Mezcla 250 ml de leche entera con dos cucharadas de zumo de limón y deja reposar la mezcla 10 minutos.
Precalienta el horno a 220 ºC, con calor arriba y abajo.
Echa las harinas en un bol o en la cubeta de la amasadora junto con el bicarbonato y mézclalo todo unos segundos.
A continuación añade 8 g de sal y la leche con zumo de limón y mezcla todo hasta obtener una pasta homogénea. No trabajes mucho la masa, simplemente mezcla e integra los ingredientes. Tendrás una masa un poco pegajosa, es normal.
Vuélcala en la superficie de trabajo, previamente enharinada y trabájala un par de minutos más.
Dale forma redondeada, aportándole la máxima tensión que puedas y cuando la tengas coloca la hogaza en una bandeja de horno forrada con papel.
Con una cuchilla de greñar o un cuchillo afilado, hazle un corte en forma de cruz en el centro del pan.
Mete la bandeja en el horno precalentado y cuece el pan durante 40 minutos a 210 ºC con calor arriba y abajo.
Cuando haya pasado el tiempo y esté bien dorado, retira el pan para una rejilla y déjalo enfriar antes de cortarlo y disfrutarlo.
Notas
Este pan, al no fermentar, se conserva tierno poco tiempo. Hay que comerlo al poco tiempo de hacerlo.