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Marchando una hogaza con harina de garbanzos

Marchando una hogaza con harina de garbanzos


Valoraciones: 7 Comentarios

Marchando una hogaza con harina de garbanzos

Valoraciones: 7 Comentarios

Las Navidades dejan secuelas de las que hay que ir curándose. ¿Quién no se ha pasado con el turrón? En mí caso se me fue la mano, además de con las comidas concatenadas, con los polvorones y los roscos. Di cuenta del equivalente al PIB español en manteca de cerdo y azúcar. Ningún pero le pongo a ese vicio, aún así, como con todos, hay que saber parar. Las Navidades sirven para entender por qué un producto es típico de una época concreta y no de consumo continuado: no es porque los polvorones estén peor en marzo, es porque si los comes durante todo el año, mueres.

Así que hemos vuelto a los buenos hábitos panificadores y empezamos enero tratando de mover un poco el esqueleto y de buscar panes sabrosos y saludables. De ahí que aparezca ahora aquí esta hogaza con harina de garbanzos. Tranquilos todos con la legumbre: este pan no sabe a potaje, ni a cocido, ni a callos del norte. Sabe a pan con un toque un pelín ácido, un color propio y una textura suave y elástica en la miga. Vale la pena, sobre todo con acompañamientos salados. Va bárbaro con un chorrito de aceite y para hacerse unas tostas con pescado en conserva y encurtidos o acompañando quesos fuertes. Le ponemos harina de fuerza, y no panadera, porque el bello garbanzo, despojado de sus sensuales formas en la molienda, carece de gluten, y este es necesario para levantar la arquitectura de la hogaza. Podrías usar panadera o integral, pero te quedaría una miga más prieta. Ahí tienes un buen pan con todo lo bueno de las legumbres y con un aroma y un color muy deseables. Y sí, cada vez que mi hija ve un garbanzo se ríe y dice que es un culo pequeño, no me digas que nunca lo has pensado.


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Receta de hogaza de garbanzos

Marchando una hogaza con harina de garbanzos

La hogaza con harina de garbanzos es un tipo de pan que se elabora utilizando mezcla de harina panadera de trigo y harina de garbanzos. Esta harina le aporta un sabor distintivo. Esta opción de pan es ideal para aquellos que deseen experimentar con diferentes tipos de harinas y disfrutar de un pan con sabores y nutrientes adicionales provenientes de los garbanzos.
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Tiempo de preparación 40 min
Tiempo de cocción 50 min
Tiempo de reposo 4 h
Tiempo total 5 h 30 min
Plato Aperitivo, Desayuno, Merienda
Cocina Panadería casera
Raciones 1 hogaza de 800 gramos
Calorías 1850 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Elaboración paso a paso
 

  • Mezcla los ingredientes en un bol y amasa sobre la mesa cuando la harina haya absorbido el agua. Amasa un par de minutos, deja reposar la masa diez minutos y vuelve a amasar. Repite el proceso tres veces.
  • Mete la masa en un bol y déjalo, tapado, a temperatura ambiente durante unas tres horas o hasta que haya subido significativamente de volumen. El tiempo de fermentación depende del calor del lugar de trabajo.
  • Dispón la masa sobre la mesa enharinada y dale forma de bola. Déjala reposar diez minutos sobre la misma mesa y llévala entonces a un banneton bien enharinado. Acuérdate de dejar los pliegues hacia arriba.
  • Deja que se complete el proceso de fermentación durante una hora más con la masa en el banneton tapado. Mientras, enciende el horno a 240 grados con la plancha Celsius, si la tienes, en el segundo nivel contando desde abajo y con calor arriba y abajo sin ventilador. Te harán falta 45 minutos para que la plancha alcance la temperatura adecuada.
  • Dale la vuelta al banneton sobre la plancha Celsius (si tu horno tiene guías extraíbles, si no, métela con una pala de horno) y hazle rápido, antes de cerrar, unos cortes con una cuchilla de panadero. Introduce un par de piedras de hielo sobre la placa base para producir vapor.
  • Deja que el pan cueza a esa temperatura durante 15 minutos. Pasado ese tiempo, bájala a 190 grados y deja el pan otros 35 minutos más para lograr una buena corteza. Si ves que se tuesta en exceso, baja un poco la temperatura. En total harán falta 50 minutos de cocción.
  • Saca el pan y déjalo enfriar sobre una rejilla. Si quieres una corteza aún más crujiente, apaga el horno y deja que el pan se enfríe muy lentamente sobre la rejilla, puesta sobre la plancha Celsiusa dentro del horno apagado. Y listo.

Notas

Si no tienes plancha Celsius pues hacer el pan sobre una bandeja de horno. En este caso te hará falta menos tiempo para precalentarlo, con media hora basta.
Para mejorar cualquier hogaza es recomendable plegar la masa al menos una vez durante la primera fermentación. Disponla sobre la mesa y, tirando de un extremo con las dos manos, pliégala como si fuera un tríptico, haciendo lo mismo después en el otro sentido. Los plegados le dan al pan más estructura, pero si estás empezando y no te sientes muy seguro, puedes prescindir de ellos.
Este pan también lo puedes hacer con prefermento o con masa madre. Si usas prefermento, deja la noche antes una mezcla de 50 gramos de harina de fuerza eco con la misma cantidad de agua y un gramo de levadura seca. Al día siguiente mézclalo con el resto de los ingredientes, salvo la levadura (no hará falta más), a los que habrás descontado 50 gramos de harina y otros tantos de agua. Si vas a usar masa madre sencillamente sustituye la levadura por 30 gramos de tu masa madre y amplía el tiempo de fermentación.
El Amasadero dispone de una estupenda harina de garbanzos ecológicos, aunque si prefieres molerla tú mismo, también puedes hacerla en casa en un abrir y cerrar de ojos con este molino Mockmill.

NUTRICIÓN

Calorías: 1850kcalCarbohidratos: 364gProteina: 65gGrasa: 11gGrasa saturada: 1gGrasa polinsaturada: 5gGrasa monosaturada: 2gSodio: 4354mgPotasio: 1294mgFibra: 22gAzúcar: 12gVitamina A: 41IUVitamina C: 0.01mgCalcio: 119mgHierro: 23mg

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Habláis vosotr@s Panes para bocadillos

Panecillos alemanes agrietados de Heinz Klawitter

Panecillos alemanes agrietados de Heinz Klawitter


Valoraciones: 23 Comentarios

Panecillos alemanes agrietados de Heinz Klawitter

Valoraciones: 23 Comentarios

Soy alemán y vivo desde mi jubilación un parte de cada año en España. Hace más de 50 años aprendí la profesión del panadero, pero más tarde ya no ejercí. Ahora tengo mucho tiempo y practico el castellano traduciendo algunas de mis recetas. Por ejemplo, esta especialidad antigua de la ciudad de Osnabrück, en el norte de Alemania.

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Antiguamente las harinas de nuestra región no eran de fuerza, y estos springbrötchen —panecillos agrietados— se podían elaborar perfectamente con la harina de la zona.

Para imitir la calidad de la harina con gluten debil, mezclamos harina panadera con harina floja de repostería.

Amasadora Ankarsrum
Receta de panecillos agrietados alemanes

Panecillos alemanes agrietados de Heinz Klawitter

Springbrötchen: Los Springbrötchen son panecillos alemanes suaves y esponjosos con una corteza crujiente y agrietada. Se pueden disfrutar como acompañamiento de comidas o como base para hacer sándwiches. Estos panecillos son versátiles y deliciosos, y agregarán un toque especial a tus comidas.
4.50 de 6 votos
Tiempo de preparación 30 min
Tiempo de cocción 20 min
Tiempo de reposo 2 h
Tiempo total 2 h 50 min
Plato Acompañamiento, Pan
Cocina Alemana
Raciones 12 panecillos
Calorías 185 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Para la masa de pan

Para la pasta para untar

  • 1 cucharada harina
  • 200 ml agua

Para el glaseado final

  • 50 g mantequilla clarificada
  • ¼ cucharadita carbonato amónico

Elaboración paso a paso
 

  • Amasar todos los ingredientes de la masa, que será blanda (no debe ser demasiado firme).
  • Cubrir la masa y dejarla reposar durante 20 minutos en un lugar cálido.
  • Tras el reposo, hacer un rollo con la masa y dividirla en 12 trozos.
  • Forma una bola con cada trozo: para esto cubre un trozo de masa con la mano y haz movimientos circulares sobre la encimera. El pulgar debe tocar el dedo indice; la masa, la palma de la mano y las yemas de los dedos, la encimera.
    como dar forma de bola a una masa
  • Colóquela con el lado liso arriba en una bandeja forrada con papel para hornear. Después de unos 10 minutos, aplane ligeramente la masa.
  • Ahora preparamos la pasta para untar, mezclando energicamente con 200 ml de agua hirviendo con una cucharada de harina.
  • Untamos las bolas de masa con un pincel de cocina. Cuando la superficie de la masa comience a secarse, untamos de nuevo y dejamos secar.
  • Tras una fermentación de 1 hora a 1 hora y media (dependerá de la temperatura de tu cocina), preparamos la glasa final derritiendo la mantequilla clarificada, dejando enfriar hasta unos  50°C aproximadamente y mezclando con el bicarbonato de amonio.
  • Aplicamos la glasa a los trozos de masa.
  • Dejamos reposar un momento y metemos en el horno precalentado. Temperatura de cocción: primero 250°C, luego inmediatamente bajar a 200°C. Tiempo de cocción: aprox. 20 minutos.

Notas

Nosotros recomendamos usar entre 2 y 3 gramos de levadura seca por cada 500 gramos de harina. Sin embargo, en las recetas que nos envian nuestros clientes respetamos las cantidades que ellos usan.

NUTRICIÓN

Calorías: 185kcalCarbohidratos: 32gProteina: 5gGrasa: 4gGrasa saturada: 2gGrasa polinsaturada: 0.3gGrasa monosaturada: 1gGrasa Transgénica: 0.1gColesterol: 9mgSodio: 353mgPotasio: 51mgFibra: 1gAzúcar: 0.2gVitamina A: 104IUVitamina C: 0.002mgCalcio: 9mgHierro: 2mg
Amasadora Ankarsrum
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Masas dulces Recetas de Navidad

Bolo rainha, la versión saludable de Iraide López

Bolo rainha, la versión saludable de Iraide López


Valoraciones: 4 Comentarios

Bolo rainha, la versión saludable de Iraide López

Valoraciones: 4 Comentarios

Hola, me llamo Iraide y soy cocinera. Doy formación en cocina saludable y también trabajo como chef privada. Me apasiona el mundo del pan, me encanta desde la panadería más tradicional a la más saludable, utilizando ingredientes de la máxima calidad. No he recibido formación presencial a nivel panarra, sólo hice el curso de Jordi Morera, con el que aprendí muchísimo. Fui experimentando, y me he lanzado a hacer muchas elaboraciones propias que utilizo a la hora de dar clases y cocinar para mis clientes internacionales, que valoran tanto mi cocina como mi forma de hacer pan.

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Esta receta que os propongo es un tipo de rosco de reyes portugués. Yo ahora vivo con mi marido en Portugal, y esta receta me encanta porque es un pan dulce y que dura mucho tiempo fresco. Lleva frutos secos pero no se hace pesado. Es delicioso para desayunar o merendar. Los portugueses tienen el Bolo Rei que es la misma versión del Bolo Rainha pero que éste lleva frutas escarchadas.

