Disuelve la levadura en el agua. Pon la harina en un cuenco amplio y dale forma de volcán. Incorpora en el agujero el agua con la levadura y el aceite, empieza a mezclar y agrega la sal y los anises, continúa mezclando hasta que puedas pasar la masa a la superficie de trabajo enharinada.
Amasa durante 4-6 minutos aproximadamente hasta obtener una masa elástica y poco pegajosa.
Haz una bola con ella y ponla en un cuenco untado en aceite de oliva, espolvoréala con harina y deja reposar, cubriendo con un paño, una hora o hasta que doble su tamaño.
Pasado este tiempo tapar con papel film y dejar toda la noche en la nevera.
·Al dia siguiente sacar el bol y dejar a temperatura ambiente de 2 a 3 horas, dependiendo del calor que haga. Subirá algo, pero no mucho.
Pasado este tiempo, vuelca la masa en la superficie de trabajo y córtala en cuatro o seis porciones, dependiendo del tamaño que le quieras dar.
Estira cada porción de masa y dóblala sobre sí misma, primero la mitad de arriba hasta el centro de la masa y luego la mitad de abajo también hacia el centro, como si fuera un sobre y presionando en los puntos de unión.
Aplana la masa dándole la forma ovalada y enrolla uno de los lados sobre el otro sin llegar al final (como en la foto) y coloca sobre la bandeja del horno cubierta con papel de hornear.
Cubre con un paño y deja el segundo leudado hasta que doble su volumen.
Precalienta el horno a 220º
Pinta los panecillos con aceite de oliva. Introduce la bandeja con los panes en el horno creando vapor espolvoreando sobre las paredes y el fondo del horno con el spray y baja la temperatura a 200º c.
Cuando hayan pasado 10 minutos, abrir el horno para que salga el vapor, dejar en el horno 20 minutos más, retirarlos, volver a pincelarlos con aceite y dejarlos reposar sobre una rejilla. ¡Que lo disfrutéis!.