Panecillos redondos y aplanados, originarios de Inglaterra. Los English Muffins son conocidos por su textura esponjosa y ligeramente crujiente en el exterior. Se cocinan a la plancha, lo que les da un sabor único. Estos panecillos se pueden disfrutar tostados y untados con mantequilla, mermelada o como base para crear deliciosos sándwiches. Los English Muffins son un clásico desayuno británico y una opción versátil para cualquier momento del día.
Vamos a hacer los muffins por el método directo: mezclamos todos los ingredientes y amasamos hasta obtener una masa lisa y elástica. A mí me gusta amasar, a mano o con amasadora, alternando amasados cortos, de 1-2 minutos, con reposos de 10-15 minutos. Ya sabéis que los reposos nos hacen parte del trabajo, pues el gluten se sigue hidratando.
Cuando la masa esté lista la metemos en un recipiente aceitado, tapamos y dejamos que doble el volumen.
Con la masita fermentada enharinamos la encimera y desgasificamos la masa sobre ella, amasándola brevemente. La dejamos reposar para que se relaje el gluten, pues la vamos a estirar con un rodillo.
La estiramos a un grosor de unos 8-9 mm y cortamos redondeles de masa de unos 7-8 cm. Si la masa se resiste a ser estirada la dejamos reposar tapada un poco más. Los recortes se juntan y se vuelven a estirar hasta acabar la masa.
Ponemos los muffins a fermentar sobre una superficie enharinada, tapaditos con plástico o un paño, y dejamos que suban algo, pero no hace falta que doblen.
Cuando hayan esponjado y estén blanditos al tacto calentamos una sartén antiadherente a fuego medio. Ponemos los muffins y los cocemos unos 5 minutos por cada lado; es muy divertido ver cómo van esponjando y subiendo sobre el fuego.
Los dejamos enfriar sobre una rejilla y a disfrutar de un desayuno británico de pura cepa.