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Crumpets: la merienda de la reina

Crumpets: la merienda de la reina


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Crumpets: la merienda de la reina

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Los duques y condes de hoy seguro que no meriendan crumpets con el té de las cinco, sino gintonics sin té, y que las damas británicas ya no yerguen las tazas con la majestuosa elevación de sus meñiques. Seguramente la nueva nobleza inglesa, con sus tatuajes y dilataciones, se da más al caviar beluga, a lo sumo con cucharilla de nácar, aunque lo dudo. Con el caviar dicen que van muy bien los blinis, y pensé en hacerlos, pero confieso que mis fondos para huevas de esturión andan muy justos.Tener que suplir el beluga por cualquier otro sucedáneo incrementaba drásticamente el riesgo de caer en las depresiones propias de la clase media por el hecho de ser eso, media: ni caliente ni fría, ni alta ni baja, ni rica ni pobre.
Así que en mis ensoñaciones de veraneante solitario me decidí por los crumpets, nobles de cuna también, british y dieciochescos, pero rematados con mermelada, que por muy alto que se tire tiene unas tarifas más adecuadas a mi poder adquisitivo.

Los crumpets se clasifican dentro de una categoría que bien se podría bautizar como “a todo se le puede llamar pan”. Pero es que es pan, con su levadura y su fermentación, por mucho que los preparemos en jarra y no vayan al horno. En el fondo, tienen un aire de familia con las clásicas tortitas, aunque con una presencia más contundente -no son pesados- y más en la línea de una época en la que los corsés se hacían con barbas de ballena.

El único truco de estos inventos, que lo mismo se disfrutan de merienda que en el desayuno, está en disponer de una buena plancha (vale de hierro fundido, de acero, de aluminio o, si se carece, una sartén de fondo grueso) y conseguir la temperatura adecuada. Los crumpets han de quedar más morenos por un lado que por el otro, pero no interesa achicharrarlos, porque son pan, y como tal han de subir de volumen en la plancha. Con mucha caña, se queman, y sin calor suficiente, suben mal. Así que no hace falta que la plancha humee, y será bueno que si la tienes muy alta, le bajes algo el fuego cuando viertas la masa en los aros.

Cómetelos calientes y, si te sobran, caliéntalos de nuevo, por la cara más pálida, en la plancha o la sartén, no en el tostador, porque se secan mucho.

Los crumpets tienen algo, no sé qué, que aún siendo de clase media se siente, al comerlos, el impulso irrefrenable de saludar como la reina de Inglaterra, que seguro que los trasegaba en tiempos en grandes cantidades. No te preocupes, esa sensación se pasa con la llegada del recibo de la luz o de la letra de la hipoteca, así que no hay peligro.

receta de crumpets

Crumpets: la merienda de la reina

Crumpets: crepes gruesas inglesas de masa fermentada con levadura. Tienen una textura esponjosa y un sabor único gracias a la fermentación. Estas tortitas se sirven tradicionalmente tostadas y untadas con mantequilla o mermelada. Los crumpets son un clásico desayuno británico y una delicia para disfrutar en cualquier momento del día.
4 de 4 votos
Tiempo de preparación 25 min
Tiempo de cocción 15 min
Tiempo total 40 min
Plato Desayuno, Merienda
Cocina Inglesa
Raciones 10 crumpts de 8 centímetros de diámetro cada uno
Calorías 83 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

  • 1 plancha de cocina (vale una sartén de fondo grueso o la Celsius, si la tienes, poniéndola sobre el fuego)
  • aros metálicos de cocina opcionales
  • 1 espátula de acero para darles la vuelta
  • unas cucharillas medidoras
  • 1 varillas de cocina

Ingredientes
  

Elaboración paso a paso
 

  • En un bol o en una jarra metálica echa la harina tamizada, el azúcar y la levadura. Añade el agua y la leche. Si esta última la sacas de la nevera, caliéntala un poco hasta que esté a temperatura ambiente. Mezcla la masa con las varillas hasta que quede homogénea, tapa con papel film y deja fermentar dos horas o hasta que doble su volumen.
  • Vierte sobre la masa la sal y el bicarbonato y mezcla otra vez. La masa deberá quedar con la textura de un gel denso. Si está demasiado sólida, échale unos gramos de agua. Ha de quedar fluida, no líquida.
    textura de la masa de crumpets
  • Déjala reposar unos minutos, el tiempo que te lleve calentar la plancha, a fuego suave, hasta que coja temperatura pero sin llegar a echar humo. Pinta la plancha con mantequilla o, si lo prefieres, con aceite de girasol. Si usas aros, úntalos bien por dentro con mantequilla y ponlos sobre la plancha para que, con ella, vayan cogiendo calor.
  • Con la plancha ya caliente (puedes echar en una esquina una cucharadita de masa y probar si se empieza a hacer) vierte con la jarra en cada aro (si no los usas, directamente sobre la plancha) un poco de masa, con medio centímetro de altura o algo más, llega. Si no tienes jarra, usa un cucharón de sopa.
    Crumpets en los aros
  • Si no tienes aros, puedes hacerlos sin ellos, aunque te quedarán más planos.
    Crumpets directamente en la sartén, sin aros
  • Deja que se hagan entre 6 y 8 minutos por el mismo lado, si ves que se doran demasiado, baja el fuego. Cuando la masa suba y se llene de agujeros (milagros del bicarbonato) será el momento de darles la vuelta con la espátula. Hazlos por el otro lado un par de minutos y sírvelos calientes. Con mantequilla y mermelada encima te quedarán regios. Si te sobran, los puedes recalentar por la cara más pálida sobre la plancha.

NUTRICIÓN

Calorías: 83kcalCarbohidratos: 17gProteina: 2gGrasa: 0.2gGrasa saturada: 0.04gGrasa polinsaturada: 0.1gGrasa monosaturada: 0.03gSodio: 86mgPotasio: 26mgFibra: 1gAzúcar: 0.1gVitamina C: 0.001mgCalcio: 4mgHierro: 1mg

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Habláis vosotr@s

Receta de brioche festivo sin huevo de Nadia Castro

Receta de brioche festivo sin huevo de Nadia Castro


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Receta de brioche festivo sin huevo de Nadia Castro

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Esta receta nos la envía Nadia Castro, que se presenta así:

Soy funcionaria y mamá de un peque de cuatro años con alergia al huevo. Siempre me ha gustado mucho cocinar, pero el gusanillo del pan no me picó hasta hace un par de años.

Tras ocho años de alquiler en un piso que no tenía horno, conseguí traslado a la ciudad en la que ya me quiero quedar, y un flamante horno nuevo con el que estoy recuperando todo el tiempo perdido. Con el gusanillo del pan, vino también el mundo de la masa madre, y al comprarme la amasadora empecé a animarme con otras masas.

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Además, con la alergia del niño toca adaptar las recetas para que él también pueda disfrutar de un buen dulce casero. Con los bizcochos me va muy bien el aquafaba, que no es otra cosa que agua de cocer legumbres muy reducida. Con las masas levadas también funciona bien, aunque para éstas uso más el yogur griego como sustituto.

Esta receta nace de esas adaptaciones, así como de mi pasión por la combinación de arándanos y naranja. Uso naranja escarchada casera, pero se puede perfectamente utilizar la comercial. El sirope de naraja es el resultante de preparar esta naranja escarchada, si no se tiene se puede hacer calentando zumo de naranja con el doble de su peso de azúcar, hasta que empiece a espesar (como si fuese un almíbar). También se podría sustituir

La receta lleva algo de tiempo, pero sólo es planificación, y merece mucho la pena. El resultado es un bollo tipo brioche muy esponjoso y aromático, no excesivamente dulce y apto para alérgicos e intolerantes al huevo.


Receta de brioche sin huevo

Receta de brioche festivo sin huevo de Nadia Castro

Brioche sin huevo: Una variante de este popular pan francés que prescinde de los huevos en su receta. A pesar de ello, se logra obtener una textura ligera y esponjosa. El brioche sin huevo es una opción deliciosa para aquellos que prefieren una versión libre de huevos en su panadería casera.
4.50 de 2 votos
Tiempo de preparación 40 min
Tiempo de cocción 35 min
Tiempo de reposo 12 h 30 min
Tiempo total 13 h 45 min
Plato Acompañamiento, Desayuno, Merienda
Cocina Francesa
Raciones 1 brioche
Calorías 2878 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Para el relleno:

  • 75 g naranja escarchada  (yo la preparo casera, pero se puede utilizar la comprada) o mezcla de fruta confitada.
  • 120 g arándano deshidratado ecológico El Amasadero
  • 30 g sirope de naranja (se puede sustituir por el mismo peso de ron)
  • 20 g ron tostado

Para el prefermento:

Para la masa:

Elaboración paso a paso
 

  • Empezamos dos días antes poniendo en un frasco los arándanos, el sirope de naranja y el ron. Cerrar, agitar bien y dejar que se vayan hidratando y aromatizando durante los dos días siguientes, agitando de vez en cuando (cuando nos acordemos, no es imprescindible) para que se empapen por igual.
  • La noche anterior se prepara el prefermento, mezclando todos los ingredientes del mismo en otro frasco, que se deja cerrado a temperatura ambiente durante toda la noche.
  • A la mañana siguiente, mezclar en la amasadora el prefermento y todos los ingredientes de la masa excepto la mantequilla. Una vez bien integrados, añadir la mantequilla y amasar hasta que el gluten esté bien desarrollado. Se pueden intercalar amasados cortos con períodos de reposo, y por supuesto se puede amasar a mano. Agregar los arándanos (me gusta cortarlos a la mitad con una tijera, pero se pueden echar enteros), el líquido que haya quedado en el frasco (no será mucho) y la naranja escarchada, picada pequeñita. Seguir amasando hasta que todo esté bien integrado en la masa.
  • Bolear, colocar en un bol engrasado con aceite o mantequilla, tapar bien y dejar levar durante unas dos horas y media o casi tres (el tiempo dependerá de la temperatura ambiente). Yo lo dejo en el interior del horno apagado, con la luz encendida.
  • A continuación desgasificar un poco, con suavidad, bolear nuevamente y, si el molde es de corona como el mío, hacer un agujero en el medio, agrandándolo con delicadeza y ayudándonos del propio peso de la masa, y acomodarla en el molde previamente engrasado. Para otro tipo de molde, sea alargado o redondo, se puede dividir la masa en varias bolas y acomodarlas en él.
  • Tapar bien para que no se reseque la masa, y dejar levar otra vez durante una hora y media o casi dos, de nuevo el tiempo dependerá de la temperatura ambiente. Deberá doblar o incluso casi triplicar volumen.
  • Hornear durante 30-35 minutos colocando el molde sobre la rejilla a media altura, en el horno precalentado a 170ºC, calor arriba y abajo, tapándolo con papel de aluminio los últimos 10-15 minutos si la superficie se empieza a dorar demasiado. Esperar 5-10 minutos antes de desmoldar y dejar que siga enfriando sobre una rejilla.

Notas

Aguanta tierno varios días bien envuelto o en recipiente hermético. También se puede racionar y congelar, para después descongelar a temperatura ambiente.

NUTRICIÓN

Calorías: 2878kcalCarbohidratos: 534gProteina: 62gGrasa: 53gGrasa saturada: 29gGrasa polinsaturada: 4gGrasa monosaturada: 12gGrasa Transgénica: 2gColesterol: 124mgSodio: 3136mgPotasio: 1832mgFibra: 32gAzúcar: 119gVitamina A: 1557IUVitamina C: 47mgCalcio: 340mgHierro: 26mg

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Conceptos básicos

¿Cuánta agua le pongo a esta harina?

¿Cuánta agua le pongo a esta harina?


Valoraciones: 185 Comentarios

¿Cuánta agua le pongo a esta harina?

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Aquí un grave problema por el que hemos pasado todos los que empezamos en esto del pan. Le tengo cogido el punto a un pan que repito habitualmente, pero como soy un ser humano, hay días en los que me apetece variar y no comer siempre lo mismo. Entonces pruebo a mezclar un poco las harinas que tengo por casa para darle un toque y, sorpresa, el pan de siempre se me convierte en un ladrillo.

Esto ocurre sobre todo cuando usamos harinas integrales y no variamos la cantidad de agua que les ponemos. Alguna miga tengo hecho que me valdría como suela para unas zapatillas deportivas. Aquí los trucos para mantener, más o menos, un resultado similar variando las harinas integrales más comunes.

