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Día Mundial del Pan: lo que más os ha gustado y un poco de making off

Día Mundial del Pan: lo que más os ha gustado y un poco de making off


Valoraciones: 6 Comentarios

Día Mundial del Pan: lo que más os ha gustado y un poco de making off

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El día 16 de octubre se celebró el Día Mundial del Pan y Andrés sugirió que era un buen motivo para hacer esta entrada, echar la vista atrás y reflexionar un poco sobre lo que hemos hecho. Pocas cosas se merecen tanto un día mundial (el agua, tal vez), porque pocos alimentos habrá más difundidos. Dime de dónde eres y te diré que pan (y que cereal) comes. El pan se cocina en el mundo desde hace 12.000 años, ahí es nada. Aquí, en el blog de El Amasadero, somos algo menos prehistóricos, diez años llevamos metidos en harina, así que nos vamos acercando. A lo largo de las 229 entradas que llevamos publicadas hemos recorrido casi todo el planeta. Hemos hecho panes africanos, asiáticos, americanos y europeos. Dándole un repaso al histórico encuentro que nos falta Oceanía, pero no os preocupéis que ya estoy buscando recetas…

A través de esas 229 entradas hemos aprendido mucho, no solo de hacer panes, sino también de vosotros. Os confieso que cuando publico una receta aguardo con impaciencia los comentarios que dejáis al final y me siento enormemente satisfecho cada vez que alguien hace uno de mis panes y celebra el resultado. También de las críticas cuando no me explico bien aprendo para intentar ser más claro la próxima vez.

Gracias a este blog hemos descubierto que es lo que más os ha gustado, y el número uno de la lista es el Panettone con chocolate, que publicamos hace casi una década. Revisando los datos de las entradas hemos descubierto que os gusta mucho el dulce, porque el Panettone con prefermento lo tenemos en el número tres, el roscón de Reyes en el cinco y de noveno, el Pandoro. ¡Espero que visitéis el gimnasio!

Las hogazas clásicas y el pan gallego están también en posiciones de cabeza y la pizza y el pan de molde, también. Aquí tienes, por orden, la lista de las recetas en las que más tiempo os habéis parado:

  1. Panettone con chocolate
  2. Hogaza rústica con prefermento poolish
  3. Panettone con prefermento
  4. Pan gallego
  5. Roscón de reyes de Webos Fritos
  6. Hogaza de trigo con masa madre
  7. Pizza napolitana
  8. Pan de molde St. John
  9. Pandoro
  10. Pan cateto de María Amparo

A veces me apena un poco que algunas recetas no hayan tenido el éxito cuando era de justicia que lo tuvieran. Seguramente no he logrado transmitir su valor. En este mundo de los panes a cada uno le gusta lo que le gusta, y a nosotros, también. En los últimos dos años he disfrutado como un enano del brioche, los shortbreads, el centeno en todas sus variedades y de alguna cosa rara que, a mi pesar, no ha tenido mucho recorrido digital pero sí se lo hubiera merecido, como el Kouign Amann.

Tengo, claro, mis preferencias, pero si te sirve como dato, todo lo que aquí se publica nos lo comemos después, en mi caso en familia, que forman mi equipo de catadores y se comportan con ecuanimidad a la hora de juzgar los resultados. Cuando piden un bis es que hay triunfo.

Hacer un pan distinto cada semana se ha convertido en una aventura que cada día me gusta más. Cada una de las entradas tiene su historia y aunque lo que ves en el blog son los éxitos de mis hornadas, también te aseguro que ha habido sonoros fracasos, es lo que tiene ir haciéndose panadero poco a poco. Recuerdo en especial mi lucha con la última receta de panettone publicada aquí. El que ves en la foto ¡es el séptimo! Lo quería hacer de una manera determinada siguiendo las indicaciones de un especialista que no trabaja en casa, sino en un obrador con condiciones mucho más controladas. Y me pasó de todo: los que tardaban mil años en subir, los que después, en el horno, no daban asomado la cabeza, los que se partían al medio una vez colgados boca abajo… Fui afinando la receta en cada nuevo intento hasta que al final salió lo que tenía que salir. No sé qué se siente al ganar un oro olímpico, pero no debe ser una sensación mucho mejor que la que yo tuve cuando salió aquel último panettone.

Tengo una antología de panes estampados contra el fondo del horno al impulsarlos con la pala, de tragedias que quedaron pegadas al molde, de masas madre que se negaban a funcionar como debieran y preferían criar moho que hacer subir panes… Lo bueno de todo ello es con cada error aprendes más que con los aciertos. Cuando descubro una receta que me sorprende y me gusta me sigo emocionando igual o más que al principio y corro a compartir fotos vía Telegram con Andrés y con Rodrigo. Entre los tres vamos tramando cada poco tiempo qué nuevas publicaciones pondremos aquí. Cuando podemos, nos vemos en persona y quedamos para organizar la página y compartir experiencias. No nos reunimos en la oficina, no… Alquilamos una casa en el campo, de esas de piedra con horno de leña, y nos acercamos, cada uno de desde una ciudad distinta, con los maleteros cargados de harina para hablar de panes y para hacerlos.

Oficina campestre de El Amasadero. Para hacer eso que llaman teambuilding.
Oficina campestre de El Amasadero. Para hacer eso que llaman teambuilding.

Pronto, espero, tendremos otra de esas citas panarras para festejar con retraso el Día Mundial del Pan, ese que me ha llevado a contaros estas reflexiones panaderas. Habrá que llevar, además de harina, unas botellas de vino para acompañar las fermentaciones lentas.

 

Aquí Rodrigo,  trabajando otra faceta importante de El Amasadero: beber vino.
Aquí Rodrigo, trabajando otra faceta importante de El Amasadero: beber vino.
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Pan sin amasado Recetas de pan para horarios de oficina

Pan de maíz estilo sureño: pues sí, los americanos saben cocinar

Pan de maíz estilo sureño: pues sí, los americanos saben cocinar


Valoraciones: 16 Comentarios

Pan de maíz estilo sureño: pues sí, los americanos saben cocinar

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A los ortodoxos escépticos (también conocidos como “rancios”) las experiencias gastronómicas innovadoras nos hacen, en general, enarcar una ceja con cierto desdén. Si te has leído “El tonel de amontillado” de Poe entenderás lo que digo. Con Poe comparto el fondo del asunto, que no es otro que la necesidad de emparedar de vez en cuando a algún crítico gastronómico especialmente recalcitrante para dejar que muera en el fondo de una gruta húmeda. Cuando abordé esta receta yo estaba ejerciendo como tal crítico.

Me explico. Me enfrentaba a un pan que llevaba más ingredientes que harina (mal, para los ortodoxos), y además lo que llevaba no tenía bula papal (ni nueces, ni pasas, ni cosas de esas). La receta procedía de los Estados Unidos (mal, otra vez, a mí que me gustan griegos y mesopotámicos) y además no tenía ni fermentación ni reposos ni nada. Es decir, que si yo fuera Torquemada, con todos esos indicios, hubiera condenado al reo a la hoguera.Y con tormento.

Peeeeero resulta que lo probé. Había leído que usaban este pan para acompañar las potentes barbacoas que hacen allí, en el sur, con sus reses, y como en mi espíritu de clásico queda todavía algún apagado de destello de salvajismo, decidí probar a ver qué pasaba con ese pan.

Me cuesta contener los tacos porque, ¡jo… vá, qué cosa salió del horno! Lo probé y de repente me entraron unas ganas tremendas de viajar de Jacksonville a Tijuana a lomos de una Harley Davidson. O de calzar espuelas. O de tomarme un whisky con Ángela Channing (sí, la de Dallas “Falcon Crest” ).

Este pan es im-pre-sio-nante. Puro fuego. Hay que ser muy hombre o muy mujer para atreverse con esto en el desayuno, pero en un día de cerveza a morro con una carne a la brasa o con unos huevos fritos (pónselos encima, en vez de las patatas) se te saltarán las lágrimas, sobre todo si te pasas con el chile picante. En serio, ya sé que lo normal es que quien escribe de panes hable bien de todos ellos, pero este tienes que probarlo. De los que hago, unos me van más y otros menos. Este bicho es pura pasión.

Amasadora Ankarsrum
Receta de pan de maíz estilo sur de USA

Pan de maíz estilo sureño: pues sí, los americanos saben cocinar

El pan de maíz al estilo sureño es una especialidad tradicional de la cocina sureña de Estados Unidos. Se caracteriza por su sabor dulce y su textura densa y húmeda. Se elabora con harina de maíz, harina de trigo, azúcar, mantequilla, huevos y suero de leche. El resultado es un pan dorado y crujiente por fuera, y suave y tierno por dentro. Es el acompañamiento perfecto para platos sureños como el gumbo, el pollo frito o el chile.
5 de 3 votos
Tiempo de preparación 30 min
Tiempo de cocción 40 min
Tiempo total 1 h 10 min
Plato Acompañamiento, Pan
Cocina Americana, Panadería casera
Raciones 1 pan de unos 750 gramos
Calorías 2547 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Elaboración paso a paso
 

  • Calienta la leche en un cazo y, sin que llegue a hervir, derrite en ella la mantequilla. En ese mismo cazo añade el huevo y el yogur y bátelo todo hasta conseguir una pasta cremosa.
  • En un bol pon las harinas, la sal, la levadura Royal y el bicarbonato y mézclalo todo hasta conseguir un polvo homogéneo.
  • Pica finamente la cebolleta y el pimiento en aros también muy finos, retirando las semillas. Si no te va nada el picante, no le eches chile, también está muy bueno.
  • Añade las verduras picadas al líquido y mézclalas un poco. Vierte ahora el mejunje en el bol sobre las harinas.
  • Mézclalo todo en el bol o amasa un poco sobre la mesa, sin matarte, solo hasta que hayas conseguido una textura homogénea (y pegajosa).
  • Unta con mantequilla la circunferencia interior del molde y pone en el fondo un círculo de papel de hornear que habrás cortado antes para que ajuste ahí. Mete la masa en el molde e introdúcelo en el horno precalentado a 190 grados. En la segunda altura del horno contando desde abajo y con calor por arriba y por abajo.
  • Déjalo a esa temperatura unos 40 minutos o hasta que esté dorado por arriba. Sácalo con los guantes y sírvelo calentito, que este pan no necesita reposo ni para enfriar. Verás qué cosa más buena.

Notas

Este pan está diseñado para comérselo calentito, según sale, también está bueno frío, pero es mucho más recomendable coordinarlo con la comida para dar cuenta de él según sale del horno.

NUTRICIÓN

Calorías: 2547kcalCarbohidratos: 379gProteina: 62gGrasa: 89gGrasa saturada: 49gGrasa polinsaturada: 9gGrasa monosaturada: 23gGrasa Transgénica: 3gColesterol: 360mgSodio: 3476mgPotasio: 1331mgFibra: 24gAzúcar: 15gVitamina A: 2551IUVitamina C: 4mgCalcio: 660mgHierro: 16mg
Amasadora Ankarsrum
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Un tema difícil: sí, nuestras bolsas son de plástico

Un tema difícil: sí, nuestras bolsas son de plástico


Valoraciones: 154 Comentarios

Un tema difícil: sí, nuestras bolsas son de plástico

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Hoy toca un tema espinoso para nosotros, pero también necesario. En El Amasadero nos gusta ser claros y por eso creo que tengo que explicarme. Al asunto: sí, usamos bolsas de plástico, pero no lo hacemos por placer.

