De lo que sembramos, recogeremos


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De lo que sembramos, recogeremos

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Si es que ya lo dice el dicho: “En octubre, tu pan acubre”. Y como en octubre estamos y, de hecho, justo hoy se conmemora el Día Mundial del Pan, nos hemos propuesto celebrarlo contigo y que también tú puedas hacer caso del refrán y “acubrir” tu grano, que es a lo que se refiere. Que puedas sembrar, vaya. Y no cualquier grano. Atiende…

Para El Amasadero, el Día del Pan no es cualquier día. Representa muchos de los motivos que nos empujaron a meternos en este fregao allá por el 2009: el valor social de la cocina –y del pan, como su mayor símbolo–  como elemento cultural que sostiene el vínculo de las personas con su tierra a lo largo del tiempo y nos brinda espacios de encuentro familiar y de ocio. Porque… ¿Qué hay mejor que compartir tiempo alrededor de una mesa?

A estas razones hay que sumar la  responsabilidad ambiental y social, que tiene mucho que ver con la forma en que entendemos la actividad agrícola y productiva, y el impacto que ambas tienen en el entorno donde se desarrollan y en las vidas de quienes habitan ese territorio. 

Todo esto nos lleva a la misma reflexión que nos vio nacer hace más de 15 años: que nuestra actividad tiene que ir de la mano de la comunidad que tenemos más cerca, que atesora todo eso que muchas personas aprendieron a hacer antes que nosotros y lo que otras muchas están haciendo ahora a nuestro alrededor, con conciencia y responsabilidad. 

Y como las cosas bien hechas hay que celebrarlas, y además es del Día del Pan, te contamos que desde hoy y hasta final de mes vamos a regalar, con cada pedido que hagas en nuestra tienda, un sobrecito de semillas de una variedad de trigo autóctono, la escaña andaluza, para que puedas sembrar en una maceta en tu cocina, terraza o jardín. No es más que un gesto, una muestra de nuestra posición, que desde siempre ha sido la de dar espacio a las materias primas y proveedores de proximidad, y que tendrá continuidad con la inclusión de esta harina en nuestro catálogo a partir del próximo mes. 

Agricultura al rescate

Queremos que esta plantita sea un recordatorio de que la forma de hacer las cosas importa. Por eso hemos elegido, de forma simbólica, este grano, recuperado por la cooperativa andaluza Cereales Locales Ecológicos– que tiene la marca comercial Harinas de Ronda– en el empeño de varios agricultores por rescatar cultivos antiguos de la zona de Málaga, muchos casi olvidados. 

Lo que motiva esta labor, que lleva en marcha más de una década, nos lo cuenta Agustín Troya, uno de sus impulsores: “Intentamos recuperar un patrimonio cultural que hay en estas semillas y que va más allá de la agricultura: es una forma de entender el campo, de alimentarse, de hacer pan… Una forma de entender la economía y también las preocupaciones medioambientales”. 

Para él, el trabajo para dar nueva vida a estos cereales propios de la cuenca mediterránea tiene potencial para lograr un impacto sobre la población. “Es como revisitar el pasado pero con la conciencia de los problemas de ahora. Hay que valorar la artesanía en los cultivos, en la elaboración del pan…”, medita, después de apuntar a la incertidumbre que generan en la actividad agrícola los efectos del cambio climático y apuntar también los beneficios nutricionales de variedades integrales de harinas de cereales hoy relegados al olvido. 

Pan comido

Como nos cuenta, la escaña andaluza (triticum monococcum) es un trigo antiguo, tanto como diez mil años (mil arriba, mil abajo). Tanto, que es el primer trigo cultivado por el hombre. Esta variedad les vino de los agricultores de Córdoba y se empleó en Andalucía hasta los años 60 o 70, pero el hecho de que fuera un tipo de grano “vestido”, que tiene cascarilla (como la espelta), hizo que fuese desapareciendo, por ser más trabajosa la obtención de su harina frente a nuevas variedades. “Es muy rústico, y rústico significa que crece en muchos tipos de suelo, generación tras generación de agricultores, y en circunstancias muy diversas, algo que interesa frente a las incertidumbres climáticas y por el ya próximo agotamiento de los combustibles fósiles”, advierte.

Para plantarla en tu casa con fines decorativos –lo de la cosecha era un poco una exageración metáfora– no tienes más que sembrarla en una maceta amplia a partir de finales de mes o principios de noviembre, para que la planta desarrolle el ciclo completo. Riégala un poco en ese primer momento y después trátala como cualquier otra planta de exterior (aunque si no tienes más opción, la cocina podrá ser su hábitat). 

Ya sabes, con cualquier pedido que hagas antes del 31 de octubre recibirás en casa las semillas. Pero si no coincide que en esta quincena necesites algún producto de nuestra tienda, puedes, por el precio simbólico de cinco céntimos y sin gastos de envío, pedir tu muestra y hacer brotar en tu hogar un poquito del patrimonio andaluz, versión espiga.

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