La referencia es  un pan básico, con 500 gramos de harina y 300 de agua (un 60 % de hidratación). Lo que quiero ahora es ponerle 200 gramos de harina integral de trigo (o integral de espelta) en lugar de la misma cantidad de harina blanca. Es decir: 300 de harina panadera, 200 de integral y el agua correspondiente. Vamos al líquido. La harina blanca mantiene la misma proporción, el 60 %, así que por esos 300 gramos de panadera le tocan 180 de agua. Lo que cambia es la integral, que como absorbe más, requiere más líquido. En este caso le vamos a poner un 75 %, es decir, 150 gramos para los 200 de blanca.

La suma de la receta nos queda: 300 gramos de panadera, 200 de integral y 330 de agua.

Si en vez de integral de trigo queremos sustituir la panadera blanca por integral de centeno, pues todavía hay que ponerle más agua, en este caso un 100 %, es decir, el mismo peso de líquido que de harina. Si al pan anterior le ponemos centeno integral en lugar de trigo integral, el agua en total sube hasta los 380 gramos (180 por la harina blanca y 200 por la de centeno).

Esta tabla te puede echar una mano para ver las cantidades de agua necesarias para cada tipo de harina si lo que buscas son equivalencias.

HARINAS Panadera (blanca de trigo) Integral trigo/espelta Integral de centeno
1.000 gramos 600 gramos de agua 750 gramos de agua 1.000 gramos agua
500 gramos 300 gramos de agua 375 gramos de agua 500 gramos de agua
250 gramos 150 gramos de agua 188 gramos de agua 250 gramos de agua

En la foto de abajo puedes ver lo que pasa si no varías el agua: a la izquierda, un pan blanco con un 60 % de agua, en el medio, un pan con idéntica cantidad de agua, pero que incorpora una parte de harina integral de trigo, y a la derecha, un pan con una parte de trigo integral pero con la cantidad de agua corregida: ya ves lo que te juegas si no varías las proporciones de agua.

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¿Cuánta agua le pongo a esta harina?

Este artículo resuelve una de las dudas más comunes en la elaboración del pan: ¿cuánta agua debo añadir a la harina? Se explica cómo calcular la hidratación necesaria en función del tipo de pan que se quiera hacer y se proporciona una tabla de hidratación recomendada para cada tipo de pan. Además, se ofrecen consejos prácticos para ajustar la cantidad de agua en función de factores como la temperatura o la calidad de la harina.
4.29 de 28 votos
Tiempo de preparación 2 h 3 min
Tiempo de cocción 40 min
Tiempo de reposo 1 h 45 min
Tiempo total 4 h 28 min
Plato Plato principal
Cocina Mediterránea
Raciones 1 hogaza de 800 gramos
Calorías 1784 kcal

Ingredientes
  

Elaboración paso a paso
 

  • Mezcla todos los ingredientes en un bol y amasa a mano durante tres minutos. Tapa el bol y deja reposar unas dos horas, hasta que haya aumentado visiblemente el tamaño.
  • Saca la masa del bol, apriétala un poco con las manos para quitarle elgas y dale forma. En redondo o alargada, como más te guste. Déjala en un paño de lino de panadero bien enharinado (o si no lo tienes, en un paño de cocina grande enharinado), tapada con el propio paño, otra hora y media.
  • Con una cuchilla hazle un corte en la parte superior y mete el bollo o la barra en el horno precalentado a 250 grados (por arriba y por abajo, sin ventilador). Mejor con plancha Celsius y en todo caso siempre en la bandeja inferior del horno.
  • Pasados 15 minutos bájale la temperatura a 220 grados (para que no se queme). Quince minutos después (o sea, 30 minutos desde que empezaste) abre la puerta del horno un poco (con una cuchara de palo) para que salga el vapor y se forme la corteza, y déjalo 10 minutos más así.
  • Si al sacar el bollo ves que todavía no está hecho o te gusta una corteza más gruesa, baja la temperatura a 170 grados y déjalo así 10 minutos más.

NUTRICIÓN

Calorías: 1784kcalCarbohidratos: 377gProteina: 55gGrasa: 7gGrasa saturada: 1gGrasa polinsaturada: 3gGrasa monosaturada: 1gSodio: 3129mgPotasio: 1068mgFibra: 31gAzúcar: 2gVitamina A: 9IUCalcio: 116mgHierro: 20mg

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Habláis vosotr@s

Galletas ‘Ronetti’ de Ana Bolívar

Galletas ‘Ronetti’ de Ana Bolívar


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Galletas ‘Ronetti’ de Ana Bolívar

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Esta receta es de Ana Bolívar (puedes seguirla en Instagram), que se presenta así:

Soy organizadora de catas de vinos de día, estudiante de un Master en politica alimentaria de noche y panadera en casa los fines de semana.

Yo siempre supe que un buen bocadillo es mi comida favorita (un serranito, si puede ser), pero en Londres cuando descubrí los panes de masa madre, me obsesioné con comprar y hacer pan casero. Que momento más maravilloso fue saber que se podía hacer pan en casa. Agua, harina, sal, al horno y ¡alá! tienes un alimento riquísimo, nutritivo, con una gran carga cultural, histórica y política.

Mi obsesión son los panes de diferente regiones del mundo, saber de su historia y saber con qué es típico comérselos. Y ya que lo estudio, también los cocinó y me los como, claro. Y las croquetas, la croquetas buenas me vuelven loca.

Mi visión para el futuro es ayudar a que respetemos el mundo en el que vivimos y los alimentos juegan una gran parte en este. Siendo consumidores cultos, bien informados, podemos tomar mejores decisiones para nuestra salud, la del suelo, granjeros, artesanos, nuestra comunidad y de La Tierra. Solo buscando los mejores productos encontramos las mejores prácticas y valores. Para mí no hay plan B.

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Yo divido las personas en dos categorías: aquellos que disfrutan de la comida lo más grande, o aquellos que se alimentan para sobrevivir. Yo del segundo grupo no me fío ni un pelo.

Para aquellos que saben apreciar los pequeños grandes placeres de la vida, he creado esta receta de galletas ‘Ronetti’. Diréis vosotros, nunca he escuchado hablar de esas galletas, claro que no, me acabo de inventar el nombre. Me he basado en las deliciosas nubes de almendra que los italianos llaman Amaretti, hechas con Amaretto, un licor de almendras. Como he supuesto que este licor brilla por su ausencia en la mayoría de nuestras despensas, lo he sustituido por ron. Mis compañeros de trabajo dijeron que esta decisión fue un gran acierto, cuando las cociné para ellos.

Es muy importante apoyar la compra y venta de almendras españolas. Nuestros almendros aún se plantan en secano y zonas marginales, teniendo un menor impacto medioambiental que otros grandes países productores de almendras, como Estados Unidos, donde el regadío es fuertemente implementado, produciendo 5 veces más que nosotros, pero claro ¿A qué precio? Y no hablo del monetario.


Recetas de galletas amaretti con ron

Galletas ‘Ronetti’ de Ana Bolívar

Receta de galletas caseras aromatizadas con ron
Aún no hay valoraciones
Tiempo de preparación 30 min
Tiempo de cocción 15 min
Tiempo total 45 min
Plato Desayuno, Merienda
Cocina Creativa
Raciones 16 galletas
Calorías 103 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Para la masa de las galletas

  • 3 claras de huevo
  • 230 g harina de almendra ecológica El Amasadero
  • 80 g azúcar de caña mascobado ecológico (o 120 gramos de azúcar blanco si prefieres un sabor más suave)
  • ¼ cucharadita extracto de vainilla
  • 30 ml ron (o Amaretto, brandy…)
  • 1 ralladura de un limón (opcional, si te apetece darle un toque más refrescante)

Para espolvorear las galletas

  • 2 cucharadas azúcar
  • 2 cucharadas azúcar glas ecológico

Elaboración paso a paso
 

  • Calentar el horno a 170 grados. Ponemos el papel de hornear en dos bandejas.
  • Usando las varillas eléctricas o manuales, bate las claras de huevos en un bol hasta que esté a punto de nieve.
  • Coge dos platos pequeños. En uno debes tener el azúcar blanco y en el otro el azúcar glas.
  • Añade la harina de almendra, el azúcar Mascovado, el extracto de vainilla, la ralladura de limón y el ron (o licor que hayas elegido).
  • Mézclalo gentilmente. La masa una vez mezclada tiene que tener una textura con la que puedas formar una bola en tu mano y sea un poco pegajosa. La bola deberá pesar unos 35 gramos.
  • Con la ayuda de una cuchara, coge un trozo de la masa, y con tus manos forma una bola. Pasa la bola por azúcar blanco, y acto seguido por azúcar glas. Pon la bolita en la bandeja. Repite este paso hasta que hayas acabado con la masa. Recuerda de dejar al menos dos centímetros entre galleta y galleta, ya que las estas se expanden mientras se hornean.
  • Usa tus dedos para apretar las galletas solo un poco, y mételas en el horno durante alrededor de 15 minutos. En cuanto el color empiece a cambiar de blanco a bronceado, puedes sacarlas.
  • Una vez sacadas, transfiere las galletas una rejilla para enfriar al menos 5 minutos. Sí, solo 5 minutos más, tú puedes.

Notas

Muy importante pasar las bolas de masa por azúcar blanca antes que por azúcar glas. Ya que el azúcar blanco previene el azúcar glas de meterse en la masa, para darle un mejor aspecto decorativo.
Recuerda de usar las yemas de los huevos, como para hacer una salsa holandesa.
Se pueden servir templadas o frías.
Estas ‘Ronetti’ son perfectas para regalo si se meten en un tarrito de cristal.

NUTRICIÓN

Calorías: 103kcalCarbohidratos: 9gProteina: 4gGrasa: 7gGrasa saturada: 1gGrasa polinsaturada: 0.001gSodio: 9mgPotasio: 11mgFibra: 2gAzúcar: 6gVitamina A: 2IUVitamina C: 1mgCalcio: 32mgHierro: 1mg

Categorías
Masas dulces Masas hojaldradas Repostería tradicional

Kouign Amann

Kouign Amann


Valoraciones: 6 Comentarios

Kouign Amann

Valoraciones: 6 Comentarios

Ahora que vivimos sometidos al imperio de lo light, declinan las viejas glorias hace años pujantes portadoras del cetro. Churros, porras, buñuelos y otras excelsas masas palidecen a la sombra de sujetos presuntamente más ligeros.

Es la misma tendencia que ha eliminado la merienda como vocablo de la nueva gastronomía, relegada, en el mejor de los casos, a alimento de niños. Me queda como consuelo contemplar a los veteranos de mi ciudad abarrotando las buenas churrerías a la hora del desayuno y de la extinta merienda.

El Kouign Amann, sin ser una masa frita, va en esa línea. Pan, azúcar y mantequilla: una oda a los desayunos de domingo y las tardes de otoño ante una taza de chocolate. Esta receta bretona nacida en el siglo XVIII te servirá, además, para ir cogiendo práctica si te dispones a enfrentarte al hojaldre. También aquí tendrás que hacer pliegues, pero en este caso es mucho más rápido y sencillo. El Kouign Amann es más tosco, menos urbanita y menos perfecto en su acabado que la célebre masa pastelera, pero tiene un punto de sinceridad, de nobleza, un sabor nacido antes de las redes sociales y de la alta cocina que, como los churros de los mayores de mi barrio, tira de la nostalgia. Por ellos va el Kouign Amann. Bueno, y por mí y por todos mis compañeros, porque esto es un vicio.


