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Siete consejos para elegir un horno doméstico para hacer pan

Siete consejos para elegir un horno doméstico para hacer pan


Valoraciones: 58 Comentarios

Siete consejos para elegir un horno doméstico para hacer pan

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Cambiar de horno es poco habitual, porque esos electrodomésticos duran toda la vida y en general uno cuece en el que le toca. Mis padres llevan desde los años 80 usando el suyo y no ha dado muestras de fatiga, ahí sigue. Pero si necesitas cambiar, porque te vas a hacer una cocina desde cero o porque cascó la antigualla que tenías en casa, estos son unos consejos importantes a tener en cuenta si lo tuyo es hacer pan.

Un precio elevado no implica mayor calidad

Lo principal para elegir un horno es no volverse loco con las muchas novedades que ofrecen las marcas. Muchos aparatos de precios elevados basan su valor no en el hecho de que asen o cuezan mejor, sino en que se parecen a un Iphone. Programas de cocción, pantallas táctiles y detalles de diseño encarecen esos productos, pero no nos van a dar mejor pan, así que no vale la pena, sobre todo si vas ajustado de presupuesto, dejarse engatusar por la belleza del aparato. En este campo, más caro no siempre significa que sea mejor.

Busca potencia y temperatura

Para hacer pan necesitamos una fuente de calor potente para alcanzar una alta temperatura y para mantenerla. Los hornos de gamas económicas suelen tener menos capacidad calorífica, en torno a 2.700 watios. Eso significa que tardará más en alcanzar la temperatura que le pidamos, pero sobre todo supone que, cuando metamos una masa fría en el horno, o cuando abramos y cerremos la puerta, tardará más en recuperar el calor perdido, y en panadería sabemos que es fundamental un arranque en condiciones.

Hay una amplia gama media de modelos entre 3.400 y 3.700 watios mucho mejores para hacer pan. Por otra parte, la mayoría de los hornos ofrecen un rango de temperaturas entre 50 y 250 grados. Los hay también que empiezan desde 30 y alcanzan los 300 grados. Estos últimos nos convienen más porque lograr una temperatura elevada vendrá muy bien, por ejemplo, para bordar la pizza o para iniciar la cocción de nuestros panes aunque la bajemos después.

Además, un horno que pueda mantener los 30 grados reales también nos puede servir como cámara de fermentación. Es más, algunos incluyen esto último como una función propia. Antes de usarlo con ese fin yo lo comprobaría con un termómetro. Por otra parte, que tengan ventilador o dejen de tenerlo nos da igual: no lo vamos a usar para nuestros panes.

No te vuelvas loco con la función de vapor

El vapor es esencial para que suban los panes. Los hornos profesionales tienen aporte y extracción de vapor a voluntad del panadero y están conectados a la red de agua, los domésticos no. En el mejor de los casos cuentan con un depósito rellenable. Si buscas hornos con función vapor verás que los hay en casi todas las marcas, pero suelen ser caros y en las pruebas que hemos hecho con modelos de gama alta los resultados son más pobres que poniendo unos cubitos de hielo sobre la placa de un horno normal.

Un obviedad fundamental: que cierre bien

El vapor podemos generarlo fácilmente con hielo y sin funciones añadidas. Ahora bien, de nada nos sirve añadir vapor si se pierde al momento porque la puerta no cierra bien. La gama baja puede tener ese problema con las gomas, fíjate bien cuando elijas el aparato para tu cocina, porque de la pantalla táctil y la pirólisis puedes prescindir sin problema, pero del vapor no.

Mejor, y más seguro, con guías extraíbles

Un asunto interesante para un panadero es contar con guías extraíbles. Salvo los básicos, casi todos las tienen hoy en día y son muy útiles si, por ejemplo, utilizas una piedra de horno o una plancha Celsius de acero, y quieres darle la vuelta al banetón sobre ella directamente. Si no tienes guías tampoco te fustigues: emplea una pala de horno y listo, que te valdrá en muchos casos. Los hornos con guías no son mucho más caros que los que no las tienes, y esa inversión vale la pena para evitar quemaduras.

Con buena luz

Si te gusta hacer pan ya sabrás que hay pocas películas mejores que las que se cuecen en el horno. Sentarte en un taburete delante para ver cómo se forma el pan es un gran placer, y lo disfrutarás mucho más si tu aparato tiene una puerta transparente y una luz potente. Si además lo tuyo es Instagram, tanto mejor.

Pon una Celsius en tu horno

La mejor forma de conseguir un calor potente y constante en un horno es ponerle una plancha Celsius, una superficie gruesa de acero con una impresionante capacidad de retener las altas temperaturas. Un horno económico con ella hará mejores panes que uno de gama alta que no la tiene. Vale mucho la pena ahorrar en funciones innecesarias y adquirir una Celsius. También existen piedras de horno con la misma finalidad, pero son mucho más frágiles y es habitual que acaben rompiendo. Una Celsius te durará toda la vida.

En resumen, si te vas a comprar un horno comprueba que el aparato tenga una potencia mayor de 3.400 watios, y si llega a 300 grados de temperatura máxima, tanto mejor. Si puedes, búscalo con guía extraíbles (la mayoría ya las traen), con una luz potente para ver lo que se cuece y con una puerta que cierre bien para que no se pierda vapor. De la función vapor de muchos aparatos de gama alta puedes prescindir: se obtienen mejores resultados poniendo unos cubitos de hielo sobre la placa. Ahorra en esas funciones y programas que no vas a usar y añádele al horno que te compres una plancha Celsius, con ella tus resultados mejorarán sensiblemente y habrás hecho una inversión total mucho menor que en un aparato de gama alta.

Con un horno de gama baja con una Celsius consegirás mejor pan que con uno de gama alta sin ella.
En un horno de gama baja con una Celsius conseguirás mejor pan que en uno de gama alta sin ella.

Créditos

La fotografía de la plancha Celsius es de Xime cocina. Síguela y verás panes, pizzas y repostería con muy buena pinta.

Icono del horno de Freepik de www.flaticon.com

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Masas dulces Repostería tradicional

Cuidado, los shortbread enganchan

Cuidado, los shortbread enganchan


Valoraciones: 12 Comentarios

Cuidado, los shortbread enganchan

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Si algo hay capaz de convertirte en un yonki de la repostería son los shortbreads. Así que es algo a lo que tienes que acercarte con prudencia porque después resulta muy difícil desengancharse. Para evitar problemas yo prefiero hacer pocos. También puedes hacer muchos, pero allá tú, yo solo aviso de que hagas los que hagas te los vas a comer todos. Es algo así como una maldición bíblica: Antes de que se ponga el sol te acabarás las galletas. Y tal cual, no queda una, y después lloramos en la báscula y hay que zurrarle a la elíptica en el gimnasio…
Porque encima los malditos shortbreds son sencíllisimos de hacer, nada de largos procesos ni de prolongadas esperas, así que a nada que te dé el antojo ya estás devorando este monumento escocés.

De estas galletas, por llamarles algo, se pueden hacer mil variantes. Los hay que les ponen chocolate, vainilla, canela, almendra o lo que se te antoje. No digo que no estén buenas las variaciones, pero como con la música, mejor escuchar primero el tema original que ya habrá tiempo catar las versiones. Y el original, en su suprema sencillez, es excelso. Mantequilla, harina, azúcar, una pizca de sal y poco más. He visto muchas recetas y de ellas probé la de Dan Lepard (Dan Lepard & Richard Whittington, Baking with passion. Editado por Quadrille). Seguro que si pruebas con otra también lloras.

Cuando te metas en faena ten paciencia, porque al principio puedes pensar que resulta imposible convertir tanta harina y azúcar en una masa moldeable aglutinando solo con mantequilla, pero sí que es posible. Cuando utilices el rodillo hazlo poco a poco y sin apretar demasiado, porque si haces mucha fuerza la masa se acaba agrietando, es más, si con el rodillo te lías, extiende con las manos. Sácalos del horno cuando se empiecen a dorar, pero recuerda que han de tirar más a blanco que a moreno, y que el sabor cambia, y no mejora, si te pasas. Si los metes en un bote duran tres o cuatro días, pero insisto, tus shortbreads jamás tendrán tiempo de ver un segundo amanecer. Garantizado.

receta de shortbread

Cuidado, los shortbread enganchan

Receta de shortbread escocés: Un clásico de la repostería escocesa, el shortbread es una galleta de mantequilla con una textura delicada. Para obtener la mejor consistencia, es importante trabajar la masa lo mínimo posible. Se mezcla harina, azúcar y mantequilla hasta obtener una masa quebradiza, que luego se corta en formas individuales. El shortbread escocés es un dulce irresistible, perfecto para acompañar una taza de té o disfrutar en cualquier momento del día.
4 de 4 votos
Tiempo de preparación 20 min
Tiempo de cocción 20 min
Tiempo total 40 min
Plato Acompañamiento, Aperitivo, Pan
Cocina Panadería casera
Raciones 25 shortbreads
Calorías 102 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

  • 1 bol
  • 1 cortador de pizza o un cuchillo bien afilado
  • unas cucharillas medidoras
  • 1 tenedor
  • 1 bandeja de horno de paredes bajas (yo utilicé dos de 16 x 25 centímetros con un borde de un centímetro de altura, pero te valdrán otras)

Ingredientes
  

Elaboración paso a paso
 

  • Saca la mantequilla de la nevera y córtala en trozos pequeños en un bol. Déjala media hora para que se ablande y mientras esperas vete untando la bandeja con más mantequilla.
  • Añade el resto de ingredientes y amasa, apretando en la mano (cerrando el puño) para que la mantequilla se vaya uniendo al resto de ingredientes, lo que te llevará unos minutos. Cuando tengas la masa lista, forma una bola.
  • Aplana la masa ligeramente con el rodillo y métela en la bandeja. Sigue estirando con el rodillo o, si ves que se quiebra, estira con la yema de los dedos para que la masa se extienda por toda la bandeja de forma homogénea y con aproximadamente un centímetro de grosor.
  • Con el cortador de pizza o el cuchillo corta en barritas y con el tenedor haz agujeros por toda la superficie que impedirán que la masa se combe durante la cocción. Mete la bandeja en la nevera, cubierta con papel film, durante media hora.
  • Con el horno precalentado a 180 grados mete los shortbreads a media altura y déjalos unos 20 minutos, hasta que empiecen a coger color sin dorarse. Sácalos y déjalos enfriar en la misma bandeja, desmóldalos después. Los shortbreads están listos. Ya empiezan a desaparecer…

NUTRICIÓN

Calorías: 102kcalCarbohidratos: 13gProteina: 1gGrasa: 5gGrasa saturada: 3gGrasa polinsaturada: 0.3gGrasa monosaturada: 1gGrasa Transgénica: 0.2gColesterol: 13mgSodio: 41mgPotasio: 16mgFibra: 0.4gAzúcar: 5gVitamina A: 150IUCalcio: 6mgHierro: 0.5mg

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Recetas de pan de molde Recetas de pan integral Recetas de pan para horarios de oficina

Pan integral de molde para horarios de oficina

Pan integral de molde para horarios de oficina


Valoraciones: 57 Comentarios

Pan integral de molde para horarios de oficina

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El pan te pide un trato monacal y así, respetando sus tiempos, es como más se disfruta de la harina. Pero una cosa es la vida cuando te toca la lotería y otra la del autónomo y el asalariado que regalan a sus jefes horas extra como si les sobraran. Es cierto que también los currantes tienen derecho a comer buen pan y hasta a hacerlo en sus casas. Esta entrada es la prueba de que se puede tener un horario de trabajo y al mismo tiempo cocer pan.