El plástico, tampoco hay que olvidarlo, fue un gran invento. El ordenador en el que tecleas, tu coche, el boli con el que escribes, los aparatos que emplean los médicos… están llenos de plásticos. Un material procesable a bajo coste por la industria petroquímica que ha cubierto muchas necesidades. Ahora bien, también tiene un gran problema, o mejor dicho, dos. No es fácilmente degradable (es decir, la basura de plástico solo aumenta, a menos que se recicle) y, lo peor, más de un tercio de los plásticos que se producen en el mundo están diseñados como productos desechables: lo usas y lo tiras. Y ahí entran también las bolsas de El Amasadero, aunque no nos guste.

A veces nos preguntan por qué no empleamos envases de papel, una pregunta muy lógica que también tiene respuesta, que no es corta.

Los productos envasados tienen que tener, por ley, una fecha de caducidad. Alargar esa fecha es una ventaja para los distribuidores, que pueden acumular más producción y no depender tanto del transporte, lo que encarece sensiblemente el producto final. También los consumidores prefieren una caducidad más larga para poder tener más margen en sus hogares a la hora de darle salida en casa a determinados productos.

En España no existe una ley que obligue a poner una fecha de caducidad concreta en los alimentos. De hecho, cuando compras verduras frescas verás que no tienen tal cosa. La normativa obliga, sí, a establecer una fecha de caducidad en algunos productos, y de consumo preferente, en otros. Los cereales, también las harinas, caen en estos últimos.

Así, cada productor pone la fecha de caducidad que considera, estudiando, obviamente, el comportamiento de sus productos para garantizar que quien los consuma no se encuentre ninguna sorpresa desagradable y porque además, es el distribuidor el responsable de la salubridad de lo que vende.

¿Qué ocurre con las harinas? Los molinos con los que nosotros trabajamos consideran, en general, que las harinas conservan durante 90 días, una vez molido el grano, todas sus cualidades. No es que pasado ese tiempo no se puedan comer, es que el sabor y la calidad alimentaria empiezan a cambiar. La harina se enrancia y, como es un producto vivo, existe el riesgo incluso de que aparezcan larvas y otros personajes no invitados. ¿Cómo se combate eso? (Ya estamos llegando al plástico).

Una forma clásica es convertir un producto vivo en uno mucho más muerto. Si le quitamos al trigo y a otros cereales el germen y el salvado se convierte en un producto mucho más estable, eso sí, también pierde muchas de sus sanas propiedades reduciendo sensiblemente fibras, vitaminas y minerales. Eso sí, puedes alargar la fecha de consumo. Hay harinas así, pero esa no es nuestra filosofía. El Amasadero nació precisamente para ofrecer harinas con todo su sabor y todas sus propiedades.

Otra opción es añadir a las harinas conservantes. Algunos están permitidos, pero tenemos el mismo problema: que esa tampoco es nuestra filosofía. Nosotros queremos hacer el camino más corto y recto posible del campo al pan, y para eso las bolsas de papel no sirven.

Y finalmente, para que puedas tener tu harina en casa unos meses con todas las garantías de que sigue siendo un producto de primera calidad, solo nos queda una opción: envasar en atmósfera protectora. Este sistema elimina el oxígeno y así impide la oxidación y la posible proliferación de organismos.

Eso no podemos hacerlo, por ahora, más que en bolsas de plástico.

Es cierto que existen otros productos basados en el almidón, biodegradables, con los que estamos experimentando para sustituir el plástico. También lo es que por ahora no tienen las mismas garantías. Por ejemplo, resulta mucho más difícil realizar un sellado correcto de la bolsas con esos compuestos. Lo hemos intentado y no ha funcionado. Sí empieza a  haber algunos envases biodegradables más efectivos y estamos haciendo pruebas con ellos, pero tienen un problema: son más caros. Cada bolsa de harina costaría entre 10 y 15 céntimos más. ¿Estarías dispuesto a pagar un poco más por evitar el plástico? Lo pregunto en serio y agradezco las opiniones y comentarios sobre este asunto, porque lógicamente nos preocupa subir nuestros precios, aunque sea levemente, y encontrarnos con que eso genera más rechazo que el plástico.

En cualquier caso es importante que sepas que nuestras bolsas son 100 % reciclables si las dejas en el contenedor correcto (y si en tu Ayuntamiento de verdad reciclan lo que, por desgracia, no pasa en todos). En casa me pasa con frecuencia que acumulo unas cuantas vacías. A veces las tiro, pero precisamente porque no me gusta nada lo que pasa con los plásticos, en los últimos meses busqué formas de darles nueva vida. Con su ventanita transparente a través de la que puedes ver lo que hay dentro, a mí me van muy bien para congelar alimentos y así, en vez de comprar más bolsas (también de plástico) para ese fin, uso las que tengo. Es una idea, pero agradezco también que nos dejéis aquí más sugerencias sobre qué hacer con ellas. En cualquier caso, seguiremos trabajando para sustituirlas lo antes posible.

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Recetas Recetas de panes tradicionales

Bola gallega, el pan con efecto Chimos

Bola gallega, el pan con efecto Chimos


Valoraciones: 53 Comentarios

Bola gallega, el pan con efecto Chimos

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Muchos años he pasado en vela reflexionando sobre el agujero de la bola gallega, poniéndole al asunto más fuerza intelectual que Heidegger a la esencia del ser. Ha pasado el tiempo y mi mente se nubla sin respuestas. ¿De dónde salen los panes con forma anillo? Entiendo el ardid de quienes diseñaron el donut con agujero, una forma de vender menos peso al mismo precio, es decir, de ganar más pasta. Entiendo incluso las míticas rosquillas de las ferias, unidas todas ellas por el hueco para facilitar su transporte. Pero ¿y la bola gallega? ¿Para qué hacerle un agujero al pan en el medio si se vende al peso? ¿Qué sentido tiene desaprovechar así el horno cuando, en forma de barra, cabría dentro más masa? ¿Es para jugar al hula-hop de muñeca? ¿Para colgar el pan en el perchero? ¿Para hacer una canasta comestible de baloncesto? ¿Por qué, señor, el agujero?

Sin poder dar una respuesta clara sí confieso que el maldito hueco ejerce cierto poder de fascinación. ¿Por qué, si no, sigue siendo uno de los panes más vendidos en Galicia cuando puedes tener lo mismo en forma de barra? Ofrece, sí, el mismo problema filosófico que el roscón de reyes. Tal vez quienes idearon ambas cosas eran genios del márketing, del diseño, porque lo cierto es que la bola es un pan hermoso. Quienes mejor entendieron el asunto de la oquedad fueron aquellos fabricantes ochenteros de caramelos: “Chimos es un agujero, rodeado de buen caramelo”, decía la publicidad. ¡Y el agujero vendía!

Los amantes de la corteza se encontrarán en la bola una superficie de ella mucho mayor que en una hogaza, con bastante menos miga. Y bueno, no sé, a lo mejor hay gente a la que gusta hacerse los bocadillos con forma curvada de alfanje.

Se trata de uno de esos panes que llevan mucha agua, lo que le da un gran alveolado y una ligereza especial. Verás que empleamos para hacerlo un porcentaje de harina de fuerza. Lo hacemos porque, si no, estas masas tan húmedas se esparcen como el blandiblú (slime, lo llaman ahora), algo que se controla gracias al gluten, que permite mantener la arquitectura del pan. El toque de harinas integrales es marca de la casa, nos gusta así, pero lo puedes hacer sin ellas. En todo caso, si vas a mezclar integrales, recuerda que a mayor proporción de ellas, más ladrillo y menos ligereza tendrás en el resultado final.

Amasadora Ankarsrum
Receta de bola gallega, bolla o rosca

Bola gallega, el pan con efecto Chimos

Receta del pan tradicional gallego con forma de rosca. Si te gusta más la corteza que la miga, este pan es el tuyo.
4.13 de 8 votos
Tiempo de preparación 20 min
Tiempo de cocción 1 h
Tiempo de reposo 11 h 45 min
Tiempo total 13 h 5 min
Plato Acompañamiento, Pan
Cocina Gallega
Raciones 1 bola de un kilo
Calorías 2175 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Para el prefermento

Para el pan

Elaboración paso a paso
 

  • La noche antes de hacer el pan (calcula unas ocho horas) mezcla los ingredientes del prefermento en un bol y déjalo tapado a temperatura ambiente.
  • Al día siguiente mezcla el resto de los ingredientes en un bol y amasa. Verás que se trata de una masa bastante líquida, no desesperes y aplica reposos entre amasados, ganará algo de consistencia. Con tres ciclos de breves amasados y reposos entre ellos de unos 10 minutos será suficiente.
  • Mete la masa en un bol aceitado, para evitar que se pegue, y deja que fermente a temperatura ambiente durante dos horas y media. Si hace frío puede ser algo más. Estará lista cuando haya subido sensiblemente de volumen.
  • Dispón la masa sobre la mesa bien enharinada y crea una bola, sin desgasarla completamente. Déjala reposar unos minutos y hazle el agujero a la masa, que habrás puesto para ello sobre una hoja de papel de hornear. Para esa operación, acéitate las manos para evitar que se te pegue. Mete los dedos de una mano en el centro y vete estirando hacia fuera. Estira sin miedo porque después tenderá a cerrarse.
  • Enharina la superficie del pan generosamente y cubre la bola con un paño limpio, dejándola reposar 45 minutos.
  • Precalienta el horno a 250 grados. Antes de meter el pan (utiliza para ello una pala ancha, una bandeja de horno al revés o una tapa de madera de una caja de vino, lo que tengas), hazle cuatro cortes con una cuchilla en la superficie. Introduce el pan en el horno, en la segunda altura, y pon también tres cubitos de hielo sobre la placa base para producir vapor.
  • La cocción completa de este pan dura una hora. Durante los primeros diez minutos dejar el horno a 250 grados. Realmente no hace falta tanta temperatura, pero piensa que al abrir la puerta, meter la masa fría y el hielo, bajará un poco. Pasados esos diez minutos baja el horno a 180-190 grados y déjalo así hasta el final. Si ves que se dora en exceso baja algo más la temperatura.
  • Saca el pan y ponlo a enfriar sobre una rejilla. Si eres amante de las cortezas crujientes puedes dejarlo enfriar lentamente poniendo la rejilla sobre la Celsius con el horno apagado y entreabierto.

Notas

Consejos para hacer bola gallega
Si tienes masa madre y te apetece usarla, simplemente sustituye el prefermento de la receta por la misma cantidad de masa madre. Para ayudar a la masa madre, puedes sumarle a la receta un gramo de levadura seca de panadero.

