Los duques y condes de hoy seguro que no meriendan crumpets con el té de las cinco, sino gintonics sin té, y que las damas británicas ya no yerguen las tazas con la majestuosa elevación de sus meñiques. Seguramente la nueva nobleza inglesa, con sus tatuajes y dilataciones, se da más al caviar beluga, a lo sumo con cucharilla de nácar, aunque lo dudo. Con el caviar dicen que van muy bien los blinis, y pensé en hacerlos, pero confieso que mis fondos para huevas de esturión andan muy justos.Tener que suplir el beluga por cualquier otro sucedáneo incrementaba drásticamente el riesgo de caer en las depresiones propias de la clase media por el hecho de ser eso, media: ni caliente ni fría, ni alta ni baja, ni rica ni pobre.
Así que en mis ensoñaciones de veraneante solitario me decidí por los crumpets, nobles de cuna también, british y dieciochescos, pero rematados con mermelada, que por muy alto que se tire tiene unas tarifas más adecuadas a mi poder adquisitivo.
Los crumpets se clasifican dentro de una categoría que bien se podría bautizar como “a todo se le puede llamar pan”. Pero es que es pan, con su levadura y su fermentación, por mucho que los preparemos en jarra y no vayan al horno. En el fondo, tienen un aire de familia con las clásicas tortitas, aunque con una presencia más contundente -no son pesados- y más en la línea de una época en la que los corsés se hacían con barbas de ballena.
El único truco de estos inventos, que lo mismo se disfrutan de merienda que en el desayuno, está en disponer de una buena plancha (vale de hierro fundido, de acero, de aluminio o, si se carece, una sartén de fondo grueso) y conseguir la temperatura adecuada. Los crumpets han de quedar más morenos por un lado que por el otro, pero no interesa achicharrarlos, porque son pan, y como tal han de subir de volumen en la plancha. Con mucha caña, se queman, y sin calor suficiente, suben mal. Así que no hace falta que la plancha humee, y será bueno que si la tienes muy alta, le bajes algo el fuego cuando viertas la masa en los aros.
Cómetelos calientes y, si te sobran, caliéntalos de nuevo, por la cara más pálida, en la plancha o la sartén, no en el tostador, porque se secan mucho.
Los crumpets tienen algo, no sé qué, que aún siendo de clase media se siente, al comerlos, el impulso irrefrenable de saludar como la reina de Inglaterra, que seguro que los trasegaba en tiempos en grandes cantidades. No te preocupes, esa sensación se pasa con la llegada del recibo de la luz o de la letra de la hipoteca, así que no hay peligro.
Crumpets: la merienda de la reina
¿QUÉ VAS A NECESITAR?
- 1 plancha de cocina (vale una sartén de fondo grueso o la Celsius, si la tienes, poniéndola sobre el fuego)
- 1 báscula
- aros metálicos de cocina opcionales
- 1 espátula de acero para darles la vuelta
- 1 bol o una jarra metálica
- 1 tamiz
- unas cucharillas medidoras
- 1 varillas de cocina
Ingredientes
- 225 g harina panadera ecológica El Amasadero
- ½ cucharadita azúcar glas ecológico (unos 2 gramos)
- 2 g levadura seca de panadería (con la cuchara medidora, la de ½)
- 175 g leche
- 175 g agua
- 2 g sal
- ¼ bicarbonato (algo menos de media cucharita de café)
- mantequilla (para untar la plancha y para untar los aros)
Elaboración paso a paso
- En un bol o en una jarra metálica echa la harina tamizada, el azúcar y la levadura. Añade el agua y la leche. Si esta última la sacas de la nevera, caliéntala un poco hasta que esté a temperatura ambiente. Mezcla la masa con las varillas hasta que quede homogénea, tapa con papel film y deja fermentar dos horas o hasta que doble su volumen.
- Vierte sobre la masa la sal y el bicarbonato y mezcla otra vez. La masa deberá quedar con la textura de un gel denso. Si está demasiado sólida, échale unos gramos de agua. Ha de quedar fluida, no líquida.
- Déjala reposar unos minutos, el tiempo que te lleve calentar la plancha, a fuego suave, hasta que coja temperatura pero sin llegar a echar humo. Pinta la plancha con mantequilla o, si lo prefieres, con aceite de girasol. Si usas aros, úntalos bien por dentro con mantequilla y ponlos sobre la plancha para que, con ella, vayan cogiendo calor.
- Con la plancha ya caliente (puedes echar en una esquina una cucharadita de masa y probar si se empieza a hacer) vierte con la jarra en cada aro (si no los usas, directamente sobre la plancha) un poco de masa, con medio centímetro de altura o algo más, llega. Si no tienes jarra, usa un cucharón de sopa.
- Si no tienes aros, puedes hacerlos sin ellos, aunque te quedarán más planos.
- Deja que se hagan entre 6 y 8 minutos por el mismo lado, si ves que se doran demasiado, baja el fuego. Cuando la masa suba y se llene de agujeros (milagros del bicarbonato) será el momento de darles la vuelta con la espátula. Hazlos por el otro lado un par de minutos y sírvelos calientes. Con mantequilla y mermelada encima te quedarán regios. Si te sobran, los puedes recalentar por la cara más pálida sobre la plancha.
Buenas tardes. ¿Se puede sustituir la harina panadera por harina de trigo normal (multiusos)?
NB, todas estas cosas se pueden hacer con muchas harinas, pero hay que modificar las cantidades de ingredientes y ajustas tiempos de fermentación porque no absorben el agua igual de bien ni el gluten es el mismo.
Hola. Podría tenerlas fermentado toda la noche?
Sin problema, Mercedes. Pero guarda en la nevera y déjalos a temperatura ambiente una hora antes de hacerlos.
Muchísimas gracias, Rodrigo. Voy a ponerme con ellas.
Muchas gracias, me parece una muy rica receta. pronto voy a probarla. Cariños.