Receta de kouign amann o quinaman

Kouign Amann: Un dulce tradicional de Bretaña. El Kouign Amann es una deliciosa combinación de masa de pan, mantequilla y azúcar. Se elabora con capas de mantequilla y azúcar que se doblan y se hornean hasta que el azúcar caramelizado se derrite y forma una capa crujiente en el exterior. El interior es suave y tierno. Cada bocado de Kouign Amann es una explosión de sabores dulces y salados que hacen de este pastel una verdadera delicia.
4 de 5 votos
Tiempo de preparación 35 min
Tiempo de cocción 35 min
Tiempo de reposo 10 min
Tiempo total 1 h 20 min
Plato Desayuno, Merienda, Postre
Cocina Francesa
Raciones 1 pieza de 600 gramos
Calorías 2969 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Elaboración paso a paso
 

  • Primero preparamos la masa de pan mezclando en un bol la harina, el agua, la levadura y la sal. Amasamos brevemente y dejamos reposar cinco minutos para volver a amasar. Repetimos el proceso una vez más y formamos una bola que dejamos reposar, en el bol tapado, durante dos horas y media o hasta que doble de volumen.
  • Estiramos la masa con el rodillo hasta crear un círculo de masa fina. No hace falta que sea como el papel, porque podría romperse. Que te quede más o menos del tamaño de una pizza grande. Enharina la mesa para evitar que se pegue.
  • Saca la mantequilla de la nevera y sobre la encimera aplánala con el rodillo hasta obtener un círculo de aproximadamente la mitad de diámetro del que has hecho con la masa de pan. Pon el disco de mantequilla en el centro y vierte sobre este el azúcar, de modo que solo cubra la parte de mantequilla.
  • Dobla los bordes que sobresalen de la masa para dejar la mantequilla bien envuelta. Dobla al medio ese nuevo círculo y estíralo con el rodillo dándole forma de rectángulo. Si ves que se pega a la mesa o al rodillo, enharina.
  • Cuando lo hayas estirado pliégalo de nuevo en tres (como un folleto) y vuelve a estirar con el rodillo para repetir el plegado dos veces más.
  • Tras ese último plegado aplana ligeramente con el rodillo dándole una forma circular. No hace falta un acabado muy logrado, es más, una apariencia algo tosca le va a venir bien.
  • Coge el molde redondo y úntalo con mantequilla. Sobre ella espolvorea un poco de azúcar con los dedos. Si el molde no es antiadherente ponle papel de horno. Introduce la masa en el molde, haz unos cortes y pinta la superficie con leche.
  • Mételo en la bandeja media del horno, precalentado a 180 grados. Déjalo 35 minutos y sírvelo.

Notas

Si no tienes a mano mantequilla semisalada, coge mantequilla normal, deja que ablande fuera de la nevera, añádele un poco de sal y mézclala con una cuchara de madera. Vuelve a meterla en la nevera y la tendrás lista.
El Kuign Amann está mejor caliente o tibio. Si te sobra, puedes calentarlo unos minutos en el horno antes de servirlo. No es imprescindible, frío también vuela del plato.
Si no te gusta el punto caramelizado, no espolvorees el molde con azúcar. Se hace tanto con ella como sin ella, al gusto.

NUTRICIÓN

Calorías: 2969kcalCarbohidratos: 360gProteina: 23gGrasa: 165gGrasa saturada: 103gGrasa polinsaturada: 7gGrasa monosaturada: 42gGrasa Transgénica: 7gColesterol: 430mgSodio: 2849mgPotasio: 279mgFibra: 6gAzúcar: 200gVitamina A: 4998IUCalcio: 86mgHierro: 10mg

Categorías
Pan sin amasado

Pan de centeno 100 % para vagos y maleantes

Pan de centeno 100 % para vagos y maleantes


Valoraciones: 82 Comentarios

Pan de centeno 100 % para vagos y maleantes

Valoraciones: 82 Comentarios

De Alemania hacia arriba se ve que tienen un miedo cerval a que se les caiga la mermelada por los agujeros de las tostadas. Solo así se explica la pasión por crear panes de miga tan tupida que no solo no dejan pasar las confituras, sino que yo creo que alguno es directamente impermeable. En mis incursiones fuera del trigo encontré en el centeno integral un motivo de dicha frecuente por varios motivos, uno de ellos es que en casa se ha convertido en uno de los preferidos para los desayunos, y otro es que si no tienes tiempo para largos y complejos procesos panaderos, el centeno 100 % da mucho juego. Además, nutricionalmente la harina de centeno integral es una maravilla. Confieso que este último asunto a mí personalmente tampoco me quita el sueño, porque desconozco la calidad nutricional de los chicharrones que le pongo encima, y aunque sospecho que no son un alimento excelente, se los voy a seguir aplicando.

Avancemos. Hay muchas formas de preparar pan con centeno pero esta que aquí dejo está diseñada especialmente para gente con poco tiempo disponible, para panaderos amateurs empezando en esto de la harina y directamente para vagos y maleantes que quieren dar uso al horno sin matarse demasiado. Tiene la inmensa ventaja de que además es fácil de memorizar y no hace falta andar repasando recetas. Por no tener, no tienes ni que amasar, porque basta con mezclarlo todo bien, meterlo en un molde y esperar unas horas antes de llevarlo al horno. Aquí dejo la versión para vagos supremos con levadura, pero también existe otra para vagos a secas con masa madre que comento, para no liarme mucho, al final del texto.

En este pan la cantidad de agua es idéntica a la de harina, así que no son necesarias ni reglas de tres ni calculadoras. Medio kilo de harina, medio de agua. Y listo. Para la sal y la levadura también hay reglas, claro. Yo por cada medio kilo de harina suelo poner 10 gramos de sal. En cuanto a la levadura ponle siempre poca. Yo suelo emplear 2 gramos por medio kilo de harina. Como imagino que no tendrás una báscula de precisión en casa, te recomiendo que te hagas, si no lo tienes, con un set de cucharillas medidoras. La de 1/2 equivale, más o menos, a 2 gramos.

Si eres algo vago o tienes prisa pisas tierra firme con este pan: no solo te ahorrarás amasados, plegados, segundas fermentaciones y formados, sino que no te hará falta ni mirar la receta.

Amasadora Ankarsrum

Pan de centeno 100 % para vagos y maleantes

Receta de pan integral de centeno sin amasado para la gente que no tiene tiempo para hacer pan.

3.57 de 37 votos

Tiempo de preparación 20 min
Tiempo de cocción 50 min
Tiempo de reposo 3 h
Tiempo total 4 h 10 min

Plato Acompañamiento, Pan
Cocina Panadería casera

Raciones 1 pan de 1 kg
Calorías 1747 kcal

Ingredientes

  

Elaboración paso a paso

 

  • Mezcla todos los ingredientes en el bol y remueve bien con una cuchara de madera. No necesitarás amasar, porque verás que el resultado es más una pasta que una masa.
  • Unta el molde con mantequilla. No le pongas aceite porque la harina lo absorbe y corres el riesgo de que se pegue. Vierte la mezcla en el molde empujando levemente y alisando la superficie con la rasqueta. Para que no se te pegue la rasqueta, mójala debajo del grifo. Espolvorea la superficie con un poco de harina de centeno integral.
  • Tapa el molde o mételo en una bolsa y deja fermentar aproximadamente tres horas. El centeno no subirá mucho, pero sí apreciarás un cierto crecimiento. Cuando la superficie esté abombada y empiece a agrietarse estará listo.
  • Precalienta el horno a 250 grados. Si tienes una Celsius, úsala. Cuando el horno esté bien caliente mete el pan lo más cerca posible de la placa base.
  • Con un vaporizador rocía un poco las paredes del horno con agua, y si no tienes uno, salpica algo con los dedos.
  • Mete el pan en el horno y hornea 10 minutos a 250º.
  • Baja la temperatura a 230 grados y déjalo otros 30 minutos más.
  • Saca el pan del horno, desmóldalo, vuelve a meterlo ya sin el molde, abre un poco la puerta del horno (ponle una cuchara de palo para mantenerla un poco abierta) para permitir que salga el vapor y se forme la corteza y sigue horneando así durante 10 minutos más.
  • Sácalo del horno y déjalo enfriar sobre una rejilla.

NUTRICIÓN

Calorías: 1747kcalCarbohidratos: 377gProteina: 55gGrasa: 8gGrasa saturada: 1gGrasa polinsaturada: 3gGrasa monosaturada: 1gSodio: 3911mgPotasio: 1876mgFibra: 59gAzúcar: 6gCalcio: 138mgHierro: 13mg

Categorías
Masa madre

Pan de campagne

Pan de campagne


Valoraciones: 40 Comentarios

Pan de campagne

Valoraciones: 40 Comentarios

Hace unas semanas me di una vuelta por Alsacia, un bello enclave francés entregado al chucrut y donde el monumento gastronómico por excelencia es el Kügelhopf (que aquí ya hemos hecho y nada tiene que envidiar a los de allá). Para mi pasmo, los alsacianos tienen más boulangeries que nosotros bares, y aunque abusan de las masas enriquecidas con mantequilla, mantienen bien la línea. No me contaron el secreto. Más allá de darle al brioche, los franceses tienen también un amor especial por el pan y adoran el elaborado con masa madre. Así que además de comprobar sobre el terreno que está realmente bueno (y si le pones encima alguno de sus variados y excelsos quesos, ni te cuento), me traje literatura especializada para compartir la experiencia. La siguiente receta del pan de campagne la firman Casper André Lugg y Martin Ivar en su libro Pain au Levain (editorial Marabout).

Como panadero amateur sabrás que el mundo se divide en dos grandes categorías: los maniáticos de la masa madre y los que no lo son. Mi masa madre y yo, creo, no somos de los raritos, pero esta vez le pedí permiso para hacer la que explicaban los autores. Honestamente, si no tienes tiempo para tal experimento puedes usar la tuya.

El de campagne es un pan rústico, de corteza algo rojiza y con una masa de las divertidas, hidratada y delicada. La verdad es que es un pan muy hipster, de esos que dan ganas de pasear en bicicleta colgado de una bolsa de arpillera, apreciando en el camino el aroma de los campos de lavanda, un pan más de mañana que de tarde, de brisa fresca y de domingo. Aturdido por tanta evocación poética pensé en sacarlo de paseo, pero en mi barrio me devolvió a la realidad el ruido de los camiones y de las máquinas del puerto. Si por aquí pasaran golondrinas se las comerían las gaviotas. Así que al final me quedé en casa en un mano a mano con mi pan de campaigne, ayudado en la refriega por un memorable queso de cabra francés y unas copas de riesling. Eso sí que es pura poesía.


Receta de pan de campagne con masa madre

Receta de pan de campagne

El pan de campagne, o pan de campo, es un pan rústico y tradicional francés. Se caracteriza por su corteza crujiente y su miga densa y llena de sabor. Se elabora con harina de trigo, agua, levadura, sal y, en algunas ocasiones, con masa madre para darle más profundidad de sabor. La masa se amasa y se deja fermentar lentamente para desarrollar su sabor característico. Después se hornea a alta temperatura para obtener una corteza dorada y crujiente. El pan de campagne es ideal para acompañar quesos, embutidos y todo tipo de platos rústicos.
4.67 de 6 votos
Tiempo de preparación 50 min
Tiempo de cocción 40 min
Tiempo de reposo 8 h 40 min
Tiempo total 10 h 10 min
Plato Acompañamiento, Pan
Cocina Francesa, Panadería casera
Raciones 1 hogaza de un kilo
Calorías 2762 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Para la masa final:

Elaboración paso a paso
 

Masa madre (si vas a usar la tuya, sáltate este apartado)

  • Mezcla 50 gramos de harina integral de centeno con 80 gramos de agua a 30 grados y deja reposar uno o dos días en un lugar tibio en un tarro de cristal tapado.
  • Al segundo o tercer día la masa presentará burbujas y habrá empezado a crecer (si no es así, espera un día más). No deseches nada, pasa todo a un tarro más grande y suma 50 gramos más de harina de centeno integral y 80 de agua a 30 grados.
  • Al día siguiente repite los pasos del punto 2 en otro tarro nuevo. El volumen habrá subido considerablemente.
  • Al día siguiente tendrás que tener una masa madre bastante líquida y llena de burbujas. En un tarro limpio vierte 50 gramos de esa masa y añade otros 50 de harina de centeno integral y 80 de agua a 30 grados. Desecha el resto.
  • Tras otras 24 horas. En un tarro vierte 30 gramos de la masa madre y añade 50 de harina de centeno integral, 25 de harina panadera ecológica y 25 de harina panadera integral. Súmale 130 gramos de agua a 30 grados. En doce horas debería estar lista para elaborar pan.