NUTRICIÓN

Calorías: 2175kcalCarbohidratos: 457gProteina: 63gGrasa: 6gGrasa saturada: 1gGrasa polinsaturada: 3gGrasa monosaturada: 1gSodio: 3913mgPotasio: 775mgFibra: 21gAzúcar: 2gVitamina A: 2IUCalcio: 114mgHierro: 27mg

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¿Al final se casan el trigo y la triga? La verdadera historia del trigo

¿Al final se casan el trigo y la triga? La verdadera historia del trigo


Valoraciones: 17 Comentarios

¿Al final se casan el trigo y la triga? La verdadera historia del trigo

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Esta entrada está dedicada a todos aquellos que, como yo, lleváis años comiendo garbanzos y lentejas y jamás en su vida habéis visto de dónde vienen. Con el trigo, al menos, tengo la espiga en mente, pero una cosa es eso y otra saber algo de él. Hace unos días, mientras hacía pan inmersos en mis reflexiones más o menos laxas, me dije a mí mismo: “A ver, llevas años haciendo pan, vas al súper y todo está lleno de harina, encuentras cosas hechas con harina en cualquier sitio, pero me juego el meñique, a que no encuentro trigo en grano en esta maldita ciudad en ningún lado”.

Y así salí a la calle y me puse a buscar trigo en donde supuse que se podría encontrar. Herboristerías y herbolarios, sitios de comida muy muy eco, el rincón del gurmet de turno, tiendas con incienso y locales de cosas ecológicas con música relajante. Lo simpático del asunto no es que no lo tuvieran en ningún sitio, que ya me lo esperaba, sino la cara que ponían cuando lo pedía. “No amigo, tú estás muy out, aquí tenemos quinoa, o trigo sarraceno (que no es trigo) en el mejor de los casos, pero trigo.. ¿Es para darle de comer a un pájaro?” No, es para saber si lo tenéis.

En mi ciudad, A Coruña, no existe ningún ser humano que pueda comprar trigo en grano en una tienda, pero seguramente no hay ninguna tienda que no venda algo hecho con harina. El trigo está por todas partes, pero no hay quien lo encuentre entero.

Mi búsqueda me recordó a otra hecha años atrás, cuando me recorrí Galicia entera buscando sus mejores panes. En Cea (Ourense), donde se hace uno con denominación de origen que está de vicio, después de admirar todo el proceso en una panadería salí con un bollo y me puse a comerlo allí mismo, en la calle. Pan solo con una botella de agua de la fuente. Los que pasaban me miraban con conmiseración, como me miraban en las tiendas donde pedía trigo. ¿Habrá que darle una limosna? ¿Habrá que llamar a la policía? ¿Para qué quiere trigo?

Mi otro drama cereal tiene que ver con las búsquedas en Internet: “El hombre domesticó el trigo hace 12.000 años…” ¿Domesticó? ¡Por Dios, cómo! ¿Tipo rodeo? ¿Con espuelas? “Se fueron cruzando genéticamente variedades hasta obtener las más productivas…” ¿Cruzando? ¿Como mi perra Laica? ¿Se ponen cerca el trigo y la triga y a ver qué pasa? ¿Algo tipo Frankenstein?

A todas estas dudas existenciales trato aquí de darles respuesta. El trigo, como todo bicho vegetal de cultivo, fue una planta silvestre. Viendo que era un coñazo recoger granos esparcidos allá donde los hubiera, se empezó a cultivar así como en el 10.000 a.C. Más o menos. Lo de la domesticación es fácil de explicar: el asunto es que hay plantas que cuando maduran, en vez de conservar sus semillas en las espigas, las esparcen, que para eso están diseñadas las plantas. Tenía que ser un incordio para el humano de la época ir a buscar su trigo y verlo repartido por el suelo. Entonces no había pastillas para el dolor de espalda ni bajas laborales. Así que aquellos sacrificados hombres prehistóricos se fijaron en las espigas que más aguantaban sin soltar el grano y las seleccionaron para volver a plantarlas, a ver si la historia se repetía. En esencia, eso es la domesticación: ir eligiendo lo que más nos conviene y desechando el resto.
Después también se fijaron en que algunos trigos eran distintos de otros, porque unos daban más y mejores harinas, y acabaron viendo que juntando variedades obtenían otras nuevas y a veces más interesantes. La polinización de toda la vida, pero en vez de con abejas, a mano. Y eso son los cruces y la selección genética, sin boda entre el trigo y la triga porque como en la inmensa mayoría de los vegetales, la planta tiene los dos sexos. Y la espiga, por cierto, es un sistema de floración. En cristiano: una flor que al madurar da sus semillas.

Al grano. Entre pitos y flautas, desde el trigo escaña, de los primeros que hubo, hasta hoy, nos hemos juntado con unas 30.000 variedades que básicamente se dividen en tres grandes grupos (que pueden ser seis, pero para resumir): trigo blando de invierno, trigo blando de primavera y trigo duro. Sí, los hay rojos y blancos, blandos y duros y mil cosas más, pero se trata de hacer de este texto algo manejable.

El famoso trigo duro (que no es lo mismo que el duro de invierno… ¡maldita jerga panadera!) es una especie distinta del trigo más empleado para harinas panificables. Su nombre científico es triticum durum y se emplea sobre todo para hacer pasta. Y el fantástico pan cateto del Valle del Guadalhorce. El trigo panificable es el triticum aestivium y se divide, básicamente, en trigo de invierno y trigo de primavera. Fácil: unos se plantan entre octubre y noviembre y pasan el invierno en el campo para ser cosechados en verano (el de invierno) y otros se siembran entre mediados de finales de noviembre y mayo (el de primavera) para ser recogidos también en verano. En Andalucía y otros lugares de clima muy cálido en verano se suele sembrar el de primavera y en otros climas más fríos aguanta mejor el de invierno. El ciclo total del trigo dura entre 150 y 180 días y es más largo el de invierno.

Todo este rollo lo suelto porque hay gente que piensa que el hecho de que una harina tenga más gluten que otra es algo que se dirime a posteriori en un laboratorio. Para nada: hay trigos con más gluten y trigos con menos, según su variedad. En el hecho de que tengan más o menos gluten también influyen la cantidad y calidad de los abonos y el agua que reciben, y ahí está el meollo del trabajo del agricultor sin el cual nuestros panes no existirían.

Voy a presentar a nuestros protagonistas principales: cada vez que abres una bolsa de harina panadera El Amasadero estás abriendo una bolsa de trigo blando de primavera, es decir, de ciclo corto (unos 150 días en la tierra), sembrado a finales del invierno y cosechado en verano. El nuestro en cuestión, entre otras, emplea la variante Artur Nick, que presenta la cantidad de proteína (gluten) apropiada para hacer nuestros estupendos panes. La harina de fuerza El Amasadero está hecha también con trigos blandos de primavera, pero es de otra variedad, Galera. Existen otras que empleamos aquí, de media fuerza, como las Gazul y Tejada. Todas esas variedades, y muchas más, proceden de cruces realizados para obtener un grano de mayor calidad y todas ellas cuentan con el visto bueno correspondiente del Ministerio de Agricultura. Y sí, de vez en cuanto el trigo sale en el BOE. Para conseguir una fuerza determinada muchas veces combinamos distintas harinas, que es lo mismo que puedes hacer tú en casa (más a ojo, claro) si te quedas sin panadera pero te sobra de fuerza y de repostería: mézclalas y adelante.

Existen, además de esos trigos, distintas variedades locales que en muchos lugares, como Galicia, están tratando de recuperar, si bien representan una mínima parte del mercado y no serían capaces de cubrir la demanda de harina existente. Para que te hagas una idea, solo la mitad de la harina que se vende en España es de trigo cultivado aquí. El resto se compra a grandes productores, como Rusia o Canadá, que también ofrecen un grano de calidad.

Este rollo que empieza a parecerse al final de 2001 Odisea en el Espacio, se completa con dos apuntes más. Todos estos trigos se muelen en molinos. Vale. Pero en esencia hay dos tipos de molienda. La tradicional que se hacía y se hace con ruedas de piedra, un sistema que permite preservar una parte del salvado (la capa que recubre al grano y que aporta gran cantidad de nutrientes), que se pierde con los más modernos rodillos de acero. ¿Y para qué se inventaron entonces eso malditos rodillos? Porque con ellos se consigue una harina no solo más blanca -viejo ideal- sino más estable, menos nutritiva pero muy apropiada, por ejemplo, para pastelería. Bizcochos, brioches y alveoladas y ligeras baguettes, por ejemplo, necesitan este tipo de harinas, pues de otro modo no serían lo que son. Por cierto, todas nuestras harinas ecológicas (tanto blancas como integrales) son molidas a la piedra (excepto la harina de fuerza ecológica).

Sé que te he soltado un rollo, un tostón fino, pero la verdad es que tenía ganas de contarte de dónde venimos. Ahora, si quieres, puedes seguir buscando trigo por tu ciudad, a ver si lo encuentras. Y no, no vale alpiste.

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Habláis vosotr@s Recetas de pan integral

Pan semiintegral de Salvi Sánchez

Pan semiintegral de Salvi Sánchez


Valoraciones: 10 Comentarios

Pan semiintegral de Salvi Sánchez

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Me llamo Salvi y vivo en la Región de Murcia. Soy clienta de El Amasadero desde el 2017. Mi cuenta de Instagram es @silvi63146.

Hace unos años en vista del pan que venden en panaderías y establecimientos decidí empezar a hacer mi propio pan. Comencé comprando una panificadora y probando variedad de recetas de pan. Finalmente, hace unos dos años comencé a hacer pan con masa madre y amasándolo a mano.

¿Quieres publicar tu receta aquí? Envíanosla  y consigue un cupón de 50 € para gastar en El Amasadero.

Aunque en mi casa prefieren el pan blanco (también hecho por mi) yo prefiero hacérmelo integral o semiintegral y me gusta ir probando varias combinaciones de harinas.

Aquí os paso una de mis recetas de pan que estoy realizando últimamente.

Receta de pan semi integral con masa madre de salvi sanchez

Pan semiintegral de Salvi Sánchez

Esta receta de pan semi-integral de Salvi Sánchez es una exquisita combinación de harinas que resulta en una hogaza sabrosa y nutritiva. La harina integral de fuerza aporta estructura y volumen al pan, mientras que la harina de espelta integral agrega un sabor delicado y nutrición adicional. La harina panadera ecológica garantiza la calidad y pureza del pan. Cada rebanada de este pan es una invitación a disfrutar de su textura esponjosa y su sabor ligeramente dulce. Ideal para acompañar comidas o crear deliciosos sándwiches saludables.
3.38 de 8 votos
Tiempo de preparación 40 min
Tiempo de cocción 20 min
Tiempo de reposo 16 h 20 min
Tiempo total 17 h 20 min
Plato Acompañamiento, Pan
Cocina Panadería casera
Raciones 1 hogaza de 850 g
Calorías 1562 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Elaboración paso a paso
 

  • Mezclar todos los ingredientes menos la sal. Dejar reposar tapado en un bol (autolisis) unos 20 minutos.
  • Agregar la sal y amasar a mano hasta lograr una masa con cierta tensión.
  • Dejar la masa en el bol, taparlo y dejar fermentar a temperatura ambiente durante unas 3-4 horas (dependiendo de la temperatura). Cada media hora iremos haciendo pliegues a la masa con cuidado de no ir desgasificándola, solo dando tensión a la masa.
  • Cuando prácticamente haya doblado su volumen, volcar la masa sobre la mesa de trabajo con cuidado de no desgasificar.
  • Darle forma al pan.
  • Enharinar el banneton o el bol donde vayamos a dejar el pan reposar.
  • Dejarlo a temperatura ambiente unos 15-20 minutos. Cubrir con una bolsa de plástico y meterlo a la nevera durante 12 horas para que vaya fermentando lentamente.
  • A las 12 horas, precalentar el horno y el recipiente de cristal o la olla a 250ºC calor solo abajo.
  • Voltear el pan del banneton al recipiente, greñar, tapar y meter al horno durante 20 minutos calor solo abajo.
  • Transcurridos los 20 minutos, destapamos, cambiamos temperatura a 220ºC, calor arriba y abajo y horneamos durante 20 minutos más. Si vemos que se está dorando de más, cubrir con un poco de papel albal.