El resumen de la película es el que sigue: amasas después de dormir a los niños, o en el descanso de la serie, dependiendo de tu estado civil (ponle a la diez y media) y a la nevera. Mientras se hace el café por la mañana (ponle a las ocho) le das forma, lo metes en el molde, y a la nevera, y finalmente, cuando llegas a comer enciendes el horno y cuando ya andes por el segundo plato (sobre las dos y media o tres) metes el pan dentro. Para cuando cierras el lavavajillas después de recoger la cocina lo tienes listo. En total, veinte minutos de acción (amasado y formado) y muchas horas de soporífero frío. No es muy poético el proceso, pero al final tienes buen pan y de eso se trata también.

El arte de este pan, muy básico, está en dominar la nevera. Verás que lleva menos levadura de la habitual, pero tiene que ser así para retrasar la fermentación y permitirnos aguantar a nuestros respectivos jefes durante la jornada laboral sin que la masa se eche a perder. También verás que en esta receta la cantidad de agua es algo inferior a la que pondríamos en otro pan hecho con la misma harina integral. La explicación es muy simple: es pan de molde y no queremos que se nos caiga la mermelada por los agujeros.

Los panes integrales tienen un sabor especial, menos dulce y más silvestre que los de harina blanca. Son también más mazacotes, pero tienen su encanto algo primitivo. Al fin y al cabo, hasta hace relativamente poco (¿qué son tres siglos?) todo los panes eran, sí o sí, integrales. Se puso después de moda la cosa refinada y la harina integral quedó arrinconada, lo que es una pena sobre todo si estás en edad de empezar a cuidarte o si prefieres cuidarte antes para evitar llegar al momento en que no te quede otra que cuidarte. La harina integral de trigo molida a piedra de El Amasadero tiene, por citar algún dato, casi 9 gramos de fibra por cada 100 de producto y más de 11 gramos de proteínas. Tiene vitaminas B1, B3, B6, B8, B9, potasio, fósforo, hierro, zinc y manganeso en cantidades industriales. Sí, se podría vivir a base de pan, pero tampoco nos vamos a poner intransigentes con el jamón…

El pan de molde tiene, además, otra ventaja, y es que aunque no seas un experto amasando, tendrás igualmente buenos resultados y además mancharás menos en la cocina. Se conserva bien en la panera pero si no te lo vas a comer en, digamos, tres días, te recomiendo cortarlo en rebanadas y congelarlas, van directas del congelador a la tostadora. Y sí, vale, yo prefiero hacer el pan de otra manera, con calma y en el campo, a ser posible, pero se puede hacer de otra forma, reposos incluidos, sin tener que pedir excedencia en el trabajo.

Amasadora Ankarsrum

Pan integral de trigo

Receta de pan integral de molde para horarios de oficina

Esta receta de pan integral de molde es ideal para aquellos que tienen horarios de oficina. Los tiempos de reposos y horneado están pensados para encajarlos con el resto de tus obligaciones. Además, es muy nutritivo porque está hecho exclusivamente con harina de grano entero.
4.63 de 8 votos
Tiempo de preparación 10 min
Tiempo de cocción 45 min
Tiempo de reposo 17 h 10 min
Tiempo total 18 h 5 min
Plato Acompañamiento, Pan
Cocina Panadería casera
Raciones 1 pan de un kilo
Calorías 2041 kcal

Ingredientes
  

Elaboración paso a paso
 

  • Después de dormir a los niños mezcla en un bol todos los ingredientes y amasa unos segundos sobre la encimera. Aprovecha para lavarte los dientes mientras reposa y vuelve a amasar. Dale otro reposo de cinco minutos (no sé, empareja calcetines mientras) y amasa una vez más. Aceita un poco el fondo del bol y mete la masa en él. Introduce el bol en una bolsa de plástico, mételo en la nevera y olvídate. En total, habrás empleado unos 20 minutos, de los que la mitad fueron de reposos.
  • A las ocho de la mañana (nueve horas más tarde, por precisar) saca el bol de la nevera. Verás que habrá crecido considerablemente.
  • Vuelca la masa sobre la encimera y divídela en dos piezas. Aprieta un poco con la mano para sacarles el gas y dales forma redonda arrastrando suavemente por la encimera con movimientos circulares para darles cierta tensión.
  • Unta el molde de acero con mantequilla. El molde de acero reparte muy bien el calor, jamás te comerás trocitos de teflón y te durará toda la vida. Eso sí, los panes tienden a pegarse si no adoptas medidas. El aceite no sirve porque lo absorben las masas, pero sí la mantequilla. No te preocupes si no eres muy forofo, que no deja sabor. Si aún así nada quieres saber de ella (harás mal) basta con que lo forres con papel de horno. Mete las dos bolas de masa, una pegada a la otra, en el interior, cubre con la bolsa y de nuevo a la nevera, donde le tocará una segunda fermentación que también será lenta.
  • Aquí ya vamos a hilar fino. ¿Cuánto tiempo vas a estar fuera? No queremos que la masa se nos pase de fermentación, así que tampoco podremos volver de noche: hay que comer en casa. Mi pan entró en el horno a las tres bien fermentado. Mi nevera tiene la prehistórica rosquita que regula la temperatura con números del 1 al 6, a mayor guarismo, más frío. Antes de irme la puse en el 4. Si vas a llegar más tarde, no dudes en subirla, pero dudo mucho que la segunda fermentación se pueda alargar de la mañana a la noche por mucha rosca que gires.
  • Y al fin estamos de vuelta en casa. Precalienta el horno a 220 grados durante media hora. Cuando esté listo, mete al pan directo desde la nevera.
  • El pan ha subido y casi llega al borde. Está listo para ir al horno.
  • Echa sobre la placa del horno 3 cubitos de hielo. La clave está en crear vapor dentro para que la corteza retrase su formado, al fin y al cabo, es un pan de molde y no queremos durezas excesivas.
  • Una vez el pan en el horno, baja la temperatura a 200 grados y olvídate de casi todo durante 45 minutos, que es lo que dura la cocción. Vale la pena, eso sí, echarle un ojo de vez en cuando, y si ves que la parte superior se dora en exceso ponle encima una hoja de papel de aluminio para que no se queme.
  • A los 40 minutos (cinco antes de acabar el tiempo total de horneado) sácalo del horno, desmóldalo (sale muy fácilmente) y vuelve a meter el pan, sin molde, en el horno. Así se dorará un poco más la corteza que estaba en contacto con el acero. Al cabo de ese tiempo pásalo a la rejilla y déjalo enfriar. Listo.

NUTRICIÓN

Calorías: 2041kcalCarbohidratos: 432gProteina: 79gGrasa: 15gGrasa saturada: 3gGrasa polinsaturada: 7gGrasa monosaturada: 2gSodio: 4686mgPotasio: 2181mgFibra: 64gAzúcar: 2gVitamina A: 54IUCalcio: 221mgHierro: 22mg

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Masa madre Pan sin amasado Recetas de pan de molde Recetas de pan integral Recetas de pan para horarios de oficina

Pan de centeno de la noche a la mañana

Pan de centeno de la noche a la mañana


Valoraciones: 43 Comentarios

Pan de centeno de la noche a la mañana

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El centeno es un cereal curioso. Da unos panes bárbaros, llenos de sabor, pero en muchas cosas se comporta como una harina que poco tiene que ver con las de trigo. A primera vista eso puede sugerir problemas, pero tiene indudables ventajas, sobre todo para aquellos que no disponen de tiempo y además tampoco tienen mucha idea sobre cómo hacer pan.

Este tiene una indudable virtud: si te pones a las ocho de la tarde a hacer pan, podrás hacer uno muy bueno y lleno de virtudes saludables sin tener que acostarte más allá de las once. Eso, en el mundo del panadero aficionado, no es poco.

La harina de centeno, además, funciona más como arcilla que como harina, así que también te ahorrarás un amasado que en los de centeno integral 100 % no sirve para nada y hasta puede ser contraproducente: mezcla todo en un bol removiendo con una cuchara de madera o una rasqueta brevemente y listo. Al final de esta receta verás que este pan es lo más parecido que hay a preparar un Colacao. Mezclas, metes en el molde, esperas dos horas y al horno. Así de fácil.
Para el ser humano cansado ofrece también otra indudable virtud: como no amasas, no tienes que manchar para nada la encimera lo que, dependiendo de la intensidad de tu jornada laboral, te reportará un plus de felicidad, sobre todo al final del día.

Tendrás un pan húmedo, consistente y lleno de vitaminas B, minerales y fibra, que va de vicio con mermelada de naranja, de higo o con chutney, por ejemplo, o con quesos potentes como un stilton o un cabrales.

Lo que tienes que tener en cuenta con esta harina es un asuntillo bien definido y bautizado como una película de serie B española de los años 70: el ataque del almidón. En inglés tiene un nombre algo más sanguinario, pero igualmente de cine de baratillo: starch attack. ¿A que suena a derroche de miembros alienígenas amputados? Algo marciano es el tema, pero no va por ahí. No vamos a ponernos muy serios pero sí a tocar el asunto según las explicaciones dadas por el gran Hamelman. Entre sus peculiaridades, en la harina de centeno está presente en buena proporción una enzima llamada amilasa.

Cuando el almidón se llena de agua se forma la miga del pan durante la cocción, el problema es que la dichosa amilasa ayuda a convertir el almidón en azúcar y el azúcar de nada sirve para formar la miga. Hace todo lo contrario. Cuando el pan alcanza en el horno entre 50 y 60 grados la miga empieza a formarse, pero a esa temperatura la amilasa está también en su apogeo y no se desactiva hasta llegar a los 80. De ella es la culpa de que el pan te pueda salir con la textura de una goma Milan. Cierto que estos panes siempre van a ser algo gomosos, pero una cosa es eso y otra poder hacer con ellos las suelas de tus zapatillas de maratón.

Para evitar los efectos del ataque del almidón hay algunos trucos. Uno de ellos está en emplear masa madre, porque con ella se crea un ambiente más ácido en la masa que ralentiza la actuación de la maldita amilasa. Otra es escaldar la harina con agua hirviendo (ya os conté que a los 80 ceja en su empeño gomoso) y una más, cuando usas levadura comercial, es ponerle un poco de limón al agua para acidificar la masa, aunque esta última solución es compleja porque pasado un límite de volumen, el limón amarga el pan, y si no se llega a él, no funciona. También puedes poner en el horno piezas más pequeñas y que alcancen antes los 80 grados en su interior. Toda mi lucha con el centeno te la contaré en detalle en otro post. Aquí hemos optado por la masa madre y además, con un pequeño truco que te dará unos resultados fenomenales: la cantidad que empleamos de fermento de masa madre la hacemos con harina panadera integral. No es una manía, el trigo, por poco que sea (y aquí no llega al 8 %), va a contribuir a acidificar la masa para evitar el ataque del almidón y además va a dulcificar el resultado, dando un pan más amable y menos, digamos, torrefacto, que cuando tiramos solo de centeno integral. Ahora, además de tener una receta para hacer un buen pan exprés, también sabes qué pasa con el centeno cuando se pone tontito. Y perdona por el rollo, pero con el centeno no puedo evitarlo.