El pan de campagne

  • Prepara los 100 gramos de fermento mezclando 40 gramos de masa madre lista para usar con 30 gramos de agua tibia, 15 de harina panadera y 15 de centeno integral. Cubre y deja reposar cuatro horas.
  • Vierte el fermento en un bol y añade 320 gramos de agua tibia. Cuando esté más o menos disuelto, añade las harinas y amasa con las manos dentro del bol llevando los extremos hacia el centro. Cubre y deja reposar una hora.
  • Esparce la sal sobre la masa y amasa. Puedes hacerlo en bol como en el paso anterior o sobre la mesa con un amasado francés. Ten en cuenta que esta masa es bastante líquida. Deja reposar media hora.
  • Dentro del bol o en una cubeta de fermentación, estira la masa cogiéndola por un lado y doblándola sobre sí misma a la mitad (una cubeta de fermentación es muy cómoda para plegar la masa). Repite este plegado seis veces. Deja reposar media hora y repite la operación, dejándola reposar otra media hora más después.
  • Pon la masa sobre la mesa enharinada y dale forma de bola con los pliegues hacia abajo. Puedes doblarla sobre sí misma cogiéndola desde abajo con una rasqueta para facilitar la operación. Déjala reposar diez minutos y mientras prepara el banetón, enharinándolo bien (con harina panadera o integral, la que gustes) para evitar que se pegue.
  • Pliega la masa un par de veces estirando y doblando hacia el centro y métela en el banetón, cubriéndola, para completar la fermentación. Le harán falta dos horas, algo más o algo menos dependiendo de la temperatura de tu cocina. Tiene que crecer sensiblemente de volumen.
  • Precalienta el horno a 240 grados. Si tienes una olla de hierro fundido métela también para que se caliente. Cuando el horno y la olla estén listos saca el recipiente y vuelca dentro el pan. Hazle unos cortes con una cuchilla. Ponle la tapa y reintroduce en el horno. A los 20 minutos retira la tapa y deja otros 20 minutos más a 230 grados. Los últimos 10 minutos puedes abrir un poco la puerta del horno con una cuchara de madera para eliminar el vapor. Si no tienes una olla de hierro fundido, mete en el horno un recipiente metálico para que se caliente (bandeja o rustidera sobre la placa base). Vuelca la masa sobre la bandeja inferior (mucho mejor si dispones de una Celsius), hazle unos cortes con la cuchilla y vierte en la rustidera media taza de agua caliente. Deja cocer a 240 grados durante 20 minutos. Pasado ese tiempo abre la puerta para liberar el vapor y déjalo 20 minutos, hasta que veas la corteza dorada. De nuevo, diez minutos antes, puede abrir un poco la puerta del horno con una cuchara de madera para que salga el vapor y facilitar así la formación de la corteza.

Notas

Si los volúmenes de masa madre te parecen excesivos (la verdad es que ocupan mucho espacio), divide las cantidades por la mitad.
En cuanto a la hidratación, la misma receta admite más agua, hasta un 85 %. Nosotros le hemos puesto 350 gramos, pero puedes subir hasta 425 sin variar el resto de ingredientes. Tendrás un pan más esponjoso, pero también más difícil de trabajar.
El banetón tiene que ser de pulpa de madera porque en los de mimbre las masas muy húmedas se pegan fácilmente, aunque también puedes usarlos con una funda o un trapo fino de cocina.

NUTRICIÓN

Calorías: 2762kcalCarbohidratos: 586gProteina: 84gGrasa: 10gGrasa saturada: 1gGrasa polinsaturada: 5gGrasa monosaturada: 1gSodio: 3909mgPotasio: 1756mgFibra: 52gAzúcar: 4gVitamina A: 7IUCalcio: 168mgHierro: 29mg

Categorías
Conceptos básicos

Pan y agua: cómo afecta la hidratación a la textura del pan

Pan y agua: cómo afecta la hidratación a la textura del pan


Valoraciones: 117 Comentarios

Pan y agua: cómo afecta la hidratación a la textura del pan

Valoraciones: 117 Comentarios

Jamás hubiera pensado que las matemáticas volvieran a mi vida por medio del pan, pero así fue. Tampoco es cosa de asustarse si uno es de letras, con desoxidar un poco la regla de tres te apañas en esto de la harina.

Si tes has metido hace poco en el mundo del pan verás que en algunas recetas aparecen cantidades rarísimas de agua. ¿Por qué poner 487 gramos? Uno puede pensar que los panaderos son unos maniáticos de la precisión, pero el asunto tiene que ver con lo que se llama porcentaje de panadero. Lo que hacen es medir todo en función de la harina. Así, la cantidad total de harina de una pieza representaría el 100 %, y en función de eso se establece el resto. Una masa hidratada al 60 % no significa otra cosa que por cada 100 gramos de harina van 60 de agua. Los 487 gramos de antes aparecen ahí porque en ese caso se usaron 750 gramos de harina y la masa estaba hidratada al 65 %, lo que supone 487,5 gramos de agua. Al principio puede parecer un poco raro medir así, pero realmente es mucho más cómodo recordar un porcentaje de un pan que a uno le gusta que cantidades raras. Además, con los porcentajes en la cabeza una puede hacer los panes de tamaño que quiera manteniendo fácilmente las proporciones.

Y en este punto entramos en el asunto de hoy, porque a muchos nos surge muchas veces la duda sobre cuál es la cantidad ideal de agua para hacer un pan determinado. ¿Por qué varían los porcentajes en las recetas? ¿Qué cambia al emplear uno u otro? ¿Es mejor con más o con menos agua? Empezando por la última: depende. Sí, soy gallego, pero me explico. Lógicamente hay recetas que requieren una cantidad u otra, como hay arroces caldosos y arroces secos. Pero vamos a un panes básico, ¿por qué el 63 % y no el 67 %? Aquí, en mi tierra, nos gustan los panes muy hidratados mientras que en tierras castellanas, por ejemplo, las migas suelen ser más secas y prietas. ¿Cuál es mejor? Ahí entran muchas veces los gustos personales. A mí, personalmente, me gusta más un vino de la Ribera del Duero que los tintos de Borgoña. ¿Son mejores los caldos españoles? No lo sé, seguramente mi paladar se formó en una tradición diferente y no voy a ser yo quien le diga a un vecino de Dijon que su vino es malo, para él sus tintos serán muy superiores a los nuestros y yo no tengo nada que objetar. En todo caso, lo mejor es probarlo todo y no me importaría, convenientemente capitalizado, dedicarme una temporada a catar más caldos borgoñones.

En el mundo del pan la cartera sufre bastante menos a la hora de hacer pruebas, y yo me puse a ello utilizando un básico de Jeffrey Hamelman (El Pan), su pan campesino. Solo que me metí en harina en modo jam session para hacer no uno, sino tres, todos iguales en tiempos de fermentación, masa madre, levadura y horneado, pero distintos en las cantidades de agua. Uno lo hice hidratado al 55 %, otro al 60 % y el tercero al 70 %. Uno y trino. Y aquí van los resultados de ese concierto en la cocina.

Amasadora Ankarsrum

Amasando. Los panes más secos requieren algo de paciencia para incorporar bien todos los ingredientes. Al final tendrás una esfera casi perfecta con una piel algo dura. El mismo trabajo con una masa al 60 % de agua es mucho más fácil y agradecido y obtendrás un acabado más terso. Si seguimos metiendo agua hasta el 70 % empiezan las dificultades, sobre todo si se es primerizo en esto. La masa será mucho más pegajosa y también más delicada y el amasado tradicional (recoger los bordes hacia el centro y estirar sobre la mesa) te servirá de poco. Son masas divertidas, pero requieren otra técnica, como el amasado francés, que consiste en coger la masa por un extremo con las dos manos, balancear la parte que cuelga proyectándola hacia delante y estamparla (sin violencia) sobre la mesa para plegar sobre esa parte la que sostenemos en las manos, repitiendo ese proceso con movimientos rápidos y precisos (para que no se nos pegue) un buen número de veces. Tampoco te mates, porque si dejas la mezcla reposar media hora en un bol se va amasando ella sola. Lógicamente, cuanto más hidratada es la masa, más difícil es de manipular. Con una muy seca casi puedes jugar al fútbol con la bola, mientras que una muy húmeda es mejor no manosearla demasiado.

Distintas hidrataciones tras el amasado

Fermentación. Las tres crecen, pero cuanta más agua, más desparrame y flaccidez, más se abomba la pieza. En el fondo es el mismo principio que rige los castillos de arena de la playa: a más agua más líquida es la mezcla y más complejo ganar altura.

Hidratación de la masa. Aspecto tras el primer fermentado.

Formado y horneado. Trabajar con masas secas o que no pasen del 65 % no tiene ninguna ciencia especial. Más difícil es con las muy húmedas. Sí hace falta más cuidado y para ellas, si no se tiene mucha práctica, son muy recomendables los banetones. Si no lo usas, emplea movimientos rápidos y precisos para mover la pieza, primero para pasarla a la pala y después para meterla en el horno. No queremos que se nos pegue o se desparrame. Sí, a veces sale mal y alguno tengo estampado contra el ventilador del horno, pero la vida es así.

Resultados. En las fotos de esta entrada se aprecia perfectamente cuál es la pieza más hidratada y cuál la que menos. La más esférica la que tiene menos líquido y la más aplastada la que lleva más agua. Verás que la miga es más prieta cuanta menos agua lleva y por el contrario tiene más ojos, es más alveolada, a mayor hidratación. También cambian las cortezas, más recia y homogénea la del 55 %.

Tres panes con distintos grados de hidratación

A catar. Fueron los tres a la mesa del desayuno para generar debate. A mí me gusta más el más hidratado, más ligero y algo más húmedo, pero mi hija, por ejemplo, se decantaba por el más seco. Creo que en su caso juzgaba haciendo trampa, porque sumaba a las virtudes la ausencia de agujeros por donde se pudiera colar la mermelada.

Lógicamente, no se puede hacer un pan candeal con mucha agua ni un bollo gallego con poca, pero bien vale la pena desmelenarse un día en una jam session panadera y hacer pruebas en casa, porque a lo mejor descubres que ese pan que no te decía ni fu ni fa gana al ponerle más agua, o menos. Al final hasta puedes encontrar el porcentaje exacto con el que más disfrutas amasando y que te resulta más resultón, ese número raro que no querrás variar en una temporada. A los maniáticos nos suelen pasar esas cosas. Y por si quieres probar suerte con el pan campesino de Hamelman, aquí va la receta.

Qué voy a necesitar

Ingredientes para 2 panes de 800 gramos

Para el preferemento:

Para la masa

  • Todo el prefermento anterior
  • 500 gramos de harina panadera ecológica El Amasadero
  • 380 gramos de agua (esta receta está hidratada al 68 %)
  • 9 gramos de sal
  • ½ cucharadita (≈2 gramos) de levadura seca de panadero

Paso a paso

  1. El día anterior mezcla los ingredientes del prefermento, amasa un poco y deja reposar en un bol cubierto a temperatura ambiente. Calcula unas 16 horas, algo menos si hace calor.
  2. Junta el resto de los ingredientes y vete añadiendo a trozos el prefermento durante el amasado. Deja fermentar unas dos horas o dos horas y media haciendo pliegues dos veces durante ese proceso. Si te olvidas de hacerlos, tampoco es un drama.
  3. Divide la masa en dos,  forma en redondo o en barra y dejar descansar en lino o banetón durante hora y media. Si va en el banetón acuérdate de dejarle las juntas hacia arriba, porque después le darás la vuelta.
  4. Hornea en un horno precalentado a 240 grados, si es sobre una Celsius, mejor, y si no, en la bandeja más cercana a la placa base. Con 35 minutos será suficiente.
Categorías
Masa madre

Grisines con masa madre

Grisines con masa madre


Valoraciones: 9 Comentarios

Grisines con masa madre

Valoraciones: 9 Comentarios

Si tes ha metido en esto del pan seguro que entiendes y hasta compartes esta dolorosa confesión. De mi horno han salido muchos y buenos panes (también malos, claro, pero de eso ya hablaré otro día) que siempre han sido motivo de alegría y hasta de orgullo. Pero aquel bollo maravilloso que compré una vez en la tienda de Dolores hace ya muchos años, aquel de sabor incomparable con aromas soberbios, justo ese, no lo conseguí copiar. Todavía, porque sigo intentándolo.

Si andas embadurnado en harinas ya habrás intentado emular esos panes que tanto aprecias y entenderás la frustración que supone no ser capaz de igualar al maestro, pero ten paciencia y recuerda que en Karate Kid había mucho muro que pintar antes de dominar la patada voladora o cómo se llame eso que hacía el chaval. Pero vamos con lo nuestro que me pierdo: tengo una buena noticia que darte con los grisines, y es que al menos en el mundo de los palitos de pan, tras probar esta receta dejé de pensar en otros mejores. Los habrá igual de buenos, pero más ricos lo dudo.

