Picar o triturar los piñones y las nueces, pero no en exceso, si quedan trocitos va bien ya que te los encuentras y dan un punto crujiente en el pan de alegra el paladar. Mezclar las semillas y los frutos secos picados.
En un bol poner la harina, la sal, mezclar un poco y luego la levadura, añadir el agua templada y mezclar con la rasqueta en el bol, añadir el aceite y ahora si, amasar. Yo he estado unos 5 a 8 minutos. Es una masa pegajosa, pero ya sabéis que la harina integral no queda tan suave como la blanca, pero no conviene que sea una masa muy seca.
Entre amasado y amasado, yo la dejo reposar un poco para que el agua sea absorbida bien.
Antes de finalizar el amasado añadir todas las semillas con cuidado de no rasgar el gluten e ir amasando con suavidad.
Dejar la masa en un bol aceitado y tapado, a temperatura ambiente unas 2 horas, según la temperatura de vuestra cocina, hasta que casi doblen volumen.
Espolvorear un poco de harina en la mesa y volcar la masa, dividirla en trozos de unos 100 gr. a mi me han salido 13 piezas. taparlas y dejar reposar los trozos unos 15′.
Ahora viene el formado, hacer hatillos con suavidad para no desgasarla mucho y bolear, ir poniéndolas en una bandeja de horno con papel de horno, pintarlas con un poco de aceite y dejarlas reposar unos 40′ tapadas con un paño, esto tambien según la temperatura de vuestra cocina. Hacer la prueba de apretar un poco con un dedo, si coge enseguida la forma ya estarán para entrar al horno.
Horno precalentado a 210º, arriba y abajo, sin vapor. Unos 35 a 45 minutos.
Yo las he dejado 10 minutos mas con el horno apagado.
Sacarlas del horno y a la rejilla para enfriar.
Han quedado muy tiernos y con un excelente sabor.