En el bol de cristal, mezcla tu cuarteto de harinas, levadura y 3/4 de una cucharadita de sal
Añade el grano que quieras, tal cual, sin cocerlo. La quinoa, tienes que lavarla varias veces en agua para quitarle las saponinas.
Vierte la cerveza negra en un vaso medidor y añade agua hasta llegar a 570 g
Vierte el líquido en el bol de harinas y mezcla, sin insistir demasiado, con una cuchara de madera hasta obtener una masa parecida a la de un pastel. Debe ser blanda. Si la cuchara aguanta recta en la masa unos segundos, y luego empieza a caer, la consistencia es perfecta. Algunas harinas necesitan un poco más de hidratación, la de centeno por ejemplo. Si la cuchara no cae, añade un poquito más de agua, muy poco a poco.
Deja reposar, tapado con un paño limpio, en un lugar sin corriente de aire durante varias horas. No te puedo decir cuántas exactamente, depende de muchos factores, pero te doy una idea: en un piso sin aire acondicionado o calefacción en Barcelona, en invierno puede tardar unas 8 horas, en verano, con 28ºC en casa, basta con 4h30. Para saber cuando la fermentación ha llegado al punto idóneo, observa la superficie de la masa. Al cabo de un par de horas, estará ligeramente abombada, y seguirá así con una forma convexa. Luego dejara de subir. Cuando la superficie empieza a “caer”, tomando una forma cóncava, es hora de cocer el pan.
Coloca el molde en la olla vacío en la olla y tapa. Calienta a 245ºC.
Cuando tengas el horno bien caliente, forra el «molde de manipulación” con el papel de horno (resultará más fácil si previamente lo arrugas en una bola que luego vuelves a aplanar cuidadosamente)
Pon la masa en el «molde de manipulación» forrado con el papel.
¡¡Ojo con este paso!! Recomiendo echar a todo el mundo de la cocina: rápidamente, para no perder el calor dentro de la olla, pero sin quemarte, tienes que sacar la olla del horno, abrir la tapa, coger la masa del «molde de manipulación» (con las esquinas del papel) y colocarla dentro del molde caliente en la olla.
Tapar la olla, y devolver al horno por 45 minutos.
Al cabo de 45 minutos, quitar la tapa y cocer 15 minutos más a 230ºC, vigilando el color del pan.
Apaga el horno, deja un rato con la puerta entre abierta, y pon el pan a enfriar, sobre una rejilla mejor.