Comienza preparando la masa de hojaldre fermentada 2 días antes. En la lista de ingredientes tienes el enlace a la receta.
La noche antes de querer hornear los cruffins, tienes que preparar la crema de limón, para que dé tiempo a que se enfríe bien.
Para hacer la crema solo tienes que poner los huevos, yemas, azúcar, ralladura y zumo de limón en una olla pequeña. Con la varilla bate bien hasta que esté todo integrado.
Agrega la mantequilla en trozos. No hace falta que esté a temperatura ambiente, puede estar fría.
Pon la olla a fuego medio-bajo y no pares de remover con la varilla.
Verás que una vez se derrita toda la mantequilla, comenzará a espesar poco a poco.
Cuando espese un poco y tenga una textura como de mermelada, retira la olla del fuego y vierte la crema en un bol limpio.
Tapa la crema con un film de forma que esté en contacto con ella. Déjala enfriar a temperatura ambiente.
Una vez esté a temperatura ambiente resérvala en la nevera hasta el día siguiente.
El día de hacer los cruffins ya debes tener la masa de croissant o napolitana en la nevera. Usa la laminadora para estirar la masa hasta que tenga un grosor de 3 mm.
Corta rectángulos de masa de 24 cm x 3 cm.
Este rectángulo córtalo en 3 más pequeños de 8 x 3 cm.
Junta estos 3 trozos más pequeños sobreponiéndolos 2 cm, como se muestra en la foto, de forma que queden solapados.
Enróllalos y mete los tres extremos de los rectángulos debajo del rollo.
Ve colocándolos en el molde de muffins.
Tapa la bandeja con un plástico o un paño y déjalos fermentar hasta que dupliquen su tamaño, aproximadamente. A nosotros, tardó unas 2 horas a 28ºC en la cámara de fermentación. Pero si en tu caso la temperatura es menor, tardará algo más.
En este momento píntalos con huevo batido y cuécelos en el horno a 170 ºC con aire o 190 ºC sin aire, calor arriba y abajo, durante unos 20 a 25 minutos, hasta que estén bien dorados.
Recién salidos del horno, sácalos con cuidado del molde y espolvoréalos con azúcar, o rebózalos en un bol con azúcar.
Ve colocándolos sobre una rejilla hasta que se enfríen completamente.
Una vez estén fríos, echa la crema en una manga pastelera con una boquilla para rellenar. Si no tienes esta boquilla, puedes simplemente hacer un pequeño corte (de 5mm aproximadamente) en la punta de la manga.
Rellena los cruffins hincando la manga pastelera desde abajo o desde arriba, manipulándolos con cuidado.