Hoy toca un tema espinoso para nosotros, pero también necesario. En El Amasadero nos gusta ser claros y por eso creo que tengo que explicarme. Al asunto: sí, usamos bolsas de plástico, pero no lo hacemos por placer.
El plástico, tampoco hay que olvidarlo, fue un gran invento. El ordenador en el que tecleas, tu coche, el boli con el que escribes, los aparatos que emplean los médicos… están llenos de plásticos. Un material procesable a bajo coste por la industria petroquímica que ha cubierto muchas necesidades. Ahora bien, también tiene un gran problema, o mejor dicho, dos. No es fácilmente degradable (es decir, la basura de plástico solo aumenta, a menos que se recicle) y, lo peor, más de un tercio de los plásticos que se producen en el mundo están diseñados como productos desechables: lo usas y lo tiras. Y ahí entran también las bolsas de El Amasadero, aunque no nos guste.
A veces nos preguntan por qué no empleamos envases de papel, una pregunta muy lógica que también tiene respuesta, que no es corta.
Los productos envasados tienen que tener, por ley, una fecha de caducidad. Alargar esa fecha es una ventaja para los distribuidores, que pueden acumular más producción y no depender tanto del transporte, lo que encarece sensiblemente el producto final. También los consumidores prefieren una caducidad más larga para poder tener más margen en sus hogares a la hora de darle salida en casa a determinados productos.
En España no existe una ley que obligue a poner una fecha de caducidad concreta en los alimentos. De hecho, cuando compras verduras frescas verás que no tienen tal cosa. La normativa obliga, sí, a establecer una fecha de caducidad en algunos productos, y de consumo preferente, en otros. Los cereales, también las harinas, caen en estos últimos.
Así, cada productor pone la fecha de caducidad que considera, estudiando, obviamente, el comportamiento de sus productos para garantizar que quien los consuma no se encuentre ninguna sorpresa desagradable y porque además, es el distribuidor el responsable de la salubridad de lo que vende.
¿Qué ocurre con las harinas? Los molinos con los que nosotros trabajamos consideran, en general, que las harinas conservan durante 90 días, una vez molido el grano, todas sus cualidades. No es que pasado ese tiempo no se puedan comer, es que el sabor y la calidad alimentaria empiezan a cambiar. La harina se enrancia y, como es un producto vivo, existe el riesgo incluso de que aparezcan larvas y otros personajes no invitados. ¿Cómo se combate eso? (Ya estamos llegando al plástico).
Una forma clásica es convertir un producto vivo en uno mucho más muerto. Si le quitamos al trigo y a otros cereales el germen y el salvado se convierte en un producto mucho más estable, eso sí, también pierde muchas de sus sanas propiedades reduciendo sensiblemente fibras, vitaminas y minerales. Eso sí, puedes alargar la fecha de consumo. Hay harinas así, pero esa no es nuestra filosofía. El Amasadero nació precisamente para ofrecer harinas con todo su sabor y todas sus propiedades.
Otra opción es añadir a las harinas conservantes. Algunos están permitidos, pero tenemos el mismo problema: que esa tampoco es nuestra filosofía. Nosotros queremos hacer el camino más corto y recto posible del campo al pan, y para eso las bolsas de papel no sirven.
Y finalmente, para que puedas tener tu harina en casa unos meses con todas las garantías de que sigue siendo un producto de primera calidad, solo nos queda una opción: envasar en atmósfera protectora. Este sistema elimina el oxígeno y así impide la oxidación y la posible proliferación de organismos.
Eso no podemos hacerlo, por ahora, más que en bolsas de plástico.
Es cierto que existen otros productos basados en el almidón, biodegradables, con los que estamos experimentando para sustituir el plástico. También lo es que por ahora no tienen las mismas garantías. Por ejemplo, resulta mucho más difícil realizar un sellado correcto de la bolsas con esos compuestos. Lo hemos intentado y no ha funcionado. Sí empieza a haber algunos envases biodegradables más efectivos y estamos haciendo pruebas con ellos, pero tienen un problema: son más caros. Cada bolsa de harina costaría entre 10 y 15 céntimos más. ¿Estarías dispuesto a pagar un poco más por evitar el plástico? Lo pregunto en serio y agradezco las opiniones y comentarios sobre este asunto, porque lógicamente nos preocupa subir nuestros precios, aunque sea levemente, y encontrarnos con que eso genera más rechazo que el plástico.
