15 % y usa el resto con harina de fuerza. En los panes sucesivos, vete aumentando el porcentaje de harina integral hasta obtener un resultado satisfactorio para tu gusto.

Causa probable nº4: masa madre poco activa

Si la masa tarda horas en aumentar de volumen, tu masa madre está muy poco activa.

Solución: Además de la masa madre, añade 2 gramos de levadura seca de panadería por cada 500 gramos de harina para conseguir fermentaciones más vigorosas.

La masa madre puede ser muy caprichosa y decidir no subir. La mejor forma de controlarla es usar una cámara especial para masa madre que la mantiene a una temperatura constante, aunque también advertimos de que, debido a su precio, no es un aparato para panarras sin experiencia.

cámara para masa madre
Esta cámara especial para masa madre te ayuda a mantener una temperatura constante, consiguiendo fermentaciones homogéneas.

Causa probable nº5: usas harinas con poca fuerza

Hay harinas panificables como la espelta, escaña o centeno que tienen poco gluten, que es lo que da volumen a los panes.

Solución: Si estás intentando hacer pan con este tipo de harinas, tendrás que mezclarlas con harina de fuerza o gran fuerza. Prueba con un 50 % de cada.

Causa probable nº6: usas la levadura equivocada

Hace años había mucha más gente que pensaba que la levadura de repostería (los polvos de hornear tipo Royal) era lo mismo que la levadura seca de panadería. Por suerte, hoy lo tenemos mucho más claro, aunque de vez en cuando nos sigue apareciendo un caso. Es poco probable que esta sea la causa, pero aquí la dejamos.

Solución: asegúrate de que **no** estás usando polvos de hornear, muy blancos y finos. La levadura seca de panaería son granitos pequeñitos de color grisáceo.

Si tu pan se bajito y con la miga compacta, comprueba que no estás haciéndolo de alguna de las maneras que explicamos arriba.

En la próxima entrega hablaremos sobre las cortezas crujientes.

Amasadora Ankarsrum
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Recetas

Minestra di farro, un potaje italiano de espelta

Minestra di farro, un potaje italiano de espelta


Valoraciones: 0 Comentarios

Minestra di farro, un potaje italiano de espelta

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Lo nuestro de hoy es un poco despropósito. Y no solo porque la minestra que os traemos sea una sopa, y no una menestra, sino porque, además, patinamos también con el ingrediente principal. Y tan anchas. De haber tenido un poco más de amor a la verdad, mejor hubiésemos hecho en llamar al plato algo tipo “potaje de espelta”. Pero, reconozcámoslo, ¿no suena un poco como a forraje para el ganado o a algún tipo de mejunje cuáquero? Nada que ver.

Además, nuestras mentiras son piadosas y muy, muy pequeñas. De hecho, las diferencias entre el farro y la espelta, que es lo que emplearemos aquí, son tan minúsculas que hay que irse a contar cromosomas para distinguir un grano de otro, y a ver quién es el guapo con un microscopio tan potente: ambas son variedades del trigo “antiguo” pero el farro, muy empleado en la povera patria de Battiato, casi no se estila en la península ibérica y es totalmente sustituible por este otro cereal integral, que en esta receta va entero, para aprovechar lo mejor de su textura. 

En cuanto al caldo de esta “minestra”, no se puede decir que no venga de donde viene: con su sofrito característico a base de apio, zanahoria y cebolla –la santa trinidad de la italianidad–, acompañado, por si fuera poco, de pasta de tomate y albahaca (y, si nos da la gana, un poco de parmesano rallado a última hora)… no vaya a ser que quede alguien que no lo pille.

