Las crepes saladas son una opción versátil y deliciosa para crear platos personalizados. La masa se prepara mezclando harina, huevos, leche y sal. Después de reposar, se vierte la masa en una sartén caliente y se cocina hasta que esté dorada por ambos lados. Luego, puedes rellenar las crepes con una variedad de ingredientes, como jamón y queso, espinacas y queso de cabra, pollo y champiñones, o cualquier combinación que desees. Puedes dar rienda suelta a tu creatividad y disfrutar de sabores salados y sabrosos en cada bocado.
Dispón los ingredientes en un bol, con la mantequilla derretida, y bate con las varillas hasta obtener una crema homogénea. El resultado es muy líquido, pero de eso se trata. Entre cinco y diez minutos de ejercicio de muñeca deberían bastar.
Pon una sartén a fuego medio y unta el fondo con mantequilla. Cuando esté caliente (y antes de que humee, claro), coge un cucharón sopero colmado de masa y viértelo en el centro de la sartén.
Inmediatamente, sin darle tiempo a la masa empezar a cocerse, coge la sartén por el mango, levántala y muévela en un suave movimiento circular para lograr que la masa se reparta homogéneamente por todo el fondo.
A los 30 segundos, aproximadamente, dale la vuelta a la crepe. Levanta un poco con una espátula para ver si la torta ya ha cogido color. Si ves que la falta algo, espera unos segundos más. Dale la vuelta y completa la cocción otros 30 segundos por el otro lado. Repite con el resto y vete apilándolas en un plato. Calientes están más ricas que frías.
Notas
Si quieres hacer crepes dulces, quita la sal de los ingredientes y añádele 30 gramos de azúcar.Si tienes problemas para darles la vuelta con la espátula, hazlo con las manos. El truco para no quemarse es tener a mano un cuenco con agua fría: moja los dedos justo antes de manipular la crepe y no te quemarás.