Amasadora Ankarsrum

Receta de pan de centeno 100 integral

Pan de centeno de la noche a la mañana

Receta de pan de molde de centeno integral sin masa madre
4.47 de 13 votos
Tiempo de preparación 15 min
Tiempo de cocción 50 min
Tiempo de reposo 14 h
Tiempo total 15 h 5 min
Plato Acompañamiento, Pan
Cocina Panadería casera
Raciones 1 pan de 1 kg
Calorías 1915 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Para el prefermento de masa madre

Para la masa

Elaboración paso a paso
 

  • Por la mañana mezclamos una cucharada de nuestra masa madre con la harina integral de trigo y el agua y dejamos reposar en un bote a temperatura ambiente doce horas o hasta que lleguemos a casa por la tarde.
  • Mezclamos en un bol la masa madre con el resto de ingredientes. Podemos ayudarnos con una cuchara de madera o una rasqueta. No es necesario amasar y bastan un par de minutos para conseguir una mezcla homogénea.
  • Dejamos reposar la masa unos minutos mientras untamos con mantequilla el interior del molde. Si no quieres usar mantequilla puedes cortar papel de horno y forrar el molde con él. Mete la masa y empuja,sin estrujar, con la mano mojada o con la rasqueta igualmente mojada, lo que evitará que se pegue la mezcla. Se trata de no dejar huecos entre la masa y las paredes del molde.
  • Alisa con la mano o con la rasqueta la superficie y espolvorea con la misma harina integral de centeno. Te servirá para saber cuándo está fermentada la masa, que empezará a cuartearse y a mostrar grietas, que se ven mejor en contraste con la harina más clara.
  • Mete el molde en una bolsa de plástico y déjalo a temperatura ambiente. Esta masa fermentará en unas dos horas porque la hemos ayudado con agua tibia (la acción de las levaduras se ralentiza con el frío y se multiplica con el calor). El centeno, aún sin ayuda, fermenta rápido, tenlo en cuenta para que no se te pase y se deshinche antes de llegar al horno.Y echa un ojo de de vez en cuando porque la masa madre es muy suya y a veces va más rápida que otras: cuando la masa haya crecido un poco y esté abombada y agrietada estará listo.
  • Masa lista para ir al horno.
  • Ten el horno precalentado con tiempo suficiente, unos 40 minutos, a la máxima temperatura que tenga. Si tienes una Celsius, úsala, aunque no es imprescindible, ayudará a que la temperatura suba más rápido en la masa.
  • El tiempo total de horneado es de 50 minutos, los primeros 10 minutos al máximo (250 grados) y los 40 restantes a 200 grados. En el momento en que metas el pan, pon también cuatro cubitos de hielo sobre la placa base para producir vapor.
  • Si ves que se dora en exceso, cúbrelo con papel de aluminio. Los últimos cinco minutos de cocción déjalo sin molde en el horno para que se acabe de hacer una leve corteza. El pan se enfriará sobre una rejilla y estará más rico si esperas 12 horas antes de probarlo. Listo y que aproveche.

NUTRICIÓN

Calorías: 1915kcalCarbohidratos: 413gProteina: 61gGrasa: 9gGrasa saturada: 1gGrasa polinsaturada: 4gGrasa monosaturada: 1gSodio: 3915mgPotasio: 2052mgFibra: 64gAzúcar: 6gVitamina A: 5IUCalcio: 156mgHierro: 15mg

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Pan 100 % integral de espelta para vidas 100 % exprimidas

Pan 100 % integral de espelta para vidas 100 % exprimidas


Valoraciones: 61 Comentarios

Pan 100 % integral de espelta para vidas 100 % exprimidas

Valoraciones: 61 Comentarios

Cualquiera, aunque no tenga mucho tiempo, puede hacer buen. Hoy vamos rizar el rizo: incluso los autónomos pueden hacer pan.Y los que trabajan a doble turno. Y los que no pisan su casa más que para dormir. Este, además, no es un pan de batalla, sino una hogaza artesanal espectacular con un sabor potente y el toque característicamente ácido de la masa madre. ¿Y cómo es posible que yo, exprimido autónomo, esclavo de mi trabajo y siervo de mi móvil, yo que no piso mi casa, pueda hacer tal cosa? Agradéceselo a tu nevera.

Vamos al guion de la película: uno llega derrotado a casa, pongamos a las nueve. Abre la nevera y coge una cerveza, que no será para el pan sino para ti: te la mereces. Coge el prefermento que has dejado preparado mientras hacías el desayuno y amasa todos los ingredientes. No te mates, ya sabes que el tiempo amasa solo. Después de cenar le das un pliegue a la masa. Te vas a ver tu serie y al acabar el primer capítulo, otro pliegue. Como antes de manchar la cocina seguro que prefieres la muerte, puedes plegar en el bol. Han pasado dos horas y media desde que volviste a casa. Dale forma al pan sobre la encimera (sí, lo siento, algo hay que manchar), mételo en el banetón y a la nevera, cubierto con un plástico. Cuando vuelvas igualmente derrotado al día siguiente, sácalo de la nevera, calienta el horno con todo la furia térmica que tenga, mete tu pan dentro y disfruta.

Esta hogaza rústica y tradicional se la debemos a Caspar André Lugg y Martin Ivar Hveem (Pain au Levain, Marabout) y la clave de que funcione está en la heterodoxa forma que tienen de manejar la fermentación. Verás que si estás acostumbrado a hacer pan, aquí cambian algunas cosas. La primera fermentación se hace a temperatura ambiente y sin alcanzar grandes volúmenes; la que importa aquí será la segunda, que la haremos ya en el banetón y en la nevera durante 24 horas. El prefermento, por otra parte, en lugar de prepararlo la noche antes lo mezclas por la mañana a primera hora.

En la primera fermentación esperaremos a que aumente un tercio del volumen y listo y en la segunda le echaremos el freno a las levaduras con el frío de la nevera. Los autores indican que así se puede guardar la masa hasta 36 horas, pero no aconsejan pasar de 24.

Confieso que abrí el frigorífico con escepticismo y preparado para ver mi masa convertida en una burbujeante papilla de masa madre, pero nada de eso, del horno salió después una hogaza bellísima con profundos aromas.

La harina de espelta integral ecológica de El Amasadero tiene, además, minerales (manganeso, zinc, hierro, magnesio, fósforo), vitaminas (B12 y B6) y un alto contenido en fibra, cosas todas ellas que, aunque te den igual, te vendrán muy bien si eres de los que trabajan de sol a sol y destinan poco tiempo a cuidarse.

Amasadora Ankarsrum

Pan 100 % integral de espelta para vidas 100 % exprimidas

Receta de pan integral de espelta fácil de encajar en tus horarios de trabajo y tareas domésticas.
4.34 de 15 votos
Tiempo de preparación 50 min
Tiempo de cocción 45 min
Tiempo de reposo 1 d 3 h
Tiempo total 1 d 4 h 35 min
Plato Acompañamiento, Pan
Cocina Panadería casera
Raciones 1 hogaza de 1 kilo
Calorías 2189 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Para el prefermento:

Para la masa:

Elaboración paso a paso
 

  • Primer día. Por la mañana a primera hora mezcla los ingredientes del prefermento y déjalo a temperatura ambiente. Por ejemplo a las ocho de la mañana. Con 12 horas le llega, pero si tiene que esperar por ti una hora o dos más tampoco va a pasar nada.
  • Cuando llegues a casa mezcla en un bol el prefermento con el resto de ingredientes. Te quedará una masa con este aspecto.
  • Ahora toca amasar. Como es una masa húmeda te vendrá bien emplear un amasado francés, ese en el que la coges y la haces oscilar como un péndulo para dejarla caer sobre la mesa y doblarla sobre sí misma. Basta con un par de minutos.
  • Déjala reposar otros diez minutos y repite el proceso. Si puedes repetir este paso otras tres veces, mejor que mejor, el amasado airea la masa y facilitará la fermentación aportándole oxígeno. Si no tienes tiempo, con un par de veces sirve. Deja reposar en un bol aceitado y tapado con una bolsa de plástico.
  • La masa ya está lista para la primera fermentación
  • La primera fermentación llevará unas dos horas y media, tres si hace fresco. En ese tiempo conviene que la hagas pliegues al menos dos veces. Se trata de doblar la masa como un tríptico y una vez hecho ese paso, al medio. Además de airear el conjunto vas a facilitar la creación de una estructura más homogénea en la miga y lograrás una mayor tensión superficial. Estos pasos son importantes en los panes, pero más en los integrales si quieres hacer una hogaza, porque los trozos de salvado que tienen son cortantes y pinchan las burbujas que se van creando en el proceso, impidiendo así un mayor desarrollo en volumen que sí se da en los panes blancos. Los pliegues le facilitarán el trabajo al gluten.  Para hacer esos pliegues, por cierto, lo mejor es que te mojes las manos con agua para que no se te pegue la masa.
  • La masa no aumentará mucho de tamaño tras la primera fermentación.
  • Cuando la masa haya aumentado un tercio su volumen vuélcala sobre la mesa enharinada y dale forma de bola. Déjala reposar un rato y mientras coge un banetón. Necesitarás usar una funda de banetón: es una masa muy blanda que pasará mucho tiempo en la nevera y no queremos que se pegue al banetón o que lo humedezca. Espolvorea el interior generosamente con harina por toda su superficie y mete la masa dentro con la parte de los pliegues hacia arriba.
  • Cubre el banetón con una bolsa de plástico, no tanto para evitar que se seque como para impedir que coja olores en la nevera. Mete el banetón en el refrigerador, mejor sobre un plato, porque se trata de un recipiente sensible a la humedad y con el plato te aseguras de que no toque nada que pueda estar mojado.
  • Un día (24 horas después) saca el banetón de la nevera y calienta el horno a tope  como mínimo media hora. Si tienes una Celsius es el momento de usarla porque estos panes necesitan mucho calor en la base y el acero nos va a ayudar a conseguirlo.
  • Enharina bien la pala del horno (si no tienes pala, puedes usar una bandeja de horno del revés, o la tapa de madera de una caja de vinos) y dale la vuelta al banetón sobre ella.
  • Con una cuchilla de panadero hazle dos o tres cortes a la masa y métela en el horno. Inmediatamente mete tres cubitos de hielo sobre la placa base. El tiempo total de cocción es de 45 minutos, algo más si te gusta con una corteza más firme. Los primeros 20 minutos deja la temperatura al máximo, después bájala a 230 grados. Si ves que se tuesta demasiado bájala un poco más.
  • Durante los últimos diez minutos abre ligeramente la puerta del horno con una cuchara de palo para que salga el vapor. Si finalmente lo dejas más tiempo para lograr una corteza más dura, bájale la temperatura a 190 grados durante esos minutos extra. Y listo, a la rejilla a esperar a que se enfríe para hincarle el diente.

NUTRICIÓN

Calorías: 2189kcalCarbohidratos: 402gProteina: 73gGrasa: 18gSodio: 3918mgPotasio: 1mgFibra: 73gCalcio: 17mgHierro: 26mg

Categorías
Recetas de pan de molde Recetas de pan integral Recetas de pan para horarios de oficina

Pan de molde integral de espelta para personas con prisa

Pan de molde integral de espelta para personas con prisa


Valoraciones: 33 Comentarios

Pan de molde integral de espelta para personas con prisa

Valoraciones: 33 Comentarios

Existe un mito según el cual el pan no se hace en casa porque nadie tiempo para tales cosas. Como tantos otros, es falso. Cierto es que es mejor tener mucho tiempo libre para hacer pan (en general, es mejor tener mucho tiempo libre para todo), pero si no lo tienes, no por ello estás condenado a comer panes infames o a renunciar a ver crecer el tuyo en el horno.