La receta tradicional no lleva ingredientes integrales, la he preparado así para que te resulte igual de rico pero muchísimo más saludable, porque aporta más fibra (por las harinas ecológicas e integrales y los copos de avena), y sin usar azúcar refinado ni lácteos. Todo con ingredientes de calidad de El Amasadero. Espero que te guste, porque además del sabor, es mucho más digestiva, y conserva la esencia de esta receta tan apreciada por los portugueses.


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bolo rainha saudável

Bolo rainha, la versión saludable de Iraide López

Bolo Rainha saludable: Una versión saludable y nutritiva del tradicional Bolo Rainha, un dulce típico portugués. Esta versión se elabora con ingredientes más saludables, como harina integral, frutos secos, semillas y azúcar de caña El resultado es un delicioso bolo rainha con menos azúcar refinada y más nutrientes. Es perfecto para disfrutar en ocasiones especiales sin dejar de cuidar tu salud.
Aún no hay valoraciones
Tiempo de preparación 35 min
Tiempo de cocción 40 min
Tiempo de reposo 1 h 30 min
Tiempo total 2 h 45 min
Plato Desayuno, Merienda, Postre
Cocina Portuguesa
Raciones 2 bolos rainha de unos 800 gramos
Calorías 2986 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Elaboración paso a paso
 

  • En un bol, mezcla bien los frutos secos con el aguardiente o brandy (nueces, almendras picadas, anacardos, pasas, albaricoques secos…). Déjalos macerar toda la noche o diez horas como mínimo.
  • Diluye la levadura en la leche de almendras templada.
  • Coloca las harinas sobre la mesa (previamente tamizadas), abre una cavidad en el medio y vierte la mezcla de levadura y leche de almendras. Añade el azúcar o panela, la ralladura de limón, el aceite y los huevos (reserva un poco de huevo batido aparte para pincelar el rosco al final). Mezcla primero bien con ayuda de la rasqueta.
  • Mezcla y trabaja bien la masa durante 10 minutos.
  • Mezcla con los frutos secos.
  • Tapa con un paño y deja leudar hasta doblar el volumen.
  • Coloca la masa encima de la mesa, trabájala un poco y dale forma de rosco de reyes sobre una placa de horno previamente forrada con papel para horno.
  • Pincela con un huevo batido y espolvorea con los copos de avena.
  • Cubre con film transparente untado en aceite (para que no se pegue a la masa) y deja leudar 1 hora y media.
  • Con un horno precalentado a 200ºC, cuando vayas a meter el rosco baja la temperatura a 180ºC y hornea durante 40 minutos.

Notas

Comprueba la temperatura interior con la ayuda de un termómetro para pan. La temperatura para comprobar que está cocinado por dentro es de 90ºC como mínimo.
 

NUTRICIÓN

Calorías: 2986kcalCarbohidratos: 370gProteina: 82gGrasa: 140gGrasa saturada: 19gGrasa polinsaturada: 23gGrasa monosaturada: 91gGrasa Transgénica: 0.04gColesterol: 409mgSodio: 254mgPotasio: 1687mgFibra: 30gAzúcar: 52gVitamina A: 621IUVitamina C: 1mgCalcio: 304mgHierro: 24mg

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Pasta casera

Cappelletti

Cappelletti


Valoraciones: 4 Comentarios

Cappelletti

Valoraciones: 4 Comentarios

Los cappelletti son tipo de pasta rellena a base de quesos, muy típicos de Romagna. Es un plato que está muy ligado a los días de fiesta, sobre todo a la Navidad, al día de la Epifanía y a la Pascua. Lo característico de esta pasta rellena es que se cuece y sirve en caldo de carne, lo cual lo hace a su vez un buen entrante para las comidas copiosas de estos días de fiesta.

Aunque es un plato típico de esta zona, son muchas las variedades que hay en cuanto a la forma y el relleno tanto en Romagna como en zonas limítrofes como en Emilia, Toscana y Umbria. Lo que he podido comprobar es que hay zonas en las que el relleno se hace solo a base de quesos, otras en las que se utiliza algo de carne y quesos cremosos unidos al típico grana padano o parmigiano reggiano y otras en las que se usan carnes y grana, sin usar ningún queso cremoso. Cada uno defiende sus cappelletti como los auténticos, pero yo diría que todos lo son.

Lo que sí es común a todos ellos es que se cuecen y sirven en un buen caldo de carne, preferiblemente de capón. Las formas también pueden variar algo, pero deben tener siempre forma de cappello (sombrero) como su nombre indica.

Para Pelegrino Artusi, uno de los grandes recopiladores de recetas de pasta, el cappelletto lleva en el relleno algo de carne, así que, ya que los suyos los tengo en receta aparte, me decanto por los que solo llevan quesos.


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Receta de cappelleti caseros

Receta de cappelletti italianos

Cappelletti es una pasta rellena italiana en forma de pequeños sombreros. Los cappelletti tradicionales se rellenan con una mezcla de carne, como cerdo o ternera, y queso rallado. La pasta se hace a partir de harina, huevo y agua, y se enrolla en discos pequeños. Los cappelletti se cocinan en caldo o se pueden servir con salsa, como salsa de tomate o mantequilla y salvia. Son un plato reconfortante y sabroso, perfecto para disfrutar en ocasiones especiales o como parte de una comida italiana auténtica.
3.67 de 3 votos
Tiempo de preparación 25 min
Tiempo de reposo 30 min
Tiempo total 55 min
Plato Plato principal
Cocina Italiana
Raciones 4 personas
Calorías 565 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Para la masa

Para el relleno:

  • 180 g ricotta o bien mitad ricotta y mitad cacio raviggiolo, que es un queso fresco de vaca o bien de vaca y cabra, cremoso, típico del Appenino tosco romagnolo.
  • 30 g parmigiano eggiano rallado al momento
  • 1 huevos enteros
  • 1 yemas de huevo
  • nuez moscada El Amasadero recién rallada
  • sal (un poco)
  • ralladura de un limón

Elaboración paso a paso
 

  • Disponer la harina sobre la tabla y hacer en el centro un agujero, de forma que nos quede como un volcán.
  • Poner dentro los huevos.
  • Iniciar a batirlos incorporando poco a poco la harina de los bordes del volcán.
  • Cuando esté toda la harina incorporada y, con ayuda de una rasqueta metálica, limpiar bien la tabla e incorporar los restos de harina a la masa.
  • Amasar con movimientos envolventes durante diez minutos.
  • Dejar reposar la masa bien tapada con un paño durante media hora.
  • Mezclar todos los ingredientes del relleno, probar y corregir de sal o especias. Si los quesos son demasiado blandos, no añadir la clara de huevo. Si queda muy seco se puede añadir una yema más.
    Cómo hacer el relleno de los cappelletti
  • Estirar la masa con el rodillo poco a poco hasta conseguir una placa lisa de unos dos milímetros de espesor. Si ves que no puedes con toda la masa al tiempo puedes hacerlo en pequeñas porciones.
  • Una vez tienes la masa estirada, hacer cuadrados de unos 4 cm de lado. Poner dentro una porción del relleno.
  • Cerrar en dos uniendo las puntas. Enrollarse una de las puntas en el dedo y unir el otro extremo.
    cappelletti dar forma
  • Cocer en un buen caldo de capón o en un caldo de carnes variadas que no contengan grasa, al que le añadiremos en la cocción unas verduras, cebolla, apio y zanahoria. Aconsejable no añadir huesos de jamón ya que matan un poco el sabor del relleno.
  • Se sirven bien calientes con parmigiano reggiano por encima.

Notas

Es un plato que se prepara para ocasiones especiales, pero siempre es una buena ocasión si reúnes a los que más quieres alrededor de una mesa para celebrar sencillamente que lo estáis haciendo. Espero que los disfrutes.

NUTRICIÓN

Calorías: 565kcalCarbohidratos: 78gProteina: 26gGrasa: 15gGrasa saturada: 7gGrasa polinsaturada: 2gGrasa monosaturada: 5gGrasa Transgénica: 0.02gColesterol: 281mgSodio: 240mgPotasio: 242mgFibra: 3gAzúcar: 1gVitamina A: 621IUCalcio: 234mgHierro: 6mg

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Habláis vosotr@s

Pan de molde con masa madre y tang zhong de Ángel Osorio

Pan de molde con masa madre y tang zhong de Ángel Osorio


Valoraciones: 51 Comentarios

Pan de molde con masa madre y tang zhong de Ángel Osorio

Valoraciones: 51 Comentarios

Me llamo Ángel y llevo poco en este mundillo, aunque de siempre me ha encantando, la cocina, la repostería, y sobretodo el pan. Desde hace tiempo voy notando que la calidad del pan que nos venden es más que mediocre… Así que un día decidí ponerme manos a la masa y hacer mi propio pan en casa. Todo esto empezó haciendo a Gabriel, que no es otro que el nombre de mi masa madre de centeno integral. Junto con él he estado elaborando panes y panes, hasta que un buen día decidí probar suerte y hacer un pan de molde mucho más saludable que el que nos venden, mucho más rico, y sobretodo mucho más pan.

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La Receta que por aquí presento es mas sencilla de lo que parece, tan solo tiene que tener especial cuidado con el ingrediente mas importante… “La paciencia” y además, usaremos una técnica conocida como Tang Zhong , ya veras con esto tendrás un pan de molde que es una real maravilla! Para hacer sándwich deliciosos, o para untarlo bien de nutella que yo soy el primero en hacerlo!


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Pan de molde con tan thong de Angel Osorio

Pan de molde con masa madre y tang zhong de Ángel Osorio

El pan de molde hecho con masa madre y tang zhong tiene características excepcionales. La masa madre le aporta un sabor y aroma únicos, mientras que el tang zhong, una mezcla de harina y agua caliente, proporciona una textura suave, esponjosa y una mayor vida útil al pan. El resultado es un pan de molde con una corteza dorada y crujiente, miga tierna y un sabor delicioso y complejo.
4.88 de 8 votos
Tiempo de preparación 45 min
Tiempo de cocción 55 min
Tiempo de reposo 16 h 45 min
Tiempo total 18 h 25 min
Plato Acompañamiento, Pan
Cocina Panadería casera
Raciones 1 pan de molde de 1 kg
Calorías 2035 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Para el tang zhong

Elaboración paso a paso
 

  • Hacemos el Tang Zhong: lo ponemos en una cazuela y sin parar de remover hasta que obtengamos unas “natillas muy espesas”, reservamos y le ponemos papel film encima para que no nos salga costra, no te preocupes si cuaja, es lo normal.
  • Una vez atemperado, lo mezclamos con las harinas y la masa madre y lo dejamos reposar entre 30 min y una 1 hora (autolisis).
  • Añadimos sal, azúcar, mantequilla, mezclamos bien. Esperamos 10-15 minutos.
  • Le das forma de bola y lo dejas 8-12 horas en la nevera. Lo que gustes.
  • Pasado ese tiempo, sácala de la nevera y deja atemperar un poco (entre 1 hora y 1 hora y media).
  • Córta en bolitas de más o menos el mismo peso, bolearlas bien y darle tensión y meterlas en el molde, al que previamente vamos a engrasar un poco con mantequilla.
  • Deja fermentar hasta que hayan doblado o incluso triplicado su volumen, tienen que sobresalir del molde. Esto puede ser entre unas 3 y 4 horas.
  • Antes de meter en el horno, pincélalo con leche y añádeles unos copos de avena por encima si quieres.
  • Hornea a 250 grados durante 10 min calor SOLO abajo y con una bandeja de horno con un par de cubitos de hielo.
  • Pasado ese tiempo, baja la temperatura a 200 grados y pon calor arriba y abajo, horneando otros 45 min.
  • Cuando queden 10 minutos para terminar el horneado, sacamos el pan del molde con cuidado y lo meteremos en el horno otra vez para que se dore bien por los lados.
  • Deja enfriar sobre una rejilla.

