Mi abuela era muy bajita y una mujer encantadora y tranquila en todos los ámbitos de su vida salvo en la cocina. Allí asumía el mando militar de las operaciones y solo se podían hacer las cosas siguiendo exactamente sus órdenes, que no instrucciones. Si alguien no las acataba se desataba un metro y medio de furia en los fogones. Me acordé de ella haciendo los beghrir, porque mi abuela, que durante toda su existencia cocinó miles y miles de filloas (jamás hizo ningún otro tipo de pan plano, le hubiera parecido una traición), me hubiera hecho encarcelar y azotar si me hubiera visto con esto.
Me habría crucificado por esas extrañas burbujas y por lo gordas que salen cuando según la Ley Suprema de las Filloas, cuanto más finas, mejor. Y me preguntaba también cómo habría reaccionado mi amada teniente coronel al probar el beghrir, porque sin poder yo jamás aspirar a hacer sus filloas, sí puedo decir que he hecho unos beghrir cojonudos y hasta puede que mi querida abuela hubiera depuesto las armas.
Confieso que no tenía yo grandes esperanzas en esta receta, pero cuando empezaron a aparecer las burbujitas en la sartén me animé y después de probar el primero, más todavía. No solo porque están muy, muy buenos, sino porque no debe haber muchas cosas más fáciles de hacer. Cómetelos calentitos con miel, o con mantequilla y azúcar, o con mermelada. O solos. Prueba, que vale la pena.
Beghrir marroquí, ¿cómo algo tan fácil puede estar tan bueno?
¿QUÉ VAS A NECESITAR?
- 1 bol
- 1 báscula
- 1 varillas de cocina
- 1 sartén de fondo grueso
- 1 cucharón sopero
Ingredientes
- 190 g harina panadera recia ecológica El Amasadero (o semolina El Amasadero)
- 60 g harina panadera ecológica El Amasadero
- 375 g agua tibia
- 125 g leche tibia
- 1 huevos enteros grande
- 5 g levadura seca de panadería
- 4 g sal
Elaboración paso a paso
- Mezcla todos los ingredientes en un bol. Bate con unas varillas hasta conseguir una masa con una textura de crema bastante suelta.
- Deja fermentar tapado durante dos horas a temperatura ambiente. Pasado ese tiempo verás que está lleno de burbujas, si no es así, espera un poco más.
- Al final de la fermentación bate unos segundos para mezclar bien.
- Pon una sartén al fuego y espera a que se caliente, sin llegar a humear. Llena un cucharón de sopa y vierte con él, con cuidado, la masa en el centro de la sartén. La mesa se extenderá por la sartén sin llegar a los bordes. Si ves que llega a ellos, pon menos cantidad la próxima vez.A los pocos segundos verás como la masa se llena de agujeritos.
- En aproximademante un minuto verás que la superficie se ha secado de líquido, no hace falta ni que mires por debajo, es señal de que están listos. No les des la vuelta (se hacen solo por un lado).
- Sácalos de la sartén y déjalos enfriar sobre la rejilla. Si los apilas uno sobre otro en caliente se acabarán pegando entre ellos.
- Repite hasta acabar toda la masa. Listo.
Gracias por la receta, han quedado magníficos. Son lo mas parecidos a los panqueques de Uruguay (la misma receta pero con harina repostería) y se hacen para rellenar tipo canelones y luego al horno con salsa bechamel y queso rallado parmesano todo gratinado, toda una variedad de canelones que te puedes comer toneladas. En cuanto a la versión dulce, se rellenan de dulce de leche y se enrollan tipo canelones , y también son exquisitos. Se ve que esta receta ha viajado al Río de la Plata de mano de los árabes, en fin, muchas cosas en común.
Buenos días. Me encantaría probar esta receta pero no tengo la harina recia. Sería posible cambiarla por otra? Tengo panadera y gallega.
María, puedes usar solo harina panadera, pero no te quedará el mismo color porque la panadera recia es de trigo duro, que es un trigo distinto del harinero común.
Deben de estar deliciosos. Las abuelas con sus métodos tradicionales de siempre son bastante conservadoras a introducir nuevas soluciones culinarias.
Muy fan de tu abuela