Este pan de espelta es una buena prueba de ello. La espelta es una variedad de trigo que se cultivaba hace unos 6.000 años allá por los valles del actual Irán. La referencia viene porque al menos a mí esas cosas viejunas y exóticas me aportan un plus de curiosidad. Más allá de mis ensoñaciones mesopotámicas, la harina integral de ese cereal tiene un contenido en vitamina E, B6, ácido fólico, fósforo y potasio como pocos alimentos. Cien gramos proporcionan, por ejemplo, todo el manganeso diario que un adulto necesita. Las virtudes nutricionales están muy bien, pero si el resultado no hay quien lo coma, vamos por mal camino. En ese campo este pan también va con ventaja: da gusto verlo, huele a gloria y está muy bueno. Tengo un sistema infalible para establecer si algo que es saludable está, además, rico: mi hija de ocho años. A este pan le puso un 9,5 en su valoración exprés durante el desayuno. Para ese momento del día va bárbaro (mejor sin tostar, como todos los integrales), pero también casa perfectamente con quesos y pescados ahumados.

Amásalo a primera hora y no te mates en la tarea: la espelta no necesita grandes meneos: un par de minutos trabajando en la encimera, un reposo de cinco minutos y otro amasado más. Con eso basta para meterlo en la nevera y no volver a acordarte de él hasta que vuelvas a casa por la tarde, cuando le darás otro amasado y lo meterás en el molde para la segunda fermentación. Mientras cenas en la cocina lo verás crecer en el horno.

El asunto clave está en conseguir una fermentación lenta, hacer que el pan espere por nosotros en la nevera. Basta con muy poca levadura para eso. Tampoco esperes que en la fermentación gane volumen como un pan blanco: las harinas integrales serán siempre más densas, porque conservan fragmentos de salvado que se comportan como pequeñas cuchillas y cortan las membranas de las burbujas en las que se acumulan los gases. Como todos los integrales, sí necesitará más agua que los panes blancos, porque si no se la pones corres el riesgo de comerte un ladrillo.

Cocerlo en molde ofrece la ventaja de que no necesitarás ser un genio de los acabados. No te olvides de untar el molde con mantequilla para evitar que se pegue. El aceite no sirve para ese fin porque la masa lo absorbe y te juegas el resultado.

El tiempo efectivo de trabajo para hacer este pan no pasa de un cuarto de hora. Todo lo demás son esperas. No hay muchas excusas para no probar a ser panadero.

Amasadora Ankarsrum

Pan integral de espelta para personas con prisa

Receta de pan de molde integral de espelta fácil de encajar en la rutina diaria
4 de 16 votos
Tiempo de preparación 20 min
Tiempo de cocción 45 min
Tiempo de reposo 12 h
Tiempo total 13 h 5 min
Plato Acompañamiento, Pan
Cocina Panadería casera
Raciones 1 pan de molde de un kilo
Calorías 2401 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Elaboración paso a paso
 

  • Mezcla todos los ingredientes en el bol y amasa sobre la mesa o encimera hasta conseguir una masa homogénea. A la espelta le va bien un amasado suave y reposos de cinco minutos entre amasados. El amasado sirve para mezclar bien los ingredientes, pero también aporta oxígeno para facilitar la acción de las levaduras. Con dos o tres amasados es suficiente.
  • Introduce la masa en un bol aceitado, tápalo con una bolsa o papel film y ponlo a dormir en la nevera durante diez horas. Si lo haces a las 8:30, a las 18:30 lo tienes fermentado.
  • Masa antes de fermentar en la nevera durante 10 horas.
  • Masa después de haber estado 10 horas fermentado en frío.
  • Pasadas esas diez horas saca el bol de la nevera. Unta el molde con mantequilla. Vierte la masa sobre la mesa, desgasa apretando ligeramente (no la estrujes) con los dedos y dale forma de torpedo, arrastrando para conseguir cierta tensión. Mete la masa en el molde y cubre con plástico. Olvídate de todo durante 1 hora y 45 minutos o 2 horas si la temperatura es baja (si hace mucho frío, algo más).
  • Masa en el molde listo para la última fermentación.
  • Aspecto de la masa tras la fermentación final, lista para entrar en el horno.
  • Precalienta el horno a temperatura máxima y mete el pan con el horno muy caliente.
  • Pon cuatro cubitos de hielo en la placa del horno para crear vapor (el vapor ayudará a retrasar la formación de la corteza y permitirá al pan crecer sin romperse). Déjalo un par de minutos a esa temperatura y baja después el termostato a 200 grados. El tiempo total de cocción es de 45 minutos.
  • 5 minutos antes de terminar, sácalo, desmóldalo y vuelve a meterlo en el horno, ya sin molde, para que se doren un poco los laterales. Déjalo enfriar sobre una rejilla. Listo.

NUTRICIÓN

Calorías: 2401kcalCarbohidratos: 440gProteina: 80gGrasa: 20gGrasa monosaturada: 0.01gSodio: 4694mgPotasio: 3mgFibra: 80gCalcio: 17mgHierro: 29mg

Categorías
Recetas

¿Es esta la chapata perfecta?

¿Es esta la chapata perfecta?


Valoraciones: 58 Comentarios

¿Es esta la chapata perfecta?

Valoraciones: 58 Comentarios

Si empiezas a hacer pan de modo regular notarás al cabo de un tiempo una especie de pulsión oscura, un deseo de perfeccionar tus bollos y hogazas. Por eso cuando encontré esta receta de Peter Reinhart (El aprendiz de panadero, RBA) empezó a crecer en mi interior el deseo de cocer ese pan tras leer los muchos piropos que le dedicaba el autor. Reinhart, gran panadero, le llama “pan a la antigua” y con esa fórmula lo mismo hace baguetes que chapatas, ambas muy aplaudidas, dice, por quien las cata.

Tuve la fortuna de poder probar con un horno de leña, pero también se puede hacer con éxito en casa. A veces, eso sí, sueño que lleno de madera mi horno eléctrico y que las llamas iluminan mi cocina. Solo es un sueño, claro. Reinhart asegura que este pan es el que más impresiona a sus alumnos por su sabor y su ligereza y le dedica cinco páginas de precisos pasos que voy a resumir aquí sin tanta sabiduría pero con buenos resultados. La clave de este pan está en someterlo a una fermentación muy lenta. Se trata de una masa muy hidratada, lo que puede ser un engorro para los menos avezados, salvo que uses un banetón para facilitarte las cosas.

El pan, es cierto, está muy bueno, con una miga ligera y alveolada y un sabor intenso. Es muy divertido chapotear en la masa tan húmeda. El gran reto es que en el tránsito del banetón a la solera del horno la chapata mantenga el tipo. Como verás en la foto, la mía quedó algo contrahecha como consecuencia de ese viaje, eso sí, ya que jugamos en la liga de lo rústico, tampoco te agobies si no va perfecto. De panes perfectos están llenos los anaqueles del súper y nosotros ni nos acercamos a ellos, ¿no? Lo que salió del horno fue un gran pan, sí. Si es la mejor chapata del mundo ya queda al gusto de cada uno. Yo, por si acaso, seguiré buscando más panes perfectos, el vicio de los panaderos aficionados.

Amasadora Ankarsrum

Receta de chapata con harina panadera ecológica

¿Es esta la chapata perfecta?

Receta de chapata, un pan de masa muy blanda, muy alveaolado y de miga elástica y gelatinizada.
4.55 de 11 votos
Tiempo de preparación 20 min
Tiempo de cocción 25 min
Tiempo de reposo 1 d 20 min
Tiempo total 1 d 1 h 5 min
Plato Acompañamiento, Pan
Cocina Italiana, Panadería casera
Raciones 1 chapata de 450 g
Calorías 913 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Elaboración paso a paso
 

  • Mezclamos todos los ingredientes (acuérdate, con agua fría) y amasamos. Como esta masa es muy húmeda, para evitar chapotear y que se pegue en todas partes pondremos un chorro de aceite en la encima y también aceitaremos las manos o las humedeceremos con frecuencia. El amasado francés, en el que conviertes la masa en un columpio que se estrella, va bien, pero no le pongas mucho entusiasmo porque puedes poner en órbita trozos de tu futura chapata.
  • Tras un breve amasado (dos tres o tres minutos), mete la masa en un bol aceitado y déjala reposar diez minutos. Ahora toca hacerle varios plegados, que no es otra cosa que doblar la masa, estirando desde un extremo, como si fuera un tríptico. Pliega una vez, deja reposar cinco minutos, y pliega otra. Los plegados refuerzan el gluten y te darán una estructura más homogénea. Tras otro reposo de cinco minutos vuelve a plegar, cubre al bol con papel film y mételo en la nevera.
  • Al día siguiente (24 horas después, no menos) saca el bol de la nevera. Verás que la masa habrá crecido. Déjalo un par de horas a temperatura ambiente para que complete el proceso de fermentación, verás que es así porque aumentará de volumen.
  • Ahora toca lo difícil, darle forma, pero lo vamos a hacer fácil. En lugar de estirar a mano y dejar reposar en un paño de lino, la vamos a llevar a un banetón mediano para evitar tragedias durante el manipulado. Saca la masa del bol y échala sobre la encimera bien enharinada. Espolvorea con más harina por encima y dale con las manos, delicadamente, forma de torpedo, arrastrando sobre la mesa para darle cierta tensión. No aplastes la masa, nos interesa, para conseguir un pan ligero, que se mantenga parte del gas generado en la primera fermentación.
  • Enharina bien el banetón y, ayudándote con la rasqueta, mete la masa dentro, con las juntas hacia arriba, y cúbrela con un paño. Déjala así, cubierta, aproximadamente hora y media, algo más si durante la manipulación ha perdido mucho volumen. Precalienta el horno (si tienes una Celsius te quedará mejor) a todo lo que dé. Sí, si puede ser a 300 grados, mejor. Si no, los clásicos 260 también sirven.
  • Dale la vuelta al banetón sobre la plancha o, si te parece demasiado arriesgado, sobre una pala de panadero bien enharinada. Hazle un corte largo, longitudinal, con una cuchilla, y métela en el horno. Para que el pan crezca sin que se empiece a formar la corteza desde el principio necesitaremos en este momento crear algo de vapor. Puedes poner dos cubitos de hielo en la placa base del horno o vaporizar las paredes generosamente.
  • El tiempo total de horneado de esta pieza es de unos 20 o 25 minutos. Pasados los primeros 10 minutos tendrá que estar empezando a dorarse. Baja entonces la temperatura a 240 grados. Durante los últimos diez minutos de cocción deja la puerta del horno ligeramente abierta (con una cuchara de madera) para que se libere el vapor. Sácala del horno y deja enfriar sobre una rejilla.

NUTRICIÓN

Calorías: 913kcalCarbohidratos: 191gProteina: 26gGrasa: 3gGrasa saturada: 0.4gGrasa polinsaturada: 1gGrasa monosaturada: 0.3gSodio: 1953mgPotasio: 277mgFibra: 7gAzúcar: 1gCalcio: 45mgHierro: 12mg

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Aventura empresarial

Volvemos con nuevas bolsas de harina

Volvemos con nuevas bolsas de harina


Valoraciones: 15 Comentarios

Volvemos con nuevas bolsas de harina

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Por fin hemos terminado las obras y volvemos a envasar harinas. La reforma del almacén, mejor diseñado para la preparación de pedidos, y la nueva máquina envasadora, más fácil de usar y capaz de trabajar con bolsas más resistentes, nos agilizarán el trabajo y ahorrarán problemas que ocurrían con más frecuencia de la deseada.

