Pon la harina en un bol o en el recipiente de la amasadora, échale el agua caliente y mezcla durante 1 minuto (usa una cuchara de madera si la masa está muy caliente).
Añade la sal y el agua fría y mezcla durante otro minuto.
Añade el aceite y amasa hasta obtener una bola lisa y elástica. Cuando sea así, tapa con un trapo y deja reposar.
Mientras tanto, prepara el roux cocinando a fuego medio la harina y el aceite en una sartén durante 3 ó 4 minutos. La pasta deberá quedar espesa pero fluida. Reservamos.
Extendiende la masa con un rodillo hasta obtener una lámina fina y reparte el roux por encima con la ayuda de una rasqueta o una espátula. Enrolla la masa (si te queda muy irregular, puedes cortar los bordes).
Corta el rollo de masa en 10-12 trozos y sella los bordes pellizcándolos. La mejor forma de hacerlo es retorciéndolo, pero puedes cortarlo con una rasqueta o cuchillo.
Estira las bolas de masa con un rodillo y hazle dos pliegues
Gira la masa 90º y repite el estirado y los dos pliegues. Tapa con un trapo y deja reposar mientras pones a calentar el horno a 200º.
Echa agua en un plato hondo y, si quieres que tengan un toque dulce, añade una cucharada de azúcar y remueve.
En un plato plano, echa semillas de sésamo.
Coloca papel de horno en la bandeja de horno.
Coge un trozo de masa, moja un lado con agua y luego colócalo sobre el sésamo.
Estira la masa con el rodillo y coloca en la bandeja de horno. Sigue con el resto, usando tantos como te quepan en el bandeja.
Hornea a 200º durante 20 minutos. Deberán quedar hinchados y hojaldarados.
Ábrelos y rellénalos a tu gusto. Mi recomendación es que sofrías un ajo y jengibre fresco picados, que añadas carne de cerdo picada, una cucharada de salsa de soja, una de azúcar y una de jerez seco o vino de arroz y cocines hasta que se evapore el líquido. Rellena con esta mezcla y cilantro fresco picado. ¡Una delicia!