Comenzamos preparando la masa inicial, conocida como “détrempe”. En un bol echa la harina y añade el agua fría y la sal. Agrega la mantequilla fundida y mezcla.
Vuelca la masa sobre una superficie ligeramente enharinada y amásala hasta que quede homogénea, evitando trabajarla en exceso.
Forma una bola con la masa, haz una cruz en medio y envuélvela en film transparente. Refrigérala durante al menos 2 horas o hasta el día siguiente.
Mientras la masa reposa, prepara la mantequilla especial para hojaldre. Colócala entre dos hojas de papel vegetal y golpéala suavemente con un rodillo, y estírala hasta obtener un cuadrado de 16 cm de lado. Envuélvela el papel de horno y resérvala en el frigorífico hasta el momento de usarla. Para hacer el hojaldre lo ideal es que la superficie de trabajo esté fría y en nuestro caso usaremos la placa de acero Celsius de base de trabajo, pero al igual que el rodillo podremos meter en el congelador.
Saca el “detrempe” de la nevera, enharina ligeramente la superficie de trabajo y estírala en forma de cuadrado de unos 18 cm de lado, utilizando el rodillo de acero con anillas. No tienes que preocuparte demasiado por la forma de la masa, pues la plegamos con la mantequilla.
Coloca el cuadrado de mantequilla en el centro del rectángulo y pliega los extremos de la masa para cubrir completamente la mantequilla.
Asegúrate de que queda bien sellada dándole forma de sobre.
Con el rodillo, estira la masa sobre una superficie ligeramente enharinada, formando un rectángulo alargado de aproximadamente 40 x 16 cm.
Recorta los extremos de la masa con un cuchillo afilado para que queden perfectamente rectos. Este paso asegura que los plegados y estirados sean uniformes y coincidan correctamente los extremos de la masa.
Primer plegado: Divide visualmente la masa en tres partes iguales. Lleva el extremo inferior hacia el centro.
Luego dobla el extremo superior sobre el anterior, como si formaras un tríptico.
Marca la masa con un dedo para indicar que has realizado el primer plegado. Envuelve la masa en film transparente y déjala reposar en el congelador durante 20 minutos.
Tras el reposo, saca la masa del congelador y gírala 90 grados con respecto a la posición anterior. Asegúrate de que la abertura quede a tu derecha. Enharina la masa ligeramente para que no se pegue y limpia el exceso de harina con las manos o un pincel.
Segundo plegado: Estira nuevamente la masa en forma de rectángulo, manteniendo las mismas dimensiones iniciales (40 x 16 cm). Repite el proceso de plegado como en el paso anterior.
Marca la masa con dos dedos (indicando la segunda vuelta), envuélvela en film y refrigérala en el congelador de nuevo durante 20 minutos.
Tercer y cuarto plegado: Realiza dos vueltas más de estirado y plegado, siguiendo los pasos anteriores. Marca la masa con tres dedos tras la tercera vuelta y con cuatro dedos tras la cuarta vuelta para llevar un control.
Una vez terminada la cuarta vuelta de plegados, envuelve la masa en film transparente y guárdala en la nevera hasta el día siguiente. Esto permitirá que repose adecuadamente antes de utilizarla para preparar la galette.