Como la nueva máquina, además de sellar, puede plegar el plástico del envase, hemos aprovechado para cambiar el formato de las bolsas y hacerlas de 1,5 kg con base plana, mucho más cómodas y resistentes.

Estas mejoras van a hacer que gastemos menos tiempo en el envasado, almacenaje y gestión de incidencias en los pedidos, lo que repercute en el precio final del kilo de harina, más barato en casi todas. Por ejemplo, la harina panadera pasa de 1,45 €/kg a 1,33 €/kg; la de fuerza, de 1,55 €/kg a 1,46 €/kg.

Todavía no tenemos todas las harinas porque seguimos afinando la máquina y corrigiendo detalles, pero es cosa de poco días.

Aprovechamos para agradecerle a Marga Castro su trabajo con el nuevo diseño de las bolsas, teniendo que lidiar con tres empresas distintas para cuadrar las restricciones de unos (los que fabrican el plásticos), de otros (los de la envasadora) y dejarnos a nosotros contentos.

¡Volvemos la semana que viene con recetas y consejos!

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Recetas verano

Pudin de verano (o la milagrosa transformación del pan de molde)

Pudin de verano (o la milagrosa transformación del pan de molde)


Valoraciones: 4 Comentarios

Pudin de verano (o la milagrosa transformación del pan de molde)

Valoraciones: 4 Comentarios

De la cultura nipona poseo un rasgo único, el de leer de derecha a izquierda, si bien es algo que solo hago en una circunstancia muy determinada. Cuando voy a un restaurante empiezo por el precio y acabo por el plato. Si eres de ese perfil entenderás mis dos momentos de zozobra a la hora de afrontar esta preparación, el primero ocurre al meter en una olla al fuego una buena cantidad de exquisita fruta fresca, y el segundo sucede cuando te pones a estragar pan de molde amputando cortezas y haciendo redondeles de miga.

Una vez pasados esos dos momentos de duda propios de la proletaria condición, todo aquí va en canoa. Hacer el pudin de verano es sencillo y aunque pueda parecer imposible, no se desparrama al desmoldarlo. El milagro de esta receta está en la transformación prodigiosa del pan de molde en una cobertura dulce y delicada gracias al líquido que libera la fruta durante la cocción. La clave está en tener algo de paciencia y dejarlo uno o dos días en la nevera antes de quitarlo del molde y servirlo. Tiene un sabor muy de Enid Blyton, de abuelita británica de posguerra, ideal para las tardes de verano. Si tienes un jardín con una mesa a la sombra de un árbol para disfrutarlo, habrás dado con el contexto ideal para este pudin (y en general para cualquier cosa), ideado en un mundo anterior al glutamato monosódico. Si no lo tienes, como es mi caso, y estás en tu piso urbano y tórrido, al menos te habrás comido un postre excelente, sano y fresco, con una presentación bien colorida y la alegría y desenfado propios de un tiempo previo a las esclavitudes estéticas del olimpo del nuevo gourmet. Lógicamente, para hacerlo en condiciones antes tienes que hacer un buen pan de molde como explicamos aquí.

Entiendo que los rigores estivales te alejen del horno. Vale, no pasa nada, pero si vas a comprar el pan de molde, por favor, que sea una excepción y que te lo venda un panadero que sepa hacerlo, evita las bolsas del súper de esa materia inerte con forma de pan.


Pudin de frutas y pan (o la milagrosa transformación del pan de molde)

Un postre inglés de verano lleno de sabor y frescura. Este delicioso pudin se prepara con pan de molde empapado en una mezcla de jugo de frutas rojas, como fresas, frambuesas y moras. Se deja reposar para que las frutas impregnen el pan con su jugo y luego se sirve frío. El resultado es un postre vibrante, jugoso y perfecto para los días calurosos.
5 de 3 votos
Tiempo de preparación 35 min
Tiempo de cocción 4 min
Tiempo de reposo 1 d
Tiempo total 1 d 39 min
Plato Merienda, Postre
Cocina Inglesa
Raciones 1 pudin de 700 gramos
Calorías 1226 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

  • 1 bol
  • 1 olla
  • 1 colador de rejilla o un escurridor para pasta
  • 1 cuchillo bien afilado
  • 1 cuenco o una flanera de 1 litro
  • 1 papel film
  • 1 plato de menor diámetro que el cuenco o la flanera
  • 1 lata o un peso de medio kilo

Ingredientes
  

  • 600 g fruta fresca de verano pelada, lavada y deshuesada (yo he empleado fresas, arándanos, frambuesas y cerezas)
  • 110 g azúcar
  • 6 rebanadas pan de molde

Elaboración paso a paso
 

  • Echa la fruta lavada y sin pepitas en una olla o cazo con el azúcar y ponla al fuego. Si vas a usar fresas y son muy grandes, córtalas en dos o tres trozos. Que no te agobie la precisión, no hay ningún tamaño modélico. Como te salga.
  • Llévalo a ebullición pero sin que rompa a hervir, y mantenlo hirviendo a fuego bajo durante tres o cuatro minutos. Durante ese tiempo, remueve con una cuchara para evitar que se pegue. Sabrás que está listo cuando la fruta nade en su propio jugo. Aparta del fuego y déjalo enfriar un poco.
    Relleno del pudin de verano tras unha cocción suave y corta.
  • Mientras enfría vete preparando el pan. Para ello, corta en triángulos varias rebanadas, a las que antes habrá retirado la corteza por los cuatro lados. Con esos triángulos harás los laterales del pudin. Para la base, coge un vaso y corta un círculo que cubra todo el fondo de la flanera. Los triángulos se apoyarán después sobre ese círculo.
    triángulos de pan sin corteza para forrar el molde.
  • Coge un trozo grande de papel film, y mételo cubriendo todo el interior de la flanera. El papel film facilitará después el desmoldado. Ha de sobrar bastante papel film para poder cerrar al final el molde cuando esté listo.
  • Ahora que la fruta ha enfriado algo, cuélala a través del colador o el escurridor, de forma que el líquido caiga en un bol.
  • Coge la base redonda de pan de molde para el pudin y métela en el líquido por los dos lados. Se trata de mojarla para que se humedezca y coja color, no de dejarla en el zumo hasta que se desintegre.
  • Mete el círculo de pan así mojado en la flanera forrada con papel film y sigue el mismo proceso para crear las paredes con los triángulos de pan. Si te queda algún hueco al final, puedes cubrirlo con un trocito más de pan.
  • Ahora con una cuchara vierte la fruta en el interior, reservando un poco, si quieres, para decorar el pudin. Echa la fruta suficiente, pero no llenes el molde, piensa que tienes que dejar como un dedo libre desde el borde para poder ponerle después la tapa, también de pan.
  • Cuando hayas acabado de poner la fruta, vierte algo del líquido dulce de la cocción. No tienen que quedar las fresas chapoteando, pero sí debe quedar todo bien mojado. Como con la fruta, puedes reservar un poco para decorar después.
  • Con otra rebanada y recortes, haz la tapa, mojando también el pan antes de ponerlo.
  • Cuando esté todo bien rematado, pliega los faldones de papel film que te sobraban para cerrar todo el pudin.
  • Pon un plato con un diámetro algo menor que la flanera sobre la apertura, y sobre el plato, una lata de tomate o un peso de medio kilo improvisado con lo que tengas por casa.
  • Mete así el conjunto en la nevera y olvídate de él al menos 24 horas, son suficientes, pero si esperas 48 horas tampoco le vendrá mal para asentarse.
  • Transcurrido ese tiempo quita pesos y plato, abre el papel film, pon un plato y dale la vuelta. Retira con cuidado el resto del papel film, aunque saldrá sin dificultad. Si te apetece, ponle encima una o dos cucharadas de las frutas y el jugo que has reservado y llévalo a la mesa a que te doren la píldora.

Notas

Este pudin también lo puedes hacer con brioche en lugar de pan de molde. No lo he probado, pero también promete grandes alegrías.
Las proporciones de frutas no son determinantes, tampoco el uso de unas variedades precisas. También puedes usar moras, grosellas o incluso melocotón en trozos, lo que tengas o lo que más te apetezca.

NUTRICIÓN

Calorías: 1226kcalCarbohidratos: 277gProteina: 21gGrasa: 9gGrasa saturada: 1gGrasa polinsaturada: 3gGrasa monosaturada: 1gGrasa Transgénica: 0.1gSodio: 826mgPotasio: 773mgFibra: 16gAzúcar: 187gVitamina A: 1815IUVitamina C: 14mgCalcio: 241mgHierro: 8mg

Categorías
Panes planos

Palitos de albahaca y ajo

Palitos de albahaca y ajo


Valoraciones: 9 Comentarios

Palitos de albahaca y ajo

Valoraciones: 9 Comentarios

Los panes portátiles son fantásticos para llevárselos por ahí y dar cuenta de ellos a la sombra de los árboles. Si además nos podemos ahorrar encender el horno más de la cuenta en verano, mejor que mejor. Con estos de albahaca y ajo me peleé bastante antes de conseguir, a la tercera, lo que quería, variando sustancialmente la receta de una autora cuyo nombre no voy a citar. Siempre nos da un punto de orgullo, a los de tercera regional, ganarle un partido a las grandes estrellas. En fin, miserias. Realmente no tienen mucha ciencia estos palitos y sí muchas ventajas, porque o no te gusta el ajo (hay raros en todas partes) o vuelan según desenfundes y abras la cervecita.

Para hacer bien este tipo de panes solo hay que tener claras unas cuantas cosas. La albahaca, una excelsa y delicada hierba aromática, es mejor picarla fina e incorporarla a la masa, porque si la dejas fuera, por bajo que tengas el horno, la carbonizas, y si la agregas al final, aporta menos sabor. El ajo, por mucho que te guste, ponlo con moderación, porque te cargarás el sabor de la albahaca. Y finalmente, si no te los vas a comer en el día (dudo que así sea, sobre todo si tienes niños pequeños), harás bien en dejarlos un buen rato en el horno a 120 grados tras rematar la cocción: eso permitirá eliminar toda el agua y te dará unos palitos más crujientes que te durarán varios días guardados en una bolsa. Y ya está, con esas nociones ya puedes empezar a repartir palos.


