- Mezcla en un bol la harina, el azúcar, la sal y la canela. Incorpora también la mantequilla, a temperatura ambiente, en porciones pequeñas y mezcla a mano hasta obtener una masa arenosa. 
- Incorpora un huevo y una yema (guarda la clara sobrante para el final) y sigue trabajando en la masa con la yema de los dedos hasta lograr una masa integrada (unos 10 minutos), compacta, pero un pelín pegajosa. 
- Haz una bola con la masa, métela dentro del bol, tapa con papel film y déjala reposar en el frigorífico durante una hora. 
- Es hora de enharinar la mesa de trabajo para estirar la masa con la ayuda de un rodillo y dejarla bien finita. 
- Antes de seguir con las galletas, precalienta el horno, calor arriba y abajo, a 160 grados y cubre la bandeja del horno con papel de hornear. 
- Con la ayuda de un cortador de galletas (del tamaño que prefieras), corta la masa y ves poniendo las galletas encima de la bandeja del horno. Deja al menos una separación de un par de dedos entre galletas. 
- Con la clara de huevo que nos ha sobrado, pintamos con cuidado las galletas justo antes de hornearlas durante unos 20 minutos, dependerá del horno. 
- Tras el horneado, deja enfriar las galletas sobre una rejilla.