La mala noticia es que los hornos domésticos son demasiado pequeños para atender la demanda que generan en una familia media los viciosos palitos. La prueba de su éxito es que en casa encontré sus migas en los lugares más insospechados: en la cama, en el baño, detrás de las puertas y por supuesto entre los cojines del sofá. Con los que hay en mi coche, surgidos en el corto viaje de vuelta desde el cole a casa (sí, los niños son fieras a esa hora), podría rebozar varios filetes.

La receta es una adaptación de una de Emmanuel Hadjiandreu (Cómo elaborar pan), que también adapta otra anterior. Él la cambia para añadir la masa madre y yo le sustituyo la harina de fuerza por panadera, porque en los bastoncitos tampoco vamos a montar grandes estructuras ni necesitamos tanto andamiaje interior.

Tal vez lo más difícil de esta receta sea pasar la masa de los grisines de la mesa a la bandeja del horno. Tampoco te desesperes si no quedan todos idénticos. Es posible que los extremos por donde los coges resulten algo más gruesos (el resto se estira algo al levantarlo), pero no pasa nada, eso sí, aplasta un poco esas partes más voluminosas porque lo que interesa es que, tras el horneado, no quede miga blanda en el interior, y con más volumen es más fácil que eso suceda.

Puedes salpicar la masa de los palitos con las semillas que prefieras y si haces bastantes (nunca lo son) no te preocupes que en la panera se te conservarán de maravilla unos días.

Su crujido ya forma parte de las melodías de mi casa. Música celestial, oiga.


Receta de grisini con masa madre

Grisines con masa madre

Los grisini con masa madre son una versión deliciosa y artesanal de los tradicionales palitos de pan italiano. Se elaboran utilizando masa madre, que aporta un sabor y textura únicos. La masa se estira en forma de palitos delgados y se hornea hasta que estén crujientes y dorados. Los grisini son ideales como aperitivo o acompañamiento de platos principales, y se pueden disfrutar solos o con salsas y dips. Su aroma y sabor casero los convierten en una opción irresistible para los amantes del pan.
3.50 de 6 votos
Tiempo de preparación 30 min
Tiempo de cocción 20 min
Tiempo de reposo 10 h 35 min
Tiempo total 11 h 25 min
Plato Acompañamiento, Aperitivo, Pan
Cocina Italiana
Raciones 1 400 g de Grisines
Calorías 1069 kcal

Ingredientes
  

Para el prefermento

Para la masa

Elaboración paso a paso
 

  • La tarde anterior prepara el prefermento mezclando la masa madre con el agua y la harina y dejándolo reposar a temperatura ambiente en un bol tapado.
  • Al día siguiente añade al prefermento en un bol el resto de los ingredientes y amasa un poco, si quieres en el propio bol, llevando los bordes exteriores hacia el centro y presionando. Bastan unos segundos. Tápalo y déjalo reposar diez minutos.
    Masa de grisini recién mezclada
  • Repite el mismo proceso de amasado cuatro veces más con los mismos tiempos de reposo entre cada uno de ellos.
    Masa de grisini después del amasado
  • Al terminar, cubre el bol y déjalo fermentar aproximadamente durante una hora y media, hasta que la masa suba.
  • Enharina la encimera y vuelca la masa sobre ella. Apretando con los dedos vete aplanándola hasta conseguir un rectángulo de un grosor de medio centímetro. Cubre la masa con papel film holgado y déjala reposar otros 15 minutos.
  • Con un cuchillo con un buen filo o con un cortador de pizza corta tiras paralelas al lado más corto del rectángulo, de un centímetro de anchura. Coge cada una de las tiras y llévala a la bandeja de horno en que habrás puesto una hoja de papel de hornear. Estíralas un poco en el aire antes de posarlas en el papel. Como estarán bastante blandas, seguramente en el viaje se te estirarán ella solas. Si vas a usar semillas, distribúyelas sobre los grisines. Sobre la bandeja déjalas reposar unas dos horas, cubiertas con un paño.
  • Precalienta el horno a 240 grados. Cuando alcance esa temperatura mete los grisines y baja el horno a 180 grados. Vaporiza agua o añade un poco (un dedo de un vaso) en una rustidera que habrás puesto sobre la placa del horno.
  • Estarán listos en 20 minutos o cuando veas que están dorados. Sácalos y déjalos enfriar sobre una rejilla.

NUTRICIÓN

Calorías: 1069kcalCarbohidratos: 187gProteina: 25gGrasa: 22gGrasa saturada: 3gGrasa polinsaturada: 3gGrasa monosaturada: 15gSodio: 1951mgPotasio: 263mgFibra: 7gAzúcar: 1gCalcio: 43mgHierro: 11mg

Categorías
Recetas de pan de molde

Pan con queso Cheddar y cebolla

Pan con queso Cheddar y cebolla


Valoraciones: 18 Comentarios

Pan con queso Cheddar y cebolla

Valoraciones: 18 Comentarios

Tengo un perfil inversor conservador. Yo no invierto en capital riesgo, ni en el Nasdaq, ni en Bitcoins. Invierto en queso. Y en jamón, en vino y en harina y en general en todas las cosas sabrosas de la vida. Que yo sepa, los Bitcoins no se comen.

Lo malo de esto es que al final uno se va transformando en un sibarita, un concepto tal vez poco acertado y que afinan más las abuelas en Galicia empleando otro término más preciso: repunante. Sí, sin g, que no tiene nada que ver con dar asco, sino con ese tipo pesado que le suele poner peros a todo y que no encuentra nunca nada a su gusto. Yo soy algo repunante, pero sí encuentro cosas que me gustan. De hecho encontré un Cheddar maduro fabuloso y ahí empieza esta historia.

Mi Cheddar y yo podríamos haber vivido un intenso idilio de no ser por una receta de pan (Christinte Ingram y Jennie Shapter, The Bread Bible) que cayó en mis manos justo en esos días. Como todos los repunantes tiendo a ser conservador en lo gastronómico, pero envalentonado por el estupendo vino de Toro con el que me estaba despachando el queso decidí echarme al monte, es decir, pochar una cebolla, coger el rallador y meter 150 gramos de ese glorioso regalo de las sabias vacas británicas en mi masa de pan.

Mientras amasaba tenía la sensación de estar preparando una empanada o una pizza en 3D. Un ortodoxo del pan se puede, como poco, sorprender al toparse con trozos de cebolla asomando entre la harina. Las dudas, en todo caso, se disiparon cuando el horno empezó a difundir un aroma que nublaba la mente. La mía, antes de perder el sentido, recordó que en algún rincón de la nevera conservaba un bote de chutney de tomate y chile picante, también muy british. Cuando aquello estudo tibio nos metimos en faena mi chutney, mi vino de Toro y yo. Y así hasta hoy, que llevo tres días cenando lo mismo y empiezo a comprender ya la inefable armonía del universo.

Y todo sin despeinarse, porque el pan de queso y cebolla se amasa rápido y sin especial esfuerzo y te queda muy resultón sin que sea necesaria una técnica muy precisa para formarlo. Eso sí, piensa en esto como plato principal y ni te lo plantees en el desayuno salvo que seas de los valientes que saludan al amanecer con un par de huevos. Con bacon. Entonces adelante, que lo vas a gozar.


Receta de pan de queso y cebolla

Pan con queso Cheddar y cebolla

Receta de pan de queso Cheddar y cebolla: Un pan casero irresistible, lleno de sabores intensos. Esta receta combina una masa suave y esponjosa con trozos de queso Cheddar derretido y cebolla caramelizada, creando un pan con un sabor salado y dulce a la vez. Ideal para disfrutar como acompañamiento de sopas, ensaladas o simplemente como un bocado delicioso por sí solo. El pan con queso Cheddar y cebolla es una opción perfecta para los amantes del queso y las cebollas caramelizadas.
4.67 de 3 votos
Tiempo de preparación 35 min
Tiempo de cocción 45 min
Tiempo de reposo 5 h
Tiempo total 6 h 20 min
Plato Acompañamiento, Pan
Cocina Panadería casera
Raciones 1 pan de 1 Kg aprox.
Calorías 1775 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Para el prefermento

Para la masa

  • todo lo anterior
  • 300 g harina panadera ecológica El Amasadero
  • 150 g leche tibia
  • 150 g queso Cheddar curado
  • 1 cebolla
  • mantequilla (para pochar la cebolla, aunque puedes ponerle aceite si prefieres) y para pintar
  • 9 g sal
  • 1 cucharadita mostaza en polvo (si la tienes en grano, machácala bien en un mortero)
  • 1 pizca pimienta negra molida El Amasadero

Elaboración paso a paso
 

  • Prepara el prefermento mezclando los ingredientes la noche anterior y dejándolo en un recipiente tapado a temperatura ambiente.
  • Pocha la cebolla en una sartén con un poco de mantequilla (más british) o de aceite. Cuando esté dorada y tierna aparta la sartén del fuego y deja enfriar. Si quedan restos de aceite o mantequilla, escúrrelos.
  • En un bol mezcla la harina, la mostaza en polvo, la pimienta, el prefermento, la cebolla, tres cuartas partes del queso rallado y la leche tibia. Amasa un rato y añade la sal. Continúa amasando unos minutos, puedes hacerlo con un amasado francés. Mételo todo en un bol aceitado para evitar que se pegue, tápalo y déjalo leudar aproximadamente tres horas o hasta que suba sensiblemente de volumen. Si hace calor tardará menos. No hace falta que doble.
  • Vuelca la masa sobre una mesa ligeramente enharinada y divídela en 16 porciones más o menos iguales. Con las dos manos vete formando bolitas (como si hicieras albóndigas) con los trozos de masa. Pon la mitad de ellos en un molde untado con mantequilla y pinta su superficie con algo de mantequilla clarificada. Añade encima la otra mitad de las bolitas y vuelve a pintar. Cubre el bol y déjalo reposar en un sitio cálido aproximadamente dos horas más o hasta que doble.
    Forma dos capas de bolitas de masa
  • Precalienta el horno a 190 grados. Esparce el queso rallado restante sobre la superficie de los bollitos e introduce en el horno, en la segunda altura más cercana a la placa base. Cuécelo unos 45 minutos. Si ves que se tuesta demasiado por arriba cúbrelo con un trozo de papel de aluminio durante unos minutos. Ha de quedar bien dorado. Desmóldalo al sacarlo del horno. Si los laterales te han quedado muy pálidos puedes meterlo cinco minutos más, ya sin molde. Déjalo enfriar sobre una rejilla.

Notas

En la receta original no emplean prefermento. En ese caso olvídate del primer paso y suma 150 gramos de harina, 150 gramos de agua templada y 5 gramos de levadura seca. Los tiempos de leudado serán menores. En este caso el resultado seguramente será parecido, aunque yo prefiero los panes con prefermento porque suelen ser más sabrosos y se conservan mejor.
Lo de invertir en queso es importante. Hazte con un buen queso Cheddar, no del que venden de barra en el súper. Si no lo tienes disponible puedes ponerle uno de Mahón curado de buena calidad. Si finalmente empleas otro tipo de queso recuerda que cuanto más fuerte sea, menos cantidad debes añadir, porque en esta receta el sabor que aporta es muy intenso.

NUTRICIÓN

Calorías: 1775kcalCarbohidratos: 361gProteina: 53gGrasa: 9gGrasa saturada: 4gGrasa polinsaturada: 2gGrasa monosaturada: 1gColesterol: 18mgSodio: 3566mgPotasio: 882mgFibra: 14gAzúcar: 13gVitamina A: 251IUVitamina C: 8mgCalcio: 288mgHierro: 21mg

Categorías
Masas dulces Repostería tradicional

Colomba de Pascua

Colomba de Pascua


Valoraciones: 8 Comentarios

Colomba de Pascua

Valoraciones: 8 Comentarios

Mi masa madre y yo somos muy de crecernos cuando vienen mal dadas. Muy de esta ronda la pago yo, ¿pero por qué tú? Por mis… Y pagas, sacando pecho, aunque estés en bancarrota. Somos los dos muy de barrio. Así que cuando le pregunté si se sentía capaz de hacer una Colomba como las de Piergiorgio Giorilli (La fermentación lenta. Editorial Gribaudo) se me vino arriba y me respondió, altanera: esa y cuántas más.

Yo le di crédito pero, honestamente, lo veía difícil. Las masas madre de Piergiorgio son de alta cuna. Han crecido en un ambiente selecto, de temperaturas y tiempos tasados, hacen ejercicio en la piscina y las usan solo cuando empiezan a flotar (sí, así comprueba el autor cuándo están listas: cuando salen a flote tras sumergir las bolas en un frasco con agua). La mía, la pobre, nació en un barrio de A Coruña, en un bote reutilizado de mermelada, y su mundo se limita a un rincón de la cocina. Sí, es una fiera comiendo, pero a veces me olvido de darle a su ahora y hay que ver cómo se pone. En cualquier caso, yo la tengo en alta estima.