Receta de palitos de albahaca y ajo

Los palitos de albahaca y ajo son una deliciosa opción para picar o acompañar platos principales. Se preparan mezclando albahaca seca, ajo picado, aceite de oliva, sal y pimienta. Se corta masa de hojaldre en tiras, se untan con la mezcla de albahaca y ajo, y se hornean hasta que estén dorados y crujientes. Son sabrosos, aromáticos y perfectos para disfrutar en cualquier ocasión.
5 de 1 voto
Tiempo de preparación 35 min
Tiempo de cocción 20 min
Tiempo de reposo 8 h 35 min
Tiempo total 9 h 30 min
Plato Acompañamiento, Aperitivo
Cocina Panadería casera
Raciones 15 palitos
Calorías 55 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Elaboración paso a paso
 

  • Mezcla los ingredientes de la masa (harina, agua, aceite, sal, levadura y malta) en el bol y comienza a mezclarlos hasta que se absorba el agua. La malta tostada aporta sabor y color, pero si no la tienes, sigue sin ella.
  • Amasa sobre la encimera e incorpora poco a poco la albahaca (picada fina si es fresca). No hacen falta grandes esfuerzos de amasado. Amasa un minuto, deja reposar cinco y vuelve a amasar. Tras el tercer reposo la masa debería estar lista.
  • Según la prisa que tengas, puedes hacer dos cosas: mete la masa en un bol tapado en la nevera y olvídate de ella hasta el día siguiente, o déjala fermentar aproximadamente hora y media también en un bol tapado a temperatura ambiente. La primera de las opciones te evita esperas y no te estropea el final de la película, pero dependerá de tu agenda. Más facilidades imposible.
  • Transcurrido ese tiempo (hora y media o la noche en la nevera, al gusto) saca la masa del bol y extiéndela ligeramente con las manos.
  • Pásala a un trozo de papel de hornear, cúbrela con otro trozo de papel y extiéndela con el rodillo como en la imagen de abajo.
  • Una vez estirada la masa, coge el pincel y píntala generosamente con aceite de oliva. El que más rabia te dé mientras sea bueno. Tampoco hace falta dejar charcos, pero no seas cutre con el aceite.
  • Coge el cortador de pizzas y haz los palitos, con cortes rectos y espaciados unos dos o tres centímetros.
  • Cubre la masa así cortada con con papel film y déjala reposar media hora en una bandeja de horno. Si dejaste la películas en pausa al acabar la fermentación, ahora es buen momento para ver ese final, pero no te pases de tiempo, porque no interesa una segunda fermentación larga que aportará un volumen que no queremos.
  • Tras esta breve segunda fermentación retira el papel film y espolvore los palitos con el ajo finamente picado y con sal gruesa o Maldon.
  • Mete la bandeja con los palitos en el horno precalentado a 220 grados y nada más cerrar la puerta, baja la temperatura a 200 grados. En 20 minutos tienen que estar listos. Sácalos y déjalos enfriar un poco antes de atacar sin tregua.

Notas

El ajo tiene que quedar ligeramente tostado, no achicharrado, si ves que se oscurece demasiado baja la temperatura de horno a 180 grados.
Si quieres que los palitos duren varios días crujientes, al cabo de los 20 minutos de horno, abre un poco la puerta y baja la temperatura a 120 grados. En otros 20 minutos más se habrá evaporado toda el agua de la masa y estarán listos. Si ves que se tuestan en exceso, sácalos antes o baja más el termostato.

NUTRICIÓN

Calorías: 55kcalCarbohidratos: 10gProteina: 1gGrasa: 1gGrasa saturada: 0.1gGrasa polinsaturada: 0.1gGrasa monosaturada: 0.5gSodio: 104mgPotasio: 16mgFibra: 0.4gAzúcar: 0.04gVitamina A: 2IUVitamina C: 0.01mgCalcio: 2mgHierro: 1mg

Categorías
Panes planos Recetas de pan para horarios de oficina verano

Pan exprés en la sartén

Pan exprés en la sartén


Valoraciones: 13 Comentarios

Pan exprés en la sartén

Valoraciones: 13 Comentarios

Si a estas alturas ya has interiorizado que el principal ingrediente del pan es la paciencia y que la prisa solo estraga los esfuerzos, vamos a romper moldes con esta excepción. No solo es rápido, sino que además es portátil y lo puedes hacer donde te dé la gana siempre que tengas una sartén y una tapa. Este pan plano es familiar del pan de pita y lo puedes variar añadiéndole ingredientes, eso sí, pícalos finos porque a la sartén ha de ir con poco grosor.

Te lo puedes llevar de barbacoa y demostrar tus cualidades panaderas en el campo, o lo puedes hacer en casa sin tener que sufrir los rigores térmicos estivales que aporta el horno. En cinco minutos tendrás tu pan, una torta sencilla con ese espíritu de las masas orientales, de pan suplente que lo mismo sirve para apoyar el trozo de cordero que para rebañar el plato de la ensalada. Claro que no es una hogaza clásica, un astro de la panadería francesa, pero a ver ¿qué quieres? ¿Un milagro en cinco minutos?

Amasadora Ankarsrum

Receta de pan en sartén

El pan exprés en la sartén es una opción rápida y fácil para hacer pan en casa. Se cocina en una sartén caliente con un poco de aceite hasta que esté dorado y cocido por dentro. Es perfecto para cuando tienes antojo de pan fresco y no quieres encender el horno.
4.78 de 9 votos
Tiempo de preparación 30 min
Tiempo de cocción 6 min
Tiempo de reposo 1 h 45 min
Tiempo total 2 h 21 min
Plato Acompañamiento, Pan
Cocina Panadería casera
Raciones 4 panes
Calorías 533 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Elaboración paso a paso
 

  • Mezcla todos los ingredientes, salvo las aceitunas y la cebolla, y amasa un par de minutos. Deja reposar cinco minutos y vuelve a amasar. Repite el proceso dos veces más hasta que la masa adquiera una textura fina, suave y homogénea.
  • Mete la masa en un bol aceitado, para que no se pegue, cubre con un plástico y deja fermentar una hora y media o hasta que haya crecido sensiblemente. Recuerda que si hace calor los tiempos de leudado se acortan.
  • Vuelca la masa sobre la mesa y divídela en cuatro partes aproximadamente iguales. Estira un poco cada una de ellas y añádele la cebolla y las aceitunas bien repartidas.
  • Dobla la masa que has estirado de forma que los ingredientes queden en el interior y dale forma. Basta con aplanar un poco con las manos para crear una pieza redonda u ovalada. Es importante que no quede muy grueso, un centímetro o dos como mucho, porque si supera esa medida el pan se acabará quemando por fuera sin conseguir que el calor haya llegado al centro.
  • Déjalos reposar sobre la encimera enharinada (o sobre la tapa de la nevera portátil, o en una tabla, o donde puedas) unos diez minutos. Se trata de que la masa quede homogénea, no de que vuelva a crecer.
  • Pon una sartén gruesa al fuego y tápala. Sabrás que ha alcanzado la temperatura cuando la tapa queme al tocarla. No tiene que abrasar, que no se trata de achicharrar el pan. Si la sartén es grande, mete dos panes, si no, de uno en uno.
  • Baja el fuego y deja el pan tres minutos con la sartén tapada. Un poco antes de ese plazo puedes abrir y echar un ojo para comprobar que no se quema, pero no andes tapando y destapando a cada momento porque perderás temperatura.
  • Pasados esos tres minutos dale la vuelta al pan y deja otros dos o tres por el otro lado. Verás que las tortas ha crecido sensiblemente. Sácalo y déjalo enfriar unos minutos, básicamente para que no te quemes. Listo.

NUTRICIÓN

Calorías: 533kcalCarbohidratos: 97gProteina: 13gGrasa: 9gGrasa saturada: 1gGrasa polinsaturada: 1gGrasa monosaturada: 6gSodio: 1191mgPotasio: 158mgFibra: 4gAzúcar: 1gVitamina A: 79IUVitamina C: 1mgCalcio: 34mgHierro: 6mg

Amasadora Ankarsrum

Categorías
Habláis vosotr@s Recetas tradicionales de Andalucía

Japonesas de La Línea de la Concepción, por Los dulces y panes de Zuli

Japonesas de La Línea de la Concepción, por Los dulces y panes de Zuli


Valoraciones: 9 Comentarios

Japonesas de La Línea de la Concepción, por Los dulces y panes de Zuli

Valoraciones: 9 Comentarios

Volvemos con las recetas de nuestros clientes. Hoy Zuli nos trae unos bollos rellenos de crema típicos de su ciudad:

Soy Zuli y desde hace años me apasiona la repostería casera pero desde que descubrí el mundo del pan y de las masas fermentadas esto es un no parar… hago pan todas las semanas para mi familia y de vez en cuando algún que otro caprichito dulce. ..
En cuanto a mi estilo personal, como campogibraltareña que soy, quizá se defina por la mezcla de culturas… yo bebo al mismo tiempo de la repostería inglesa y respiro el aroma del pan de trigo duro andaluz y si afino un poco el olfato puedo oler el aroma de las especias que me llegan de Marruecos. Me gustan los desafíos e igual me da por hacer unos macarons que por reproducir los borrachuelos (pestiños) de mi abuela.
Cuando saco tiempo y hago una receta con la que estoy satisfecha la suelo publicar en mi blog:

Los dulces y panes de Zuli

La mayoría de mis peripecias panarras o reposteras en general las suelo publicar en mi página de Facebook.

La receta que hoy nos traemos entre manos es típica en mi pueblo, La Línea de la Concepción, un lugar con una idiosincrasia muy particular, un pueblo fronterizo, posmoderno y tradicional a la vez. Se trata de las japonesas. Todo linense te dirá que las japonesas son de allí, pero pocos te pondrán contar de dónde viene… En la red he encontrado dos versiones: al parecer un acaudalado empresario local hizo fichajes de pasteleros de renombre por toda la geografía española y uno de ellos trajo la japonesa. Otra versión es que en plena calle real había una confitería que se llamaba La japonesa, de ahí la denominación del dulce.

En realidad, las dos versiones no son contradictorias ya que al parecer el enclave que ocupaba La japonesa es el mismo que hoy ocupa una de las pastelerías más importantes de la ciudad. El caso es que no tiene nada que ver con Japón, la verdad sea dicha.

Se trata de una masa fermentada tipo berlina rellena de crema pastelera o cabello de ángel, frita y bañada en miel. No diría yo que es ideal para la operación bikini, pero os aseguro que merece la pena meterse en el berenjenal.

Amasadora Ankarsrum

Receta de japonesas de La Línea de la Concepción

Japonesas de La Línea de la Concepción, por Los dulces y panes de Zuli

Receta tradicional de este fruta de sartén (¡qué nombre tan bonito!) rellena de crema pastelera
4.29 de 7 votos
Tiempo de preparación 15 min
Tiempo de cocción 5 min
Tiempo de reposo 2 h 10 min
Tiempo total 2 h 30 min
Plato Postre
Cocina Andaluza, Española
Raciones 16 unidades
Calorías 203 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Para la crema pastelera necesitamos:

Para la masa de las japonesas necesitamos:

Elaboración paso a paso
 

Crema pastelera en microondas

  • En la jarra medidora ponemos todos los ingredientes y batimos con la batidora.
  • La llevamos al microondas dos minutos a intensidad media-alta .
  • Sacamos y removemos con la varilla.
  • Metemos un minuto más. Lista.
  • Tapar con papel film al ras para que no cree costra y dejar enfriar bien.

Masa

  • Pesamos todos los ingredientes y en el bol de la amasadora añadimos por la harina y  la mitad de la leche. La ponemos en marcha a mínima velocidad y añadimos la levadura, la sal y los huevos uno a uno. Dejamos que se vaya humedeciendo la harina y añadimos el azúcar.
  • Cuando se integre todo, añadimos la leche restante. Si ves que la masa queda muy seca, añade una cucharada más de leche.
  • Cuando la masa se haya hecho una bola alrededor de la espiral de la amasadora,  añadimos la mantequilla poco a poco, dejando que se integre en la masa. Podemos apagar la amasadora unos minutos entre medias.
  • Seguimos amasando hasta que la masa desarrolle el gluten.
    Masa de japonesas lista para fermentar
  • Ahora tenemos dos opciones: meterla en un bol bien tapadita y a la nevera hasta el día siguiente o esperar a que fermente a temperatura ambiente durante 1 hora y media, 2 horas.
  • Cuando la masa haya subido apreciablemente, la dividimos  en porciones de unos 50 a 60 gramos y boleamos.
  • Dejamos 10 minutos reposando para que las bolas de masa se relajen y se estiren más fácilmente.
  • Untamos ligeramente con aceite la superficie de trabajo y estiramos las bolas con un rodillo o las puntas de los dedos . Tienen que quedar de forma redonda-ovalada.
  • Disponemos una cucharadita de crema en el centro de cada trozo de masa.
  • Plegamos sobre sí misma para que quede forma de media luna y sellamos apretando bien los bordes.
  • Dejamos que fermente un poco antes de freír, aunque no tiene que doblar de tamaño. Durante la fritura aumentarán bastante gracias a la cantidad de huevo que llevan.
  • Mientras tanto, preparamos el baño calentando la miel y el agua en un cazo hasta que aquella se disuelva y quede un líquido homogéneo.
  • Para freír necesitamos suficiente aceite para que no toquen el fondo. El aceite debe estar caliente pero no en exceso, ya que, si no se dorarían muy rápido y se quedarían crudas por dentro, así que mejor a fuego medio-bajo.
  • Freímos 2 ó 3 minutos por cada lado, hasta que estén doradas. Si ves que tardan en dorarse, sube un poco el fuego; si se hacen demasiado rápido, aparta la sartén del fuego, bájalo y colócala de nuevo tras esperar unos 30 segundos a que el aceite baje de temperatura.
  • A medida que se vayan haciendo, las sacamos de la sartén y las sumergimos en el baño de miel. Si nos sobra miel la podemos echar por encima… total, un poquito más de miel no va a revertir el efecto que estas japonesas van a producir en nuestro organismo… felicidad, me refería a la felicidad.

