Dicen que el desayuno es la comida más importante del día. Y razón no les falta a los expertos, pero especialmente cuando eres más joven, la hora de la merienda es casi un festín. Y para muestra, un botón.
¿Qué es lo primero que hacen los niños cuando salen a media tarde corriendo de las aulas? Merendar. Un bocadillo, una fruta, algo de bollería… o, quizás mejor, unas buenas galletas de Normandía. Como hacía yo en el verano de 2006.
Aquel estío pasé un par de semanas de intercambio en la Bretaña francesa, para ser exactos, en Saint-Maló. Y allí, además de descubrir unas playas preciosas y enamorarme de la mantequilla que los franceses usaban para cocinar, descubrí les sablés. En español se las conoce como Sablé o galletas bretonas, galletas de Normandía, galletas de la bretaña francesa, …
Fueron dos semanas cortas, pero intensas, y las galletas de Normandía se convirtieron en mi salvación. No me acostumbraba del todo a los bocadillos de huevo duro que me preparaban para comer, tampoco a los horarios (desayunar a las 7, comer a las 13h, cenar a las 19h…) Así que la hora de la merienda, se convirtió en mi “momento zen” del día.
Sentada, con mi vaso de leche y mis galletitas, en el jardín trasero de la casa donde me alojaba mientras disfrutaba del solecito, me sentía una marquesa recuperando energía para salir a recorrer las calles y aprovechar los últimos rayos del día. Por cierto, al parecer, la primera vez que se habla de este tipo de galletas francesas fue en las cartas que la marquesa de Sévigné escribía a su hija. Estas galletas las servía François Vatel (inventor de la crema chantilly) en el salón de Luis II.
Lo que aprendí de francés aquel verano, por desgracia, ya está más que olvidado, pero de vez en cuando me gusta rememorar el sabor de esas galletas de Normandía, especialmente ahora que las tardes son más largas y el buen tiempo anima a convertir la merienda en un momento de calma y relax antes de continuar el día.
Sablés: galletas de mantequilla caseras
¿QUÉ VAS A NECESITAR?
Ingredientes
- 320 g harina de repostería El Amasadero
- 175 g mantequilla
- 125 g azúcar de caña mascobado ecológico
- 1 cucharadita flor de sal
- 1 cucharadita canela de Ceilán en polvo El Amasadero
- 1 huevos enteros
- 1 yemas de huevo
Elaboración paso a paso
- Mezcla en un bol la harina, el azúcar, la sal y la canela. Incorpora también la mantequilla, a temperatura ambiente, en porciones pequeñas y mezcla a mano hasta obtener una masa arenosa.
- Incorpora un huevo y una yema (guarda la clara sobrante para el final) y sigue trabajando en la masa con la yema de los dedos hasta lograr una masa integrada (unos 10 minutos), compacta, pero un pelín pegajosa.
- Haz una bola con la masa, métela dentro del bol, tapa con papel film y déjala reposar en el frigorífico durante una hora.
- Es hora de enharinar la mesa de trabajo para estirar la masa con la ayuda de un rodillo y dejarla bien finita.
- Antes de seguir con las galletas, precalienta el horno, calor arriba y abajo, a 160 grados y cubre la bandeja del horno con papel de hornear.
- Con la ayuda de un cortador de galletas (del tamaño que prefieras), corta la masa y ves poniendo las galletas encima de la bandeja del horno. Deja al menos una separación de un par de dedos entre galletas.
- Con la clara de huevo que nos ha sobrado, pintamos con cuidado las galletas justo antes de hornearlas durante unos 20 minutos, dependerá del horno.
- Tras el horneado, deja enfriar las galletas sobre una rejilla.
Gracias por esta propuesta a la francesa. La verdad es que, si la inspiración en normanda, la mantequilla es de rigor… Sería interesante usar mantequilla «demi-sel» quizá, pues en aquélla zona de Francia se estila mucho. Supongo que si la mantequilla lleva su aporte de sal, ya no haría falta añadir la sal a la receta.
Vivan las recetas con mantequilla, (sea con sal o sin ella) siempre, eso sí, que sea de procedencia ecológica. Sabemos que es en la grasa donde se acumulan los tóxicos y restos de pesticidas de los animales criados con piensos tratados… Yo sí que os animo a tener esto en cuenta. Porque la mantequilla no es mala por ser grasa, es mala por lo que la grasa puede acumular, o porque nos la comamos en gran cantidad.
Encarna, aquí hay un fan total de la mantequilla. Me tengo que alejar de una hogaza recién salida del horno y la mantequilla salada porque no puedo parar y cuando hago carne a la plancha mezclo mantequilla y aceite (los invitados siempre me dicen lo rica que está sin saber lo que lleva). Pertenezco al movimiento revolucionario que quiere derrocar la dictadura del aceite de oliva virgen extra y la pasta al dente.
Hola, deben estar muy ricas! No sé si este el lugar adecuado, pero podríais incluir algunas recetas de galletas ? ricas en fibra?
Gracias y enhorabuena por el blog.
Lo apuntamos, Susana. Gracias a ti.
¡Muy buena receta! La probé ayer mismo y salieron muuuuy ricas. Como a ti, me salieron unas 30.
Por si alguien no tiene cortapastas o tiene poco sitio para estirar la masa, un truquillo que hago yo con las galletas redondas de este tipo es, en lugar de meter la masa a la nevera hecha una bola, meterla hecha un rulo alargado. Después, cuando está fría. se corta en lonchas, como si fuese un salchichón, y se sacan las galletas muy rápido. Y también sirve para hacerlas cuadradas o triangulares 🙂
Se podrían hacer con aceite de oliva ? Y si es así que cantidad?
Supongo que sí, Teresa, pero creo que la galleta cambiaría bastante.
Muy buena receta. Lo voy a intentar, Como toque personal, una vez horneadas, les voy a espolvorear un poco de vainilla azucarada. Seguro que enganchan. Saludos.