Notas

Un truco para saber si la masa está lista es hundir el dedo. Si ves la masa se va recuperando lentamente, estará lista para hornear.

NUTRICIÓN

Calorías: 2035kcalCarbohidratos: 373gProteina: 54gGrasa: 35gGrasa saturada: 19gGrasa polinsaturada: 3gGrasa monosaturada: 8gGrasa Transgénica: 1gColesterol: 83mgSodio: 4920mgPotasio: 863mgFibra: 16gAzúcar: 24gVitamina A: 1005IUCalcio: 284mgHierro: 21mg

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Masas dulces Recetas

Masa quebrada, el viaje de la galleta al quiche

Masa quebrada, el viaje de la galleta al quiche


Valoraciones: 4 Comentarios

Masa quebrada, el viaje de la galleta al quiche

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Hay masas que con ligeras variaciones sirven para un fin y para otro, pero pocas hay tan elásticas en sus costuras como la masa quebrada, una todoterreno con la que lo mismo nos hacemos unas galletas básicas que un quiche. Cierto que el español, idioma juguetón, le ha puesto un único nombre a algo que en otras latitudes tiene varios, pero no menos cierto es que si aquí hemos hecho tal cosa es porque, en el fondo, todas las variedades se parecen mucho. Dicen que Earvin “Magic” Johnson fue el jugador más polivalente de la historia de la NBA, que lo mismo distribuía como base, que encestaba como alero y peleaba los rebotes como pívot. Pues la masa quebrada es lo mismo en la cocina.

No quiero entrar a analizar los tipos y subtipos por varias razones: la primera es que no los he cocinado todos, y la segunda, porque creo que con saber hacer dos, la dulce y la salada, tenemos más que suficiente los que nos iniciamos en esto de la pastelería.

El universo de la masa quebrada es fértil en posibilidades. Sirve, con pequeños cambios, para rellenos dulces y salados, pero es que también se puede usar en frío y en caliente. Vale para meter al horno con su relleno o para hornearla primero y rellenarla después. Congela bien en crudo, aguanta, también en crudo, en la nevera varios días y, si la cocinas para hacer bases (tartas y tartaletas), la puedes guardar en bolsas bien cerradas o en botes durante una semana o más y usarla cuando te convenga. Es más, si al final no la rellenas, te la puedes comer tal cual una galleta porque no está menos buena. No, no va al trabajo por ti ni acudirá a recoger a tus hijos a las actividades extraescolares, pero por lo demás ya ves que lo puede hacer casi todo.

La masa quebrada se hornea antes, sola, para tartas y tartaletas frías. Una tarta de queso fresco, de crema de limón, de crema pastelera con frutas y de nata, entre otras, se hará de esta manera. A mí me encanta hacer tartaletas y completarlas después con lo que se me va ocurriendo. Las guardo en un táper y según me apetece, las remato. Cuando esta masa se hornea sola no te olvides de hacerle agujeritos en la base con un tenedor para evitar burbujas. Para las bases de tartas es muy recomendable hornearlas con algún peso para evitar que se deforme con el calor. Es muy habitual emplear para tal cosa habas o garbanzos secos pero, si quieres evitar que tu tarta huela a legumbres, te recomiendo que emplees las bolitas de cerámica, reutilizables, diseñadas para ese fin.

Si en vez de una receta fría vas a hornear algo caliente, como una tarta tatín, es aconsejable, sobre todo si la preparación lleva mucho líquido, hornear primero, durante cinco minutos, la masa, rellenarla después, y acabar el horneado ya con la preparación completa. Esto impide que se empape la base en exceso.

Harina de poca fuerza

Es importante que tengas en cuenta que, a diferencia de los panes, aquí no necesitamos tensiones ni volúmenes. Por eso vamos a emplear harina de repostería, que tiene mucha menos fuerza que cualquier harina estándar y, por lo tanto, sufriremos menos los efectos elásticos del gluten, tan querido en otras preparaciones. Además, la repostera de El Amasadero tiene la mitad de fuerza (W110) que otras harinas similares, industriales, de venta en supermercados (Gallo, por ejemplo: W>200).

Si te da por las tartaletas, no te lances a rellenarlas todas, hazlo con las que vas a comer y guarda el resto. Sí aguantan, aún con crema, un par de días sin ablandarse, pero mejor resistirán si están secas.

Esta masa se basa en una mezcla de harina y mantequilla. Para preparaciones saladas se completa con algo de agua y sal, y para las dulces, huevo y azúcar. Hazme caso y a estas últimas ponles también harina de almendra. Verás.

Aquí os dejo mis tartaletas de limón, sé que está mal que yo lo diga, pero tienen un éxito arrollador allá por donde van. Podéis no hacerlas, claro, como también podéis pasar de cobrar un boleto premiado de la lotería. Ahí no me meto, cada uno verá cómo prefiere hacerse daño.


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Masa quebrada, receta de un viaje de la galleta al quiche

Masa quebrada: receta hecha con harina de muy poca fuerza que tiene varias ventajas. En primer lugar, al tener menos contenido de gluten, resulta en una textura más delicada y quebradiza, lo que le da a los productos horneados una mayor ligereza y crujiente. Además, esta masa es más fácil de manejar, ya que es menos elástica y se estira con mayor facilidad.
2.29 de 7 votos
Tiempo de preparación 40 min
Tiempo de cocción 20 min
Tiempo de reposo 45 min
Tiempo total 1 h 45 min
Plato Merienda, Postre, Repostería
Cocina Francesa
Raciones 2 tartas medianas o una tarta grande
Calorías 2353 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Para la masa

Para la crema de limón

  • 200 g zumo de limon recién exprimido y colado
  • 160 g azúcar
  • 140 g mantequilla
  • 2 yemas de huevo
  • 2 huevos enteros
  • 20 g harina de maíz ecológico El Amasadero (y si no tienes la suerte de tenerla, usa Maicena)

Elaboración paso a paso
 

  • Corta la mantequilla, fría, en taquitos y mézclala con la harina hasta obtener una especie de arena húmeda.
  • Añade el resto de ingredientes y trabaja brevemente hasta conseguir una masa homogénea. No es necesario amasar mucho, es más, es contraproducente porque la masa se calienta y no la queremos muy blanda.
  • Deja reposar la masa 45 minutos en la nevera. Mientras, puedes ir untando los moldes con mantequilla.
  • Como te sobrará tiempo, puedes hacer la crema. Para eso, pon en un cazo el zumo de limón, la mitad del azúcar y la mantequilla y déjalo a fuego suave hasta que la mantequilla se derrita y el conjunto esté bien caliente.
  • Mientras, en un bol, bate con las varillas el resto de ingredientes de la crema hasta obtener un resultado, valga la redundancia, cremoso.
  • Añade el contenido del bol al cazo y deja a fuego suave unos diez minutos, removiendo con mucha frecuencia, hasta que el conjunto pase de líquido a pomada. Retira del fuego y deja enfriar. Con el frío ganará densidad.
  • A estas alturas la masa ya se habrá relajado en la nevera. Enharina la encimera generosamente y trabaja con el rodillo hasta obtener láminas de unos dos o tres milímetros de grosor.
  • Corta círculos de radio más amplio que los moldes y sitúa cada círculo sobre la tartaleta en cuestión. Ha de quedar holgado, tocando el fondo en el centro, no en tensión. Con los pulgares vete apretando con suavidad contra los bordes. Cuando lo hayas hecho, corta todo la masa que sobresale con un cuchillo o una espátula metálica, pasándola alrededor del borde de la tartaleta.
  • Pincha el fondo varias veces con un tenedor. En la foto verás que he puesto habas cerámicas en las tartaletas. No es necesario hacerlo, aunque sí en las bases de mayor diámetro para que no se comben. Para poner las bolitas, coloca entre estas y la masa un trozo de hoja de hornear para evitar el contacto directo. Como este papel suele ser bastante rígido, arrúgalo antes un poco para que sea más fácil amoldarlo.
    Hornear masa quebrada con bolas de hornear
  • Con el horno precalentado a 180 grados, deja las tartaletas unos 20 minutos o hasta que estén doradas. Emplea la altura inmediatamente inferior a la intermedia del horno.
  • Desmóldalas nada más sacarlas y déjalas enfriar sobre una rejilla. Cuando la crema esté completamente fría, rellena con ella (con una manga o con una cuchara, como te sea más cómodo) cada tartaleta y a por ellas. Verás.
    Masa quebrada horneada

Notas

Si no tienes moldes de tartaletas o de tartas, puedes emplear aros. Los aros son muy fáciles de montar, basta con untar los bordes con mantequilla y poner la masa igual que en las tartaletas, pero apoyando el aro sobre una hoja de papel de hornear. Si empleas este sistema usa la altura media del horno.
Ojo cuando emplees moldes con muy poca altura, porque esta masa tiende a contraerse un poco en el horneado y los bordes podrían levantar poco.
Si estás muy detallista y quieres decorar las tartaletas, puedes hacerlo con medias rodajas muy finas de limón. Una vez cortadas, ponlas a cocer 20 minutos en un cazo en un poco de agua con azúcar. Te quedarán unos cítricos confitados estupendos. O ponle arándanos, o rodajas de kiwi. Lo que más te guste.
Y para hacer masas saladas...
Cambian un poco las proporciones e ingredientes:
  • 250 gramos de harina de repostería El Amasadero
  • 125 gramos de mantequilla
  • 50 gramos de agua
  • 3 gramos de sal
El proceso es similar, salvo que estas masas suelen tener una cocción previa de cinco o diez minutos, para que se endurezcan, antes de ponerles el relleno y completar el horneado.

NUTRICIÓN

Calorías: 2353kcalCarbohidratos: 233gProteina: 32gGrasa: 149gGrasa saturada: 83gGrasa polinsaturada: 7gGrasa monosaturada: 37gGrasa Transgénica: 5gColesterol: 768mgSodio: 1088mgPotasio: 413mgFibra: 7gAzúcar: 122gVitamina A: 4433IUVitamina C: 39mgCalcio: 189mgHierro: 9mg

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Chapata de Julio Peña

Chapata de Julio Peña


Valoraciones: 13 Comentarios

Chapata de Julio Peña

Valoraciones: 13 Comentarios

Mi nombre es Julio y llevo en esto de la panificación casera alrededor de dos años. Soy de Guadalajara y he vivido en varios lugares a lo largo de nuestra geografía por motivos de trabajo. Aquí os presento mi receta de chapata que hago una o dos veces a la semana como mínimo. La he llamado “El Amasadero” porque todos los ingredientes, menos la sal y el agua, son suyos (como veréis, más de dos).