Notas

Podéis usar un poco de aceite de girasol para bolear la masa mejor que harina… exceso de harina podría hacer que la masa no se sellara y se abrieran durante la fritura.
No os paséis de crema que yo sé que gusta, pero si nos pasamos pesarán mucho y la fritura será complicada.
Habéis visto que no doy tiempos de levado pero me parece absurdo…en cada casa y época del año hace una temperatura y es por la masa por lo que nos tenemos que dejar llevar.
Si optáis por la fermentación en frío, podéis usar la misma cantidad de levadura siempre y cuando nada más terminar de amasar la llevemos a la nevera. A la mañana siguiente, si no ha subido, la dejamos un par de horas a temperatura ambiente para que despierte y ¡listo!

NUTRICIÓN

Calorías: 203kcalCarbohidratos: 31gProteina: 5gGrasa: 6gGrasa saturada: 3gGrasa polinsaturada: 1gGrasa monosaturada: 2gGrasa Transgénica: 0.2gColesterol: 56mgSodio: 78mgPotasio: 85mgFibra: 1gAzúcar: 7gVitamina A: 222IUVitamina C: 0.001mgCalcio: 41mgHierro: 2mg

Categorías
Masa madre

Pan total de centeno con pipas

Pan total de centeno con pipas


Valoraciones: 5 Comentarios

Pan total de centeno con pipas

Valoraciones: 5 Comentarios

Quien tenía la virtud de meterse aquello en la boca, operarlo con lengua y dientes y quedarse con la semilla escupiendo la cáscara limpiamente era un genio. Así lo veía en mi tierna infancia y aunque jamás alcancé ese don, sí me comí cientos de paquetes con agrado. Las pipas.

Somos el único país con la paciencia suficiente para pelar semillas en dosis de gorrión. La tradición, seguramente, se la debemos al señor Facundo, el del toro. En mi juventud viví en un lugar donde los habitantes reaccionaban a la infrecuente salida del sol juntándose en la calle, en un banco corrido, a comer pipas. Dejaban el suelo hecho un cristo, pero eso era también parte de la tradición, supongo. La verdad es que ahora apenas como pipas, tal vez porque el tiempo es un don escaso y no puedo hipotecar mis manos en lo que dura un paquete. Sí las disfruto en el pan, y si lo has probado con ellas sabrás que le quedan de maravilla. Esta receta de Peter Reinhart (El aprendiz de panadero, RBA) demuestra la calidad de esa relación entre la harina y las semillas de girasol. Podrás hacerte unos bocatas fantásticos, por ejemplo, de salmón ahumado con rúcola. Ponle algo de mantequilla y unas alcaparras también y verás. O para desayunar con mermelada de naranja amarga. O solo. No tiene desperdicio. Eso sí, te recomiendo que las pipas las compres peladas y dediques ese precioso tiempo a otros deportes.


Receta de pan de pipas y harina integral

Pan total de centeno con pipas

receta de pan de centeno y pipas: Un pan saludable y nutritivo que combina la riqueza del centeno con la textura crujiente de las pipas. Se elabora con harina de centeno integral, levadura, agua, sal y pipas de girasol o calabaza. La masa se amasa y se deja leudar antes de ser horneada, dando como resultado un pan denso y sabroso, con un sabor característico del centeno y un toque adicional de las pipas. Este pan es perfecto para acompañar comidas, hacer sándwiches o disfrutar solo con un poco de mantequilla.
4.75 de 4 votos
Tiempo de preparación 40 min
Tiempo de cocción 55 min
Tiempo de reposo 3 h 20 min
Tiempo total 4 h 55 min
Plato Acompañamiento, Pan
Cocina Panadería casera
Raciones 1 pieza de 750 gramos
Calorías 1746 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Para el fermento de masa madre

Para el soaker (harina remojada)

Para la masa final

Elaboración paso a paso
 

  • Primer día: Por un lado mezcla la harina y el agua del soaker en un bote. La mezcla previa de la harina con agua suaviza la textura de la miga en el resultado final.
  • Prepara en otro tarro las cantidades indicadas de fermento con masa madre. Si vas a hacer el pan por la mañana, llega con que hagas estas operaciones la noche antes. Dejas los dos botes tapados y olvídate de ellos.
  • Tuesta las pipas a fuego bajo en una sartén sin aceite. Remueve continuamente hasta que estén un poco doradas. Reserve hasta el día siguiente.
  • Al día siguiente mezcla la harina, la sal y la levadura en un bol, añádele la masa madre y la mezcla de agua y harina que has preparado y remueve con una cuchara. Este pan lleva unos cuantos pasos, pero como ves, ninguno es para matarse.
  • Vete echando el agua poco a poco y sigue removiendo. Cuando te resulte difícil seguir con la cuchara, vuelca sobre la mesa y amasa por periodos breves con reposos de cinco minutos entre ellos. La masa ha de quedar fina y blanda.
  • Aprovecha el tiempo de los reposos para limpiar y engrasar el bol con aceite.
  • Añade ahora las pipa y sigue amasando. El proceso total de amasado ha de ser breve. Si la masa está demasiado pegajosa (por la presencia del centeno) y te cuesta trabajarla, puedes añadir algo más de harina panadera, no te pases, la justa para darle consistencia.
  •  Mete la masa dentro del bol y deja fermentar, tapada, durante 1 hora y media.
  • Vuelca la masa sobre la encimera enharinada y dale forma. Yo lo hice en forma de barra o torpedo para sacar después rebanadas grandes con las que hacer bocatas, pero puedes formar en redondo o como más te guste.
  • Enharina el banetón y pon dentro la masa con la parte más lisa hacia abajo. Deja fermentar entre 1 hora y 1,5 horas. El pan estará listo para hornear cuando haya crecido sensiblemente.
  • Precalienta el horno a temperatura máxima, sin la bandeja, cuando la masa esté casi lista.
  • Con la masa ya lista y el horno precalentado, vuelca la masa del banetón a la bandeja, hazle un corte longitudinal con la cuchilla de panadero y mételo en la  ranura inferior del horno.
  • Pon dos cubitos de hielo en el fondo del horno para que creen vapor.
  • Cierra y hornea a temperatura máxima durante 5 minutos.
  • Tras este tiempo, baja la temperatura a 220 grados y hornea durante 35-40 minutos más.
  • Cuando falten 10 minutos para terminar, abre un poco la puerta del horno y mantenla así con una cuchara de madera para dejar salir el vapor. Esto ayuda a conseguir una corteza más crujiente.
  • Saca el pan del horno y ponlo en una rejilla para que enfríe. No tengas prisa. Está mucho mejor frío, como poco dos horas después de sacarlo del horno. A disfrutarlo.

Notas

Los panes con harinas integrales agradecen toda ayuda para conseguir volumen. El vapor le viene muy bien y a nosotros nos gusta hacerlo con dos cubitos de hielo en el fondo del horno porque es una forma cómoda y segura (¡Si las resistencias de tu horno no están a la vista!), aunque lo mejor que puedes hacer es usar una Celsius. Si tienes una, pon el hielo directamente sobre ella.
Puedes usar masa madre de centeno, trigo o espelta. El tipo de cereal no es importante.
Puedes enfriar el pan sobre la rejilla dentro del horno y la puerta entreabierta para que la corteza quede más crujiente. El calor residual del horno evita que la humedad de la miga se condense en exceso en la corteza.
Los tiempos de horneado y fermentación son orientativos.

NUTRICIÓN

Calorías: 1746kcalCarbohidratos: 370gProteina: 53gGrasa: 6gGrasa saturada: 1gGrasa polinsaturada: 3gGrasa monosaturada: 1gSodio: 4293mgPotasio: 1144mgFibra: 34gAzúcar: 3gVitamina C: 0.01mgCalcio: 107mgHierro: 18mg

Categorías
Desayunos Panes para bocadillos Panes planos Recetas de panes tradicionales Recetas tradicionales de Andalucía

Mollete de Antequera, el pan todoterreno

Mollete de Antequera, el pan todoterreno


Valoraciones: 78 Comentarios

Mollete de Antequera, el pan todoterreno

Valoraciones: 78 Comentarios

Igual que el gran cine no se entendería sin los geniales actores secundarios, el pan tampoco tendría la importancia que tiene sin determinadas piezas que encumbran con su discreción a otros intérpretes. Los molletes de Antequera bien podrían entrar en esta categoría. Sí, solos están muy buenos, pero los humildes molletes han nacido para hacer brillar con especial intensidad lo que llevan dentro. Su miga delicada y su corteza blanda los convierten en todoterrenos, que lo mismo lo bordan abiertos y tostados en el desayuno con mantequilla o aceite, que te permiten hacer unos bocatas de lujo. De hecho, son unos perfectos panes portátiles para hacerte el bocadillo que te dé la gana. El salmón ahumado le va de lujo, por ejemplo. Yo les he metido jamón asado, pepinillos, tomate, cebolla y mostaza y también estaban de llorar. Prueba con unas lonchitas de un buen jamón ibérico y verás.

La receta de aquí reproducimos se la tomamos prestada al Invitado de Invierno con algunas variaciones. La clave de este pan está en que lleva aceite entre sus ingredientes, en la larga fermentación final (para que no abran en el horno) y en una cocción corta y con vapor que te deje una corteza clara y blandita. La primera fermentación lenta en la nevera la noche antes también ayuda, claro.

Amasadora Ankarsrum

Receta de mollete de Antequera

Mollete de Antequera, el pan todoterreno

Pan tradicional de Antequera de miga blanca y esponjosa.

