Focaccia, receta italiana de origen genovés conocida por su textura esponjosa y su superficie cubierta de aceite de oliva y hierbas aromáticas. La masa se extiende en una bandeja de horno y se presionan las yemas de los dedos para crear los característicos hoyuelos. Se cubre con aceite de oliva, sal marina y hierbas como romero, tomillo o perejil. Se hornea hasta que esté dorada y se puede disfrutar sola, con aceite de oliva adicional o acompañada de embutidos, quesos o verduras asadas.
Mezclar, no amasar, los ingredientes del fermento en un bol. Tapar y dejar reposar dos horas (puede necesitar hasta cuatro horas, si tu cocina es fría).
Remover la mezcla tras la primera hora.
Pasadas las dos horas (insisto: puede ser más para cocinas frías), mezcla el prefermento con los ingredientes de la masa final. La masa estará muy blanda. Reposar durante 10 minutos.
Pasar la mezcla a la encimera, que habrás untado con una cucharada de aceite.
Plegar sobre si misma, estirarla ligeramente, dar un cuarto de giro a la masa y repetir 10 veces este plegado, estirado y giro.
Reposar durante 10 minutos y repetir el paso anterior. Volver a dejar otros 10 minutos y repetir de nuevo.
Después deja reposar dos horas repitiendo el pelgado cada 40 minutos.
Untar con aceite de oliva una bandeja de horno rectangular. Colocar la masa y aplanar con las manos o un rodillo.
Cubrir con un trapo y dejar reposar 30 minutos.
Precalentar el horno a 220º.
Levantar los extremos de la masa y estirarla hasta que alcance los bordes de la bandeja.
Untar la superficie con un poco de agua, aceite de oliva y sal.
Hacer hoyos con los dedos en la superficie de la masa, pero teniendo cuidado para no sacarle mucho aire.
Si usamos el romero o la sal en escamas, esparcir sobre la masa.
Hornear 15 minutos, bajar la temperatura a 200º y hornear otros 15.
Dejar enfriar sobre una rejilla.
Notas
A mí me gusta recién salida del horno, sin nada, aunque leo que una forma tradicional de comer la focaccia genovesa es mojándola en café con leche.