NUTRICIÓN

Calorías: 1562kcalCarbohidratos: 318gProteina: 50gGrasa: 8gGrasa saturada: 1gGrasa polinsaturada: 2gGrasa monosaturada: 0.5gSodio: 3902mgPotasio: 578mgFibra: 30gAzúcar: 2gVitamina A: 9IUCalcio: 76mgHierro: 18mg

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Categorías
Masas dulces Repostería tradicional

Tarta tatín con manzanas de temporada y una masa muuuuuy viciosa

Tarta tatín con manzanas de temporada y una masa muuuuuy viciosa


Valoraciones: 4 Comentarios

Tarta tatín con manzanas de temporada y una masa muuuuuy viciosa

Valoraciones: 4 Comentarios

Si comparamos esto de las harinas con el vestuario, se podría decir que la tarta tatín es un fondo de armario, un básico hogareño, de esos que se hacen con poco esfuerzo y que no fallan, con un sabor sencillo que te recuerda a la cocina de tu abuela aunque esta jamás hiciera tal cosa. Es también la mejor forma de acercarse a la masa quebrada, una masa a la que le dedicaremos una entrada aparte por sus muchas potencialidades y que se amolda con ligeras variaciones tanto a dulces como a salados.

La que vamos a usar aquí, para dulces, tiene un toque especial. Está mal que yo lo diga, pero está de muerte y además, si te sobra (siempre sobra algo) te darás unas galletas en familia estupendas. El secreto está en añadir un poco de harina de almendra, verás qué diferencia.
La clave de estos dulces tan sencillos está en conseguir que las pocas cosas que llevan sean de primera calidad. Esta masa lo es, y si aprovechas las frutas de temporada verás como la disfrutas más todavía. Higos y brevas o moras de zarza, por ejemplo, son una opción muy buena para darle un toque distinto. Si optas por las manzanas y tienes reinetas a mano (yo no las tenía), no lo dudes, tienen un leve sabor ácido que le va de maravilla a esta tarta con esa masa tan dulce.


Tarta tatín, receta con manzanas de temporada y una masa muuuuuy viciosa

Receta extremadamente fácil de tarta tatín de manzana. Deliciosa capa de manzanas caramelizadas sobre una crujiente capa de masa quebrada.
4.50 de 2 votos
Tiempo de preparación 45 min
Tiempo de cocción 1 h
Tiempo de reposo 1 h
Tiempo total 2 h 45 min
Plato Desayuno, Merienda, Postre
Cocina Francesa
Raciones 1 tarta de seis raciones
Calorías 3904 kcal

Ingredientes
  

Para el caramelo

  • 100 g azúcar
  • 60 g agua

Elaboración paso a paso
 

  • Mezcla los ingredientes de la masa quebrada a mano en un bol. La leche, el huevo y la mantequilla han de estar bien fríos, recién salidos de la nevera. Acaba de amasar sobre la mesa hasta tener una bola homogénea. Envuélvela en papel film y métela en la nevera para que se enfríe durante una hora o algo más. Enfriarla hará que el estirado sea más fácil.
  • Mientras, monda las manzanas, quítales el centro y córtalas en cuartos o hasta en ocho partes iguales si son muy grandes.
  • En una sartén al fuego prepara el caramelo con el agua y azúcar. En cuanto empiece a dorarse, agrega las manzanas y ásalas a fuego medio con el caramelo durante unos 30 minutos o hasta que veas que empiezan a ablandarse.
  • Aparta del fuego y deja que enfríen un poco. Mientras, precalienta el horno por arriba y por abajo a 200 grados.
  • Vierte las manzanas cubriendo todo el fondo del molde antiadherente de 25 cm con ellas y agrega el caramelo que quede en la sartén. Trata de no dejar huecos y de que los trozos tengan una altura más o menos igualada para que la masa quede lo más plana posible, sin escalones.
  • Enharina la encimera y dispón sobre ella la masa. Estírala con un rodillo (enharina un poco también la superficie de la masa para que no se pegue) hasta conseguir un círculo algo mayor que el diámetro del molde. Esta masa no debe quedar demasiado fina, unos 4 milímetros de grosor serán óptimos.
  • Recoge la masa enrollándola sobre el rodillo y ponla, desenrollando, sobre el molde con las manzanas. Mete bien los bordes con los dedos ajustando la masa a la forma del molde. Retira lo que sobre.
  • Con un tenedor, haz agujeros sobre la masa para permitir que salga el vapor y no se hinche.
  • Hornea en la bandeja central del horno 30 o 35 minutos, hasta que se dore. Retírala entonces y desmóldala inmediatamente para evitar que el caramelo se pegue al enfriarse. Para retirar el molde, trátala como una tortilla: tapa con un plato y dale la vuelta con rapidez, levantando después el molde. Y listo, así calentita está de muerte.

Notas

  • Si te sobra masa, llama a los niños de la casa y que se pongan a hacer galletas con los cortadores de galletas. Están muy buenas y se lo pasan en grande.
  • Si no tienes harina de almendra, sustituye esos 50 gramos por 30 gramos de más de harina repostera y una yema de huevo.

NUTRICIÓN

Calorías: 3904kcalCarbohidratos: 584gProteina: 48gGrasa: 169gGrasa saturada: 89gGrasa polinsaturada: 8gGrasa monosaturada: 37gGrasa Transgénica: 5gColesterol: 521mgSodio: 1156mgPotasio: 2006mgFibra: 48gAzúcar: 334gVitamina A: 5203IUVitamina C: 69mgCalcio: 325mgHierro: 16mg

Categorías
Habláis vosotr@s

Pan de aceite y anises de Charo Escañuela

Pan de aceite y anises de Charo Escañuela


Valoraciones: 5 Comentarios

Pan de aceite y anises de Charo Escañuela

Valoraciones: 5 Comentarios

Hola a todos los amigos panarras, me llamo Charo y llevo haciendo más desde hace 11 o 12 años de cuando vivía en Inglaterra, allí el pan es un asco y así empecé para intentar comer un pan decente. Al volver a España ya me había acostumbrado a mi pan y sigo con las manos en la masa.

¿Quieres publicar tu receta aquí? Envíanosla  y consigue un cupón de 50 € para gastar en El Amasadero.

Este pan es una petición de mi madre, tiene 88 años, que es de Motril y tiene el recuerdo y el sabor metido en sus sentidos, así que un día me dijo, porque no buscas la receta del pan de aceite y anises que me gustaba tanto….!

Tras diferentes búsquedas no lo encontré. En una visita a Motril lo compramos y guiándome por lo que ella me decía, me puse a hacer pruebas con mi madre de catadora. Tras múltiples fiascos, un día ¡Victoria! Me dijo «este sí es». Hace poco vi una receta muy parecida, pero este es mi versión.

Es un pan raro, con un sabor muy particular, que no tiene término medio, o te gusta mucho o no te gusta nada.

Es un pan poco hidratado, pero se humedece con el aceite que se le pone por encima y queda bien de textura. Probablemente se podría añadir mas agua, pero el que compré allí estaba también así, según mi percepción.

Ahí lo teneís por si a alguién le apetece hacerlo, también se le puede dar forma de rosca, pero el típico de Motril es como el de la foto.

Un saludo y ¡aupa los panarras!


Pan de aceite y anises de Motril

Pan de aceite y anises de Charo Escañuela

Pan de aceite y anises: Una delicia de la panadería tradicional, este pan se caracteriza por su sabor aromático a aceite de oliva y anís. La masa se prepara con harina, levadura, aceite de oliva, anís en grano y sal, luego se amasa y se deja leudar. Después de hornear, se obtiene un pan dorado y fragante, perfecto para disfrutar en el desayuno o la merienda. El pan de aceite y anises es una opción deliciosa con un toque especial de sabores mediterráneos.
5 de 1 voto
Tiempo de preparación 30 min
Tiempo de cocción 20 min
Tiempo de reposo 12 h
Tiempo total 12 h 50 min
Plato Acompañamiento, Pan
Cocina Española, Panadería casera
Raciones 5 panecillos
Calorías 427 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Elaboración paso a paso
 

  • Disuelve la levadura en el agua. Pon la harina en un cuenco amplio y dale forma de volcán. Incorpora en el agujero el agua con la levadura y el aceite, empieza a mezclar y agrega la sal y los anises, continúa mezclando hasta que puedas pasar la masa a la superficie de trabajo enharinada.
  • Amasa durante 4-6 minutos aproximadamente hasta obtener una masa elástica y poco pegajosa.
  • Haz una bola con ella y ponla en un cuenco untado en aceite de oliva, espolvoréala con harina y deja reposar, cubriendo con un paño, una hora o hasta que doble su tamaño.
  • Pasado este tiempo tapar con papel film y dejar toda la noche en la nevera.
  • ·Al dia siguiente sacar el bol y dejar a temperatura ambiente de 2 a 3 horas, dependiendo del calor que haga. Subirá algo, pero no mucho.
  • Pasado este tiempo, vuelca la masa en la superficie de trabajo y córtala en cuatro o seis porciones, dependiendo del tamaño que le quieras dar.
  • Estira cada porción de masa y dóblala sobre sí misma, primero la mitad de arriba hasta el centro de la masa y luego la mitad de abajo también hacia el centro, como si fuera un sobre y presionando en los puntos de unión.
  • Aplana la masa dándole la forma ovalada y enrolla uno de los lados sobre el otro sin llegar al final (como en la foto) y coloca sobre la bandeja del horno cubierta con papel de hornear.
  • Cubre con un paño y deja el segundo leudado hasta que doble su volumen.
  • Precalienta el horno a 220º
  • Pinta los panecillos con aceite de oliva. Introduce la bandeja con los panes en el horno creando vapor espolvoreando sobre las paredes y el fondo del horno con el spray y baja la temperatura a 200º c.
  • Cuando hayan pasado 10 minutos, abrir el horno para que salga el vapor, dejar en el horno 20 minutos más, retirarlos, volver a pincelarlos con aceite y dejarlos reposar sobre una rejilla. ¡Que lo disfrutéis!.