4.55 de 11 votos

Tiempo de preparación 20 min
Tiempo de cocción 13 min
Tiempo de reposo 10 h
Tiempo total 10 h 33 min

Plato Acompañamiento, Pan
Cocina Andaluza, Española

Raciones 8 molletes pequeños
Calorías 250 kcal

Elaboración paso a paso

 

  • Mezcla todos los ingredientes en un bol y amasa hasta conseguir una masa con textura lisa y suave. Puedes hacer amasados breves y reposos de cinco minutos entre cada uno de ellos. Al cuarto amasado verás que está lista.
  • Unta un bol con aceite, mete la mesa e introdúcelo en la nevera, cubierto con plástico, hasta el día siguiente. Las fermentaciones lentas le sientan muy bien al pan y mejoran su sabor.
  • Verás que la masa ha subido sensiblemente. Vuélcala sobre la encimera y trabájala para darle forma alargada consiguiendo algo de tensión, como si prepararas una barra achaparrada. Con la rasqueta mojada en agua (evita que se pegue) corta esa barra en ocho trozos iguales.
  • Enharina la mesa y pon cada trozo con la parte cortada en contacto con la mesa (y la otra, lógicamente, mirando hacia arriba). Aplástalos con cuidado con la mano para conseguir una forma ovalada con un grosor de un centímetro. Como es posible que la masa esté pegajosa, espolvorea levemente con harina.
  • Pon los molletes sobre un paño enharinado y cúbrelos con papel film. No lo ajustes, solo cúbrelos, si queda apretado se pegará y no queremos que suceda tal cosa. Ahora toca la fermentación final, que será de dos horas o dos horas y cuarto. Si es más corta podrían abrirse en el horno y tampoco nos interesa.
  • Con el horno precalentado a 220 grados ponlos en la bandeja inferior. Mejor en la plancha Celsius si la tienes. En el momento de meter los panes vaporiza generosamente las paredes del horno con agua. El vapor facilitará que la corteza retrase su formación y quede más blanda. Si no tienes vaporizador puedes meter una bandeja sobre la placa del horno y verter en ella medio vaso de agua.
  • En 12 o 13 minutos los molletes estarán listos. No interesa que se doren más que levemente. Sácalos y déjalos enfriar sobre una rejilla. Misión cumplida.

NUTRICIÓN

Calorías: 250kcalCarbohidratos: 48gProteina: 6gGrasa: 3gGrasa saturada: 0.4gGrasa polinsaturada: 1gGrasa monosaturada: 2gSodio: 488mgPotasio: 68mgFibra: 2gAzúcar: 0.2gCalcio: 11mgHierro: 3mg

Amasadora Ankarsrum

Categorías
Jacinto Cotino

La ciencia poco exacta del pan

La ciencia poco exacta del pan


Valoraciones: 17 Comentarios

La ciencia poco exacta del pan

Valoraciones: 17 Comentarios

Coja la masa y trabájela hacia el centro en seis movimientos de 20 segundos en total, repitiendo el paso 25 veces con 6 minutos de descanso entre cada uno. Déjela fermentar una hora entre 25 y 26 grados. Añada la sal 45 minutos después pellizcando con delicadeza la superficie… A veces delante de una receta no sé si me están dando instrucciones para hacer un pan o para practicar un exorcismo. Confieso que al principio el tema de la precisión extrema lo llevaba bastante mal. Ahora leo esas cosas y me entra la risa floja: Haga un círculo en el suelo con tiza blanca y encienda doce velas, con luna llena, recurra al amasado francés (el tradicional en cuarto creciente), mientras precalienta el horno, sacrifique un gallo…

Antes lo pasaba mal porque soy un ignorante en cosa de números y tenía claro que si mis panes salían del horno un tanto contrahechos era por mi incapacidad de asumir el método científico en el pan. ¿Y si mi masa madre no está bien activa? ¿Y si me pasé de harina, o me quedé corto, o le di mucha fermentación, o poca? ¿Y si me compro una báscula de esas que usan los camellos para pesar miligramos? ¿Y si me cambio de piso a otro con una temperatura más estable? ¿Y si me cambio de país? ¿Y si encargo la masa madre en la Estación Espacial Internacional?

Muchas veces, muerto de sueño, me he quedado en la cocina velando una masa que no acababa de fermentar. Ojeroso y con un libro en la mano (de panes) me acercaba regularmente y levantaba el paño para echarle un ojo. ¿Necesitas algo? ¿Estás bien? Me faltaba preguntarle. Esa estampa más propia de quien vela a un familiar enfermo en un hospital que alguien que está haciendo un pan me convenció de que ya era suficiente: es pan, no se va a morir nadie.
Y llegados a ese punto empecé a desmontar ciertos mitos que me traían por la calle de la amargura. ¿Por qué ese tipo le pone 206 gramos de harina ? ¿Por qué 487,5 gramos de agua? ¿Son panaderos o son científicos norcoreanos desarrollando un programa nuclear? ¿O masones que hablan entre ellos en un código secreto?

Los 206 gramos no los cito porque sí, sino porque me encontré un día un receta con esa cifra, 227 gramos de harina y 198 de azúcar. Vamos a ver. ¿Cuántos años llevará afinando ese genio para cuadrar la cifra? ¿Cuántas pruebas hechas hasta alcanzar la excelencia? ¿Es realmente una receta o la combinación de una caja fuerte? Lo único que le pasaba a esa preparación es que su autor no empleaba el sistema métrico-decimal, la original ¡estaba en onzas! Y en onzas, claro los números eran redondos. Y ahí vamos al grano: ¿Qué puñetera ciencia conoces que solo funcione con números redondos? Porque si algún día encuentras 487,5 gramos de agua en una preparación, no es que el panadero sea la reencarnación de Albert Einstein, es que va a hacer un pan con 750 gramos de harina y ese pan va a estar hidratado al 65 %, y de esos porcentajes salen esos números raros.
A todo eso has de sumarle un asuntillo no menor. A veces te pones a buscar una receta y consultas con varios reputados autores, descubriendo para mi pasmo que todas son distintas. A ver, pienso con alivio, menos mal que los médicos no hacen lo mismo. Y entonces se me quita el alivio porque ¿y si los médicos hacen lo mismo?

Piensa por un momento en la tortilla de patata. No hay dos personas que la hagan igual. Por supuesto, hay personas que la hacen excelsa y otras que la desgracian, y seguro que con algunas indicaciones te puede salir mejor. Ahora bien, ¿cuántas veces has visto que alguien coja una balanza para hacer una tortilla de patata? ¿Es necesario tener en cuenta la densidad de las claras, las dimensiones de las yemas? ¿Mides el aceite con pipeta? ¿Pones el cronómetro para darle la vuelta? Pues eso, al final acabas encontrando tu receta a base de repetir. Con el pan te pasará lo mismo. A mí me ocurre que el pan blanco me gusta con un poco de harina de centeno integral. Para ser precisos, me gusta ponerle un 7 % de esa harina. ¿Es esa la proporción perfecta? Claro que no, lo que pasa es que según avanzas en estas cosas vas afianzando tus absurdas manías y al final encuentras la ciencia exacta. La tuya, claro.

Categorías
Masa madre

1, 2, 3… ¡Pan!

1, 2, 3… ¡Pan!


Valoraciones: 43 Comentarios

1, 2, 3… ¡Pan!

Valoraciones: 43 Comentarios

Para los que somos algo dubitativos y acudimos al libro a mirar el mismo dato de una receta ochenta veces, o para los que tenemos una memoria lamentable y somos incapaces de retener una fórmula panadera por mucho que la repitamos, para los que somos dados a saltarnos sin querer algún paso (y a flagelarnos por ello después), para todos esos va a ser un bálsamo esta entrada. Lo que vas a ver es una receta, sí, pero a diferencia de todas las demás, esta es imposible de olvidar. Si vives en las Batuecas, en los cerros de Úbeda o en algún paraje mental de la región del despiste, esto te va a encantar, porque además de funcionar muy bien con masas hidratadas te servirá como criterio para sustituir levadura por masa madre, si así lo quieres, en muchas preparaciones. Y sin mirar un libro.

A ver, sí, te hará falta una balanza, pero poco más. La cosa es así: por una parte de prefermento de masa madre (también vale para un prefermento de levadura de panadero) que emplees, pondrás dos partes de agua y tres de harina. Traducido a números: si tienes 100 gramos de masa madre preparada, le sumas 200 de agua y 300 de harina y listo. Bueno, y la sal al gusto, claro. ¿Y ya está? ¿Así sin más? En efecto, querido panadero amateur, lo mezclas todo en un bol y en canoa hacia el triunfo. La verdad es que la sal se la podrías añadir media hora después de preparar la masa, pero si realmente eres de los que se olvidan la cabeza en cualquier sitio, no te cortes, ponla también. Con esta fórmula tendrás un pan húmedo, ligero, de miga alveolada. Es cierto que como es una masa bastante hidratada puede resultar algo difícil de trabajar, pero también para eso hay truco: al banetón y a vivir. Y todo sin correr al libro cada dos por tres con las manos llenas de pegotes en busca de cifras extrañas.


regla del 1-2-3 para hacer pan con masa madre

1, 2, 3… ¡Pan!

Si nunca te acuerdas de las proporciones de ingredientes para hacer pan, usa este método.
4 de 3 votos
Tiempo de preparación 20 min
Tiempo de cocción 45 min
Tiempo de reposo 12 h 30 min
Tiempo total 13 h 35 min
Plato Acompañamiento, Pan
Cocina Panadería casera
Raciones 1 pan de un kilo
Calorías 2571 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Prefermento de masa madre:

Masa final:

Elaboración paso a paso
 

  • El día anterior prepara el prefermento de masa madre. Mezcla los ingredientes y deja a temperatura ambiente, tapado, toda la noche. Si no se aprecia la superficie llena de burbujas, déjalo más tiempo.
  • Al día siguiente, mezcla el  prefermento de masa madre (guarda aproximadamente 25 gramos para tu siguiente pan) con el resto de los ingredientes y amasa. Como la masa es húmeda puedes recurrir al amasado francés. En todo caso, no te mates, amasa unos segundos y deja reposar diez minutos, vuelve a amasar, dale forma de bola y deja reposar en el bol aceitado (para que no se te pegue después al sacarla) y déjala fermentar 1 hora y media.
  • Tras este tiempo, unta ligeramente con aceite la encimera, vuelca la masa con la ayuda de una rasqueta y hazle un plegado (le dará a la miga una estructura más homogénea). Pero si no eres muy ducho en la materia, puedes pasar sin él.
  • Deja fermentar otra hora y media.
  • Verás que la masa habrá subido sensiblemente. Si no ha sido así, dale más tiempo. Ponla sobre la mesa y apriétala con las palmas (sin estrujarla) para quitarle el gas, dale forma redonda y métela en el banetón con las juntas hacia arriba. Tapa el banetón y déjala hora y media, algo menos si hace calor.
  • Con el horno precalentado a 250 grados dale la vuelta al banetón sobre la bandeja de horno que estará colocada en la rejilla inferior (si tienes una Celsius, úsala para conseguir más volumen, pero no te olvides de calentarla a temperatura máxima durante 45 minutos).
  • Dale un corte con una cuchilla en lo alto.
  • Vaporiza un poco con agua las paredes (cuatro disparos con un vaporizador llegan) y cierra la puerta del horno.
  • A los 20 minutos baja la temperatura a 230 grados.
  • Transcurridos otros 15 minutos (35 en total desde que empezaste) abre un poco la puerta y mantenla así con el mango de una cuchara de madera para que salga el vapor. Déjalo así otros 10 minutos más, hasta un total de 45.
  • Sácalo del horno y déjalo enfriar sobre una rejilla para evitar que fondo se quede húmedo y correoso. Tú pan está listo.

Notas

El sistema del 1-2-3 no vale para cualquier tipo de pan, solo para los de alta hidratación. Recuerda que si quieres mezclar harinas distintas, puedes hacerlo pero las proporciones de agua variarán.
 

NUTRICIÓN

Calorías: 2571kcalCarbohidratos: 539gProteina: 73gGrasa: 7gGrasa saturada: 1gGrasa polinsaturada: 3gGrasa monosaturada: 1gSodio: 4690mgPotasio: 750mgFibra: 19gAzúcar: 2gCalcio: 123mgHierro: 33mg