Así que aceptamos el reto. Según iba leyendo la receta la iba mirando con más y más dudas. No tengo amasadora profesional (ni amateur) ni cámara de fermentación. Yo, en esencia, tengo las manos y un bol, pero allá fuimos igualmente mi fiera y yo cual partisanos frente a un ejército regular.
La verdad es que me dio algo de pena verla desaparecer en aquel mar de mantequilla. Parecía imposible meter tanta, y tanta yema de huevo, en tan poca harina, pero al final se pudo, mezclando, más que amasando, sobre la mesa.

-¿Sigues ahí?

Pregunté, pero no obtuve respuesta. La cosa pasaba ahora por dejarla leudar entre 10 y 12 horas a 24 o 25 grados. Yo, con mi invierno gallego, no tengo tantos grados que ofrecer. Fue pasando la tarde sin que aquello mostrase el menor cambio. Visitaba al paciente cada poco para comprobar su estado. Ocho horas y nada de nada. Mi pecho empezaba a teñirse de luto. Me temía lo peor, un desenlace fatal. Pasadas las doce horas decidí acercar el bol a la chimenea, donde ardía un buen fuego, para que al menos en su agonía mis pobres levaduras proletarias se sintieran confortadas en su último trance. Pero de último trance nada. A las 16 horas mi masa madre me sonrió desde aquel globo de mantequilla.

La alegría fue grande, pero faltaba lo peor. Tras tanto esfuerzo, otra vez abajo y a los moldes. Esta vez eran seis horas a 30 grados… Menos mal que tenía leña. A las dos horas, nada, ni a las tres. Al final, cada diez minutos levantaba el paño, pero ya lo hacía con el triste gesto de quien va a reconocer a un cadáver, y no en una rutina panadera. Cinco horas y nada. Me resignaba ya pensando en el dulce y aromático mazacote que me aguardaba, en el tocho en el que habría fallecido mi fiera, compañera de tantas alegres hornadas… ¡Pero a la sexta hora resucitó! El horno hizo el resto.

-¿No te fiabas de mí, santo Tomás?
-Es que te vi muy mal.
-Hombre de poca fe…

Con la cola desplegada como un pavo real en cortejo repartí aquellos panes entre amigos y compañeros, más por refrendar mi crecido ego que por deleitarlos con mi masa.

-¡Pero esto está buenísimo!
-Sí, bueno, ya sabes, Piergiorio y yo estamos muy unidos, uña y carne…


Receta de colomba de pascua

Receta de colomba de Pascua

Colomba de Pascua: Un dulce tradicional italiano que se asemeja a un panettone pero con forma de paloma. La colomba de Pascua se prepara con una masa suave y esponjosa, enriquecida con mantequilla, huevos y ralladura de naranja. Se le añaden trozos de fruta confitada y se decora con azúcar perlado y almendras en la parte superior. Después de hornear, se obtiene un dulce fragante y delicioso, perfecto para compartir durante las celebraciones de Semana Santa. La colomba de Pascua es un símbolo de paz y resurrección en la tradición italiana.
4.72 de 7 votos
Tiempo de preparación 40 min
Tiempo de cocción 45 min
Tiempo de reposo 17 h
Tiempo total 18 h 25 min
Plato Desayuno, Merienda, Postre
Cocina Italiana
Raciones 4 colombas de 300 gramos
Calorías 1591 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

  • 1 bol
  • 4 moldes pequeños de Colomba
  • 1 fuente de calor (vale un radiador)
  • si tienes un termómetro atmosférico normal y corriente, tanto mejor

Ingredientes
  

Para la primera masa

Para la segunda masa

Para el aroma

  • 30 g miel
  • ½ cucharada pasta de vainilla
  • ralladura media naranja sin tratar (si no las tienes, lávalas bien, con estropajo, antes de usarlas)

Para pintar

Para decorar

Elaboración paso a paso
 

  • Mezcla los ingredientes de los aromas el día anterior al de horneado y deja reposar en un bote tapado.
  • Amasa la harina, la masa madre y el agua de la primera masa durante un rato hasta conseguir una mezcla homogénea. Añade el azúcar y la sal e incorpóralos. Después vete metiendo, poco a poco y alternando, las yemas y la mantequilla. Mezcla sobre la mesa estirando y llevando al centro durante varios minutos. Es demasiado líquida para un amasado francés, paciencia.
  • Introduce en un bol, cúbrelo y déjalo leudar unas 12 horas a 25 grados, más si no llegas a esa temperatura en casa. El tamaño debe multiplicarse por tres. Puedes acercarla a un radiador para facilitarle las cosas, pero tampoco la pegues demasiado.
  • Desgasa en el mismo bol empujando con la mano y añade la harina y la malta de la segunda masa. Trabaja unos minutos hasta conseguir un resultado homogéneo.
  • Echa poco a poco el azúcar y amasa hasta que se absorba, añade la mitad de las yemas, los aromas y la sal y sigue amasando hasta lograr una textura lisa.
  • Suma a esa masa las yemas que faltan y, poco a poco, la mantequilla. Esta es la parte más delicada porque verás que trabajarás sobre una masa muy líquida. No te preocupes, lo importante es conseguir un resultado homogéneo. Cuando lo hayas logrado, añade los dados de naranja confitada en un breve amasado más.
  • Deja que esa mezcla repose el bol, tapado, en un lugar muy cálido (unos 30 grados) durante una hora. Para conseguir esa temperatura constante yo meto el bol en una caja de madera y la acerco a un radiador. Con un sencillo termómetro atmosférico puedes medir la temperatura.
  • Divide la masa y ponla en cada molde, más o menos hasta la mitad de la altura del molde. Déjalos reposar, cubiertos con un paño, unas cinco horas más en un lugar cálido.Ha de alcanzar como dos tercios de la altura del molde. Pinta con la cobertura de huevo, almendra molida y azúcar (que habrás batido ligeramente), decora con las almendras (enteras o laminadas, al gusto) y espolvorea con azúcar glas.
  • Hornea en horno precalentado a 180 grados durante unos 45 minutos o hasta que adquieran un tono tostado. Si los moldes son más grandes te hará falta un poco más de tiempo. Déjalas enfriar, sin desmoldarlas, sobre una rejilla.

Notas

Si no tienes molde de Colomba hazlo en otro. Vale la pena probar esta receta tradicional de la pascua italiana. Piergiorgio Giorilli sugiere, para quien no le guste la naranja, que la sustituya por piña confitada, por pepitas de chocolate, o por almendras glaseadas y trituradas. No las he probado, pero la de naranja está realmente buena.

NUTRICIÓN

Calorías: 1591kcalCarbohidratos: 180gProteina: 25gGrasa: 87gGrasa saturada: 49gGrasa polinsaturada: 6gGrasa monosaturada: 25gGrasa Transgénica: 3gColesterol: 828mgSodio: 1078mgPotasio: 226mgFibra: 4gAzúcar: 77gVitamina A: 2958IUVitamina C: 0.04mgCalcio: 127mgHierro: 8mg

Categorías
Masas dulces Repostería tradicional

Kugelhopf

Kugelhopf


Valoraciones: 14 Comentarios

Kugelhopf

Valoraciones: 14 Comentarios

Vamos a ser sinceros en esto, sin paños calientes: si el brioche es una bomba atómica, el Kugelhopf es de las de hidrógeno. Esto que vas a hacer, amigo, no es ninguna broma, hay muchos kilotones aquí dentro, así que respeto. Hazme caso y aprovecha los tiempos de leudado para salir a correr 15 o 20 kilómetros porque, amigo, vamos a traspasar una línea roja, una frontera de mantequilla, huevos y azúcar más allá de la cual no hay cardiólogo que pueda garantizar la supervivencia.

Tranquilo, es normal que te entre el miedo mientras incorporas tales cantidades de mantequilla, pero todo valiente ha de sentir miedo antes de afrontar las grandes gestas. De otro modo sería un inconsciente. También te digo que una vez que llegues al otro lado ya no querrás volver, así que por favor, insisto, ponte las zapatilla y corre, o monta en en bici y márcate una buena etapa, esquía, juega al hockey. Vamos, lo que sea.

Para hacer el Kugelhopf hay que hacer brioche, entronizado este último con el acabado regio, soberbio, que le dieron los alsacianos a su obra, pues de centroeuropa procede esta joya.

Yo no uso amasadora y al ver la lista de ingredientes me pregunté si sería capaz de juntar a mano tal cantidad de mantequilla con la harina (aún hay recetas con un mayor porcentaje). Se puede hacer, es más, es divertido, sobre todo cuando empiezas a disfrutar de algo que, más que amasado, se convierte en chapoteo. Al final, esa masa va a quedar perfecta.

Por cierto, el Kugelhopf se hace en un molde con un hueco cilíndrico en medio. Verás que en la foto no está así. La justificación nada tiene que ver con ciencias gastronómicas, es más bien prosaica: no tengo ese molde, pero soy de los que piensa que en la cocina hay que improvisar porque si no, o te llenas de cacharros o no haces la mitad de las cosas.

El molde que utilicé mide 20 centímetros en la parte abierta. Si vas a usar uno similar, quítale una quinta parte a todos los ingredientes. Yo lo hice así porque destiné esa quinta parte de más a hacer un pequeño brioche, un pan que, con la rueda, el fuego y las vacunas, es sin duda uno de los grandes inventos de la humanidad. Si te animas, deja los igredientes como están y haz lo mismo, que ya que enciendes el horno hace dos monumentos en la misma hornada

La masa de brioche tiene, además de estar muy buena, la inmensa ventaja de que puedes dejarla un día en la nevera, durante el primer leudado así que, a diferencia de otro panes, no tendrás que pedir un permiso en el trabajo para conciliación de la vida panadera y familiar. Si te has metido en esto de la harina ya sabrás de lo que hablo.

Verlo subir en el horno (porque se ve a simple vista como crece) es una de las cosas más bellas de este mundo, y contemplar la cara de los amigos al probarlo a mí me deja el orgullo a la altura de Niel Armstrong al pisar la luna: hasta aquí ha sido capaz de llegar la humanidad. Pues eso, y vete sacando el pañuelo para secar las lágrimas de felicidad cuando lo pruebes bañado en almíbar almendrado y relleno de pasas. Ya verás como al cruzar la línea roja ya no podrás volver. Así que lo dicho, mejor haz deporte. Por cierto, a Pierre Hermé hay que hacerle una estatua por esta receta que aparece en el libro Cocina.


Receta de kugelhopf.

Receta de kugelhopf

Kugelhopf: Un clásico pastel originario de la región de Alsacia, en Francia. El kugelhopf es un pan dulce y esponjoso, con una forma característica en espiral y un sabor ligeramente dulce y afrutado. Se elabora con harina, levadura, mantequilla, azúcar, frutas secas y a menudo se aromatiza con ron o agua de azahar. Es perfecto para acompañar un café o té y es una delicia para disfrutar en cualquier ocasión especial.
4.25 de 4 votos
Tiempo de preparación 35 min
Tiempo de cocción 35 min
Tiempo de reposo 5 h 30 min
Tiempo total 6 h 40 min
Plato Desayuno, Merienda, Postre
Cocina Alemana, Austríaca, Francesa, Suíza
Raciones 1 kugelhopf de 0,5 kg
Calorías 2115 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Para la masa de brioche

Para el Kugelhopf

Para el almíbar

Para el acabado

  • 20 g mantequilla
  • 15 g azúcar

Elaboración paso a paso
 

  • Pon en un cuenco la noche anterior las pasas bañadas con el ron.
  • Para hacer la masa de brioche, pon todos los ingredientes en un bol salvo la mantequilla y la sal, remueve, mezcla con los dedos y amasa. Cuando consigas una textura homogénea pon la sal sobre la encimera y sigue amasando encima al tiempo que vas añadiendo poco a poco los trozos de mantequilla blanda. Quedará una masa pegajosa, pero no te preocupes, que se convertirá en algo liso y terso.
  • Devuélvela al bol y tapa con una bolsa de plástico o papel film. A temperatura ambiente le pueden hacer falta tres horas. Déjala, en todo caso, hasta que doble (en este caso sí) su tamaño. Si la vas a dejar de un día para otro en la nevera, métela ahora y sáltate el paso siguiente.
  • Vuelca la masa sobre la mesa ligeramente enharinada y presiona con las mano, aplastándola, para que recupere su volumen inicial. Devuélvela al bol y déjala en la nevera hora y media tapada.
  • La masa habrá vuelto a crecer. Sácala del bol, desgásala otra vez, unta el molde con mantequilla y esparce las almendras fileteadas por el fondo.
  • Sobre la mesa o la encimera enharinada pon la masa y añade las pasas escurridas. Basta con aplastar algo la masa, esparcir las frutas encima y amasar suavemente para evitar que se rasgue la superficie.
  • Mete la masa en el molde empujando con la mano para que ocupe todos los huecos y se pegue bien a las almendras.
  • Déjalo subir entre hora y media y dos horas (si tu cocina no pasa de 20 grados, mejor dos horas) a temperatura ambiente. Mientras, pon el agua y el azúcar para el almíbar en un cazo al fuego, apágalo en cuanto empiece a hervir y en ese momento, retirado ya del fuego, añade las almendras molidas y el agua de azahar. Remueve un poco y deja enfriar.
  • Pon el Kuhelhopf en el horno precalentado a 180 grados, en la segunda altura contando desde abajo, y déjalo unos 35 minutos o hasta que esté bien dorado. Si ves que se quema, tápalo con albal unos minutos.
  • Mientras se hace, clarifica los 40 gramos de mantequilla en un cazo. Desmolda el Kugelhopf todavía caliente y píntalo primero con la mantequilla clarificada y después con el almíbar. Para acabar, espolvorea toda la superficie generosamente con azúcar.

