Con nuestra entrada de hoy no aspiramos a mucho. Una nadería. Únicamente pretende ser una iniciación a los misterios de la multiplicación de los panes y los peces. Un milagro, una alquimia… más o menos.
En realidad, venimos con una fórmula bastante más mundana, viejuna, si queremos, que no es otra que la de la producción (y la multiplicación, sí) de yogur en casa. De uno salen muchos. ¡Magia!
Vale, sí, magia, pero, ¿qué tendrá que ver –te preguntarás– el yogur con las barras, las hogazas o las masas con las que nos hemos ganado el apelativo de “panarras”? Pues bastante.
Para empezar, tanto en la elaboración de pan como en la de yogur interviene un proceso común: la fermentación, que es la transformación de ciertos componentes de los alimentos mediante un proceso bioquímico en el que intervienen enzimas, bacterias y/o levaduras. En el caso del pan, los azúcares de la harina y en el del yogur, la lactosa de la leche.
Además, para lo que hoy nos ocupa nos valemos de un cacharro, la cámara de fermentación doméstica Brød & Taylor, que tanto nos permite tener de una tacada hasta veinte yogures como preparar masas, o incluso cocinar a baja temperatura (hasta 90 grados).
Y, como truco final, este aparato puede guardarse en cualquier cajón cuando no se usa, ya que, frente a otros armatostes, esta fermentadora tiene la cualidad de plegarse y pasar a ocupar poco más que un ordenador portátil algo obsoleto.
El misterio (el de fermentar, no el de ocupar poco) está en mantener una temperatura constante durante todo el proceso, lo que, en el yogur, hará que las bacterias que se encargan de la transubstanciación de la leche sean las que tienen que ser, y no otras, y se multipliquen en su justa medida, para no acabar teniendo un zoológico en miniatura en nuestra cuchara.
Con esos parámetros controlados, unos tarros de cristal, un mísero yogur industrial, leche y unas cuantas horas tendremos todo lo que hay que tener para convertirnos, abracadabra, en alquimistas, nivel vasito de postre.
Receta de yogur con fermentadora Brød&Taylor
¿QUÉ VAS A NECESITAR?
- 1 vaso medidor
- 1 cuchara
- 1 bol
- 6 tarros de cristal de 120 ml de capacidad, aproximadamente
- 1 cazo
- 1 termómetro de cocina
- 1 varillas de cocina
Ingredientes
- 600 ml leche entera
- 1 yogur natural
Elaboración paso a paso
- Calienta la leche suavemente un cazo hasta que alcance los 40ºC.
- Nada más alcance esa temperatura, echa la leche en un bol y añade el yogur.
- Mezcla suavemente con unas varillas hasta que la mezcla sea homogénea.
- A continuación, echa la mezcla en los recipientes de cristal donde harás el yogurt.
- Colócalos en la fermentadora, destapados.
- Pon la fermentadora a 37 ºC y déjalos fermentar 8 horas.
- Cuando estén cuajados, apaga la fermentadora, tápalos y guárdalos en la nevera un mínimo de 4 horas, para que adquieran un poco más de consistencia.
- Una vez pasado el tiempo de refrigeración y tengan consistencia de yogurt ya los tienes listos para consumir. Conforme van pasando los días, lo normal es que aparezca algo suero en la superficie de los yogures, pero estos estarán perfectamente.
Notas
Soy gallega de nacimiento y de corazón, y empezé a filtrear con la cocina al lado de mi abuela, amasando pan en la artesa. La artesa sigue allí, y mi pasión por las masas y los fogones ha ido creciendo. Hoy me dedico de manera profesional a la creación de contenido digital para marcas y medios Me gusta recuperar tradiciones, despertar recuerdos y emociones a través de mis recetas y mis fotos. Defiendo el consumo de cercanía, la calidad y la autenticidad del producto local.
Ni periodismo ni cocinismo: igual…bahh. La que escribe es Alba Barbadillo, redactora a la fuga y placera conversa en A Coruña. Desde, A Parva, la cantina del mercado de San Agustín, improvisa recetas veganas, perpetra bocatas improbables y escribe sobre comida, comunicación y lo que le pidan allá donde puede. Antes tenía un blog llamado Paso del Raxo y antes aún trabajó en El Ideal Gallego y a Nós Diario.
Tengo esta fermentadora y la uso habitualmente para hacer yogur y efectivamente es muy buena. No obstante debo indicar que si se pone la rejilla supletoria no vale para hacer yogur, lo explican las instrucciones, sólo se puede utilizar la bandeja inferior y no se deben poner los tarros en la parte central porque produce demasiado calor y puede que el yogur no salga
Muchas gracias por la aclaración, Pablo. Lo corrijo en el texto.
Hago yogur con frecuencia y utilizo la bandeja supletoria. Todos los yogures, seis abajo y seis arriba, cuajan perfectamente.
Yo hago mis yogures igual que Ana. Lo único que no me gusta tanto es que les falta acidez. Y eso es por el yogur natural que se compra en el super. Son diferentes hoy en día que anteriormente. Una vez compré un yogur importado de Bulgaria en una de estas tiendas que ofrecen productos del este europeo. ¡Que diferencia! Muchísimo mejor – para mi gusto, claro.
Muchas gracias, Marianna. La receta original era con fermentos lácticos, pero decidimos hacerla con yogur del súper por ser más fácil de conseguir.
Puedes hasta prescindir de calentar la leche, llevo años haciendo yogurt en una yogurtera, y nunca he calentado la leche antes de mezclarla con el yogurt, a lo mejor en vez de 8 horas espera 9 o 10 para dar una hora de margen para que la mezcla alcance la temperatura adecuada, y te ahorras un paso, aparte de la dificultad de asegurar que calienta la leche a la temperatura adecuada
Muchas gracias, Ana. Tiene sentido lo que dices. Lo añadiré a las notas de la receta.