Divide la masa en cuatro partes iguales.
Bolea cada una de ellas generando tensión y déjalas reposar 5 minutos para que la masa se relaje.
Con las manos, presiona suavemente cada bola de masa hasta formar discos de aproximadamente 1 cm de grosor.
Apílalas de dos en dos.
Finalmente, apriétalas juntas para que se sellen bien
Colócalos en una bandeja de horno forrada con papel sulfurizado y déjalas fermentar tapadas en un lugar cálido durante 3 horas.
Una vez ha pasado el tiempo de fermentación, enciende el horno a 230ªc con calor arriba y abajo. Cuando alcance la temperatura indicada, prepara los panes para la cocción. Con una brocheta, haz varios agujeros en el centro de cada uno para evitar que se inflen durante el horneado.
Pulverízalos con agua, mételos en el horno.
Cuécelos durante 30 minutos con calor arriba y abajo sin vapor.
Retíralos del horno y déjalos enfriar encima de una rejilla antes de cortarlos.