Amasadora Ankarsrum
Receta de chapata El Amasadero de Julio Peña

Chapata de Julio Peña

Una deliciosa versión de la clásica chapata italiana, creada por nuestro cliente Julio Peña. Este pan rústico se caracteriza por su corteza crujiente y su miga alveolada y aireada. Se elabora con harina de fuerza, agua, levadura y sal. La chapata de Julio Peña es perfecta para disfrutar como acompañamiento o para hacer sándwiches gourmet con ingredientes de calidad. Un pan que combina tradición y calidad en cada bocado.
4.34 de 6 votos
Tiempo de preparación 40 min
Tiempo de cocción 40 min
Tiempo de reposo 13 h 30 min
Tiempo total 14 h 50 min
Plato Acompañamiento, Pan
Cocina Italiana, Panadería casera
Raciones 2 chapatas de 250 g
Calorías 640 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Ingredientes para la biga

Ingredientes resto de masa

Elaboración paso a paso
 

  • Prefermento: Esto es fácil. Cogemos harina panadera ecológica “El Amasadero” y hacemos una biga 8 – 12 h antes de empezar a hacer el pan. Los porcentajes y pesos son los mostrados para ese par de chapatas que disfrutaremos con sendos huevos fritos con sal de jamón extremeño o unos jureles como más nos gusten. El tiempo siempre depende de la temperatura pero más o menos sería el que os digo. Yo lo dejo por la noche en un bote con bastante espacio para que tenga oxígeno y pueda fermentar bien. Así se nos llenará el bote de unas fantásticas levaduras que nos ayudarán a hacernos la vida más fácil, tanto la de panadero como la nuestra misma porque, nadie me negará eso de que las penas con pan son menos; y si ese pan lo hemos hecho nosotros, entonces ya… Pa’ qué más!!!
  • Ya tenemos nuestra biga en marcha. A la mañana siguiente disfrutamos del aspecto de nuestro prefermento y nos imaginamos cómo quedará el pan.
  • Ahora vienen los matices. De los 375 g de harina, yo siempre me reservo 100 g para añadirle una harina distinta al resto. Por ejemplo, las últimas que hice fueron con harina panadera ecológica “El Amasadero” (275 g) y harina de fuerza integral “El Amasadero” (100 g). Otra versión ha sido los 275 g de harina panadera y 100 g de harina panadera recia ecológica “El Amasadero”. Una posibilidad más es usar esa magnífica T-80 que nos sirve para que nuestra chapata se extienda hasta límites insospechados… Pero eso ya es cuestión de gustos.
  • Una vez hemos escogido de qué serán esos 100 g “especiales”, añadimos en un cuenco los 375 g de harina y 275 g de agua. Mezclaremos bien y haremos una autolisis de unos 30 minutos. (En este paso hay quien ya añadiría el prefermento también pero yo prefiero dejarlo para el final). Ese “+50g” de agua que veis en los ingredientes son para ir ajustando el agua como contaré después.
  • Después de esos 30 minutos en los que hemos desayunado tranquilamente vemos como está nuestra masa. De momento no es una masa excesivamente hidratada pero iremos añadiendo más agua poco a poco como explico a continuación.
  • Añadimos la sal mezclado con algo de agua de esos 50 g que teníamos reservados. Mezclamos bien y esperamos 5 minutos.
  • Mezclamos la levadura con lo que nos queda de agua, añadimos el prefermento, mezclamos todo bien y esperamos 5 minutos.
  • Con una mano bien mojada para que no se pegue a la masa, y sujetando el recipiente con la otra, dobla la masa hacia ti desde la parte más lejana y amasa con la palma de la mano hacia ésta, estirando otra vez la masa. Hacemos este movimiento de plegado y estirado durante 30 segundos.
  • Dejamos reposar 10 minutos.
  • Repetimos  el paso 8) y 9) tres veces más, añadiendo cada vez el resto el agua a la masa para que así la vaya absorbiendo más fácilmente.
  • Dejamos la masa en la cubeta rectangular, bien tapada, para que se vaya acondicionando ella sola durante 2 – 2,5 h, haciendo pliegues cada 45 – 50 minutos. Ya sabéis, cogemos de la derecha y lo llevamos un 66% hacia la izquierda. Cogemos de la izquierda y estiramos y llevamos hasta un 66% hacia la derecha. Yo también lo giro 90º y repito la operación de forma que he plegado los “cuatro puntos cardinales”. Hay que hacerlo con cuidado para no desgarrar la masa, pero no os preocupéis que no es difícil. Para evitar que se os pegue a las manos o al recipiente mantened siempre húmeda la masa por arriba y por abajo, al igual que vuestras manos. Yo lo hago con el spray de agua que tengo, comprado en el chino y que uso para mis asuntos panaderos. Voy echando un poco de agua en spray encima de la masa cuando voy a manipularla y también en mis manos. Bueno pues después de nuestros pliegues y leudado de entre 2 – 2,5 h veremos una masa con unas burbujas que nos van indicando las super-chapatas que vamos a hornear.
  • Mientras tanto, preparamos la bandeja de horno. La cubrimos con papel de horno asegurándonos de que sobresale ligeramente por los bordes. Insertamos una varilla por el medio para que ofrezca resistencia a las chapatas cuando éstas intenten extenderse. Es decir, quedan dos vanos de papel de horno. Las chapatas se apoyarán por un lado en la pared de la bandeja y por el otro (el centro de la bandeja) en el papel “colgado” de la varilla. La varilla se quita antes de introducir en el horno. Aquí va un dibujo cutre hecho con el ratón.
  • Lo negro sería la bandeja del horno, lo amarillo la varilla y el papel, lo gris. Dejad de reíros ya del dibujo, ¡tened piedad!
  • Mojamos bien la superficie de trabajo, vertemos la masa incontrolable sobre la mesa procurando perder la menor cantidad posible de burbujas e intentando que quede lo más parecido a un rectángulo para que nos cueste menos dividir en dos partes iguales. Tampoco pasa nada porque no quede perfecto. Como veréis en las fotos una de mis chapatas está llena de curvas.
  • Cortamos la masa en dos con una rasqueta metálica o un cortapizzas humedecido para que no se pegue.
  • Una vez cortada la masa en dos partes más o menos iguales, espolovoreamos con harina el papel de horno y colocamos encima las chapatas procurando que no se nos escurran demasiado entre las manos. Intentemos estirarlas suavemente hacia los lados.
  • Hecho esto las cubrimos para evitar que se sequen. Decir que antes de ponerlas en el horno y también encima de ellas para evitar que se peguen al trapo seco, espolvoreo con harina, tanto encima del papel de horno antes, como encima de las chapatas después.
  • Las dejamos fermentar 1 – 1,5 h.
  • Para hornear, lo hacemos a 250º C durante unos 15 minutos. Abrimos para que salga la humedad y bajamos a 230 ºC. Esperamos otros 10 minutos a esta temperatura y volvemos a abrir para eliminar más humedad. Bajamos a 200º C y seguimos otros 15 minutos. En total serán unos 40 minutos pero ya sabéis que depende de cada horno. También dejaremos más o menos tiempo dependiendo de la anchura que queramos de corteza.
  • Sacamos. Ponemos a enfriar encima de una rejilla y fuera de corrientes de aire. Las que veis en las imágenes son con harina de fuerza integral.
  • Espero que lo intentéis y os salga estupendamente. ¡A disfrutar!

NUTRICIÓN

Calorías: 640kcalCarbohidratos: 134gProteina: 18gGrasa: 3gGrasa saturada: 0.4gGrasa polinsaturada: 1gGrasa monosaturada: 1gSodio: 985mgPotasio: 255mgFibra: 6gAzúcar: 0.4gVitamina A: 80IUCalcio: 79mgHierro: 9mg
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Conceptos básicos

Desmontando mitos sobre las harinas

Desmontando mitos sobre las harinas


Valoraciones: 13 Comentarios

Desmontando mitos sobre las harinas

Valoraciones: 13 Comentarios

Todo lo blanco es malo. Es conocido el triunvirato del mal, ese eje de terrorismo alimentario conformado por la sal, el azúcar y la leche. Amplia es la bibliografía que combate al enemigo blanco en general con poco rigor, pero no voy a meterme a ejercer defensas ajenas, que para eso hay otros gremios. Creció en los últimos años una tendencia a engrosar la lista de diabólicos alimentos con la harina, no por estudios sesudos, sino por afinidad cromática. Así que hoy hay quien sostiene, básicamente, que la harina refinada es mala. A esa y a otras cuestiones de la mitología farinácea (no olvidemos que Ceres era una diosa) vamos a responder aquí con la ayuda del nutricionista Ricardo Estévez, que de esto sabe un rato, y de los análisis independientes que hemos encargado de nuestras harinas.

Es sabido que las integrales son mejores que las refinadas, pero esta sigue siendo un alimento con características interesantes y no tiene ningún problema si se combina racionalmente con otros alimentos. Te puedes comer un bocata, pero no es lo mismo si le pones chorizo o ventresca con tomate.

En todo caso, el de chorizo tampoco está prohibido, pero su consumo debe ser más anecdótico u ocasional por su contenido en grasa saturada.

Las harinas blancas e integrales son muy parecidas en términos de energía, grasa, hidratos de carbono y proteína, pero se diferencian en el apartado de vitaminas y minerales. En el caso de las harinas integrales, tienen más vitaminas y minerales que las blancas, como se puede ver en la tabla de abajo. En el caso de la harina blanca de trigo destaca su contenido en B1, B3, B6, B9, biotina, potasio, fósforo, hierro, zinc y manganeso, representando cantidades superiores al 10% de las cantidades diarias recomendadas (CDR) por cada 100 gramos de harina.

La harina engorda

Otro mito ese según el cual si comes algo que lleve harina te pones como buey. Pues no, como en la pasta (que en Italia comen a diario sin que Armani se dedique a las tallas especiales), hay muchos hidratos de carbono, pero estos, sin pasarse, también son importantes. Como en casi todo en la vida, lo interesante está en no atiborrarse y sobre todo en tener cuidado con qué combinamos el pan: la salsa esa espesita bien cargada de aceite sí que engorda.

Es el global de la alimentación diaria el que determina si algo nos afecta o no, además de la ración, para la cual Harvard, por ejemplo, ha desarrollado un plato saludable al respecto para saber organizar una dieta adecuada, y ahí están los cereales. Y el ejercicio, por cierto, que después los hay que pretenden que la repostería no les pase factura sentados en el sofá.

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Si comes harina de trigo te vuelves celíaco

O mutante, o yo qué sé. Ser celíaco o no es una condición con una base genética que predispone a ello a las personas. Puedes no tener síntomas y padecer daños a nivel de la mucosa intestinal o tener la sintomatología propia y la mucosa relativamente intacta. O incluso ni una ni la otra y estar latente mucho tiempo. En este caso cualquier harina con gluten podría afectar: centeno, espelta, cebada…

Lo que sí es cierto es que la variedad de espelta es más baja en fructanos y galacto- oligosacáridos, unas moléculas que causan hinchazón y síntomas en personas que padecen de colon irritable.Pero hay muchas variedades de espelta (muchas hibridadas con trigo común) y por tanto en distintos lugares del mundo puede que la espelta genere problemas en este tipo de población. Parece que si el pan no es 100% espelta y elaborado con masa madre (que parece reducir este contenido en fructanos mínimamente), se pueden producir reacciones similares al trigo comercial u otros cereales (según la Universidad de Monash y Besekierski et al; 2011). Además, algunas cepas de levaduras podrían ayudar en el futuro a reducir el contenido en fructanos del trigo comerciales al hacer pan y hacerlo viable para estos colectivos. (Fraberger et al; 2018)

La harina de espelta es la mejor y hasta cura enfermedades y otra magias varias

La harina de espelta es una harina que nutricionalmente es similar a otras. Hay pequeños cambios poco significativos en ciertas vitaminas o minerales, pero es muy parecida, por ejemplo, a la de trigo.