NUTRICIÓN

Calorías: 427kcalCarbohidratos: 76gProteina: 10gGrasa: 8gGrasa saturada: 1gGrasa polinsaturada: 1gGrasa monosaturada: 5gSodio: 624mgPotasio: 113mgFibra: 3gAzúcar: 0.3gCalcio: 17mgHierro: 5mg

Categorías
Panes planos Recetas de pan integral verano

Flatkökur, las tortillas integrales del círculo polar

Flatkökur, las tortillas integrales del círculo polar


Valoraciones: 2 Comentarios

Flatkökur, las tortillas integrales del círculo polar

Valoraciones: 2 Comentarios

Si no está en el círculo polar, Islandia debe de estar a las puertas, nada que ver con México, donde la sensación térmica ha de ser más bien toda la contraria. Sin embargo, los dos países han desarrollado un curioso gusto común por las tortillas hechas con harina. Hasta ahí las similitudes, ahora las diferencias.

Los flatkökur (en español también se transcribe como “flatkaka”, pero prefiero la otra versión, menos escatológica) se hacen con harina integral de centeno sobre una sartén o una plancha puesta al fuego. Después de probar unos buenos panes planos mexicanos la verdad es que me acerqué con algo de escepticismo a los flatkökur, pero el experimento culinario se saldó con un sorprendente y alabado resultado. Preparé una cena con ellos y los tres, mi mujer, mi hija y yo, nos los comimos en familia sin dejar una miga. Esto lo cuento porque en mis fracasos panaderos lo habitual es que me coma yo solo las pruebas mientras el resto se fríe unos huevos.

Son más firmes que las tortillas, tienen el aroma estupendo del centeno y además, sí, son muy saludables: integrales y sin grasas, por mucho que estas últimas me produzcan en sus distintas variedades redondas alegrías. Vale, llegados a una edad hay que cuidarse.

Los flatkökur se comen en Islandia acompañados con lonchas de carne ahumada de cordero. Lamentablemente no conseguí tal cosa y no me vi con fuerzas ni recursos para ahumar por mi cuenta un corderito. Así que los probé con rúcula y salmón, con cecina y también con lacón asado, y de todas esas variantes disfruté, sin descartarlo tampoco como pan de desayuno. Además, que no es poca virtud, se preparan rápido y se conservan bien metidos en una bolsa de plástico en la nevera.

Flatkökur, las tortillas integrales del círculo polar

Receta de wraps integrales típicos de Islandia, los flakokur son similares a una tortilla mexicana, pero hecha con harina integral. Se elabora con una masa simple de harina, sal, agua y levadura. La masa se extiende en discos delgados y se cocina en una sartén caliente hasta que estén dorados y ligeramente crujientes. Los Flatkökur son versátiles y se pueden disfrutar de muchas formas, ya sea como base para rellenos salados como carnes, quesos y vegetales, o incluso con ingredientes dulces como mermelada o crema. Son una opción popular para el desayuno o la merienda en Islandia.
4.67 de 3 votos
Tiempo de preparación 25 min
Tiempo de cocción 2 min
Tiempo de reposo 10 min
Tiempo total 37 min
Plato Acompañamiento, Aperitivo, Pan
Cocina Islandesa, Panadería casera
Raciones 8 flatkökur
Calorías 228 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Elaboración paso a paso
 

  • Mezcla todos los ingredientes en un bol y acaba el amasado sobre la mesa. Como esta masa es bastante pegajosa, espolvorea la encimera con harina, te será más fácil. Haz una bola y déjala reposar diez minutos.
    masa flatkakor, tortilla de centeno islandesa
  • Dale a la masa forma de salchicha y córtala en ocho partes iguales con la rasqueta de acero. Haz bolitas con ellas.
    Trocea la masa
  • Pon una sartén al fuego y, mientras se calienta, estira la primera de las bolitas con el rodillo hasta conseguir un círculo de masa fina, de un par de milímetros de espesor. Enharina bien la encimera y la superficie del flatkökur, sin miedo, para evitar que se pegue. Cuando tengas el círculo hecho, pincha su superficie con un tenedor en distintos puntos.
    Pincha la masa con un tenedor
  • Coge con cuidado la tortilla y ponla sobre la sartén caliente, sin aceite. Mantén un fuego medio alto, sin que llegue a humear. En un minuto o un poco más, verás como empiezan a salirle círculos negruzcos en el lado que estás cocinando. Es el momento de darle la vuelta y dejarlo un minuto más por el otro lado.
    Da la vuelta a la flatkaka
  • Sácalo de la sartén y ponlo sobre una rejilla de enfriar. Con el pulverizador o, si no lo tienes, salpicando agua con los dedos, rocía (dos o tres disparos de pulverizador bastan) por cada lado el flatkökur.
  • Repite el mismo proceso con el resto. Cuando empiecen a enfriarse en la rejilla puedes pasarlos a un plato y apilarlos allí.

Notas

Una vez fríos puedes meterlos en una bolsa de plástico bien cerrada y guardarlos varios días en la nevera.
Si prefieres un sabor más algo más silvestre sustituye la leche por agua en la receta.
He visto en alguna receta islandesa que alguien sugiere hacerlos solo con centeno integral y agua, pero que me explican cómo diablos extienden esa pasta después con un rodillo y cómo la despegan de la encimera…
Y finalmente, en Islandia existe la costumbre, al parecer, de coger las tortillas cuando salen de la sartén y sumergirlas íntegramente en un recipiente con agua durante un segundo. He probado esa variante y no encuentro las virtudes que aporta remojar al pobre flatkökur, pero allá cada cuál con el respeto a las tradiciones.

NUTRICIÓN

Calorías: 228kcalCarbohidratos: 44gProteina: 8gGrasa: 3gGrasa saturada: 1gGrasa polinsaturada: 0.5gGrasa monosaturada: 0.5gColesterol: 6mgSodio: 262mgPotasio: 236mgFibra: 5gAzúcar: 3gVitamina A: 83IUVitamina C: 0.001mgCalcio: 75mgHierro: 2mg

Categorías
Desayunos Panes planos verano

Beghrir marroquí, ¿cómo algo tan fácil puede estar tan bueno?

Beghrir marroquí, ¿cómo algo tan fácil puede estar tan bueno?


Valoraciones: 5 Comentarios

Beghrir marroquí, ¿cómo algo tan fácil puede estar tan bueno?

Valoraciones: 5 Comentarios

Mi abuela era muy bajita y una mujer encantadora y tranquila en todos los ámbitos de su vida salvo en la cocina. Allí asumía el mando militar de las operaciones y solo se podían hacer las cosas siguiendo exactamente sus órdenes, que no instrucciones. Si alguien no las acataba se desataba un metro y medio de furia en los fogones. Me acordé de ella haciendo los beghrir, porque mi abuela, que durante toda su existencia cocinó miles y miles de filloas (jamás hizo ningún otro tipo de pan plano, le hubiera parecido una traición), me hubiera hecho encarcelar y azotar si me hubiera visto con esto.

Me habría crucificado por esas extrañas burbujas y por lo gordas que salen cuando según la Ley Suprema de las Filloas, cuanto más finas, mejor. Y me preguntaba también cómo habría reaccionado mi amada teniente coronel al probar el beghrir, porque sin poder yo jamás aspirar a hacer sus filloas, sí puedo decir que he hecho unos beghrir cojonudos y hasta puede que mi querida abuela hubiera depuesto las armas.

Confieso que no tenía yo grandes esperanzas en esta receta, pero cuando empezaron a aparecer las burbujitas en la sartén me animé y después de probar el primero, más todavía. No solo porque están muy, muy buenos, sino porque no debe haber muchas cosas más fáciles de hacer. Cómetelos calentitos con miel, o con mantequilla y azúcar, o con mermelada. O solos. Prueba, que vale la pena.

Amasadora Ankarsrum

Receta de beghrir marroquí

Beghrir marroquí, ¿cómo algo tan fácil puede estar tan bueno?

También conocidos como "tortitas milagrosas" o "tortitas de los mil agujeros", los beghrir son una especialidad de la cocina marroquí. Son crepes esponjosas y ligeras, caracterizadas por su textura llena de pequeños agujeros en la superficie. Se sirven tradicionalmente con miel y mantequilla derretida, y a menudo se espolvorean con azúcar glas y se acompañan con té de menta. Los beghrir son una delicia única y sabrosa que forma parte de los desayunos y meriendas marroquíes.
5 de 4 votos
Tiempo de preparación 10 min
Tiempo de cocción 2 min
Tiempo de fermentación 2 h
Tiempo total 2 h 12 min
Plato Desayuno, Merienda
Cocina Marroquí
Raciones 8 Beghrir
Calorías 133 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Elaboración paso a paso
 

  • Mezcla todos los ingredientes en un bol. Bate con unas varillas hasta conseguir una masa con una textura de crema bastante suelta.
    masa lista para ir a la sarten. Beghrir - Marruecos
  • Deja fermentar tapado durante dos horas a temperatura ambiente. Pasado ese tiempo verás que está lleno de burbujas, si no es así, espera un poco más.
  • Al final de la fermentación bate unos segundos para mezclar bien.
  • Pon una sartén al fuego y espera a que se caliente, sin llegar a humear. Llena un cucharón de sopa y vierte con él, con cuidado, la masa en el centro de la sartén. La mesa se extenderá por la sartén sin llegar a los bordes. Si ves que llega a ellos, pon menos cantidad la próxima vez.
    A los pocos segundos verás como la masa se llena de agujeritos.
  • En aproximademante un minuto verás que la superficie se ha secado de líquido, no hace falta ni que mires por debajo, es señal de que están listos. No les des la vuelta (se hacen solo por un lado).
  • Sácalos de la sartén y déjalos enfriar sobre la rejilla. Si los apilas uno sobre otro en caliente se acabarán pegando entre ellos.
  • Repite hasta acabar toda la masa. Listo.

Notas

Si te gusta el toque de la mantequilla puedes poner unos gramos en el fondo de la sartén antes de echar la cucharada de masa. Para gustos.

NUTRICIÓN

Calorías: 133kcalCarbohidratos: 25gProteina: 5gGrasa: 1gGrasa saturada: 1gGrasa polinsaturada: 0.3gGrasa monosaturada: 0.4gGrasa Transgénica: 0.003gColesterol: 22mgSodio: 211mgPotasio: 70mgFibra: 1gAzúcar: 1gVitamina A: 55IUVitamina C: 0.001mgCalcio: 29mgHierro: 2mg

Categorías
Empanadas

Samosas, sabor de la India

Samosas, sabor de la India


Valoraciones: 2 Comentarios

Samosas, sabor de la India

Valoraciones: 2 Comentarios

Para los que se han adentrado en el mundo de la empanadilla y para los que no, las samosas no entrañan ninguna dificultad. Tampoco hay fermentación en esta masa que obligue a planificar largos procesos. Más allá de un reposo para relajar el gluten, no hay más esperas, así que es apta para improvisaciones. El aceite que lleva la masa le da ese toque semihojaldrado propio de esta receta. Aquí te mostramos el relleno tradicional pero, honestamente, yo me entregaría gustoso a la heterodoxia, porque están muy buenas, sí, con su patata y sus guisantes, pero si tienes en casa un excedente de gambas de Huelva, de berberechos de las Rías Baixas o tus hijos exigen pollo, no te cortes y varía.