Notas

Aunque parece complejo por la cantidad de pasos, resulta relativamente fácil de hacer. Deja que se enfríe antes de servirlo. El Kugelhopf, cubierto con plástico, se conserva bien varios días a temperatura ambiente. Si no tienes azahar, hazlo sin él.
Al llegar al paso 5 tendrás una masa de brioche lista para la última fermentación.

NUTRICIÓN

Calorías: 2115kcalCarbohidratos: 258gProteina: 30gGrasa: 113gGrasa saturada: 65gGrasa polinsaturada: 7gGrasa monosaturada: 32gGrasa Transgénica: 4gColesterol: 585mgSodio: 1119mgPotasio: 949mgFibra: 10gAzúcar: 104gVitamina A: 3486IUVitamina C: 8mgCalcio: 148mgHierro: 10mg

Categorías
Masas dulces Repostería tradicional

Bollos de canela

Bollos de canela


Valoraciones: 6 Comentarios

Bollos de canela

Valoraciones: 6 Comentarios

En la lista de sabores que hurgan en la memoria ganan por goleada aquellos viejunos que nos hacen viajar hasta esa mítica infancia dorada, esos que nos llevan a la cocina de la abuela y que al probarlos consiguen, en un arrebato de nostalgia, que dejemos de pensar en hipotecas y horarios y nos instalemos brevemente en ese balneario ajeno a las urgencias cotidianas que fue la niñez.

A mí me gustaría que hubiera sabores que con la misma intensidad me hicieran evocar noches de sexo voraz, o gozar de la sensación de ganar un Euromillones. O la Champions. Pero hasta ahora lo mejor que he conseguido por la vía gastronómica en materia de recuerdos es esta suerte de melancolía sentimental rebozada de azúcar y canela que permite vislumbrar los momentos felices de la infancia.

Cada uno tiene grabados sus propios sabores viejunos. Forman un selecto club, bastante cerrado, en el que panes y masas tienen un lugar destacado. Torrijas, flores, chulas, orejas de carnaval, buñuelos y leche frita pueblan esa nómina de recetas de mi máquina del tiempo. Los bollitos de canela (preparados siguiendo las indicaciones de Emmanuel Hadjiandreou en su libro “Cómo elaborar pan”), que jamás hornearon mis abuelas, llamaron a la puerta de ese club nada más probarlos.

Tienen esa sencillez de alimento de posguerra, ese espíritu de fiesta improvisado con lo más básico que no encuentra acomodo en las cartas de un restaurante porque lo suyo son las meriendas de verano con alma de vacaciones.

Poseen, además, la inmensa ventaja de la facilidad con la que se elabora y trabaja esa masa. Cuando pones los bollitos juntos en el molde recuerdan a los bucles de una estatua griega. A ésta mi hija tardó poco dejarla calva. Aunque no lo sepa, seguro que para ella ya se han instalado en su olimpo de los sabores viejunos.


Receta de bollos de canela

Receta de cinammon rolls

Receta de deliciosos cinnamon rolls, unos bollos dulces con un irresistible aroma a canela. La masa es suave y esponjosa, enrollada con una mezcla de azúcar moreno y canela. Después de hornearlos, se cubren con un glaseado dulce. Son perfectos para disfrutar en el desayuno o como dulce tentación en cualquier momento del día.
4 de 9 votos
Tiempo de preparación 30 min
Tiempo de cocción 15 min
Tiempo de reposo 3 h
Tiempo total 3 h 45 min
Plato Desayuno, Merienda, Postre
Cocina Americana
Raciones 15 bollitos
Calorías 82 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Elaboración paso a paso
 

  • Haz un prefermento mezclando bien el agua, el azúcar y 100 gramos de harina con la levadura. Déjalo reposar aproximadamente hora y media cubierto en el bol.
  • Añade los otros 100 gramos de harina, la sal, la canela y un huevo batido y amasa.
  • En pequeños trocitos vete integrando poco a poco la mantequilla durante el amasado. Déjalo reposar todo un cuarto de hora cubierto con un paño.
  • Amasa de nuevo llevando los bordes hacia el centro y presionando con firmeza pero sin demasiada fuerza. Basta con unos segundos. Deja reposar otros diez minutos y repite el proceso hasta haberle dado tres amasados con los correspondientes descansos entre ellos. Cubre el bol y déjalo una hora y cuarto o hasta que haya subido sensiblemente su volumen.
  • Enharina levemente la encimera. Desgasa la masa en el bol apretando hacia abajo con la mano y vuélcala sobre el mesado. Con los dedos (no hace falta rodillo) vete dando forma al conjunto hasta conseguir un rectángulo que no tenga un grosor mayor de medio centímetro. Verás que es una masa muy fácil de trabajar.
  • Pinta la superficie con el otro huevo batido (con un pellizco de sal) y espolvorea con azúcar y canela. Échale sin miedo, que es una pena quedarse corto. Al gusto. Enróllalo desde la parte más alargada y córtalo en rodajas de algo más de un dedo de grosor.
    masa extendida con canela y azúcar
  • Mete las rodajas en el molde con el corte hacia arriba, pegadas las unas a las otras pero sin apretarlas. Si te sobra alguna, no la pongas encima, prueba en otro molde. Cubre el molde con un paño y déjalo reposar hasta que los bollitos hayan crecido sensiblemente. Más o menos una hora.
    bollos de canela enmoldados
  • Mételos en el horno precalentado a 180 grados y añade algo de agua (dos dedos de un vaso) en una bandeja sobre la placa para producir vapor. Quítalos cuando estén dorados, aproximadamente en un cuarto de hora.
  • Desmolda y deja enfriar sobre una rejilla. Píntalos ligeramente con mantequilla derretida mientras aún están calientes y remata espolvoreando un poco de azúcar glas por encima.

NUTRICIÓN

Calorías: 82kcalCarbohidratos: 12gProteina: 2gGrasa: 3gGrasa saturada: 2gGrasa polinsaturada: 0.2gGrasa monosaturada: 1gGrasa Transgénica: 0.1gColesterol: 28mgSodio: 78mgPotasio: 25mgFibra: 0.4gAzúcar: 1gVitamina A: 99IUVitamina C: 0.003mgCalcio: 7mgHierro: 1mg

Categorías
Masa madre Panes para bocadillos

Barra con masa madre

Barra con masa madre


Valoraciones: 59 Comentarios

Barra con masa madre

Valoraciones: 59 Comentarios

Se me ocurren varias formas de aprovecharlas: darían unos estupendos bates de béisbol, o servirían para armar con una estética más amable a las fuerzas antidisturbios. Si Obi-Wan hubiera tenido una no habría sucumbido ante Darth Vader. Y por qué no, si el coche de Fernando Alonso estuviera hecho con ellas, tal vez el asturiano podría volver a lo más alto del podio. No hay elemento más duro y ligero en la tierra que una barra vieja del súper. El hormigón tarda una semana en fraguar, pero a la barra industrial le bastan 48 horas para alcanzar la dureza del diamante. Ella, la pobre y modesta barra, poco invitada a las comidas de los domingos y fiestas de guardar, ha sido históricamente castigada por la panadería industrial.

Precongeladas y ahítas de levadura y “mejorantes” pueblan hoy los monótonos anaqueles de los supermercados. La barra es la forma más consumida de pan en España, pero su triste devenir no tiene nada que ver con sus orígenes y sus potencialidades. También se pueden hacer bien. Como en el cuento, el problema de Cenicienta no era ella misma, sino la madrastra, y a nada que le pongas algo de cariño verás como sabe desenvolverse en los mejores manteles. En esta receta notarás cómo la masa madre le aporta presencia y sabor. No tengas miedo a añadir algo de levadura, muy poca, para lograr esa levedad característica y etérea de las barras. Verás que en las fotos de este artículo figuran dos piezas en la fase de preparación y, sin embargo, en la imagen que lo ilustra solo hay una. La otra desapareció en casa, devorada por mis fieras, antes de que tuviera tiempo de retratarla. Y no, al día siguiente ni sabe a corcho ni está como una piedra, y le podrás sacar una tostadas estupendas, y dos días después, también.

Amasadora Ankarsrum

Barra de pan con masa madre

Receta de una barra de pan clásica, pero con masa madre y un ligero toque de malta tostada para ganar color y aroma.
4.23 de 9 votos
Tiempo de preparación 20 min
Tiempo de cocción 25 min
tiempo de reposo 5 h 45 min
Tiempo total 6 h 30 min
Plato Acompañamiento, Pan
Cocina Panadería casera
Raciones 2 barras de pan
Calorías 911 kcal

¿QUÉ VAS A NECESITAR?

Ingredientes
  

Para el refresco de la masa madre:

Para la masa:

Elaboración paso a paso
 

  • Haz el refresco de la masa madre la noche anterior.
  • Al día siguiente mezcla en el bol todos los ingredientes menos la sal. Amasa un poco y deja reposar unos 45 minutos con el bol tapado.
    Masa de pan recién mezclada, sin amasar
  • Añade la sal (espárcela sobre la mesa y amasa encima). Puedes emplear el amasado francés, ya que la masa es muy húmeda. No te mates. Amasa unos segundo y deja reposar unos minutos para volver a amasar brevemente. Repite el proceso tres o cuatro veces, hasta que veas que la masa queda tersa y lisa. Mete de nuevo en bol y tapa con una bolsa de plástico o film transparente.
    Masa de pan tras varios amasados y reposos
  • Deja fermentar unas tres horas (mi cocina está a unos 20 grados, algo menos de tiempo si hace más calor, más si hace más frío).
    Masa de pan tras la primera fermentación en bloque.
  • Saca la masa y divídela en dos. Bolea en forma redonda o ligeramente alargada (en este momento da igual) y deja reposar sobre la mesa enharinada, cubriendo con un plástico.
    Breve reposo antes del formado de las barras
  • Un cuarto de hora después dale forma a las barras.
    Masa extendida y lista para plegar y darle forma de barra
  • Pliega en tres longitudinalmente la masa extendida en forma de rectángulo y sella bien las uniones apretando con las dos manos y haciendo rodar sobre la mesa como si hicieras rollitos de plastilina, aunque con menos fuerza.
    Formado final de la barra.
  • Pon las barras en el lino enharinado y cúbrelas con el propio lino.
    Barras colocadas sobre la tela de lino, listas para la fermentación
  • En una hora y tres cuartos deberían estar listas.
    Barras listas para ir al horno
  • Ahora viene lo más complejo: pasarlas a la bandeja del horno. Puedes cogerlas con las manos, pero corres más riesgos que si, sencillamente, las haces rodar hasta la bandeja con papel de horno.
  • Si no tienes una cuchilla de panadero, emplea un cuchillo fino y bien afilado para hacerles los cortes paralelos y oblicuos a lo largo de la barra.
    Corte de la masa de pan.
  • Antes de meterlas en el horno rocíalas con agua con el espray vaporizador. Si no lo tienes, salpícalas con la punta de los dedos mojando las manos. En la base del horno vierte, en un recipiente metálico, un dedo de un vaso de agua y mete las barras en la bandeja baja con el horno precalentado a 240 grados. En 25 minutos deberán estar doradas y listas.

