Mezcla y amasa la harina, el agua, el aceite y una pizca de sal hasta conseguir una masa lisa que no se pegue a las manos. Dale forma de bola, úntala con algo de aceite y déjala reposar una hora en papel de aluminio.
Derrite los 25 gramos de mantequilla y reserva. Bate los huevos con el azúcar, el limón rallado y una pizca de sal hasta que la mezcla aumente su volumen en un 50 %. Agrega las almendras, la harina y la mantequilla y mezcla bien. Añade las manzanas cortadas en láminas y las masas y vuelve a mezclar.
Pon una sábana o paño de cocina grande sobre una mesa y enharínalo bien. Estira la masa en la encimera a mano o con un rodillo hasta conseguir un rectángulo.
Enharínate bien las manos y comienza a trabajar la masa sobre la sábana. Hazlo con el dorso de las manos y estirando desde el centro hacia los bordes, dejando reposar sobre la sábana las partes que ya hayan sido estiradas.
Deberás conseguir una masa traslúcida de aproximadamente 90 por 70 centímetros.
Recorta y desecha los bordes (quedarán más gruesos) y dispón el relleno en una hilera en la parte más cercana a ti de la mesa, dejando un margen hasta el borde de unos 10 centímetros. Puedes poner primero la mezcla de huevo y sobre ella la fruta con las pasas o mezclarlo todo y disponerlo de una vez.
No hay diferencias importantes, así que como te sea más cómodo. Ahora tira de la sábana despacio para ir enrollando el strudel. Con cuatro o cinco capas de masa sobre el relleno será suficiente.
Sella los extremos del pastel y déjalo con las juntas hacia abajo. Con ayuda de la sábana lleva el strudel a la bandeja con papel de horno. También se puede mover cogiéndolo con las palmas de las manos (mejor que tengas manos grandes), pero recuerda que es delicado y el viaje a la bandeja debe ser rápido.
Pinta con un pincel toda la superficie con la mantequilla clarificada (para clarificarla solo tienes que derretirla en un cazo, retirar la espuma que haga y pasarla, líquida, a un cuenco, dejando en el fondo del cazo los restos sólidos e impurezas) y mete en la bandeja central del horno, que habrás precalentado a 170 grados. Déjalo aproximadamente una hora, hasta que esté dorado. Píntalo con la mantequilla dos veces durante la cocción, cada 20 minutos, y una más cuando lo saques.