No por dejar de ser canónico en esto de la cocina te vas a convertir en hereje. Eso sí, ten en cuenta que estas preparaciones, por mantener algo el espíritu, llevan especias, así que yo no introduciría nada que las eclipse. A ver, si te da por hacer samosas de chorizo picante de Zamora, igual descubres algo inigualable, pero entonces ahórrate la cúrcuma y el cilantro y bautiza las samosas de otra manera.

El único asunto que tienes que tener en cuenta para hacer unas buenas samosas está en la finura de la masa. Abusa del rodillo para lograr unas láminas de papel, porque te quedarán mucho más delicadas y certeras que si presentas una masa gruesa.

Dale un respiro a las empanadillas y atrévete, porque solo el olor de la cocina con las especias en la sartén ya hará que valga la pena meterse en faena.


Receta de samosas de El Amasadero

Receta de samosas, sabor de la India

Receta de samosas: Las samosas son deliciosos aperitivos originarios de la cocina de la India y del sudeste asiático. Consisten en pequeñas empanadas rellenas de una mezcla especiada de vegetales, carne o ambos, envueltas en una masa crujiente. El relleno puede incluir ingredientes como patatas, guisantes, cebollas, carne de pollo o cordero, especias como comino, cilantro y cúrcuma. Las samosas se fríen hasta obtener un exterior dorado y crujiente, y se sirven calientes. Son perfectas como aperitivos.
5 de 1 voto
Tiempo de preparación 25 min
Tiempo de cocción 20 min
Tiempo total 45 min
Plato Acompañamiento, Aperitivo, Plato principal
Cocina India
Raciones 16 samosas
Calorías 78 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Para la masa:

Para el relleno:

  • media patata grande o una pequeña
  • 1 zanahoria mediana
  • 2 dientes de ajo
  • 1 cebolla mediana
  • 100 g guisantes
  • 2 cucharaditas curry
  • 1 cucharadita cúrcuma molida El Amasadero
  • 1 trozo jengibre pequeño (como un dado grande) 
  • ½ cucharada cilantro en grano El Amasadero
  • ½ cucharadita comino molido El Amasadero
  • 1 puñado cilantro fresco
  • 100 ml caldo de verduras o agua

Elaboración paso a paso
 

  • Mezcla los ingredientes para la masa en un bol y trabaja sobre la mesa cuando la harina haya absorbido el líquido. Bastará un amasado de unos diez minutos. Dispón la masa en un bol tapado y deja reposar aproximadamente una hora.
  • Mientras, puedes preparar el relleno. Pica fina la cebolla, la patata y la zanahoria y deja pochar unos minutos en la sartén con un fondo de aceite de girasol.
  • En otra sarten, calienta ligeramente los granos de cilantro hasta que empiecen a desprender aroma. Retira y machaca en un mortero.
  • Añade a la sartén en la que estás pochando las hortalizas, todas las especias y deja al fuego, removiendo para que no se quemen, un par de minutos para que abran y ofrezcan todos sus aromas.
  • Añade los guisantes y el agua o el caldo de verduras para completar la cocción, unos 15 minutos más o hasta que la patata y la zanahoria estén tiernas y el agua se haya evaporado.
  • Aparta del fuego y espolvorea con el cilantro fresco picado. Ya tienes el relleno listo.
  • Coge la masa y dale forma de salchicha sobre la encimera. Divídela con la espátula o el cuchillo en ocho partes iguales y haz una bolita con cada una de ellas.
  • Coge la primera de las bolitas y extiéndela todo lo que puedas con el rodillo sobre la encimera o, si tienes miedo de que se te pegue, sobre una hoja de papel de horno.
  • Cuando hayas completado el trabajo con el rodillo corta un círculo de unos 20 centímetros de diámetro. Yo he empleado la tapa de una lata de galletas danesas para hacer el círculo y queda bárbaro.
  • Corta cada círculo en dos mitades y con cada una de ellas crea un cono. Para pegar la masa y lograr esa forma humedece los bordes que van a estar en contacto con los dedos y presiona ligeramente.
  • Eso basta para que no se abran después en la sartén.
  • Con una cucharita rellena los conos de masa con la mezcla que tienes reservada en la sartén. No lo cargues hasta el borde porque entonces no podrás cerrarlo. Humedece esos bordes con agua y presiona para sellar. Repite el mismo proceso con el resto de las bolitas de masa.
  • Pon abundante aceite de girasol (el de oliva aporta demasiado sabor y queremos una grasa vegetal suave) en una sartén y calienta a fuego medio alto.
  • Fríe las samosas por tandas, sin llenar la sartén, para que no baje la temperatura del aceite. Cuando estén doradas sácalas y déjalas reposar un par de minutos sobre papel absorbente para eliminar los excesos de aceite. Ya tienes las míticas samosas.

NUTRICIÓN

Calorías: 78kcalCarbohidratos: 12gProteina: 2gGrasa: 3gGrasa saturada: 2gGrasa polinsaturada: 0.2gGrasa monosaturada: 1gColesterol: 6mgSodio: 101mgPotasio: 41mgFibra: 1gAzúcar: 1gVitamina A: 657IUVitamina C: 1mgCalcio: 6mgHierro: 1mg

Categorías
DIY

Cómo improvisar un horno de verano en plan McGyver

Cómo improvisar un horno de verano en plan McGyver

DIY

Valoraciones: 14 Comentarios

Cómo improvisar un horno de verano en plan McGyver

DIY
Valoraciones: 14 Comentarios

En un lugar de Galicia cuyo nombre prefiero no difundir para evitar que se me llene, econtrábame una mañana en modo vacacional, es decir, paleolítico, cuando con los 30 grados del sol de Ourense (no desvelo, pero apunto), entráronme unos ardientes deseos de hacer pan.

Así comienza esta historia protagonizada por mí mismo en vacaciones, es decir, por un hombre asilvestrado que gusta de levantarse tarde, bañarse en el río y cocinar con fuego en el suelo, pasando el día compartiendo vinos con los amigos a la sombra de una parra o leyendo en el mismo lugar.

Todo ello en un lugar donde no llega el ruido de los coches y donde apenas se ve un vecino de pascuas en ramos. Un sitio, como se puede intuir, donde la neurona tiene tendencia a flojear.

Cabía la posibilidad de arrancar el coche y bajar al pueblo a comprar pan, pero lo mismo que incluyo el cepillo de dientes en la maleta, viene también conmigo una bolsa de harina y un sobre de levadura para hacer frente a cualquier emergencia, así que el coche se quedó en su sitio.

El reto estaba en no encender horno alguno y en aprovechar el fuego que hacíamos en el suelo para cocinar. Podría escribir aquí la receta que empleé, pero la verdad es que parte de la gracia estaba en hacer un pan sin receta, a ojo, con la soltura con la que los marines de la películas bélicas yankis de serie B montan y desmontan sus fusiles con los ojos cerrados. Pues así tal cual, calculando a ojo y con un amasado mínimo haciendo temblar en el proceso la mesa plegable de playa que servía de encimera.

Para improvisar el horno, que no teníamos, nos agenciamos una losa de granito y la calentamos, elevada sobre unas piedras, tanto por arriba como por abajo solo con leña, nada de carbón. Con media hora fue más que suficiente para resolver el tema, el problema estaba en qué hacer para conseguir una cúpula. Ese día tocaba arroz con mejillones en paella alta, y antes de ponerme a cocinar le pedí al recipiente un servicio previo. El pan se hizo sobre la piedra cubierto con la paella al revés y sobre esta dispuse las brasas que había retirado previamente de encima de la losa. McGyver no habría inventado nada mejor en menos tiempo.

Allí, bajo la parra, contemplaba la evolución del rudo invento con cierto escepticismo. Tras media hora de aromas de fuego y pan, bajo la paella encontré una hermosa hogaza que había crecido perfectamente. Apenas lo dejamos enfriar antes de dar cuenta de aquel bollo con unos chorizos de la aldea. El pan estaba estupendo y tenía, además, un toque ahumado.

Lo de sacar el pan de allí e inmediatamente después darle la vuelta a lo que sirvió de horno para empezar a cocinar un arroz ya es, directamente, un paso más en la evolución humana.

Que voy a necesitar

Cualquier superficie limpia donde amasar y un bol, olla, cazo, cubo o lo que encuentres para la fermentación.

Ingredientes aproximados para un pan de 800 gramos

  • 500 gramos de harina panadera El Amasadero
  • 350 gramos de agua
  • 9 gramos de sal
  • 2 gramos de levadura seca de panadero

  1. Mezcla como puedas los ingredientes. Yo lo hice sobre una mesa de playa plegable, la misma sobre la que amasé unos minutos con un par de reposos entre amasados.
  2. Pon la masa a fermentar durante dos horas y media en un recipiente tapado. En este caso empleé una olla cubierta con un paño.
  3. Al cabo de ese período, vuelva a la mesa de playa a darle forma y déjalo reposar allí mismo, cubierto con un paño, otra hora más.
  4. Prepara el fuego y calienta con leña la losa que usarás de base. Primero haz un fuego, después pon la losa sobre el fuego apoyada en unas piedras y dispón sobre la superficie parte de las brasas.
    Cómo hacer un horno improvisado al aire libre
  5. En media hora la losa estará suficientemente caliente. Retira la brasas de la parte superior y limpia la superficie con una escoba o unas ramas. Antes de poner el pan, comprueba la temperatura arrojando un poco de harina. Si esta se quema nada más tocar la piedra, es que está demasiado caliente, espera unos minutos hasta que baje un poco la temperatura.
  6. Pon el pan directamente sobre la piedra y cúbrelo con la paella al revés. Sobre esta y alrededor de ella dispón las brasas que retiraste previamente. Siéntate a contemplar tu obra y retira el pan media hora después. Si todavía no está bien dorado, déjalo un poco más.antes_de_cubrir

    Cúpula con paella para hacer pan

Consejos

Este pan lo puedes dejar fermentar toda la noche en la nevera y te ahorras organización el mismo día en que quieres hacerlo.

Si tienes a mano la plancha Celsius utilízala como base del horno improvisado.

Esto no es una receta, sino un experimento de supervivencia panadera, así que improvisa cuanto quieras que en este caso el fin sí que justifica los medios.

Pan hecho en un horno improvisado al aire libre

Categorías
Panes planos Recetas de panes tradicionales verano

Bazlama, pan sin horno para el día a día

Bazlama, pan sin horno para el día a día


Valoraciones: 15 Comentarios

Bazlama, pan sin horno para el día a día

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En turco harina se dice “un” y agua “su”. Algo divino han de hacer los turcos cuando a los ingredientes básicos del pan le ponen nombres que suenan a dioses nórdicos. Por satisfacer la curiosidad de los lectores: sal se dice “tuz” y levadura, “maya”, sí, como la abeja.