Comparando ambas harinas integrales vemos que la espelta integral tiene 4,4 g más de proteína, algo que es poco significativo. Sí contiene más fibra, pero todo depende de la variedad analizada. La de trigo integral tiene fibra más que suficiente. Las diferencias respecto a vitaminas y minerales son mínimas entre ellas y apenas suponen diferencias en cuanto al porcentaje de la cantidad diaria recomendada. También tiene gluten, como el trigo, y su ratio de digestibilidad es prácticamente igual o incluso inferior a la de trigo (Ranhotra et al; 1995). Muchas de las creencias sobre la espelta se basan en el “amimefuncionismo” y en el efecto placebo de creer que algo te está haciendo bien, cuando en realidad es como cualquier otra harina. En cuestión de enfermedades tampoco se ha demostrado que sea útil en ninguna en concreto.

Los cereales antiguos (espelta, escaña) son mejores para la salud

Aunque siempre queda muy bien decir que todo lo antiguo es mejor que lo moderno, en el campo de los cereales, no hay ninguna analítica ni ningún estudio que avale tal cosa.

Los cereales, al igual que otras plantas, crean híbridos al cruzarse con otras variedades de manera natural. Es lo que pasa si cultivamos una variedad en otro lugar o porque el viento arrastra las semillas a otras zonas. La variabilidad genética de estos cereales antiguos puede ser menor que en otros donde sí se han hibridado de manera consciente por el hombre para aumentar su productividad, pero los datos nutricionales nos muestran que tampoco son muy diferentes de los cereales comerciales. Los estudios relativos a sus efectos sobre la salud en humanos son escasos y no se han replicado y diversificado lo suficiente como para establecer que unos son mejores que otros. (Shewry; 2018) . Si uno busca salud, lo más importante es llevar buenos hábitos de vida, hacer deporte y comer alimentos de primer orden poco procesados. Esa es más la clave que depender de cereales ancestrales.

Hay que huir de los cereales modificados genéticamente

En el mundo de los cereales la selección genética se hace casi siempre con procesos de hibridación, la mezcla entre variedades en busca de una más productiva y resistente. La hibridación, como decíamos más arriba, la llevan haciendo las abejas miles de años, o el viento, sin mayores problemas. Ahora la hace el hombre, pero nutricionalmente no hay ningún motivo para establecer que una variedad con pocos cruces, de las tradicionales, sea mejor que otra seleccionada por el hombre: son iguales.

Lo que sí es cierto es que hay personas que cuanto escuchan la palabra “genética” piensan en Frankenstein, o en la película La mosca, y se ponen de los nervios, y tampoco es eso.

El centeno es mejor que el trigo y más fácilmente digerible

El centeno, como la espelta, tiene menos gluten que el trigo, pero lo tiene. Puede que te guste más que el trigo, pero no por tener menos gluten es más fácil de digerir: el gluten solo causa problemas a los celíacos y sensibles al gluten en distintos grados, siempre hubo gente celíaca, pero antes no se sabía qué era lo que les pasaba.

Una persona celíaca reacciona ante menos de 20 partes por millón de gluten en un producto. Eso es muy poca cantidad y los síntomas son drásticos: diarrea, distensión abdominal y dolor, dermatitis herpetiforme… Una persona sensible al gluten no celíaca puede tener un umbral mayor, pero los síntomas son similares. En cualquier caso, hoy en día sabemos qué causa esos síntomas y se han mejorado los sistemas de detección, por eso vemos más casos, pero la estadística siempre estuvo ahí presente. Nadie se hace celíaco por comer pan: ya lo era antes.

El gluten hay que evitarlo como el colesterol o el mismísimo diablo

Si nunca te ha dado problemas, no hay ningún motivo para eliminarlo. La humanidad lleva comiendo alimentos con gluten miles de años tan ricamente.

De hecho, uno de los primeros panes documentados apareció en Jordania hace 14.400 años y desde entonces se sigue comiendo con regularidad sin que a nadie le hayan salido cuernos y rabo. (enlace a la noticia)

Lamentamos mucho haber desmontado unos cuantos mitos a los creyentes en tales historias. Aclaradas las cosas sí que tenemos que recordar que las harinas integrales son mejores, nutricionalmente hablando, que las refinadas. No es que estas sean malas, pero es cierto que llevan menos cosas buenas. Las integrales tienen hasta el triple de algunas vitaminas que las blancas y, por supuesto, mucha más fibra y polifenoles asociados a ella. Hay algunas personas, eso sí, a las que la fibra les sienta mal por alguna causa orgánica (no todo va a ser intolerancia al gluten: también hay reacciones a la fibra), y tendrán una buena opción en estas harinas. Con moderación, claro. Si quieres ver las diferencias nutricionales entre la harina integral y la refinada de un mismo cereal, te las dejamos aquí:

Al final, con la harina como con todo, lo que hace falta es sentido común. Yo no me haré jamás un bocadillo de jamón de Jabugo con pan de centeno (y eso que me encanta el centeno) porque le va mil veces mejor el pan blanco. Ahora bien, no hace falta pasarse los días comiendo bocatas de jamón: mejor vería. Dentro de la elaboración del pan en casa también puedes variar para salirte de la rutina y, de paso, para ganar en salud. Prueba a mezclar harinas integrales e incluso a añadirle alguna que no sea de cereales.

La de garbanzos, por ejemplo, es una buena opción. Los garbanzos aportan vitaminas, minerales y fibra, además de proteína vegetal de buena calidad. Por otra parte, las semillas (lino, pipas, sésamo, amapola…) que tan bien le quedan a los panes, nos regalan ácidos grasos esenciales como el Omega-3, que es interesante para la salud del corazón. Si a tu pan le pones, por poner otro ejemplo, pasas y nueces, pues además de las cosas buenas del pan te llevas de propina fibra de las pasas y Omega-3 de la nueces.

Así que ya sabes, sí se puede comer pan sin miedo, sobre todo si el que compras o te haces en casa es un producto natural con ingredientes de calidad. Como con todo, si puedes, varía, verás como te alimentas mejor y de diviertes más. Y no te olvides de hacer ejercicio, el que sea, que después te sabrá mejor el pan y también la vida.

Amasadora Ankarsrum
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Pasta casera

Biavette. Minestra del bate ‘l gran

Biavette. Minestra del bate ‘l gran


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Biavette. Minestra del bate ‘l gran

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Las biavette, es un tipo de pasta de los denominados pastina por su tamaño, realizado en la actualidad con harina y huevos o bien con solo harina y yemas. Antiguamente no se ponían huevos en la masa por ser un plato pobre. Se hace normalmente en la conocida minestra del bate ‘l gran, plato típico de Piemonte, de Vineria Turné, en Canelli (Asti).

Este plato es el que ofrecían las amas de casa a todos los trabajadores del campo cuando volvían después de un largo y duro día de trabajo como reconstituyente, un entrante caliente que recompensaba el esfuerzo de toda la jornada. Hoy en día, es un plato que se continúa haciendo en días señalados como fiestas o reuniones importantes. Tradicionalmente se hacen bien con los restos de hacer los tajarin (un tipo de pasta de Piemonte, parecido a las tagliatelle aunque más finos y hechos solo con harina y yemas) o bien directamente desde la masa ya reposada.

Es un tipo de pasta que prácticamente no se hace ya a mano por su laboriosidad, pero que merece ser rescatado, al menos para valorar el gran trabajo que se hacía antiguamente para preparar este tipo de platos.


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Receta de biavetta de Piamonte

Biavette. Minestra del bate ‘l gran

Receta italiana originaria de la región de Lombardía. Las biavette son como lágrimas de pasta. Se utilizan en la preparación de la "Minestra del bate 'l gran", un reconfortante plato típico de la tradición lombarda. Esta minestra se prepara con un caldo de carne o ave, verduras de temporada y las biavette se cocinan junto con los ingredientes, absorbiendo todo su sabor. Es una deliciosa opción para disfrutar en los días fríos y mantener viva la tradición gastronómica de Lombardía.
Aún no hay valoraciones
Tiempo de preparación 35 min
Tiempo de cocción 30 min
Tiempo de reposo 45 min
Tiempo total 1 h 50 min
Plato Plato principal
Cocina Italiana
Raciones 8 personas
Calorías 140 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Ingredientes para la minestra

  • 2 l caldo de ternera , de gallina, o de ambas
  • 300 g higaditos  y otros despojos de pollo (la molleja, el corazón, así como los riñones y la cresta)
  • 1 cebolla
  • 2 hojas de laurel
  • 1 romero fresco (una ramita)
  • 1 cucharada concentrado de tomate o bien dos de salsa de tomate casera
  • mantequilla
  • aceite de oliva virgen extra
  • sal
  • pimienta negra molida El Amasadero

Elaboración paso a paso
 

  • Preparar con antelación un buen caldo de carne con ternera, gallina o ambas.
  • Poner los despojos de pollo en agua fría durante un par de horas.
  • Limpiar los higaditos, quitándoles las membranas y cortarlos a trocitos.
  • Preparar la masa para la biavetta haciendo un volcán con la harina e introduciendo las yemas y el agua en el centro (dependiendo del tamaño de los huevos, es posible que necesites algo más de agua para que la masa una).
  • Batir las yemas e ir incorporando la harina poco a poco. Trabajar la masa durante diez minutos sobre la tabla especial para pasta (opcional, pero recomendable).
  • Dejar reposar la masa cubierta.
  • Coger minúsculas porciones de masa, y trabajarla con los dedos índice y pulgar, frotándola entre ellos dos o tres veces para que quede compacta.
  • Dejar caer las piezas de pasta en la tabla previamente enharinada o en cesto de mimbre o caña.
  • Si este trabajo te parece muy arduo, puedes estirar la masa fina, cortarla en tiras finas y estas en cuadraditos. Era una forma que tenían en la zona de aprovechar los restos de tajarin.
  • En una sartén, poner un poco de mantequilla y aceite de oliva y dorar la cebolla cortada en rodajas muy finas.
  • Añadir los despojos del pollo, los higaditos y el laurel. No salar. Dejar que doren bien.
  • Retirar la sartén del fuego e inclinarla para sacar el sofrito sin grasa.
  • Cuando se temple, hacer un picadito muy fino
  • En una sartén limpia, poner el picadito junto con un cazo de caldo de carne y la cucharada de concentrado de tomate.
  • Salpimentar y dejar que reduzca durante veinte minutos.
  • Poner ahora el resto del caldo a calentar. Cuando hierva añadir el picadillo y la pasta (calcular una cucharada colmada por persona). Dejar que cueza diez minutos.
  • Antes de servir, añadir el romero picado muy muy fino al momento.

Notas

Antiguamente, en todas las casas había caldo de carne preparado para hacer cualquier plato. Los higaditos y otros despojos de pollo nunca se tiraban, aprovechándose para platos de este tipo, pero también para preparar ragù para pasta larga.
La pasta de Piemonte se caracteriza por incluir en las masas solo yemas de huevo lo que les da un color muy amarillo y una textura más densa, siendo como consecuencia también platos más ricos y calóricos.