En cualquier caso es importante que sepas que nuestras bolsas son 100 % reciclables si las dejas en el contenedor correcto (y si en tu Ayuntamiento de verdad reciclan lo que, por desgracia, no pasa en todos). En casa me pasa con frecuencia que acumulo unas cuantas vacías. A veces las tiro, pero precisamente porque no me gusta nada lo que pasa con los plásticos, en los últimos meses busqué formas de darles nueva vida. Con su ventanita transparente a través de la que puedes ver lo que hay dentro, a mí me van muy bien para congelar alimentos y así, en vez de comprar más bolsas (también de plástico) para ese fin, uso las que tengo. Es una idea, pero agradezco también que nos dejéis aquí más sugerencias sobre qué hacer con ellas. En cualquier caso, seguiremos trabajando para sustituirlas lo antes posible.
Gracias por la explicación!
Si, yo pagaría más para evitar el plástico.
De momento intentaré utilizar estas bolsas para congelar productos, no me había ocurrido antes.
Hola,
Gracias por la información y la pregunta. Sin duda alguna estaría dispuesta a pagar un poco más si así se evitara el uso de bolsas de plástico. Llevo años comprando harinas y otros productos y utensilios en El Amasadero, así que sería maravilloso para mí como clienta que las bolsas dejaran de ser de plástico.
Gracias
Buenos días, me uno a casi todos los mensajes anteriores para felicitarte y darte las gracias por preguntar y (estoy segura) escuchar y tener en cuenta nuestra opinión.
Empecé a comprar vuestras harinas hace unos meses y al abrir la caja del primer envío, lo primero que pensé fue «uf, bolsas de plástico, que pena!» y esa fue exactamente la misma reacción cuando le di a mi hermana unas harinas, me dijo «la harina buenísima, pero la bolsa de plástico fatal, ehhh», así que SIN DUDARLO UN INSTANTE, estaría más que dispuesta a pagar un poco más por evitar el plástico.
Ya lo hacemos con todos los productos que consumimos en casa, todos los que podemos ecológicos, sin maltrato animal y envasados de la forma menos contaminante y más reutilizable posible (aceite, huevos, legumbres, verduras, frutas, pasta…).
Soy plenamente consciente de que a nivel individual, aunque toda la población mundial hiciese todos estos gestos y muchos otros que se pueden hacer, apenas cambiaríamos los problemas que estamos generando en nuestro planeta, pero hasta que los que realmente deciden se vean obligados a hacer algo, todo cuenta!!
Igual que pago más por una mejor harina, por productos más sanos, pagaría más por materiales más sanos para el planeta que nos da estos productos
Hola, yo si que estaría dispuesta a asumir ese coste para evitar el plástico, no me parece un precio exagerado el pagar10 o 20 céntimos más y asir poder contribuir en la lucha contra el consumo de plástico.
Un saludo.
Hola, yo sí estaría dispuesta a pagar 10 o 15 céntimos más. Tal y como está la situación medioambiental, creo
que es obligatorio dejar de contaminar ya.
Saludos.
Soy clienta vuestra desde hace tiempo y gran consumidora de vuestras harinas, sin duda no me importaría la subida de precio por evitar el plástico, ya que considero si he escogido esta opción me gustaría que todo el proceso fuera libre de tóxicos. En mi caso lo agradecería bastante a pesar del coste extra.
Hola, agradezco vuestra explicacion. Yo tambien estaria dispuesto a pagar ese pequeño incremento.
Queria recomendaros algo para mejorar, que seria usar cinta de embalaje no plástica. Esta si que es de un solo uso e imposible de reutilizar.
Un saludo.
Hola, muchas gracias por este artículo, es muy interesante el debate. Yo por mi parte no tendría inconvenientes en pagar un poco más por renunciar al plástico, aunque lo primero debería ser garantizar la calidad del producto y que mantenga sus propiedades durante un tiempo razonable.
Sí estaría dispuesto a pagar el sobrecoste necesraio para que pudiesemos acercarnos, vosotros facilitándonos las cosas y nosotros haciéndolas posibles en nuestra medida, más a nuestra filosofía.
Un saludo y muchas gracias por hacer posible un mundo más sotenible y que podamos paraticipar de ello.