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–Otro año que se va a freír espárragos.
–O churros, ¿no te jeringa?
–Tejeringo.
Aunque para la nuestra comunidad malagueña esta boutade no requerirá mayor explicación, tal vez el común de los mortales sí necesite un poco de ayuda para saber de qué diablos estamos hablando. Espárragos, jeringas… ¿Nos está pasando factura el cambio de año?
Para nada. Lo que ocurre es que en estas fiestas, con el frío, las quedadas, la blanca navidad y todo eso apetece como nunca una taza de chocolate caliente con churros. Y en Málaga y sus alrededores, tierra muy docta en estos saberes “desayuniles” o “meriendiles”, con ello podemos referirnos a varias cosas: a los churros clásicos –los de palo largo–, a los madrileños –pequeños, en forma de lacito y más crujientes–, a los de Aranda –clásica churrería malagueña, la más antigua de la ciudad, donde los preparan, más anchos y alargados, desde 1932– o a los que hoy nos ocupan, los tejeringos.
Hablamos, en todos los casos, de masa frita, pero en esta especialidad tradicional malacitana, esa masa se echa al aceite caliente con ayuda de una especie de jeringa grande –aquí hoy lo haremos con manga pastelera– , que es lo que da nombre, apariencia y acabado –algo más recio por fuera, especialmente suave por dentro– a esta tipología churrera.
Decir que su aspecto –redondo y poco o nada uniforme– responde al modo artesanal de dibujar en la sartén la masa, que por sus proporciones de harina, agua, levadura y sal resulta algo más líquida que la de otras variedades, aunque igual de sencilla de elaborar y tanto o más deliciosa.
Por estos lares aún se recuerda cuando se vendían, transportados en juncos a modo de soporte, por las calles de Málaga y los pueblos del entorno. Hoy, después de décadas de crisis reputacional, los tejeringos resurgen despampanantes en las cartas de muchas cafeterías locales. Aunque si ninguna te queda a mano, este año que entra puedes hacerlos, igual de despampanantes, en casa. Quedarán espectaculares, incluso si te salen hechos un churro.
Tejeringos malagueños
¿QUÉ VAS A NECESITAR?
- manga pastelera ( boquilla 8 mm)
- sartén
Ingredientes
- 500 g harina de fuerza El Amasadero
- 520 ml agua templada
- 8 g levadura seca de panadería
- 10 g sal
- Aceite de oliva suave abundante para freír
Elaboración paso a paso
- Pon el agua tibia en un recipiente, añade la levadura seca y mezclala
- Agrega la harina y mezcla todo hasta integrar
- Cuando la harina y el agua estén bien integradas, añade la sal y mezcla de nuevo.
- La masa debe quedar suave y elástica y no vamos a trabajarla mucho. Cubre el recipiente con un gorro de ducha y deja reposar unos 30 minutos para que la masa fermente ligeramente.
- Una vez pasado el tiempo de reposo, la masa habrá fermentado y estará mas elástica y con el gluten mas desarrollado.
- Pasa la masa a una manga pastelera o a una jeringa de churrero ( Estos están hechos con una boquilla lisa de 8 mm )
- Calienta abundante aceite en una sartén amplia y profunda. El aceite debe estar bien caliente, pero sin humear.
- Cuando el aceite esté a punto, forma los tejeringos directamente sobre el aceite, dándoles la forma circular.
- Fríelos a fuego medio, dándoles la vuelta cuando estén dorados por un lado, hasta que queden bien dorados y crujientes por ambos lados.
- Retíralos de la sartén y colócalos sobre papel de cocina para eliminar el exceso de grasa.
- Espolvoreálos con azúcar y sírvelos recién hechos y bien calientes solos o acompañados de un chocolate caliente