NUTRICIÓN

Calorías: 911kcalCarbohidratos: 191gProteina: 26gGrasa: 2gGrasa saturada: 0.4gGrasa polinsaturada: 1gGrasa monosaturada: 0.2gSodio: 1952mgPotasio: 269mgFibra: 7gAzúcar: 1gCalcio: 44mgHierro: 12mg

Amasadora Ankarsrum

Categorías
Recetas

Pan de centeno al 80 % con harina escaldada

Pan de centeno al 80 % con harina escaldada


Valoraciones: 43 Comentarios

Pan de centeno al 80 % con harina escaldada

Valoraciones: 43 Comentarios

El gluten es a la panificación lo mismo que la bóveda a la arquitectura. Lo mismo en la edificación que en el pan, permitió convertir en un ingrediente esencial el espacio vacío y transformar la miga –y la piedra y más tarde el cemento- en un artificio capaz de desafiar la fuerza de la gravedad. Hay algo etéreo en los grandes panes de trigo que los acercan a las cúpulas barroca y a las catedrales góticas.Pero sin minusvalorar tales composiciones, a veces en medio de tanta levitación yo echo en falta aquello más mundano que nos pega los pies a las tierra. Y para eso lo mismo me vale la arquitectura arquitrabada, con su lógica sencillez en la distribución de fuerzas, que el pan de centeno.

Si los dioses del Olimpo tomaran pan, lo comerían de trigo, seguramente enriquecido con huevos y mantequilla. A los hombres les correspondería el centeno, ajeno a mitologías verticales. En esta receta del Jeffrey Hamelman (El Pan) el centeno –con su escaso contenido en gluten- lleva una pequeña ayuda de trigo para ganar volumen y un escaldado que le aporta una especial suavidad a la miga. Tendrás un pan más terrenal, noble, sencillo, sin dobleces. Un pan sincero que invita a la contemplación embobada del horno mientras se crean sus formas. Si además le pones un poco de salmón ahumado con alcaparras o unas lonchas de bacalao, que esperen por ti en el Olimpo.


Pan de centeno al 80 % con harina escaldada

El pan de centeno al 80% con harina escaldada es una opción nutritiva y sabrosa. Se prepara combinando harina de centeno al 80%, agua caliente y sal. Luego, se escalda una porción de harina con agua hirviendo y se incorpora a la masa principal. Después de amasar y dejarla reposar, se forma y hornea hasta obtener una hogaza con una corteza crujiente y una miga densa y aromática. El resultado es un pan de centeno con un sabor profundo y una textura distintiva.
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Tiempo de preparación 40 min
Tiempo de cocción 50 min
Tiempo de reposo 3 h 10 min
Tiempo total 4 h 40 min
Plato Acompañamiento, Pan
Cocina Panadería casera
Raciones 2 barras
Calorías 1762 kcal

Ingredientes
  

Para el prefermento:

Para el escaldado:

Para la masa:

Elaboración paso a paso
 

  • Haz el refresco con la masa madre la noche anterior a la cocción del pan.
  • Al mismo tiempo que haces el refresco, calienta el agua en un cazo y viértela, hirviendo, sobre los 200 gramos de harina de centeno. Cierra esta mezcla con tapa. Yo uso un recipiente de metal mediano con una tapa de plástico. Déjalo a temperatura ambiente, igual que el refresco de masa madre.
  • Al día siguiente mezcla todos los ingredientes y amasa a mano un par de minutos. Como todas las masas de centeno, quedará pegajosa. Deja reposar diez minutos y vuelve a amasar. Deja que fermente aproximadamente una hora (media hora basta si la temperatura es de 27 grados).
  • Divide la masa en dos partes y dales forma alargada sobre la encimera. Puedes dejar las barras sobre un lino bien enharinado (con harina de centeno integral) o introducirlas en dos banetones medianos de El Amasadero. La fermentación final durará entre hora y media y dos horas (una hora a 27 grados).
  • Si tienes plancha Celsius, pondrás ahí las barras, en el horno precalentado a 240 grados. Si no, en la bandeja inferior.
  • Hazles un corte a lo largo con una cucilla de panadero o un cuchillo muy afilado.
  • Coloca dos o tres cubitos de hielo en la base del horno y cuece durante 15 minutos a 240º.
  • Baja la temperatura a 225 grados y deja las barras unos 35 minutos más.
  • Deja enfriar sobre una rejilla.

Notas

Como todos los panes de centeno (si son de mezcla con trigo, cuando el porcentaje de trigo es escaso), necesita tiempo de reposo para que mejore la textura de la miga. En este caso, con un día basta.

NUTRICIÓN

Calorías: 1762kcalCarbohidratos: 378gProteina: 54gGrasa: 7gGrasa saturada: 1gGrasa polinsaturada: 3gGrasa monosaturada: 1gSodio: 3518mgPotasio: 1611mgFibra: 50gAzúcar: 5gCalcio: 125mgHierro: 15mg

Categorías
Masa madre

Pan Neptuno (O una reflexión sobre el tipo de agua adecuado para las masas)

Pan Neptuno (O una reflexión sobre el tipo de agua adecuado para las masas)


Valoraciones: 8 Comentarios

Pan Neptuno (O una reflexión sobre el tipo de agua adecuado para las masas)

Valoraciones: 8 Comentarios

Allá por el siglo XVIII, con la eclosión del Romanticismo, empezaron a extenderse las ideas de genio y artista, entendidas como propias de un ser radicalmente libre y éticamente superior. Nunca tanto daño hizo al ser humano la percepción del derecho de creerse artista, un mal que hoy lo contamina todo y que nos afecta también un poco a todos. Es algo que con disciplina y lectura se puede controlar, pero que de vez en cuando, sobre todo cuando se está envalentonado porque dos o tres cosas han salido bien, algunos no podemos evitar. Nos pasa, sobre todo, a los hombres, que con dichas actitudes tenemos una marcada tendencia a hacer el ridículo.

Este pan, en cierto modo, es fruto de tales circunstancias, y me lo hubiera callado por decoro sino fuera porque me venía de perlas para hablar sobre el otro gran ingrediente de este oficio, el agua.

Es evidente que sin ella poco se puede hacer y para muchos panaderos es algo fundamental. Los de Neda –un municipio al lado de Ferrol donde hacen unos panes fantásticos- responsabilizan a las aguas del río Belelle de la calidad de sus bollos.

Así que me puse a investigar un poco sobre el asunto. Francisco Tejero, en su libro Panadería española, establece cuatro categorías en las aguas según la presencia de sales de calcio (carbonato cálcico) y de magnesio en ellas: aguas blandas (menos de 50 mg por litro), duras intermedias (de 50 a 100), duras (de 100 a 200) y muy duras (más de 200). En su opinión, las más adecuadas para la panificación son las duras intermedias y las duras. Explica que las aguas blandas generas masas más pegajosas con un gluten debilitado, mientras que las muy duras endurecen el gluten y dificultan, retardándola, la fermentación.

En España casi todas las aguas entran en las dos categorías óptimas de panificación, con algunas excepciones. En Galicia, por ejemplo, las aguas son blandas, sin que eso suponga problema alguno para que de aquí salgan panes monumentales. Por el contrario, en las Baleares suelen ser muy duras, y allí también hay fantásticos panaderos que, que se sepa, no importan el líquido de ningún otro lugar.

Francisco Tejero explica que en el caso de las aguas blanda el problema se elimina echándole sal, y en las muy duras bastaría un filtrarla a través de unos filtros específicos. ¡Nada de echarle la pastilla de Calgonit!

Ante tales consideraciones científicas mi mente calenturienta decidió hacer una prueba radical para conocer el grado de influencia del agua en el pan. Así que ni de Ourense ni de Cuenca, decidí cogerla del mar, del océano que me queda enfrente. Vaya por delante que para tales experimentos, por muy poéticos, que sean, no vale bajar a la playa con el cubito de la playa. Desgraciadamente la costa está como está y es mucho mejor alejarse algo de ella para no correr riesgos. Así que hice unas llamadas y de amigo en amigo conseguí colarme un domingo de polizón en un hermoso velero, con el que abandonamos la ría para internarnos unas millas en el Atlántico. Allí, colgado de la borda por los pies, conseguí llenar una botella de cristal con un litro de océano.

El agua de mar se estropea pronto (suele tener bastante microorganismos) así que al llegar a casa la metí en la nevera y la utilicé al día siguiente. La cantidad que aparece en la receta no está elegida al azar. El Atlántico tiene una salinidad media de 38 gramos por litro y no quería pasarme, sino quedarme en unos 15 gramos de sal para la preparación.
Tras amasados y reposos metí aquello en el horno con el corazón palpitante. ¿Descubriría un pan con sabor a nécoras y percebes? ¿Una hogaza con aromas a algas? ¿Subiría aquello bien en el horno? ¿Se estaba gestando en mi cocina una revolución panadera?

Pues sí, el pan subió de maravilla, pero de nécoras y percebes, nada. De revolución tampoco. Salió un fantástico pan de masa madre con una miga jugosa y aromática, pero para nada aprecié que la aguas de mi ría, por mucho que la experiencia tenga de tributo lírico, hayan influido en la fermentación y sabor del pan. Y si el agua del Atlántico no altera las hogazas, ¿lo va a hacer la del río Belelle? Pues no, los panaderos de Neda mienten. El secreto de sus piezas no está en las ninfas fluviales, sino en el buen hacer que tienen allí los del oficio, que sin duda prefieren decir que el asunto es cosa del río para evitar que nadie les pregunte por sus auténticos secretos.

Así que ya sabes, no hace falta que compres agua del Himalaya ni que vuelvas loco con filtros y sales. Abre el grifo y listo, y si te interesa esta receta, que bien vale la pena, y el mar no te cae cerca, no te preocupes, añade 15 gramos de sal a la masa y te saldrá igual de buena. De todos modos, te aconsejo, si puedes, que lo hagas con agua de mar. Sobre todo por el paseo en yate.


Pan neptuno.

Pan Neptuno (O una reflexión sobre el tipo de agua adecuado para las masas)

¿Qué pasa si hacemos pan con agua de mar? Hacemos la prueba y te explicamos el resultado.
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Tiempo de preparación 3 d
Tiempo de cocción 40 min
tiempo de reposo 2 d
Tiempo total 3 d 40 min
Plato Acompañamiento, Pan
Cocina Panadería casera
Raciones 1 pan de 1,3 Kg
Calorías 2860 kcal

Ingredientes
  

Primer refresco:

Segundo refresco:

Masa final

Elaboración paso a paso
 

  • Dale un refresco a la masa madre con las cantidades que se indican. Al día siguiente, otro. Al tercer día tendrás el fermento listo. Mezcla todos los ingredientes y amasa a mano unos segundos. Deja reposar diez minutos y vuelva a amasar. Repite tres o cuatro veces. A esta masa húmeda le va bien el amasado francés. Puedes dejarla en la nevera hasta el día siguiente o dejarla reposar unas tres horas.
  • Vuelca sobre la mesa y dale forma de bola. Tras hacer un hatillo llevando la masa hacia su centro, arrastra con delicadeza sobre la mesa o encimera para que gane tensión. No es necesario desgasarla por completo.
  • Métela con las juntas hacia arriba en un banneton redondo grande de El Amasadero bien enharinado y déjala reposar unas tres horas cubierto con un paño.
  • Precalienta el horno a 250 grados e introduce el bollo en la bandeja inferior tras darle unos cortes en la superficie con una cuchilla o un cuchillo bien afilado. Si tienes plancha Celsius le vendrá muy bien a este pan. Añade en una bandeja que habrás puesto sobre la base del horno un poco de agua, como un dedo de un vaso. A los diez minutos baja la temperatura a 210 grados y déjalo otros 35-40 minutos.

NUTRICIÓN

Calorías: 2860kcalCarbohidratos: 601gProteina: 87gGrasa: 10gGrasa saturada: 2gGrasa polinsaturada: 4gGrasa monosaturada: 1gSodio: 44mgPotasio: 1255mgFibra: 34gAzúcar: 2gVitamina A: 14IUCalcio: 166mgHierro: 35mg