Los grisini con masa madre son una versión deliciosa y artesanal de los tradicionales palitos de pan italiano. Se elaboran utilizando masa madre, que aporta un sabor y textura únicos. La masa se estira en forma de palitos delgados y se hornea hasta que estén crujientes y dorados. Los grisini son ideales como aperitivo o acompañamiento de platos principales, y se pueden disfrutar solos o con salsas y dips. Su aroma y sabor casero los convierten en una opción irresistible para los amantes del pan.
La tarde anterior prepara el prefermento mezclando la masa madre con el agua y la harina y dejándolo reposar a temperatura ambiente en un bol tapado.
Al día siguiente añade al prefermento en un bol el resto de los ingredientes y amasa un poco, si quieres en el propio bol, llevando los bordes exteriores hacia el centro y presionando. Bastan unos segundos. Tápalo y déjalo reposar diez minutos.
Repite el mismo proceso de amasado cuatro veces más con los mismos tiempos de reposo entre cada uno de ellos.
Al terminar, cubre el bol y déjalo fermentar aproximadamente durante una hora y media, hasta que la masa suba.
Enharina la encimera y vuelca la masa sobre ella. Apretando con los dedos vete aplanándola hasta conseguir un rectángulo de un grosor de medio centímetro. Cubre la masa con papel film holgado y déjala reposar otros 15 minutos.
Con un cuchillo con un buen filo o con un cortador de pizza corta tiras paralelas al lado más corto del rectángulo, de un centímetro de anchura. Coge cada una de las tiras y llévala a la bandeja de horno en que habrás puesto una hoja de papel de hornear. Estíralas un poco en el aire antes de posarlas en el papel. Como estarán bastante blandas, seguramente en el viaje se te estirarán ella solas. Si vas a usar semillas, distribúyelas sobre los grisines. Sobre la bandeja déjalas reposar unas dos horas, cubiertas con un paño.
Precalienta el horno a 240 grados. Cuando alcance esa temperatura mete los grisines y baja el horno a 180 grados. Vaporiza agua o añade un poco (un dedo de un vaso) en una rustidera que habrás puesto sobre la placa del horno.
Estarán listos en 20 minutos o cuando veas que están dorados. Sácalos y déjalos enfriar sobre una rejilla.