La coca de aceite es un tipo de pan plano típico de la cocina mediterránea, especialmente de la región de Catalunya. Se elabora con una masa de harina, aceite de oliva, sal y levadura, que se estira y se hornea hasta obtener una textura crujiente por fuera y tierna por dentro. Se puede disfrutar sola, con toppings salados como tomate y aceitunas, o incluso con coberturas dulces como azúcar y frutas. Es un delicioso aperitivo o acompañamiento para cualquier ocasión.
Mezcla los ingredientes en un bol y amasa sobre la mesa cuando se haya absorbido el líquido. Este pan es fácil de amasar, prueba con ciclos cortos de un par de minutos, y reposos de diez minutos entre cada amasado. Con tres ciclos te quedará perfecto.
Dale forma de bola y mételo en un bol aceitado. Cubre el bol y déjalo en la nevera 12 horas.
Pasado ese tiempo, deja que la masa se atempere media hora a temperatura ambiente y después dale la vuelta sobre la mesa y córtala en dos. Dales forma de rectángulo con suavidad, sin eliminar todo el gas de la fermentación. Con un grosor de dos centímetros será suficiente (algo menos, si te gusta más fina).
En un paño de lino de panadero bien enharinado coloca los dos rectángulos, cúbrelos con la tela sobrante del paño y déjalos reposar 45 minutos más.
Precalienta el horno a 210 grados. Coge cada coca por los extremos y estírala un poco con las manos justo antes de ponerlas sobre la plancha Celsius.
Deja las cocas media hora en el horno o hasta que estén bien doradas. Sácalas entonces a la rejilla y píntalas, en caliente, con un poco más de aceite. Listo, a por ellas cuando se dejen tocar.