Pon todos los ingredientes, menos la sal y 50 ml de agua, en la cubeta de la amasadora y trabaja la masa unos 2 minutos, hasta que estén integrados. Déjala reposar 20 minutos a modo de autolisis.
A continuación, añade la sal con el agua reservada, y trabaja de nuevo la masa a velocidad media unos 8 minutos, hasta que se separe de las paredes del bol.
Cuando termine el amasado, pasa la masa a un bol previamente aceitado y tápala con un paño. Déjala fermentar en un lugar cálido, a unos 22-23ºC durante 1 hora, hasta que duplique su tamaño.
Pasado el tiempo de fermentación, desgasifica la masa, vuélcala en la superficie de trabajo y dividirla en porciones de unos 60 g cada una.
Bolea cada porción de masa, dándole un poco de tensión y déjalas reposar de nuevo 10 minutos, tapadas, para que se relaje la masa.
Mientras, forra una bandeja de horno con papel y espolvorea con un poco de semolina.
A continuación, colócala las bolas de masa en la bandeja de horno, y con las manos aplástalas un poco.
Cúbrelas con un paño y déjalas fermentar de nuevo 1 hora en un lugar cálido, a 22-23ºC.
Mientras la masa fermenta, prepara el relleno de cebolla. Para ello pela y pica 2 cebollas en trozos pequeños. Calienta 30 ml de aceite de oliva en una sartén, añade la cebolla picada y póchala a fuego medio durante unos 20 minutos, hasta que esté transparente.
Apártala del fuego y añádele 2 cucharadas de semillas de amapola, 1 cucharada de pan rallado y 1 pizca de sal. Mézclalo bien para que se integre y resérvalo para que atempere un poco hasta el momento de utilizarlo.
Enciende el horno a 220ºC para que se vaya calentando mientras terminamos de preparar los bialys, que ya tendremos fermentados.
Presiona con los dedos cada bola de masa para hacer un hueco.
Coloca una cucharada del relleno de cebolla y semillas de amapola. Repite el mismo proceso con todos los byalis.
Mete la bandeja en el horno con calor arriba y abajo y hornea durante unos 15 minutos.
Cuando estén dorados, retíralos para una rejilla enfriadora.