Minestra di farro

Potaje toscano de espelta en grano. Tu momento All Bran, también al mediodía.
5 de 2 votos
Tiempo de preparación 15 min
Tiempo de cocción 1 h 20 min
Plato Plato principal
Cocina Italiana
Raciones 4 personas

Ingredientes
  

Para servir

Elaboración paso a paso
 

  • Pon 300 g de granos de espelta en un recipiente amplio, cúbrelos con abundante agua fría y déjalos en remojo durante 12 horas. 
    Remoja los granos en agua fría
  • En el momento de preparar la menestra di farro, lava y escurre los granos de espelta, ponlos en una olla con abundante agua fría y acércala al fuego. Cocínalos a fuego medio durante 40 minutos y una vez trascurrido el tiempo, escurre los granos de espelta y resérvalos.
  • Mientras se cuecen los granos de espelta, prepara las verduras; lava y corta 1 rama de apio, 2 zanahorias, 1 cebolla mediana en trozos pequeños y resérvalos. Aparte, lava y pica 1 ramita de tomillo y unas hojas de albahaca frescas.
    Corta las verduras en trozos
  • En una olla calienta 30 ml de aceite de oliva suave, añádele las verduras cortadas y sofríelas durante 2 minutos. 
  • Agrega 2 tomates pelados enteros y una cucharada de pasta o concentrado de tomate. Mezcla todo cuidadosamente, añade las hierbas aromáticas picadas y deja que se cocine durante 2 minutos. 
  • Agrégale los granos de espelta que tienes reservados, mezcla todo y finalmente cúbrelo con el agua o caldo de verduras caliente. 
    agrega los granos de espelta
  • Sazona al gusto con sal y pimienta y cocínalo durante 20 minutos. 
  • Una vez que la menestra esté cocida, sírvela, añádele un chorrito de aceite por encima, pimienta molida, queso rallado al gusto y disfruta e una menestra sabrosa y diferente. 
    Sívela con un chorrito de aceite y parmesano rallado
Sobre Mónica Prego

Soy gallega de nacimiento y de corazón, y empezé a filtrear con la cocina al lado de mi abuela, amasando pan en la artesa. La artesa sigue allí, y mi pasión por las masas y los fogones ha ido creciendo. Hoy me dedico de manera profesional a la creación de contenido digital para marcas y medios Me gusta recuperar tradiciones, despertar recuerdos y emociones a través de mis recetas y mis fotos. Defiendo el consumo de cercanía, la calidad y la autenticidad del producto local.

Sobre Alba Barbadillo

Ni periodismo ni cocinismo: igual…bahh. La que escribe es Alba Barbadillo, redactora a la fuga y placera conversa en A Coruña. Desde, A Parva, la cantina del mercado de San Agustín, improvisa recetas veganas, perpetra bocatas improbables y escribe sobre comida, comunicación y lo que le pidan allá donde puede. Antes tenía un blog llamado Paso del Raxo y antes aún trabajó en El Ideal Gallego y a Nós Diario.

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Pizzas

Deep Dish Pizza, o cuando la pizza quiso ser cazuela

Deep Dish Pizza, o cuando la pizza quiso ser cazuela


Valoraciones: 10 Comentarios

Deep Dish Pizza, o cuando la pizza quiso ser cazuela

Valoraciones: 10 Comentarios

Si la llamamos pizza muere un gatito napolitano. Si, para afinar más en la descripción, la definimos como “quiche» o como “pie”, podemos caer en la tentación de pensar que no estamos ante el desmadre calórico que tenemos entre manos. La “deep dish” pizza de Chicago, o pizza de plato hondo en su traducción literal, viene a ser algo como el plan urbanístico de Dubai. Una monstruosidad.

La receta, cuyo origen ya habréis deducido las mentes más avispadas, data de los años 40 del siglo pasado y es, para hacer honor a la verdad, una especie de pastel horneado en un molde circular alto. Primero la masa, en cantidad generosa –ya advertíamos que no responde a las proporciones de una pizza italiana, ni siquiera de una pizza–, con mezcla de harinas de trigo y maíz y aceite para permitir que se dore y alcance la consistencia necesaria para lo que viene después: sus buenos dos dedos de salsa de tomate agridulce sobre queso fundido a go-gó y los ingredientes que más nos seduzcan; en el caso de la original de Chicago, champiñones, cebolla, pimiento verde y salchicha o pepperoni. 