NUTRICIÓN

Calorías: 140kcalCarbohidratos: 16gProteina: 3gGrasa: 2gGrasa saturada: 1gGrasa polinsaturada: 0.4gGrasa monosaturada: 1gColesterol: 73mgSodio: 4mgPotasio: 47mgFibra: 1gAzúcar: 1gVitamina A: 98IUVitamina C: 1mgCalcio: 15mgHierro: 1mg


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Categorías
Desayunos Masas dulces Repostería tradicional

Bizcochos clásicos para hacerse desear

Bizcochos clásicos para hacerse desear


Valoraciones: 20 Comentarios

Bizcochos clásicos para hacerse desear

Valoraciones: 20 Comentarios

A veces, entre conocidos que se tantean para iniciar una relación de amistad, las personas quedan para tomar un café en casa. “Qué bien, pues ya llevo yo un bizcocho, que me sale muy rico”. En el ritual según el cual el invitado se siente obligado a llevar algo, el bizcocho tiene un significado profundo: el que lo lleva viene a decir que es una persona hogareña, hacendosa en la cocina y sencilla, y además que para agasajarte va a trabajar un rato en lugar de comprar, yo que sé, unas pastas. Todo esto estaría muy bien si la gente hiciera buenos bizcochos, pero por regla general yo prefiero que me traigan queroseno.

Cuando oigo lo del bizcocho suelo arrepentirme de la invitación. Acabas sonriendo y charlando y alabando algo cuya degustación da idéntico placer que comer folios, pero más seco si cabe. “Coge un poco más, anda”. Vale, lo coges, y notas como sus migas secas se pegan a la garganta… Con cerveza me los he tomado para poder bajarlos. En fin, por si un día coincide que os invito a mi casa, que sepáis que adoro los vinos de grandes añadas y el marisco, pero si aún así queréis traerme un bizcocho, podéis probar alguna de estas dos recetas.

Antes de meterse en la cocina, una breve explicación. Hoy traigo dos recetas (sí, dos por una, de nada), porque cada una representa un tipo distinto de bizcocho. El problema con los bizcochos es que hay cientos de recetas y miles de variantes. Son la base de la gran mayoría de las tartas, pero esas bases, muchas veces, no son lo más adecuado para comer solo. Ahora la moda es hacerlos de yogur, pero me apetecía explorar aquí el mundo previo a ese postre de cuchara. La esencia de los bizcochos está en la mezcla de harina, huevos y azúcar. A partir de ahí, el universo. A mí me pirra la mantequilla y aquí os dejo un cuatro cuartos (con variaciones tope de gama) bien servido de ella. Si os va más ligero podéis lanzaros al otro, que engorda menos y además lleva todo el sabor de la almendra y el toque de la harina de espelta. Podríamos pasarnos todo el día hablando sobre los bizcochos, sobre cómo darles volumen, si con levadura panadera, química, o con claras a punto de nieve, pero casi mejor empezamos, probáis y luego me decís que tal el resultado. El material que vamos a emplear en los dos es el mismo, y los moldes (muy recomendables por lo fácil que es untarlos y desmoldar), también.

Amasadora Ankarsrum

Receta de bizcocho casero con espelta

Bizcochos clásicos para hacerse desear

Receta de bizcocho tradicional, sin trampa ni cartón. El uso de la harina especial de repostería te asegura un resultado finísimo.
4 de 5 votos
Tiempo de preparación 20 min
Tiempo de cocción 30 min
Tiempo total 50 min
Plato Desayuno, Merienda, Postre, Repostería
Cocina Española
Raciones 1 bizcocho
Calorías 3979 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Ingredientes para un bizcocho cuatro cuartos

Ingredientes para un bizcocho de almendra y espelta

Elaboración paso a paso
 

Bizcocho cuatro cuartos

  • Mezcla en un bol las yemas, el azúcar y la ralladura del limón. Con la batidora de varillas en un par de minutos lo tienes listo.
  • Añade poco a poco, mientras sigues batiendo (siempre a baja velocidad), la mantequilla que habrás derretido antes en un cazo (sin calentarla demasiado, debe estar tibia).
  • Pon las claras a punto de nieve en el otro bol.
  • Añade poco a poco la harina y la levadura química a la mezcla de yemas y azúcar dándole vueltas con la espátula de silicona.
  • Ahora el paso trascendental: vierte poco a poco las claras a punto de nieve sobre la masa y vete mezclándolas con movimientos envolventes y gran delicadeza. Se trata de que la burbujas de las claras se mantengan enteras y aporten volumen a la masa. Si se rompen, el bizcocho no sube igual. Un profesional de este paso podría ahorrarse la levadura Royal, pero si no lo eres, te recomiendo usarla.
  • Finalmente, mete la masa en el molde, que previamente habrás untado con mantequilla y salpicado con harina. Déjalo en la primera altura (por abajo) del horno, que habrás precalentado a 180 grados durante media hora. En 25 o 30 minutos (con calor por arriba y por abajo y sin ventilador) estará listo. Lo sabrás si lo pinchas con una brocheta y esta sale limpia. Si ves que se dora demasiado cúbrelo con un trozo de papel albal.
  • Desmóldalo nada más sacarlo y déjalo enfriar sobre una rejilla.

Bizcocho de almendra y espelta

  • El proceso es muy parecido al anterior, solo que en este caso no tenemos mantequilla y sí más volumen gracias a la cantidad mayor de claras.
  • Mezcla las almendras, el azúcar y las yemas con la batidora de varillas.
  • En otro bol, pon las claras a punto nieve también con la batidora de varillas.
  • Agrega la harina y la levadura a la masa de yemas, almendra y azúcar y mézclala poco a poco con la espátula.
  • Con la espátula de silicona, incorpora las claras a la mezcla con suma delicadeza para evitar que se desinfle.
  • Pon el resultado en el molde, untado como en el caso anterior con mantequilla y harina, y hornea durante 40 minutos a 180 grados, en la primera altura, con calor arriba y abajo y sin ventilador. Desmolda al sacarlo de la horno y deja enfriar en una rejilla. Si quieres, puedes espolvorear un poco de azúcar o azúcar glas por encima.

Notas

Como ves, la ciencia es similar pero varían ingredientes y proporciones. Hay bizcochos más sencillos, en los que no es necesario levantar claras, pero estos están muy buenos y te garantizas con ellos que no te van a echar de una casa cuando vayas de invitado. Los dos se conservan muy bien unos días en albal o en una bolsa de plástico.
Me olvidaba: para levantar las claras mejor que los huevos no estén de la nevera, sácalos antes para que atemperen.

NUTRICIÓN

Calorías: 3979kcalCarbohidratos: 478gProteina: 79gGrasa: 203gGrasa saturada: 85gGrasa polinsaturada: 12gGrasa monosaturada: 48gGrasa Transgénica: 4gColesterol: 2213mgSodio: 1287mgPotasio: 474mgFibra: 24gAzúcar: 265gVitamina A: 5722IUVitamina C: 8mgCalcio: 514mgHierro: 21mg


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Bollitos tiernos con masa madre y harina escaldada de Esteban García

Bollitos tiernos con masa madre y harina escaldada de Esteban García


Valoraciones: 22 Comentarios

Bollitos tiernos con masa madre y harina escaldada de Esteban García

Valoraciones: 22 Comentarios

He buscado muchísimas recetas por muchos sitios para hacer bollitos para los niños, pero no me terminaban de convencer. Hasta que pruebas tras pruebas he conseguido esta receta que a los niños les encanta. Desde que probaron estos bollitos, no quieren otros panecillos. Espero que os guste.

¿Quieres publicar tu receta aquí? Envíanosla  y consigue un cupón de 50 € para gastar en El Amasadero.

Esta masa va muy bien para iniciarse en el mundillo panarra ya que es una masa muy fácil de trabajar. Deciros también que cuidado con probar estas harinas de El Amasadero que te engachan al mundo panarra y ya no querrás otros panes ni harinas. Son buenísimas. Las mejores que he probado, de verdad.

¿Que hes el escaldado de la harina y para que sirve?
El escaldado de la harina consiste en echar una parte de liquido hirviendo (agua,leche…) a una parte de harina. La medida es 3 partes de liquido por 1 de harina.

Esta técnica sirve como mejorante panario natural. Nos ayuda a tener una masa más esponjosa, tierna, con mucho más sabor y hace que el pan aguante más tiempo tierno.


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receta de panecillos con harina escaldada

Bollitos tiernos con masa madre y harina escaldada de Esteban García

Bollitos tiernos con masa madre y harina escaldada: Estos deliciosos bollitos se caracterizan por su textura suave y esponjosa gracias a la harina escaldada harina escaldada, combinada la leche, aporta una esponjosidad extra y un sabor especial. El resultado son unos bollitos irresistibles, perfectos para disfrutar en el desayuno o la merienda.
4.75 de 4 votos
Tiempo de preparación 40 min
Tiempo de cocción 35 min
Tiempo de reposo 14 h
Tiempo total 15 h 15 min
Plato Acompañamiento, Desayuno, Merienda, Pan
Cocina Panadería casera
Raciones 780 g de masa
Calorías 2 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Elaboración paso a paso
 

  • Refrescamos la masa madre. Como tardará unas 4 ó 5 horas en responder, mientras vamos preparando el escaldado.
  • Ponemos ha hervir la leche y en un recipiente ponemos los 50 gramos de harina. Cuando la leche este hirviendo, se la echamos a la harina y mezclamos bien hasta que quede una pasta homogenea y la dejamos enfriar.
  • En un bol ponemos los 350gr de harina tamizada, la levadura y el agua.
  • Le añadimos la masa madre —cuando este activa— y el escaldado y amasamos hasta que todo quede bien integrado. Lo dejamos todo bien tapado en reposo durante unos 30 minutos para que haga autolisis y nos facilite luego el amasado.
  • Pasado los 30 minutos, le añadimos la sal y amasamos hasta que nos quede una masa lisa y no se pegue a las manos.
  • Hacemos una bola dandole un poco de tension a la masa, engrasamos el bol con un poco de aceite para luego poder sacarla sin que se nos pegue, y la guardamos al frigorifico para que fermente lentamente y adquiera esos magníficos sabores de la masa madre y la lenta fermentación.
  • Pasada unas 12 horas (habrá doblado su volumen), hacemos bolas de unos 90 gramos  y la ponemos en la bandeja del horno con un papel vegetal y la enharinamos para que no se peguen. Las dejamos fermentar bien tapadas durante aproximadamente 1 hora y media.
  • Cuando le queden unos 45 minutos, precalentamos el horno a 220º. Lo ponemos solo calor de abajo. Si no tenemos esa función, usamos el calor arriba y abajo.
  • Cuando los bollitos doblen su volumen, con mucho cuidado le damos la vuelta para que el cierre (la parte fea) quede hacia arriba y haga la función del greñado.
  • Metemos los bollitos en el horno un poco más abajo de la mitad.
  • Pasado 10 minutos, bajamos la temperatura a 170º ó 180º, depende lo fuerte que pegue tu horno, con calor arriba y abajo.
  • Lo horneamos durante unos 25 minutos más, depende de como te gusten de doraditos. Un consejo en los ultimos 10 minutos bajamos el horno a 130º con la puerta un poco abierta para que vaya saliendo el vapor y no haya grandes cambios de temperatura que afecten a la corteza de los bollitos.
  • Lo sacamos del horno y lo dejamos enfriar en la rejilla. Este paso es muy importante antes de guardarlo para que pierda toda la humedad y no se reblandezca la corteza.

Notas

Podemos usar piedras volcánicas para crear vapor, colocándolas en una bandeja honda en el fondo del horno y echando un vaso de agua caliente —con mucho cuidado— nada más haber metido los panes en el horno. Tras 10 minutos de horneado (paso 11), retiramos la bandeja.

