Disuelve 5 g de levadura seca en 290 g de leche tibia
Vuelca 500 g de harina candeal en la cubeta de la amasadora junto con 7 g de sal y mézclalos durante unos segundos.
A continuación, añade la leche con la levadura y amasa a velocidad media durante 6 minutos, hasta obtener una masa homogénea y que se despegue de las paredes del bol de la amasadora.
Vuelca la masa en la superficie de trabajo y amásala con las manos durante unos minutos para alisarla. Déjala reposar 5 minutos.
A continuación vamos a plegar la masa para que esté mucho más lisa y manejable. Estírala con el rodillo hasta tener un rectángulo.
Pliégala un tercio de la masa sobre sí misma.
Y pliega el otro tercio de nuevo como si fuera un tríptico.
Estírala de nuevo y pliégala de la misma forma 2 veces más.
Después de hacerle los pliegues, bolea de nuevo la masa, colócala en un bol y déjala reposar 30 minutos tapada con un gorro para masas.
A continuación forma la hogaza, para ello, estira un poco la masa y dale forma de cilindro, aportando toda la tensión que puedas. Intenta que sea lo más uniforme posible tanto en el centro como en los extremos.
Coloca la barra en una bandeja de horno forrada con papel, y déjala fermentar tapada durante 2 horas y media en un lugar cálido, a aproximadamente 25ºC.
Precalienta el horno a 200ºC con calor arriba y abajo. Después de que haya pasado el tiempo de fermentación, la barra habrá doblado su volumen y estará lista para hornear.
Utilizando una cuchilla de greñar, haz cortes transversales en el pan del grosor de las rebanadas para las torrijas.
Pincela el pan con huevo batido.
Hornéalo a 200 ºC durante 30 minutos, evitando que la corteza nos quede demasiado dura.