Así que, recordad, ante la tentación de hacer un pedido a alguna de esas cadenas de comida rápida americana, en vez de prepararla en casa: si es plana no es la auténtica, si es blandurria por los bordes no es la auténtica y si sois capaces de acabárosla de una sentada no es, ni de lejos, la auténtica. 

Horno Ooni con pala de regalo
Deep Dish Pizza

Deep Dish Pizza

Si te la comes de una tacada, no es la de verdad.
4.50 de 6 votos
Plato Plato principal
Cocina Americana
Raciones 8

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Para el relleno

Elaboración paso a paso
 

  • Pon todos los ingredientes de la masa en el bol y comienza a mezclar y amasar hasta que se forme una bola y no quede harina suelta.
  • Sigue amasando hasta que la masa deje de ser pegajosa. A nosotros nos gusta terminar de amasar a mano, en la mesa, hasta que tenga un aspecto liso. Si ves que no queda lisa, tápala con un paño, déjala reposar 5 minutos y termina de amasar.
    Termina de amasar a mano
  • Forma una bola, ponla en un bol y tápalo con un plástico, un paño o con un gorro de ducha.
  • Deja fermentar hasta que duplique su volumen. A nosotros nos tardó de 2:30 a 3 horas a 22 ºC.
  • Una vez finalizada la fermentación en bloque, saca la masa del bol y colócala sobre la encimera ligeramente enharinada.
  • Desgasifica ligeramente aplastando la masa un poco y forma una bola. Si has hecho masa para más de una pizza, este es el momento de dividir en porciones de 450 g y bolear.
    Desgasifica la masa
  • Pon la bola de masa en un túper o un bol y tápalo con un plástico o gorro de ducha.
  • Deja la masa reposar durante aproximadamente 1:30 horas a 22 ºC para que repose y crezca ligeramente, aunque no es necesario que llegue a duplicar su volumen.
  • Llegó el momento de formar la pizza. Para ello, pon un poco de harina en la mesa y vuelca la bola de masa. Pon un poco más de harina encima y comienza a aplastarla con un rodillo para formar un disco de masa unos 29 ó 30 cm de diámetro.
  • Engrasa el molde con un poco de aceite de oliva o con spray desmoldante.
  • Coloca la masa en el molde, ajustándola bien con los dedos para que llegue a las esquinas. Los bordes se caerán hacia dentro, es normal, cuando le pongas el relleno se sostendrán solos.
    Coloca la masa dentro del molde
  • Es la hora de rellenar tu deep dish pizza. Añade la mozzarella rallada y repártela bien, sujetando los bordes para que no se doblen hacia el interior.
    Rellena con mozzarella rallada
  • Añade la salsa de tomate y distribúyela con una cuchara sobre toda la pizza.
    Echa la salsa de tomate
  • Pon encima del tomate los ingredientes que más te gusten y termina con queso parmesano rallado. También puedes pintar el borde de la masa con aceite de oliva.
    Termina colocando tus ingredientes favoritos
  • Mete la pizza en el horno precalentado a 220 ºC, sin ventilador, calor arriba y abajo, en la posición central del horno. Cocínala hasta que esté bien dorada. En nuestro caso tardó 35 minutos.
  • Una vez bien cocinada, sácala del horno, desmonta el molde y colócala sobre una tabla. Córtala en porciones con un cuchillo y sírvela como si fuera una tarta.
    Saca la pizza del horno cuando esté dorada

Notas

Para comer la pizza sobrante al día siguiente, puedes volver a recalentarla en el horno a 180 ºC, sin ventilador, calor arriba y abajo.
Si quieres preparar la masa con antelación, cuando llegues al paso 8,  mete la masa en la nevera y sácala media hora antes de hacer la pizza.