NUTRICIÓN

Calorías: 2kcalCarbohidratos: 0.4gProteina: 0.1gGrasa: 0.01gGrasa saturada: 0.001gGrasa polinsaturada: 0.002gGrasa monosaturada: 0.001gSodio: 5mgPotasio: 1mgFibra: 0.01gAzúcar: 0.001gCalcio: 0.1mgHierro: 0.02mg


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Aventura empresarial

Día Mundial del Pan: lo que más os ha gustado y un poco de making off

Día Mundial del Pan: lo que más os ha gustado y un poco de making off


Valoraciones: 6 Comentarios

Día Mundial del Pan: lo que más os ha gustado y un poco de making off

Valoraciones: 6 Comentarios

El día 16 de octubre se celebró el Día Mundial del Pan y Andrés sugirió que era un buen motivo para hacer esta entrada, echar la vista atrás y reflexionar un poco sobre lo que hemos hecho. Pocas cosas se merecen tanto un día mundial (el agua, tal vez), porque pocos alimentos habrá más difundidos. Dime de dónde eres y te diré que pan (y que cereal) comes. El pan se cocina en el mundo desde hace 12.000 años, ahí es nada. Aquí, en el blog de El Amasadero, somos algo menos prehistóricos, diez años llevamos metidos en harina, así que nos vamos acercando. A lo largo de las 229 entradas que llevamos publicadas hemos recorrido casi todo el planeta. Hemos hecho panes africanos, asiáticos, americanos y europeos. Dándole un repaso al histórico encuentro que nos falta Oceanía, pero no os preocupéis que ya estoy buscando recetas…

A través de esas 229 entradas hemos aprendido mucho, no solo de hacer panes, sino también de vosotros. Os confieso que cuando publico una receta aguardo con impaciencia los comentarios que dejáis al final y me siento enormemente satisfecho cada vez que alguien hace uno de mis panes y celebra el resultado. También de las críticas cuando no me explico bien aprendo para intentar ser más claro la próxima vez.

Gracias a este blog hemos descubierto que es lo que más os ha gustado, y el número uno de la lista es el Panettone con chocolate, que publicamos hace casi una década. Revisando los datos de las entradas hemos descubierto que os gusta mucho el dulce, porque el Panettone con prefermento lo tenemos en el número tres, el roscón de Reyes en el cinco y de noveno, el Pandoro. ¡Espero que visitéis el gimnasio!

Las hogazas clásicas y el pan gallego están también en posiciones de cabeza y la pizza y el pan de molde, también. Aquí tienes, por orden, la lista de las recetas en las que más tiempo os habéis parado:

  1. Panettone con chocolate
  2. Hogaza rústica con prefermento poolish
  3. Panettone con prefermento
  4. Pan gallego
  5. Roscón de reyes de Webos Fritos
  6. Hogaza de trigo con masa madre
  7. Pizza napolitana
  8. Pan de molde St. John
  9. Pandoro
  10. Pan cateto de María Amparo

A veces me apena un poco que algunas recetas no hayan tenido el éxito cuando era de justicia que lo tuvieran. Seguramente no he logrado transmitir su valor. En este mundo de los panes a cada uno le gusta lo que le gusta, y a nosotros, también. En los últimos dos años he disfrutado como un enano del brioche, los shortbreads, el centeno en todas sus variedades y de alguna cosa rara que, a mi pesar, no ha tenido mucho recorrido digital pero sí se lo hubiera merecido, como el Kouign Amann.

Tengo, claro, mis preferencias, pero si te sirve como dato, todo lo que aquí se publica nos lo comemos después, en mi caso en familia, que forman mi equipo de catadores y se comportan con ecuanimidad a la hora de juzgar los resultados. Cuando piden un bis es que hay triunfo.


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Hacer un pan distinto cada semana se ha convertido en una aventura que cada día me gusta más. Cada una de las entradas tiene su historia y aunque lo que ves en el blog son los éxitos de mis hornadas, también te aseguro que ha habido sonoros fracasos, es lo que tiene ir haciéndose panadero poco a poco. Recuerdo en especial mi lucha con la última receta de panettone publicada aquí. El que ves en la foto ¡es el séptimo! Lo quería hacer de una manera determinada siguiendo las indicaciones de un especialista que no trabaja en casa, sino en un obrador con condiciones mucho más controladas. Y me pasó de todo: los que tardaban mil años en subir, los que después, en el horno, no daban asomado la cabeza, los que se partían al medio una vez colgados boca abajo… Fui afinando la receta en cada nuevo intento hasta que al final salió lo que tenía que salir. No sé qué se siente al ganar un oro olímpico, pero no debe ser una sensación mucho mejor que la que yo tuve cuando salió aquel último panettone.

Tengo una antología de panes estampados contra el fondo del horno al impulsarlos con la pala, de tragedias que quedaron pegadas al molde, de masas madre que se negaban a funcionar como debieran y preferían criar moho que hacer subir panes… Lo bueno de todo ello es con cada error aprendes más que con los aciertos. Cuando descubro una receta que me sorprende y me gusta me sigo emocionando igual o más que al principio y corro a compartir fotos vía Telegram con Andrés y con Rodrigo. Entre los tres vamos tramando cada poco tiempo qué nuevas publicaciones pondremos aquí. Cuando podemos, nos vemos en persona y quedamos para organizar la página y compartir experiencias. No nos reunimos en la oficina, no… Alquilamos una casa en el campo, de esas de piedra con horno de leña, y nos acercamos, cada uno de desde una ciudad distinta, con los maleteros cargados de harina para hablar de panes y para hacerlos.

Oficina campestre de El Amasadero. Para hacer eso que llaman teambuilding.
Oficina campestre de El Amasadero. Para hacer eso que llaman teambuilding.

Pronto, espero, tendremos otra de esas citas panarras para festejar con retraso el Día Mundial del Pan, ese que me ha llevado a contaros estas reflexiones panaderas. Habrá que llevar, además de harina, unas botellas de vino para acompañar las fermentaciones lentas.

 

Aquí Rodrigo,  trabajando otra faceta importante de El Amasadero: beber vino.
Aquí Rodrigo, trabajando otra faceta importante de El Amasadero: beber vino.

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Pan sin amasado Recetas de pan para horarios de oficina

Pan de maíz estilo sureño: pues sí, los americanos saben cocinar

Pan de maíz estilo sureño: pues sí, los americanos saben cocinar


Valoraciones: 16 Comentarios

Pan de maíz estilo sureño: pues sí, los americanos saben cocinar

Valoraciones: 16 Comentarios

A los ortodoxos escépticos (también conocidos como “rancios”) las experiencias gastronómicas innovadoras nos hacen, en general, enarcar una ceja con cierto desdén. Si te has leído “El tonel de amontillado” de Poe entenderás lo que digo. Con Poe comparto el fondo del asunto, que no es otro que la necesidad de emparedar de vez en cuando a algún crítico gastronómico especialmente recalcitrante para dejar que muera en el fondo de una gruta húmeda. Cuando abordé esta receta yo estaba ejerciendo como tal crítico.

Me explico. Me enfrentaba a un pan que llevaba más ingredientes que harina (mal, para los ortodoxos), y además lo que llevaba no tenía bula papal (ni nueces, ni pasas, ni cosas de esas). La receta procedía de los Estados Unidos (mal, otra vez, a mí que me gustan griegos y mesopotámicos) y además no tenía ni fermentación ni reposos ni nada. Es decir, que si yo fuera Torquemada, con todos esos indicios, hubiera condenado al reo a la hoguera.Y con tormento.

Peeeeero resulta que lo probé. Había leído que usaban este pan para acompañar las potentes barbacoas que hacen allí, en el sur, con sus reses, y como en mi espíritu de clásico queda todavía algún apagado de destello de salvajismo, decidí probar a ver qué pasaba con ese pan.

Me cuesta contener los tacos porque, ¡jo… vá, qué cosa salió del horno! Lo probé y de repente me entraron unas ganas tremendas de viajar de Jacksonville a Tijuana a lomos de una Harley Davidson. O de calzar espuelas. O de tomarme un whisky con Ángela Channing (sí, la de Dallas “Falcon Crest” ).

Este pan es im-pre-sio-nante. Puro fuego. Hay que ser muy hombre o muy mujer para atreverse con esto en el desayuno, pero en un día de cerveza a morro con una carne a la brasa o con unos huevos fritos (pónselos encima, en vez de las patatas) se te saltarán las lágrimas, sobre todo si te pasas con el chile picante. En serio, ya sé que lo normal es que quien escribe de panes hable bien de todos ellos, pero este tienes que probarlo. De los que hago, unos me van más y otros menos. Este bicho es pura pasión.

Amasadora Ankarsrum

Receta de pan de maíz estilo sur de USA

Pan de maíz estilo sureño: pues sí, los americanos saben cocinar

El pan de maíz al estilo sureño es una especialidad tradicional de la cocina sureña de Estados Unidos. Se caracteriza por su sabor dulce y su textura densa y húmeda. Se elabora con harina de maíz, harina de trigo, azúcar, mantequilla, huevos y suero de leche. El resultado es un pan dorado y crujiente por fuera, y suave y tierno por dentro. Es el acompañamiento perfecto para platos sureños como el gumbo, el pollo frito o el chile.
5 de 3 votos
Tiempo de preparación 30 min
Tiempo de cocción 40 min
Tiempo total 1 h 10 min
Plato Acompañamiento, Pan
Cocina Americana, Panadería casera
Raciones 1 pan de unos 750 gramos
Calorías 2547 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Elaboración paso a paso
 

  • Calienta la leche en un cazo y, sin que llegue a hervir, derrite en ella la mantequilla. En ese mismo cazo añade el huevo y el yogur y bátelo todo hasta conseguir una pasta cremosa.
  • En un bol pon las harinas, la sal, la levadura Royal y el bicarbonato y mézclalo todo hasta conseguir un polvo homogéneo.
  • Pica finamente la cebolleta y el pimiento en aros también muy finos, retirando las semillas. Si no te va nada el picante, no le eches chile, también está muy bueno.
  • Añade las verduras picadas al líquido y mézclalas un poco. Vierte ahora el mejunje en el bol sobre las harinas.
  • Mézclalo todo en el bol o amasa un poco sobre la mesa, sin matarte, solo hasta que hayas conseguido una textura homogénea (y pegajosa).
  • Unta con mantequilla la circunferencia interior del molde y pone en el fondo un círculo de papel de hornear que habrás cortado antes para que ajuste ahí. Mete la masa en el molde e introdúcelo en el horno precalentado a 190 grados. En la segunda altura del horno contando desde abajo y con calor por arriba y por abajo.
  • Déjalo a esa temperatura unos 40 minutos o hasta que esté dorado por arriba. Sácalo con los guantes y sírvelo calentito, que este pan no necesita reposo ni para enfriar. Verás qué cosa más buena.

Notas

Este pan está diseñado para comérselo calentito, según sale, también está bueno frío, pero es mucho más recomendable coordinarlo con la comida para dar cuenta de él según sale del horno.