Con esos ingredientes y alguno más cuecen en Turquía su pan bazlama, que tiene indudables ventajas veraniegas en cualquier país donde apriete el calor. Como todos los panes, tiene sus tiempos de fermentación, pero no hay horno y con cinco minutos de sartén a media temperatura tendrás un pan bárbaro para acompañar tus comidas y para bastante más, porque aunque entra dentro de la categoría de panes planos, tampoco lo es tanto y lo puedes abrir al medio sin miedo y hacerte bocatas de lo que te dé la gana. Untado con mantequilla salada te dará también muy buenas tostadas, consistentes y al mismo tiempo esponjosas, porque el bazlama desarrolla su miga aún sin tocar horno.

Si andas por ahí de barbacoa con plancha de hierro también los puedes hacer al aire libre, porque para darle forma no hace falta rodillo. Como ves, un todoterreno que facilita seguir con el vicio del pan sin jugarse la vida con los excesos térmicos a los que tienden los hornos en estas fechas.

Amasadora Ankarsrum

Receta de bazlama, panecillos turcos en sartén

Bazlama, pan sin horno para el día a día

Panecillos turcos que se hacen en la sartén. Receta especialmente atractiva cuando se quiere hacer pan en verano sin encender el horno.
3.50 de 8 votos
Tiempo de preparación 5 min
Tiempo de cocción 3 min
Tiempo de reposo 2 h
Tiempo total 2 h 8 min
Plato Acompañamiento, Pan
Cocina Turca
Raciones 7 panecillos
Calorías 257 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Elaboración paso a paso
 

  • Mezcla los ingredientes en el bol y amasa sobre la encimera. Es una masa muy sencilla de trabajar. Con cinco minutos de amasado, llega.
  • Deja fermentar en el bol tapado durante una hora y cuarto. Transcurrido ese tiempo, pon la masa sobre la mesa y dale forma de salchicha gruesa con las manos, tal cual lo hacías de niño con la plastilina.
  • Con la rasqueta, mejor si es metálica y rígida, o con un cuchillo, divide la salchicha en siete partes iguales. Dale a cada una forma de bola. Estira cada una de ellas con la mano sobre la encimera hasta lograr una torta plana de un centímetro y medio de grosor, aproximadamente. Déjalos reposar sobre la misma encimera cubiertos con un paño durante 45 minutos.
  • Pon una sartén a fuego medio y cuando esté caliente, dispón sobre ella los bazlamas, uno a uno o más a la vez si la sartén es grande. Muévelos de cuando en cuando para que no se quemen y déjalos entre dos y tres minutos, hasta que empiecen a aparecer áreas tostadas, antes de darles la vuelta y repetir el mismo proceso por el otro lado. Listo, así de fácil.

Notas

Consejos
La leche que lleva esta receta le aportará una miga más suave (como en el pan de molde). Si quieres un resultado más pánico sustituye la leche por la misma cantidad de agua.

NUTRICIÓN

Calorías: 257kcalCarbohidratos: 50gProteina: 7gGrasa: 3gGrasa saturada: 0.4gGrasa polinsaturada: 0.5gGrasa monosaturada: 2gSodio: 445mgPotasio: 72mgFibra: 2gAzúcar: 1gVitamina C: 0.001mgCalcio: 11mgHierro: 3mg

Categorías
Panes planos verano

Piadinas para rellenar con lo que quieras

Piadinas para rellenar con lo que quieras


Valoraciones: 4 Comentarios

Piadinas para rellenar con lo que quieras

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Los italianos son unos maestros de los panes planos. Con su invención de la pizza ya podían haber descansado sin necesidad de demostrar nada más, pero es que también han ideado otra genialidad, la piadina, un pan que llevan siglos haciendo, receta de absoluta sencillez cuyo éxito se evidencia en la existencia de cadenas de comida rápida que surten a los clientes de tales preparaciones tal cual un McDonalds.

Como con la pizza, la piadina es un triunfo conceptual, porque no se trata solo de elaborar un pan plano, sino de organizarlo de un modo tan brillante que acaba desarrollando una personalidad propia. Porque no es pizza, ni tortilla, ni bocadillo aunque de todos ellos toma rasgos. Es otra cosa con alma propia y una presentación impecable. Si las quieres hacer fetén, corta círculos perfectos de masa con un molde mediano (unos 24 centímetros) que tengas por casa. Puedes conservarlas, ya hechas, en una bolsa en la nevera, rellenarlas cuando quieras y servirlas calentitas con un golpe de sartén, y meterles dentro lo que más te guste. Aquí probamos dos recetas, una con jamón ibérico e Idiazábal y otra con salmón ahumado, aguacate y mozzarella, ambas con rúcola. Es una sugerencia, pero no te cortes y prueba con lo que más te guste, incluso con dulce, para postres y merienda.

Amasadora Ankarsrum

Receta de piadina paso a paso

Piadinas para rellenar con lo que quieras

Receta de piadina italiana, un pan plano muy suave y sabroso que se usa para evolver rellenos a modo de bocadillo.
3.95 de 18 votos
Tiempo de preparación 15 min
Tiempo de cocción 5 min
Tiempo de reposo 1 h 45 min
Tiempo total 2 h 5 min
Plato Pan
Cocina Italiana
Raciones 7 piadinas
Calorías 352 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Elaboración paso a paso
 

  • Mezcla los ingredientes y amasa sobre la encimera unos minutos hasta conseguir una masa suave.
  • Deja reposar media hora en el bol tapado.
  • Estira la masa en forma de salchicha y divídela en siete partes iguales. Forma pequeñas bolitas con cada una de ellas haciéndolas girar con una mano sobre la encimera. Cúbrelas, en la misma encimera, con un paño limpio y déjalas reposar 45 minutos.
    Dividir la masa en porciones y dejar reposar
  • Aplana una de las bolas de masa con la mano y sigue estirando con un rodillo hasta lograr un grosor de un par de milímetros. No hace falta que quede como papel de fumar. Esta operación puedes hacerla sobre una  hoja de papel de horno enharinada porque te resultará más fácil después despegar la piadina y llevarla a la sartén. Si lo haces directamente sobre la encimera o la mesa, enharina bien la superficie para que no se pegue. Para lograr una piadina perfecta, una vez estirada corta círculos con un molde que tengas por casa, o con la tapa redonda de una caja de galletas danesas…
  • Emplea una sartén de fondo grueso para hacerlas. Caliéntala a fuego medio y dispón sobre ella una piadina. Muévela de cuando en cuando para que se haga por todas partes igual. Con un par de minutos por cada lado, llega. Repite el proceso con el resto de bolitas de masa.
  • Con la piadina caliente dispón el relleno y dóblala por la mitad presionando para que quede plegada. Si se te enfría mientras haces las demás, puedes darle un toque de nuevo en la sartén, ya montada y doblada, para que llegue al plato calentita.

Notas

Recuerda que si te sobra masa puedes guardarla, en una bolsa, en la nevera. Cuando la quieras usar bastará con que la pases por la sartén para que te quede perfecta.
La receta tradicional de la piadina emplea manteca de cerdo, aún así, si quieres sustituirla por otra grasa, puedes emplear un aceite de oliva suave. Cambia los 90 gramos de manteca de la receta por 70 de aceite y listo.

NUTRICIÓN

Calorías: 352kcalCarbohidratos: 55gProteina: 7gGrasa: 11gGrasa saturada: 7gGrasa polinsaturada: 1gGrasa monosaturada: 3gGrasa Transgénica: 0.4gColesterol: 28mgSodio: 718mgPotasio: 80mgFibra: 2gAzúcar: 0.2gVitamina A: 321IUCalcio: 15mgHierro: 3mg

Categorías
Conceptos básicos verano

Consejos para hacer buen pan en verano

Consejos para hacer buen pan en verano


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Consejos para hacer buen pan en verano

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Es verano y el sol aprieta y ante la imagen de un horno encendido puede salir espontáneamente un “vade retro”. Vale, hace calor, pero seguro que te gusta comer buen pan igual que en invierno. Además se puede. Al pan le pasa como a las personas mayores, le afecta, y mucho, el cambio de tiempo. En los meses estivales, además, tiene una marcada tendencia a volverse un poco loco. Si tienes en cuenta lo que le ocurre a las masas cuando luce el sol, podrás hacer buenos panes igualmente. Aquí unos consejos veraniegos.

El gran problema en verano, sobre todo en el sur, es que con la temperatura las levaduras enloquecen y se reproducen a una velocidad de vértigo. En la práctica esto supone que tus panes fermentarán rápido, demasiado rápido. Una fermentación demasiado veloz dejará como resultado panes más insípidos. Eso cuando los panes no se pasan de fermentación y te deprimen con esa textura mortecina y exangüe ajena a toda greña.

Aquí unos consejos para evitar tal cosa. Elige el que más se adapte a tus preferencias y prueba y, si gustas, inténtalo otro día con otro. Vete de uno en uno porque no son combinables: o uno u otro.

Usa ingredientes fríos

Para retardar esa fermentación usa ingredientes fríos. Emplea agua de la nevera y, si es necesario, mete también en el frigo la bolsa de la harina, verás como así las levaduras remolonean más y tu pan desarrolla sabores más intensos.

Fermenta en la nevera

También puedes recurrir a un método que funciona todo el año, el de hacer fermentaciones largas en la nevera. Deja la masa de un día para otro en el frigorífico y olvídate de los vaivenes estivales.

Para estas fermentaciones largas que tan buenos resultados dan, prueba a emplear harina de fuerza en lugar de panadera y verás como el gluten aguanta, no se degrada y te dará unas hogazas alveoladas y esponjosas. Si vas hacer panes con una hidratación inferior al 70 % (70 gramos de agua por cada 100 de harina), emplea harina de fuerza ecológica El Amasadero, y si tus panes van a estar más hidratados, utiliza harina de fuerza o manitoba de gran fuerza que aguantarán mejor la estructura de tus hogazas sin derrumbarse en el proceso.

Emplea la mitad de levadura

Si no tienes tiempo para esperar esas fermentaciones o no quieres hacerlo, prueba con algo muy sencillo: reduce la cantidad de levadura que empleas tanto en los prefermentos como en las masas. Con la mitad de levadura, tardará el doble.

Prueba con masa madre

Prueba a tirarte a la piscina, pero a la de masa madre. Si en invierno te da más pereza usarla porque las fermentaciones son mucho más lentas que con levadura, ahora es tu momento. Emplea masa madre y verás como los panes suben con ella en verano como con levadura en invierno. Además, la masa madre crece más rápido y más fácil con calor. Recuerda, eso sí, que deberás refrescarla dos o tres veces al día porque se te llenará de burbujas volando y con una sola vez no le llega: el bicho tiene hambre.

También puedes, claro, hacer panes en sartén, sobre la Celsius al fuego o directamente a la brasa, pero esas son historias de otras entrada en este blog.

Recetas de panes sin horno

Receta de pan naan en sarten

Pan naan en sartén

receta_de_pan_en_sarten_700

Pan express en a sartén

 

Chapati hinchándose en la sarten.