NUTRICIÓN

Calorías: 2547kcalCarbohidratos: 379gProteina: 62gGrasa: 89gGrasa saturada: 49gGrasa polinsaturada: 9gGrasa monosaturada: 23gGrasa Transgénica: 3gColesterol: 360mgSodio: 3476mgPotasio: 1331mgFibra: 24gAzúcar: 15gVitamina A: 2551IUVitamina C: 4mgCalcio: 660mgHierro: 16mg

Amasadora Ankarsrum

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Aventura empresarial

Un tema difícil: sí, nuestras bolsas son de plástico

Un tema difícil: sí, nuestras bolsas son de plástico


Valoraciones: 154 Comentarios

Un tema difícil: sí, nuestras bolsas son de plástico

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Hoy toca un tema espinoso para nosotros, pero también necesario. En El Amasadero nos gusta ser claros y por eso creo que tengo que explicarme. Al asunto: sí, usamos bolsas de plástico, pero no lo hacemos por placer.

El plástico, tampoco hay que olvidarlo, fue un gran invento. El ordenador en el que tecleas, tu coche, el boli con el que escribes, los aparatos que emplean los médicos… están llenos de plásticos. Un material procesable a bajo coste por la industria petroquímica que ha cubierto muchas necesidades. Ahora bien, también tiene un gran problema, o mejor dicho, dos. No es fácilmente degradable (es decir, la basura de plástico solo aumenta, a menos que se recicle) y, lo peor, más de un tercio de los plásticos que se producen en el mundo están diseñados como productos desechables: lo usas y lo tiras. Y ahí entran también las bolsas de El Amasadero, aunque no nos guste.

A veces nos preguntan por qué no empleamos envases de papel, una pregunta muy lógica que también tiene respuesta, que no es corta.

Los productos envasados tienen que tener, por ley, una fecha de caducidad. Alargar esa fecha es una ventaja para los distribuidores, que pueden acumular más producción y no depender tanto del transporte, lo que encarece sensiblemente el producto final. También los consumidores prefieren una caducidad más larga para poder tener más margen en sus hogares a la hora de darle salida en casa a determinados productos.


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En España no existe una ley que obligue a poner una fecha de caducidad concreta en los alimentos. De hecho, cuando compras verduras frescas verás que no tienen tal cosa. La normativa obliga, sí, a establecer una fecha de caducidad en algunos productos, y de consumo preferente, en otros. Los cereales, también las harinas, caen en estos últimos.

Así, cada productor pone la fecha de caducidad que considera, estudiando, obviamente, el comportamiento de sus productos para garantizar que quien los consuma no se encuentre ninguna sorpresa desagradable y porque además, es el distribuidor el responsable de la salubridad de lo que vende.

¿Qué ocurre con las harinas? Los molinos con los que nosotros trabajamos consideran, en general, que las harinas conservan durante 90 días, una vez molido el grano, todas sus cualidades. No es que pasado ese tiempo no se puedan comer, es que el sabor y la calidad alimentaria empiezan a cambiar. La harina se enrancia y, como es un producto vivo, existe el riesgo incluso de que aparezcan larvas y otros personajes no invitados. ¿Cómo se combate eso? (Ya estamos llegando al plástico).

Una forma clásica es convertir un producto vivo en uno mucho más muerto. Si le quitamos al trigo y a otros cereales el germen y el salvado se convierte en un producto mucho más estable, eso sí, también pierde muchas de sus sanas propiedades reduciendo sensiblemente fibras, vitaminas y minerales. Eso sí, puedes alargar la fecha de consumo. Hay harinas así, pero esa no es nuestra filosofía. El Amasadero nació precisamente para ofrecer harinas con todo su sabor y todas sus propiedades.

Otra opción es añadir a las harinas conservantes. Algunos están permitidos, pero tenemos el mismo problema: que esa tampoco es nuestra filosofía. Nosotros queremos hacer el camino más corto y recto posible del campo al pan, y para eso las bolsas de papel no sirven.

Y finalmente, para que puedas tener tu harina en casa unos meses con todas las garantías de que sigue siendo un producto de primera calidad, solo nos queda una opción: envasar en atmósfera protectora. Este sistema elimina el oxígeno y así impide la oxidación y la posible proliferación de organismos.

Eso no podemos hacerlo, por ahora, más que en bolsas de plástico.

Es cierto que existen otros productos basados en el almidón, biodegradables, con los que estamos experimentando para sustituir el plástico. También lo es que por ahora no tienen las mismas garantías. Por ejemplo, resulta mucho más difícil realizar un sellado correcto de la bolsas con esos compuestos. Lo hemos intentado y no ha funcionado. Sí empieza a  haber algunos envases biodegradables más efectivos y estamos haciendo pruebas con ellos, pero tienen un problema: son más caros. Cada bolsa de harina costaría entre 10 y 15 céntimos más. ¿Estarías dispuesto a pagar un poco más por evitar el plástico? Lo pregunto en serio y agradezco las opiniones y comentarios sobre este asunto, porque lógicamente nos preocupa subir nuestros precios, aunque sea levemente, y encontrarnos con que eso genera más rechazo que el plástico.

En cualquier caso es importante que sepas que nuestras bolsas son 100 % reciclables si las dejas en el contenedor correcto (y si en tu Ayuntamiento de verdad reciclan lo que, por desgracia, no pasa en todos). En casa me pasa con frecuencia que acumulo unas cuantas vacías. A veces las tiro, pero precisamente porque no me gusta nada lo que pasa con los plásticos, en los últimos meses busqué formas de darles nueva vida. Con su ventanita transparente a través de la que puedes ver lo que hay dentro, a mí me van muy bien para congelar alimentos y así, en vez de comprar más bolsas (también de plástico) para ese fin, uso las que tengo. Es una idea, pero agradezco también que nos dejéis aquí más sugerencias sobre qué hacer con ellas. En cualquier caso, seguiremos trabajando para sustituirlas lo antes posible.

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Recetas Recetas de panes tradicionales

Bola gallega, el pan con efecto Chimos

Bola gallega, el pan con efecto Chimos


Valoraciones: 53 Comentarios

Bola gallega, el pan con efecto Chimos

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Muchos años he pasado en vela reflexionando sobre el agujero de la bola gallega, poniéndole al asunto más fuerza intelectual que Heidegger a la esencia del ser. Ha pasado el tiempo y mi mente se nubla sin respuestas. ¿De dónde salen los panes con forma anillo? Entiendo el ardid de quienes diseñaron el donut con agujero, una forma de vender menos peso al mismo precio, es decir, de ganar más pasta. Entiendo incluso las míticas rosquillas de las ferias, unidas todas ellas por el hueco para facilitar su transporte. Pero ¿y la bola gallega? ¿Para qué hacerle un agujero al pan en el medio si se vende al peso? ¿Qué sentido tiene desaprovechar así el horno cuando, en forma de barra, cabría dentro más masa? ¿Es para jugar al hula-hop de muñeca? ¿Para colgar el pan en el perchero? ¿Para hacer una canasta comestible de baloncesto? ¿Por qué, señor, el agujero?

Sin poder dar una respuesta clara sí confieso que el maldito hueco ejerce cierto poder de fascinación. ¿Por qué, si no, sigue siendo uno de los panes más vendidos en Galicia cuando puedes tener lo mismo en forma de barra? Ofrece, sí, el mismo problema filosófico que el roscón de reyes. Tal vez quienes idearon ambas cosas eran genios del márketing, del diseño, porque lo cierto es que la bola es un pan hermoso. Quienes mejor entendieron el asunto de la oquedad fueron aquellos fabricantes ochenteros de caramelos: “Chimos es un agujero, rodeado de buen caramelo”, decía la publicidad. ¡Y el agujero vendía!

Los amantes de la corteza se encontrarán en la bola una superficie de ella mucho mayor que en una hogaza, con bastante menos miga. Y bueno, no sé, a lo mejor hay gente a la que gusta hacerse los bocadillos con forma curvada de alfanje.

Se trata de uno de esos panes que llevan mucha agua, lo que le da un gran alveolado y una ligereza especial. Verás que empleamos para hacerlo un porcentaje de harina de fuerza. Lo hacemos porque, si no, estas masas tan húmedas se esparcen como el blandiblú (slime, lo llaman ahora), algo que se controla gracias al gluten, que permite mantener la arquitectura del pan. El toque de harinas integrales es marca de la casa, nos gusta así, pero lo puedes hacer sin ellas. En todo caso, si vas a mezclar integrales, recuerda que a mayor proporción de ellas, más ladrillo y menos ligereza tendrás en el resultado final.

Amasadora Ankarsrum

Receta de bola gallega, bolla o rosca

Bola gallega, el pan con efecto Chimos

Receta del pan tradicional gallego con forma de rosca. Si te gusta más la corteza que la miga, este pan es el tuyo.
4 de 7 votos
Tiempo de preparación 20 min
Tiempo de cocción 1 h
Tiempo de reposo 11 h 45 min
Tiempo total 13 h 5 min
Plato Acompañamiento, Pan
Cocina Gallega
Raciones 1 bola de un kilo
Calorías 2175 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Para el prefermento

Para el pan

Elaboración paso a paso
 

  • La noche antes de hacer el pan (calcula unas ocho horas) mezcla los ingredientes del prefermento en un bol y déjalo tapado a temperatura ambiente.
  • Al día siguiente mezcla el resto de los ingredientes en un bol y amasa. Verás que se trata de una masa bastante líquida, no desesperes y aplica reposos entre amasados, ganará algo de consistencia. Con tres ciclos de breves amasados y reposos entre ellos de unos 10 minutos será suficiente.
  • Mete la masa en un bol aceitado, para evitar que se pegue, y deja que fermente a temperatura ambiente durante dos horas y media. Si hace frío puede ser algo más. Estará lista cuando haya subido sensiblemente de volumen.
  • Dispón la masa sobre la mesa bien enharinada y crea una bola, sin desgasarla completamente. Déjala reposar unos minutos y hazle el agujero a la masa, que habrás puesto para ello sobre una hoja de papel de hornear. Para esa operación, acéitate las manos para evitar que se te pegue. Mete los dedos de una mano en el centro y vete estirando hacia fuera. Estira sin miedo porque después tenderá a cerrarse.
  • Enharina la superficie del pan generosamente y cubre la bola con un paño limpio, dejándola reposar 45 minutos.
  • Precalienta el horno a 250 grados. Antes de meter el pan (utiliza para ello una pala ancha, una bandeja de horno al revés o una tapa de madera de una caja de vino, lo que tengas), hazle cuatro cortes con una cuchilla en la superficie. Introduce el pan en el horno, en la segunda altura, y pon también tres cubitos de hielo sobre la placa base para producir vapor.
  • La cocción completa de este pan dura una hora. Durante los primeros diez minutos dejar el horno a 250 grados. Realmente no hace falta tanta temperatura, pero piensa que al abrir la puerta, meter la masa fría y el hielo, bajará un poco. Pasados esos diez minutos baja el horno a 180-190 grados y déjalo así hasta el final. Si ves que se dora en exceso baja algo más la temperatura.
  • Saca el pan y ponlo a enfriar sobre una rejilla. Si eres amante de las cortezas crujientes puedes dejarlo enfriar lentamente poniendo la rejilla sobre la Celsius con el horno apagado y entreabierto.

Notas

Consejos para hacer bola gallega
Si tienes masa madre y te apetece usarla, simplemente sustituye el prefermento de la receta por la misma cantidad de masa madre. Para ayudar a la masa madre, puedes sumarle a la receta un gramo de levadura seca de panadero.

NUTRICIÓN

Calorías: 2175kcalCarbohidratos: 457gProteina: 63gGrasa: 6gGrasa saturada: 1gGrasa polinsaturada: 3gGrasa monosaturada: 1gSodio: 3913mgPotasio: 775mgFibra: 21gAzúcar: 2gVitamina A: 2IUCalcio: 114mgHierro: 27mg


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