Chapatis indios

 

Receta de lavash (tortilla de trigo armenia)

Lavash, pan plano armenio

 

Categorías
Pasta casera

Maccheroni al pettine con pomodorini, olive nere e burrata de @Tesimpasta

Maccheroni al pettine con pomodorini, olive nere e burrata de @Tesimpasta


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Maccheroni al pettine con pomodorini, olive nere e burrata de @Tesimpasta

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Los maccheroni al pettine, pasta típica modenese hecha solo con harina 00 y huevos, servida normalmente con ragù di coniglio y otras salsas más potentes, la vamos a combinar hoy con una salsa muy sencilla, ligera, pero a la vez con una mezcla de sabores importante. En la pasta fresca muchas veces menos es más, no siendo necesario el uso de muchos ingredientes para obtener platos muy completos y sabrosos.

Los maccheroni al pettine son un tipo de pasta fresca al huevo que se hace en las llamadas Valle Mirandolesi, área natural protegida de Mirandola, situada en el norte de la provincia de Modena, en la llamada pianura padana, cerca ya de las provincias de Mántova y Ferrara. Es un tipo de pasta que surge por la producción de cáñamo en la zona, ya que antiguamente toda esta llanura era zona de humedales donde se producía. Las señoras de la zona tejían el cáñamo en los telares. Una de las partes de estos telares es el pettine, una pieza con la que se encajaban los hilos, una especie de peine. A alguna de estas señoras se le ocurriría que pasando un trozo de pasta enrollada en un palo por este utensilio daba como resultado un tipo de pasta único, ya que retenía muy bien las salsas. Así nació este tipo de pasta que está muy localizado en esta zona y no se hace fuera de ella. Hoy en día, sigue usándose el antiguo pettine en la zona, aunque podemos obtener resultados similares con la tablilla rigagnocchi.

La burrata es un queso fresco de leche de vaca similar a la mozzarella pero con forma de saco cuyo interior contine stracciatella (mozzarella hilada a mano con nata), de consistencia filamentosa y blanda. Este queso tiene sus orígenesen Puglia, más concretamente en Andria, pero es ya conocido en el mundo entero. Su peso puede variar de entre 100 y 1000 g y su color es blanco como la leche.


Maccheroni al pettine con pomodorini, olive nere e burrata de @Tesimpasta

Maccheroni al pettine con pomodorini, olive nere e burrata de @Tesimpasta

Maccheroni al pettine con pomodorini, olive nere e burrata: Una deliciosa receta de pasta italiana de la reconocida cuenta de Instagram @tesimpasta. Los maccheroni al pettine, una variedad de pasta rizada y estriada, se cocinan al dente y se mezclan con una salsa de pomodorini frescos, aceitunas negras y burrata cremosa. La combinación de sabores es equilibrada y deliciosa, con la acidez de los tomates, el toque salado de las aceitunas y la suavidad de la burrata. Es un plato reconfortante y lleno de sabor que seguro te encantará.
5 de 1 voto
Tiempo de preparación 45 min
Tiempo de cocción 10 min
Tiempo de reposo 30 min
Tiempo total 1 h 25 min
Plato Plato principal
Cocina Italiana
Raciones 650 g de pasta
Calorías 4 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Para la pasta

Para la salsa para dos personas

  • 250 g maccheroni al pettine
  • 50 ml aceite de oliva virgen extra
  • 2 dientes de ajo
  • 2 guindillas
  • 300 g tomatitos
  • 50 g aceitunas negras
  • 1 burrata
  • sal
  • pimienta negra molida El Amasadero

Elaboración paso a paso
 

Tamizar y mezclar ingredientes

  • Poner la harina ya pesada y tamizada sobre la tabla.
  • Retirar una porción de unos 50 g de harina que usaremos solo si la masa queda muy blanda (normalmente con huevos XL la proporción es de un huevo por cada 100 g de harina, pero a veces el tamaño de los huevos requiere menos harina).
  • Realizar con los dedos un hueco en el centro de forma que quede un volcán. Poner dentro los huevos e iniciar a batirlos con un tenedor al tiempo que se va introduciendo poco a poco la harina de los bordes. Continuar así hasta que la mezcla harina-huevos se convierta en masa.
    Hacer un volcán y echar los huevos
  • Dejar el tenedor y, con la ayuda de la rasqueta, limpiar la tabla al tiempo que recogemos todos los restos en la masa.
    Mezclar con el tenedor

Amasado

  • Con la tabla bien limpia y sin restos, amasar durante diez minutos con movimientos envolventes. De esta forma, el gluten se irá desarrollando y la masa tendrá la elasticidad necesaria para ser estirada. Si en este paso vemos que la masa queda muy blanda, añadimos la harina retirada previamente, pero al inicio del amasado.

Reposo

  • Dejar la masa que repose durante 30 minutos, cubierta con un paño o bien con un bol.

Estirado de la masa

  • Pasado el tiempo de reposo, aplanar la masa con la ayuda de los dedos y de las manos hasta dejar un disco plano.
    Aplanar la masa
  • Coger el rodillo especial para pasta y desde el centro y hacia afuera, hacerlo girar con movimientos decisivos y continuos.
    Estirar con el rodillo
  • Girar la masa 90 º (hacerlo siempre en el mismo sentido) y repetir los movimientos de rodillo hasta dejar un disco de unos 5 mm de espesor.
  • Girar la masa en el rodillo y hacer giros con el mismo. De esta forma se va estirando el centro de la masa.
    Seguir estirando con el rodillo
  • Con la ayuda del rodillo a partir de este momento, girar la masa 90º de nuevo y trabajar las partes externas de la masa que cada vez se convertirá en un círculo más amplio.
  • Repetir estos últimos movimientos tantas veces como sea necesario, hasta que toda la masa quede uniforme y con un grosor de 1-2 mm.
    Aspecto de la masa una vez estirada

Dar forma a la pasta

  • Para hacer los maccheroni, cortar tiras de 5 cm.
    Cortar tiras de masa
  • Coger una de las tiras y enrollar la punta en el palito hasta que de la vuelta. Cortar entonces a mano la pasta.
    Enrollar sobre el palito.
  • Girar el palito presionando sobre la tablilla rayada, de forma que los surcos quedarán grabados en la pasta.
    Pasar la masa por la tablilla
  • Proceder de igual manera con toda la masa estirada.

 Secado

  • Dejar secar una hora antes de cocerla para que los maccheroni no pierdan la forma.

Para preparar el plato

  • Poner el agua para la cocción de la pasta, el plato se prepara mientras dura la cocción de la pasta.
  • En una sartén ponemos en frío el aceite, los ajos y las guindillas (si prefieres las puedes quitar, aunque le dan un ligero toque picante muy agradable)
  • Encender el fuego y dejar que los ajitos se doren.
    Dorar los ajos
  • Cortar mientras los tomatitos en dos.
  • Cuando los ajitos estén dorados, retirarlos. Quitar también las guindillas para que nadie se lleve luego una sorpresa.
  • Echar los tomates en la sartén y poner el fuego alto. Salarlos.
    Añadir los tomates
  • Añadir las aceitunas.
  • Añadir sal al agua de la cocción y poner la pasta. Remover desde abajo con una cuchara de palo. Estará cocida en 3-4 minutos.
    sacar la pasta cocida
  • Cuando la pasta esté hecha pero ligeramente dura, sacarla a la sartén. Añadir un cazo de agua de la cocción y dejar que evapore. Dar vueltas de vez en cuando para que la pasta vaya absorbiendo la salsita de los tomates. Poner un poco de pimienta negra molida al momento.
    Saltear brevemente la pasta con la salsa
  • Una vez transcurridos dos minutos, ya se puede servir la pasta.
  • Poner la burrata encima de la pasta.
  • Si lo prefieres, puedes desmenuzar la burrata y ponerla una vez la pasta esté en el plato.
    Maccheroni al pettine con pomodorini, olive nere e burrata de @Tesimpasta

NUTRICIÓN

Calorías: 4kcalCarbohidratos: 1gProteina: 0.1gGrasa: 0.1gGrasa saturada: 0.02gGrasa polinsaturada: 0.02gGrasa monosaturada: 0.1gColesterol: 1mgSodio: 2mgPotasio: 3mgFibra: 0.03gAzúcar: 0.02gVitamina A: 7IUVitamina C: 0.3mgCalcio: 0.4mgHierro: 0.04mg

Este es un plato muy fresco para los meses de verano en los que podemos encontrar tomates de calidad, ingrediente imprescindible para este plato. Este tipo de pasta es del Norte de Italia, la salsa del Sur, pero ambas combinan con una perfección tal que hacen un plato único, en el que, sobre todo durante los primeros bocados, no podrás parar de expresar lo buena que está. El pasado año, en septiembre, tuve la suerte de visitar una quesería en la ciudad de Lecce donde mozzarella, burrata y stracciatella se hacen a diario, con una frescura y sabor imposibles de olvidar.

Sobre la autora de la receta

Mi nombre es Teresa Martínez. En las redes sociales me conocerás como Tesimpasta (Tesi-amasa), amante de la cocina en general, pero sobre todo de las tradiciones. Nací en una familia numerosa que se reúne en torno a una mesa para celebrarlo todo. Mi madre, fue mi mejor maestra. Ella fue la que, cuando me marché de casa y volvía algún fin de semana, me daba sus recetas que fui recogiendo en un pequeño recetario que aprendí de memoria. Mi abuela también influyó en mi manera de cocinar transmitiéndonos todas las recetas típicas conquenses que tanto nos gustan. No puedo dejar de mencionar a mi tía Basi, cocinera de profesión, que sirvió en una casa pudiente de Madrid durante toda su vida y que fue la que nos traía las recetas de la capital, la que nos enseñaba a perfeccionar cada plato y la que nos dejó un gran recetario que recopilé hace años en un pequeño libro para la familia. Te preguntarás qué tiene que ver todo esto con la pasta. Pues en principio nada y todo. Nada porque hace años no conocía nada de la cultura culinaria italiana y todo porque esa pasión que me transmitieron en casa es la que ahora plasmo en Tesimpasta. La crisis de hace unos años me llevó a querer aprovechar el tiempo que tenía libre. Me dediqué a estudiar inglés y más tarde italiano, idiomas que se usaban a diario en mi anterior trabajo. Empecé a viajar por Italia para perfeccionar la lengua y empecé a conocer sus productos, muchos distintos de los nuestros, sus platos, que tienen que ver mucho con los nuestros en muchas regiones, sus costumbres y su historia. Un día, después de volver de uno de mis viajes, empecé a pensar en la cantidad de tipos diferentes de pasta que tenían en Italia, y todos desconocidos para mí. Ilusa yo, cogí un papel en blanco y un lápiz y empecé a escribir nombres que recordaba de las cartas de los restaurantes que había visitado. No llegué a escribir más de diez. Empecé a leer sobre el tema en internet en italiano, pero no había forma de aclararse ya que cuanto más buscaba más encontraba. Me puse a leer en español, pero no encontré nada interesante, solo personas que daban su receta de pasta fresca. No me convencía. Después de unos cuantos meses leyendo libros, viendo videos, informándome en sitios oficiales, me di cuenta de que estaba en el camino equivocado buscando la receta perfecta ya que: “No existe una receta única para hacer pasta fresca. Hay diferentes tipos de pasta fresca y cada una sí que es única” Y ahí empezó una búsqueda, una práctica que, a día de hoy continúa. Cuanto más indago, más quiero seguir haciéndolo.